viernes, 11 de septiembre de 2015
López-Simón: Sin trampa ni cartón
Alberto López-Simón, el nombre y el hombre de la temporada, al que todo el mundo quiere ver, el que allá donde torea recoge triunfos y llena de admiración los tendidos por su valor, su torería y, por encima de todo, sus ganas de ser figura del toreo. Un nombre y un hombre al que muy pocos conocían el 1 de mayo de 2015, que empezó a sonar el 2 de mayo tras abrir la Puerta Grande de Las Ventas en la corrida goyesca y que culminó con su segunda Puerta Grande aquel domingo 24 de mayo. Desde entonces hasta ayer su presencia ha sido constante en todas las ferias, destacando sobremanera sus extraordinarias actuaciones en Pamplona y Bilbao, sin duda los ciclos de mayor prestigio en los meses de julio y agosto. Este camino triunfal le ha valido, con total justicia a mi modo de ver, establecerse como el eje sobre el que va a girar la feria de otoño de Madrid.
Ante esta situación y esta oportunidad única que se le presenta al de Barajas lo fácil hubiera sido, como solemos decir en lenguaje taurino, taparse un poco, ponerse de perfil, tomar precauciones ante lo que se viene el primer fin de semana de octubre en Las Ventas. Pero este hombre no sabe de trampas, no quiere oír hablar de imposturas y ha demostrado que es un TORERO de pies a cabeza. Lo hizo ayer en Albacete con una corrida de Alcurrucén que dejaba mucho que desear tanto en presentación como en comportamiento. Había cortado una meritoria oreja al tercero de la tarde. Todo iba a su favor, el público entregado y un trofeo en su haber. No hacía falta exponer ante un peligroso alcurrucén que salía en sexto lugar. Le avisa el animal pero Alberto ni se inmuta, sigue poniéndose donde pocos lo hacen, sin pensar nada más que en este toro, en el público que ha venido a verle y en torear con pureza, sin aliviarse, cargando la suerte. Y sucedió lo que ya sabemos y lo que nadie, al menos en Madrid, queríamos que sucediera. El de Alcurrucén le prende por el muslo y le da dos cornadas de 14 y15 cm de trayectoria, pronóstico grave, preocupación máxima. Es operado en la misma plaza y se le traslada a una clínica de Albacete.
La pregunta ayer por la noche era solo una: ¿Estará preparado para torear en Madrid?. Leo esta mañana en diversos medios que ha pasado la noche sin fiebre ni dolor y que esta mañana estaba despierto, perfectamente consciente y que lo primero que ha preguntado es ¡¡¡¡si el vestido de torear tenía muchos destrozos y si se podía reparar!!!!! puesto que ya ha pensado en reaparecer en pocos días y utilizar ese mismo vestido. ¡Eso es un torero!, ¡eso es un hombre!. Supongo que a mis amigos antitaurinos les habrá supuesto una tremenda decepción que Alberto López-Simón esté vivo, recuperándose de la cornada y dispuesto a volver a jugarse la vida delante de la cara de un toro, pero a los que amamos esta Fiesta nos ha generado, además de gran admiración y respeto, una inmensa alegría, porque mientras haya toreros como López-Simón (y tantos más) la Fiesta no morirá. Son de otra pasta, no sé de que están hechos, pero hacen que me quite el sombrero ante su valor y su verