lunes, 27 de enero de 2020

Antonio Ferrera, embrujo y duende en La México


Otra madrugada de magia torera, otra madrugada de emoción y pasión, otra madrugada de sueños que perdurarán en la memoria por mucho tiempo, otra madrugada para sentir lo grande que es el toreo eterno y gozar de esta bendita afición capaz de llenarte el alma de felicidad con un capote y una muleta.
Se anunciaban seis toros de Villa Carmela correctos de presentación, en tipo a lo que es su encaste Llaguno, morfología y hechuras típicas del toro mexicano, cortos, enmorilados  con poco cuello y poca cara, rondando los 510 Kg de media, cornicortos para lo que acostumbramos en España y vueltos de pitones en general, destacando el cuarto por trapío y presencia, más largo, abierto de cara y más ofensivo por delante, pero que no destacaron precisamente por sus cualidades y su juego. Corrida que a mi modo de ver estuvo baja de casta y raza y muy escasa de fuerzas, si bien los seis fueron nobles y manejables, sin hacer cosas feas, pero con poca emoción y transmisión en sí mismos. Quizás el sexto fuera el de más calidad y el que mejor metió la cara, porque sus hermanos anduvieron siempre a media altura, sin humillar ni entregarse. Para su lidia y muerte, como se decía antiguamente, una terna integrada por Antonio Ferrera, Arturo Macías y Luis David que no consiguió llevar a la plaza ni a un tercio de su capacidad, muy pobre el aspecto de los tendidos, y todo concentrado en el numerado porque el general era un auténtico desierto. Sinceramente fue una sorpresa, creía que la entrada iba a ser muy superior a la vista de los atractivos del cartel con Ferrera, muy querido admirado en México y triunfador de la pasada Temporada Grande precisamente con este hierro, Macías "El Cejas", ídolo mexicano que volvía a vestirse de luces tras la convalecencia por su grave cogida el pasado septiembre en Las Ventas, y Luis David, que es junto a su hermano Joselito máximo exponente del toreo mexicano allí y aquí, pero está claro que las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. Una terna que, por cierto, anduvo muy por encima de sus lotes de principio a fin y que sacó mucho de lo poco que llevaban dentro los de Villa Carmela.
La lección de pundonor, compromiso y entrega que dio ayer el hidrocálido Arturo Macías fue ejemplar. Reaparecía tras seis meses de dura rehabilitación tras su percance en Madrid en el que los destrozos musculares y del nervio ciático de su pierna derecha fueron mayúsculos. Recibió por este motivo una cariñosa y merecida ovación tras romperse el paseíllo que galantemente quiso compartir con su compañeros de cartel. Ayer tuvo que torear con una prótesis adaptada en su pierna y zapatilla derecha que le permitieron tener ambas extremidades inferiores a la misma altura por las secuelas de su cogida, un caso más de superación capacidad de sufrimiento de estos superhombres que son los toreros. Una auténtica lástima que El Cejas se topara con un lote infumable, que no humilló, con poca movilidad y menos entrega ante el que se mostró pulcro, perfecto en cuanto a técnica, haciéndolo todo bien, presentándoles la muleta por ambos pitones, robando derechazos y naturales sueltos de mucho mérito a base de colares y tirar de los toros en su escaso recorrido, retrasando la muleta a la cadera, citando en corto, lo único que se podía hacer. Más compromiso, más entrega, más disposición y más honradez no se le puede pedir a Arturo Macías que escuchó silencio en ambos toros, solo roto por alguna palmas cariñosas en reconocimiento y agradecimiento a su gesto casi heroico de presentarse en La México en esas condiciones y con tanta dignidad. 
Luis David dejó ayer magníficas sensaciones sobre la arena capitalina, mostró firmeza, seguridad, facilidad, calidad, clase, temple y mucha torería en ambos toros. El tercero fue desconcertante en su embestida al capote del hidrocálido, andarín, reservón, deslucido, igual que en el caballo, cabeceando en el peto, sin entregarse. Mejoró tras el puyazo en un quite de propio Luis David por chicuelinas ajustadas que el de Villa Carmela tomó con más movilidad, celo y repetición que levantaron los olés en los tendidos por su emoción. Las cosas que tiene el toreo y que tantas veces no entendemos, el toro fue a más en la muleta tras un inicio de faena por estatuarios y cambiados por la espalda también ajustados que precedieron a un par de buenas tandas por el pitón derecho con temple, ligazón corriendo bien la mano, alargando el muletazo, todo por bajo a las que el toro respondió con más humillación y repetición. Por el pitón izquierdo permitió una serie de naturales templados y ligados, toreando muy despacio, muy a la mexicana, uno a uno, desgranados, con sentimiento y olés por parte de los aficionados. Pero ahí se acabó este tercero, se quedó sin gasolina y no hubo más que el esfuerzo de un firme Luis David que exprimió lo poco que le quedaba al de Villa Carmela en unos circulares invertidos que también fueron coreados con olés. Al sexto lo recibió con una larga cambiada de rodillas junto a tablas para enlazar con unas verónicas templadas y acompasadas que el toro toma con celo y repetición si bien deja muestras de ir justo de fuerzas. La media con la que remata el saludo capotero fue magnífica, repleta de gusto, arrancando de las gargantas de los aficionados un olé seco y sentido. Se empleó en el caballo, la cara abajo, con codicia, empujando con los riñones , con clase, la. misma que tuvo el quite por gaoneras desbordantes de torería que Luis David compuso a la salida del puyazo. Un toro que en la muleta, si hubiera tenido un punto más de empuje y fuerza habría sido de lío gordo, porque calidad y nobleza tenía, y mucha. Lo entendió a la perfección Luis David, gran pulcritud en lo que a técnica se refiere, supo encontrar la distancia, la altura y la velocidad precisa en cada muletazo, perfecto de colocación, con un temple extraordinario, condujo las embestidas con suavidad, sin quitarle la muleta de la cara, muy toreado, muy despacio, uno a uno surgían derechazos y naturales que ligó con naturalidad y facilidad, toreo de calidad que llegó a los tendidos y que estuvo acompañado de cambios de mano y pase de pecho sensacionales con los que abrochó las tandas. El epílogo de su faena llegó por el pitón izquierdo, naturales templados, trincherilla llena de aromas, un farol de adorno y uno de pecho magnífico que precedieron a unas poncinas finales que pusieron en pie a los aficionados. Se volcó a matar y dejó más de media en todo lo alto que fulminó al de Villa Carmela en segundos. Oreja de ley que le confirma como figura mexicana y que nos hace albergar muchas esperanzas en sus actuaciones en esta temporada española que está a punto de abrir sus puertas.
Pero la corrida de ayer tiene un nombre y un apellido, Antonio Ferrera. Es imposible de definir, de adjetivar, de catalogar la faena la cuarto de la tarde, igual que ya no sé como describir el toreo de este genio que es Ferrera. Podría hablar de las musas, del duende, de la inspiración, de magia, de embrujo, de torería, de abandono, de interioridad y no sé cuantas cosas más pero jamás podría plasmar lo que sentí esta pasada madrugada viéndole torear al cuarto. Ni siquiera me vale sentimiento, emoción, pasión, fue algo superior que solo se puede conocer viendo esa faena al cuarto de Villa Carmela. Una vez más se lo recomiendo, véanla, repetida quien pueda a través da Canal Toros, y si no en los resúmenes y videos colgados en todos los portales taurinos. Desde que tomó el capote para recibir al primero se olía en el aire que algo grande podía pasar, pero nadie podía imaginar la magnitud de lo que íbamos a contemplar. Verónicas templadas, desmayadas, con una suavidad exquisita rematadas por una media de cartel acercaban la llave a la caja de los sueños toreros. Con gusto y torería lo llevó al caballo, andándole con mimo, acariciando las embestidas, capote de seda,  para dejarlo colocado con una media de escándalo, como fueron las caleserinas y verónicas de sabor añejo con las que se lo llevó del peto para rematar el quite con otra media desmayada suprema que puso en pie a los aficionados. Caballerosidad y elegancia en el brindis a Arturo Macías,  ambos saben del sufrimiento que supone una cogida y el sacrificio para recuperarse y volver, así son, un ejemplo para muchos. En la muleta no tuvo toro, llegó sin recorrido y ni un gramo de fuerza, perdiendo las manos a la mínima. Inteligente y técnico Ferrera, cuidándole la altura, mimando al toro, siempre con gusto y torería, aunque estaba claro que era imposible el mínimo lucimiento por la poca transmisión y emoción del animal a pesar del magnífico trato por parte del español. Lo pasaportó de una entera desprendida y la cosa quedó en respetuosos silencio. Le quedaba el cuarto, para mi gusto el toro de más presencia y mejores hechuras de la corrida, y algo debía rondar al maestro Ferrera para decidir torear con un capote y una muleta que pertenecieron a ese genio también incatalogable que fue el añorado maestro Rodolfo Rodríguez "El Pana". Este regalo que recibió de grandes amigos que el balear-extremeño tiene en México debí tener impugnadas esencias eternas de El Pana que debieron penetrar por cada uno de los poros de la piel de Ferrera para desencadenar un terremoto de emociones y pasión en el embudo de Insurgentes. El saludo ya fue por sí un homenaje a El Pana, emulando esa forma de torear a la verónica antes del encuentro del toro con el capote que él tenía, lances suaves, con una singularidad y personalidad arrebatadora para rematar con una media que podría llamar de desdén, mirando al tendido, que arrancó un olé ensordecedor y los primeros síntomas de delirio colectivo. Toro que empujó bien en el caballo y que en banderillas permitió a Gustavo Campos cuajar un magnífico tercio, pero que llegó a la muleta muy justo de fuerzas. Antonio Ferrera lo sabía, tomó la antigua muleta de El Pana y giró esa llave que en le primero habrá acercado a la caja de los sueños toreros para abrirla y mostrarnos todos la grandeza de este arte eterno e inmortal. Las musas bajaron desde esa barrera del cielo en la que los maestros que allí están ven torear cada tarde y el duende se incrustó en le alma de Ferrera que comenzó a torear con una suavidad y un gusto extraordinario, relajado, conduciendo muy despacio la embestida del canasto toro, sacando de la nada,  un natural inmenso, parando el reloj, temple infinito, caricias en la cara del toro con una muleta hechizada con la que arrancó muletas de uno en uno, componiendo una figura que nos llevaba a otras épocas, poderoso, retrasando el embroque a la cadera, pisando terrenos comprometidos, en la cercanías, para alargar el muletazo de una manera mágica, abandonado, desgarrado, roto en cada pase, dejando que los pitones le tocaran la taleguilla, pasándoselo por uno y otro lado, toreando sin la ayuda, embrujo, sentimiento, pasión, emoción, toreando para sí, abstraído, la mirada perdida, como en trance, una auténtica locura, y el toro le obedecía, hipnotizado, bajo el hechizo de la muleta de El Pana y las manos de Ferrera. Cada pase era un monumento a la imaginación, cualquier cosa podía surgir al siguiente, nada estaba escrito, imaginación e improvisación, pura ilusión, envueltos en un sueño el toro, el maestro y los aficionados allí y aquí. La emoción y los sentimientos estaban desbordados, pero la faena iba a más para llegar a un final indescriptible evocando a otro grande del toreo mexicano fallecido haca casi 20 años, Curro Rivera, con un pase que por lo visto llaman "psicodélico" y que Ferrera ejecutó con inspiración teatral, echándose la muleta a la espalda por el hombro izquierdo, pasándosela sobre la cabeza haciendo las u afarolado para bajarla con despaciosidad infinita con la mano derecha y quedar colocado para ejecutar el toreo en redondo con dos series maravillosas enganchando al toro la cadera, de nuevo roto, dejándose llevar por la magia a unos circulares invertidos y un pase de desdén que le deja a unos 7 u 8 metros del toro. Desde esa distancia toma el estoque, se perfila para entra a matar, comienza a caminar despacio hacia el de Villa Carmela que bajo el hechizo y el embrujo del maestro le espera  para que Ferrera suelte el brazo a un metro de los pitones, haga la cruz a la perfección y deje un estocada monumental en el mismísimo hoyo de las agujas que fulminó al toro sin puntilla. Dos orejas de ley y un estallido de alegría y emoción indescriptible que inunda de lágrimas la cara del maestro y de unos cuantos de quienes ayer asistimos a algo que solo viéndolo se puede entender, embrujo y duende en La México. 

Antonio Vallejo

domingo, 26 de enero de 2020

México: Toreo a caballo


Sí, lo están viendo bien, no se trata de un montaje fotográfico ni es, como dicen ahora los cursis, un "fake". Es Diego Ventura el pasado domingo en La México en la corrida que inauguraba la segunda parte de la Temporada Grande en un mano a mano con el mexicano Emiliano Gamero ante toros correctos de presentación y en tipo de Los Encinos y Julio Delgado que en general tuvieron nobleza y resultaron manejables, aunque les faltó un punto de empuje y transmisión para romper, y que se saldó con un balance final de una oreja para cada rejoneador, la que cortó Ventura al primero y la que cobró Gamero con el sexto. Una corrida que mantuvo el suspense en su arranque por la lluvia que cayó durante esa mañana dominical, que se mantuvo a las cuatro y media, hora de inicio de los festejos capitalinos, y que hizo que el ruedo presentara un estado poco recomendable para los caballos con el riesgo que eso entraña en este tipo de corridas. Pero Ventura y Gamero decidieron que por respeto a los aficionados que habían acudido a La México para verles echaban la corrida y si la lluvia lo hacía imposible ya decidirían qué hacer. Me llamó mucho la atención el escasísimo público que se concentró en los inmensos tendidos de La Monumental porque el cartel creo que era de mucha expectación, pero al parecer el rejoneo no es precisamente lo que más les guste a los mexicanos. De hecho no recuerdo ningún nombre de rejoneadores aztecas, todos los que me vienen a la cabeza son españoles, portugueses o franceses. Y digo que me extraña tan poco público porque en el ruedo comparecía la máxima figura del toreo a caballo actual y quien sabe si lo será de todos los tiempos y posiblemente el máximo exponente mexicano de este arte, con la peculiaridad añadida de haber sido los dos últimos que han indultado a un toro en La México. Gamero lo hizo el pasado 29 de diciembre con un toro de Vistahermosa y Ventura el 11 de noviembre de 2018 en la apertura de la pasada Temporada Grande con el toro Fantasma de la ganadería Enrique Fragua. Un cartel equivalente a este en Madrid, en San Isidro, si no cuelga el cartel de "no hay billetes" poco le iba a quedar. 
Hubo mucho sobre la arena de La México, mucho arte y toreo de gran altura con dos estilos muy diferentes. Diego Ventura demostró una vez más que hoy por hoy es el número uno por temple, por doma, por conocimiento de los terrenos, por vistosidad, por emoción, por todo. Templó a su toros, los llevó metidos en el costado y en la grupa, cuarteó, quebró y colocó rejones y banderillas en terrenos largos y cortos, dio distancia cuando se lo pedían sus toros, pisó terrenos comprometidos cuando no arrancaban y había que provocar su embestida para completar las suertes, todo ello presidido por la gusto, la clase, el temple y una técnica y una doma portentosa. Con Bronce lo bordó, despacio, en terrenos que parecían imposibles, con pureza, toreo a dos pistas maravilloso, llevando los pitones cosidos a este precioso caballo, con Prestigio las banderillas cortas fueron un espectáculo, carruseles reunidos, bailando alrededor de los toros, con Chalana quebró al pitón contrario en un palmo de terreno y prácticamente entre los pitones dejándonos boquiabiertos, Gitano puso a La México en pie con quiebros en los medios dándole toda la ventaja al toro y con piruetas espectaculares en la misma cara, con Dólar llegaron las banderillas a dos manos sin la cabezada que desataron la locura en los tendidos. De haber manejado mejor los rejones de muerte y de haber tenido más movilidad y empuje en sus toros estaríamos hablando de una tarde-madrugada antológica con puerta grande asegurada.
Emiliano Gamero, para mi totalmente desconocido, me pareció arrollador, todo impulsividad, todo entrega, con un rejoneo de arrebato, ciñéndose hasta limites casi imposibles lo que aumenta la emoción aunque le lleve a que en bastantes ocasiones las suertes no tengan tanta limpieza y pureza, pero conecta como nadie con los tendidos por sus piruetas y su personalidad. Su actuación podría calificarla de vibrante y, al igual que me pareció con Diego Ventura, de haber afinado más a la hora de dejar el rejón de muerte también creo que habría abierto la puerta grande porque tenía a sus compatriotas completamente rendidos. Por cierto, un muy bonito detalle el que tuvo Gamero al brindar el cuarto toro a Diego Ventura con una bonitas palabras de agradecimiento, cariño, respeto, caballerosidad y consideración a un maestro: "Nadie como tú me ha apoyado tanto". 
Pero hubo algo que hizo de esa corrida de rejones algo diferente, algo que nunca jamás había visto y que no sé si será flor de un día o quizás una "revolución" en el toreo. La imagen que he utilizado para abrir esta entrada la tomé directamente de la televisión, en directo, cerca de la una de la madrugada hora española, y les juro que tuve que frotarme los ojos para asegurarme que estaba despierto y no soñando. Corría el tercer toro, Diego Ventura montaba a Bronce cuando tras dejar dos banderillas reunidas va hacia las tablas y pide a su ayuda ¡una muleta!. Sí, tal cual, como lo leen, una muleta. La despliega y sobre su caballo comienza a darle un par de muletazos por el pitón derecho, ligados, luego  otro muy similar a un trincherazo para después llevar al toro encelado usando la muleta como si fuera un rejón de castigo cuando despliega la banderola. ¿Transgresión?, ¿Revolución?, ¿Esnobismo?. No lo sé, para cada uno tendrá su significado y merecerá una opinión u otra. Eso ocurrió en La México, que mientras un sector aplaudió enfervorizado otros aficionados se lo censuraron, así es el toreo porque así lo ha sido desde sus orígenes. Que se lo pregunten a Belmonte, tachado de loco porque se quedaba quieto delante de la cara del toro, y ya ven ahora, la quietud y el temple son la máxima del toreo. Ni idea si volveremos ver a Diego Ventura repetir esta "suerte", quien sabe si se convierte en una más a sumar a las muchas del toreo, pero lo que sí sé es mi opinión al respecto. Me encantó verle tomar la muleta y reafirmar así la manera en que tengo por costumbre denominar a estos hombres, toreros a caballo. Quienes se asomen en este blog a lo que cuento de las corridas de rejones habrá leído con reiteración que me he ido acercando a estos festejos y aprendiendo gracias a una hija mía gran aficionada para quien Diego Ventura es su máxima figura, que hace unos trece años no iba a estas corridas y regalaba los abonos, que poco a poco voy conociendo las distintas suertes y empiezo a saber apreciar cuando se hacen las cosas con pureza y verdad, como también se habrán dado cuenta que casi siempre les llamo toreros a caballo, aunque rejoneador también me parezca perfecto. De igual manera me gusta llamar a los integrantes de las cuadrillas toreros de plata, porque pienso que todos ellos son toreros, cada uno con un estilo o unas labores concretas. Para mi bregar es torear, colocar las banderillas es torear y rejonear es torear, todos son, por tanto, toreros, como también lo son los novilleros en su escalafón. Y no olvidemos nunca que los orígenes de la tauromaquia son a caballo, que el toreo a pie vino más tarde. Insisto, lo que hizo Ventura puede que suponga un punto de inflexión en esta Fiesta tan maravillosa, o puede que nunca más se repita, el tiempo lo dirá, pero ese "atrevimiento" a lo mejor hace que muchos aficionados que no valoran como creo que se merecen cambien su punto de vista respecto a la corridas de rejones, o mejor dicho, las corridas de toros a caballo.

Antonio Vallejo

P.D: Como no quiero mezclar una cosa con otra y lo de México merece su propio  hago este aparte final como continuación a la anterior entrada en la dejaba apuntes de lo que será la temporada española pendientes de oficializar. Pues ya tenemos calentitos los carteles de la Feria de la Magdalena en Castellón, y mejor rematada no puede estar:

Domingo 15 de marzo: Toros de Victorino Martín para Paco Ramos, Daniel Luque y Román.
Lunes 16 de marzo, corrida de rejones: Toros de Fermín Bohórquez para Serio Galán, Diego Ventura y Lea Vicens.
Jueves 19 de marzo: Toros de García Jiménez y Olga Jiménez para Sebastián Castella, Miguel Angel Perera y Emilio de Justo.
Viernes 20 de marzo, corrida goyesca: Toros de Garcigrande-Domingo Hernández para El Juli, José María Manzanares y Paco Ureña.
Sábado 21 de marzo: Toros de Victoriano del Río-Toros de Cortés para Morante de la Puebla, El Fandi y Roca Rey.
Domingo 22 de marzo: Toros de Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce, Cayetano y Pablo Aguado. 

Para las tardes del lunes 17 y martes 18 de marzo la empresa ha programado dos novilladas sin picadores para promocionar jóvenes promesas casi todos de la región levantina. Será, sin duda, una gran Feria de la Magdalena a la altura del 75º aniversario que celebra y que sigue la marcha ascendente de los últimos años en cuanto a importancia en le calendario taurino español.
Y para esta noche toros de Villa Carmela para Antonio Ferrera, Arturo Macías y Luis David desde La México, un gran cartel tanto por los matadores como por la ganadería, el mismo hierro con el que Ferrera abrió la puerta grande la pasada Temporada Grande. 
¡Esto ya no para!

domingo, 19 de enero de 2020

Calentando motores: El toro volverá y el toreo triunfará



Que no les quepa ninguna duda, señores, que este 2020 va a ser un año duro a todos los niveles, un año crucial para el futuro de esta gran nación que es nuestra España y que ha caído en manos de sus más fieros enemigos. Por delante doce meses de incertidumbres, doce meses en los que vamos a contemplar día a día los intentos tanto para derribar nuestra gloriosa historia como para tratar de borrar todas nuestras señas de identidad y nuestras tradiciones. Asombrados asistiremos a las mayores barbaridades que, guiados por el rencor, puedan cometer contra todo lo que para este "gobierno" de comunistas e independentistas terroristas suene a España. No va ser una año fácil, habrá que resistir, no rendirse jamás y defender hasta la extenuación nuestros principios, nuestros valores y nuestras esencias. Les preside el odio visceral, la irracionalidad más delirante, cegados en pos de su objetivo principal que es, además de enriquecerse de la manera más obscena posible, imponer el pensamiento único, la tiranía de lo políticamente correcto, dictando lo que se puede decir y hacer, castigando con toda dureza lo que para ellos no sea progre. El simple hecho de sentirse y honrarse de ser español puede ser una lacra, no les digo nada si, aunque la jerarquía eclesiástica nos lo está poniendo francamente difícil con sus traiciones y su cobardía, te declaras católico, si encima eres heterosexual lo llevas claro - por lo visto para esta gentuza lo normal y elogiable son todas esas otras prácticas, cada cual más repugnante -  y si para colmo de males te declaras taurino, date por muerto. Parece grotesco, a cualquiera que lea esto y que no esté en España le puede parecer una broma, pesada y de mal gusto, pero por desgracia es lo que nos espera. 

En su irracional odio a España y a todo lo que para ellos suene a español parece que hay algo que, como todos ustedes saben de sobra, les preocupa sobremanera, los toros. Disfrazados de un falso animalismo de salón - ni uno de estos nuevos ricos progres han pisado jamás el campo, ni conocen lo que es una dehesa, ni saben lo que es un toro bravo, su naturaleza, su genética y su vida - quieren acabar por decreto con una tradición de siglos, incrustada en lo más profundo del sentimiento popular, arraigada en todos los rincones España y en otros países europeos y americanos, por el simple hecho de sonarles a españolidad. Uno de los múltiples vicepresidentes que tiene este gobierno marxista, el tal Pablo, se ha inventado una serie de  cargos nuevos para colocar a sus amiguitas y que se forren con suculentos sueldos entre los que se encuentra el de "director de protección animal". Me imagino que este tipo, de pasado oscuro y de ínfima reputación, como todos ellos, será el encargado de lanzar todos los ataques contra la Tauromaquia. Supongo que de su boca saldrán todo tipo de insultos y burradas contra toreros, ganaderos, empresarios y aficionados, pero nosotros seguiremos como siempre, defendiendo nuestras posiciones, dando batalla y demostrando que siempre hemos sido y somos más y mucho mejores.

Y para que este director de protección animal se vaya enterando voy a contarle todo lo que está por venir en este año 2020 en lo que se refiere a los toros. Para empezar que sepa que en América la llamada fiesta nacional no es que esté calentando motores, es que va a toda máquina. En Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela no paran de lidiarse corridas cada día, con gran afluencia de aficionados y sonados triunfos de toreros españoles y americanos. Ponce, Roca Rey, Castella, Morante, Román indultando a un toro en Manizales, Luis David, Joselito Adame y un largo etcétera que por todas las plazas de la otra orilla del Atlántico están demostrando que el toreo no tiene fronteras de espacio ni tiempo. El planta toros no para y no va a parar, porque esta noche, tarde en La México arranca la segunda parte de la Temporada Grande que podré ver en directo a través de canal Toros tras el parón navideño de retransmisiones, que no de festejos, porque cada domingo se han celebrado para dar cabida a toreros de la tierra y nuevas promesas que, cierto es, tampoco es que fueran como para llamar la atención en España, dicho con todos los respetos, que nadie lo mal interprete, para nada lo digo de manera despectiva. Otra cosa es esta segunda parte de Temporada Grande, cargada de atractivos para vencer al sueño y disfrutar de hermosas madrugadas taurinas. Aquí tienen los carteles, director de lo que sea, para que se vaya enterando, y permítame que le aconseje no perderse las corridas del 3 y 5 de febrero, hágame caso, no se va arrepentir:

Domingo 19 de enero: Toros de Los Encinos para Diego Ventura y Emiliano Gamero, mano a mano.
Domingo 26 de enero: Toros de Villa Carmela para Antonio Ferrera, Arturo Macías y Luis David.
Domingo 3 de febrero. Corridas de Aniversario: Toros de Fernando de la Mora para Enrique Ponce, Joselito Adame y José Mauricio.
Miércoles 5 de febrero. Corridas de Aniversario: Toros de Jaral de Peñas para Morante de la Puebla, Octavio García "El Payo" y Roca Rey.
Domingo 9 de febrero. Corrida del Estoque de Oro: Toros de diversas ganaderías para un cartel por designar con triunfadores mexicanos y extranjeros.
Domingo 16 de febrero: Toros de Los Encinos y Santa Fe del Campo para Pablo Hermoso de Mendoza, Guillermo Hermoso de Mendoza, que confirmará alternativa, y dos triunfadores mexicanos. 
Pero no acaba aquí lo que hay para contar, ¡que va!, que ahora llega España, calentando motores, poniendo todo a punto para que, como suele ser tradicional, sea Ajalvir quien haga sonar clarines y timbales el próximo fin de semana o, a más tardar, el del 1 y 2 de febrero. Aún no he encontrado carteles oficiales conformando los festejos más madrugadores de la temporada, pero sí que otra plaza madrileña, Valdemorillo, ha presentado las combinaciones de su Feria de San Blas y la Candelaria, que son los siguientes:

Sábado 8 de febrero: Toros de Alcurrucén para José Garrido, Juan Ortega y David de Miranda.
Domingo 9 de febrero: Toros de Montalvo para Daniel Luque, López Simón y Álvaro Lorenzo.

Carteles muy atractivos que invitan a coger el coche y acercarse a la cubierta y cómoda plaza da la Sierra madrileña para ver toros y empezar con buen pie la temporada. Continuando lo que desde hace unos años viene convirtiéndose en tradición seguirá siendo Madrid quien vea saltar los primeros toros del año, concretamente Vistalegre que nos ofrecerá el próximo 22 de febrero una nueva edición de la feria de invierno esta vez en formato de festival en beneficio de la Sociedad Española de Cirugía taurina y a modo de homenaje a todos los cirujanos taurinos, los "ángeles del toreo", héroes salvadores de tantos toreros.
Llegará marzo y con el mes primaveral Olivenza, aún sin carteles para el 6,7 y 8 de marzo, Illescas con un cartelazo el 7 de marzo, Morante, Manzanares y Pablo Aguado ante toros de José Vázquez, Castellón entre el 15 y el 22 de marzo y Valencia con su feria de Fallas  tomarán el relevo y se convertirán en el epicentro del mundo taurino. La Feria de la Magdalena de Castellón cumple su 75 aniversario y para conmemorarlo se celebrará una corrida goyesca el día 20 de marzo en la se quiere contar con tres máximas figuras del toreo, y seguro que se consigue porque Castellón esta afianzándose año a año como uno de los referentes del calendario taurino. Y así llegaremos a la primera gran feria de la temporada, Fallas, primera por fecha y categoría de la plaza, que ya ha desgranado bastantes apuntes de cara a lo que promete ser un más que interesante ciclo en la capital del Turia.  Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Jandilla, Victoriano del Rio, Fuente Ymbro, Zalduendo y Alcurrucen son las ganaderías seleccionadas para las corridas de toros mientras que para las novilladas son Fuente Ymbro y El Parralejo las elegidas. En lo que respecta a toreros hay confirmadas dos presencias de auténtico lujo que darán brillo a la feria valenciana, la de Enrique Ponce que hará doblete para conmemorar sus 30 años de alternativa y la de Andrés Roca Rey en la que será su reparición en España tras su grave lesión de hombro el pasado mes de julio, mientras que parece confirmado que Antonio Ferrera y Luis David Adame y Ginés Marín matarán la corrida de  Zalduendo, que El Juli, Perera, y Álvaro Lorenzo harán lo propio con la de Alcurrucén, que por su parte Pablo Aguado  apunta a dos tardes, que El Juli, Perera, y Álvaro Lorenzo  la corrida de Alcurrucén, y que también harán el paseíllo en valencia Morante de la Puebla, José María Manzanares, Sebastián Castella, Paco Ureña, Diego Urdiales y Emilio de Justo, y no me extrañaría que les acompañara Román, torero valenciano que se ha ganado por méritos propios la presencia en esa plaza.
Y así, poco a poco, por mucho que les jo…robe a los antitaurinos, llegaremos al mes de abril y Sevilla abrirá sus puertas para dar paso a una fecha emblemática del calendario, el Domingo de Resurrección, y a lo que será la Feria de Abril de la que ya conocemos, al menos, las ganaderías que la conformarán. Cuatro ganaderías harán doblete durante 2020 en el coso de El Baratillo, las de Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río, Garcigrande y Núñez del Cuvillo y junto a ellas Jandilla, Miura, Victorino Martín, Santiago Domecq, Fuente Ymbro, La Palmosilla, Hermanos García Jiménez ‘Matilla’ y Fermín Bohórquez para rejones completan el elenco de las corridas de toros. Tras la triunfal y maravillosa Feria de Abril del pasado año parece claro que la empresa Pagés apuesta fuerte para confeccionar unos carteles que respondan al gusto de los aficionados sevillanos y de cuantos disfrutamos con el toreo y el arte que en la Real maestranza se vive de manera única y exclusiva.
Sí, señor director de eso que se han inventado, todo esto va a llegar de aquí a nada, y sin darse cuenta también va a ver que en Las Ventas, sí,  muy cerquita del vicepresidente que le ha regalado ese cargo de chiringuito, se abren las puertas el Domingo de Ramos, luego Resurrección y en otro abrir y cerrar de ojos San isidro estará saludándole y yo cada tarde, a eso de la siete menos cuarto, aparcando mi moto y subiendo al tendido desde el que pienso vivir y sentir el toreo con la mayor pasión posible. ¡Ah!, y lo contaré cada día, aquí, por si quiere saberlo.

¿Se cree que ya acabo?. No, ya le digo que el toreo no conoce barreras ni temporales ni geográficas, que aunque Julio y San Fermín parezcan lejanos  no lo son tanto. Para demostrarlo ya sabemos también los hierros que correrán por las calles de pamplona, agárrese los machos:   La Palmosilla, Núñez del Cuvillo, Victoriano del Río, Jandilla, Fuente Ymbro, Cebada Gago, José Escolar y Miura, mientras para rejones se lidiarán toros de El Capea y la novillada del día 6 de julio será para el hierro navarro de Pincha.
Y si aún le quedan ganas de seguir leyendo voy a terminar con unas fechas que este año van a ser significativas. Como he comentado antes el Domingo de Resurrección es cada año de las más relevantes, si no la más. Ya lo siento, pero es que en esta España católica y taurina ese día tiene su importancia aunque no lo crea y quiera quitarlo, Sevilla se vestirá de oro para ver un cartel de auténtico lujo con Roca Rey, Pablo Aguado y la duda si será Juli o Morante de la Puebla quien abra plaza. Para no perdérselo. Y digo yo, ¿no sería posible que Madrid programara un festejo de similar nivel para un día tan importante?. Imaginénse que se anuncie a Enrique Ponce en homenaje a sus 30 años de alternativa, por ejemplo, o a Manzanares, o a Ferrera, o Paco Ureña, o Castella. Figuras del toreo en Sevilla y en Madrid, seguro que los aficionados madrielños adelantaríamos el regreso de las vacaciones de Semana Santa y los  tendidos de Las Ventas se pondrían a  reventar. Sana y bella competencia entre las dos plazas más importantes del mundo a mi entender. Un sueño, pero quien sabe, a veces se cumplen. Otra fecha que este año ya está marcada en el calendario es la del 11 de abril que va significar la vuelta a los ruedos de Alejandro Talavante en la plaza de Arles en lo que será sin duda un acontecimiento, se echaba mucho de menos al extremeño y el inmenso hueco que nos había dejado a los aficionados. Ha sido la mejor noticia de este invierno. Y otra fecha que en este 2020 será muy especial es el 16 de mayo, centenario de la muerte de Joselito “El Gallo” en la plaza de Talavera de la Reina por el toro Bailador. La localidad toledana anunciará un cartel muy especial integrado por figuras de primer nivel para conmemorar dicho centenario y me imagino que ese día el lleno será absoluto en los tendidos talaveranos.
En fin, que son muchas cosas, muchas fechas, muchas ferias de siglos de tradición como para que ahora vengan unos profesionales del rencor y el odio a España y lo español para borrar por decreto y de un plumazo lo que les salga de sus caprichos. Que se enteren, todo esto y mucho más está pasando y va a pasar en un año taurino en el que el toro volverá y el toreo triunfará para, como decían los antiguos, salir de la plaza toreando al aire y el alma llena de felicidad por disfrutar del arte más bello que jamás se pueda contemplar.
Antonio Vallejo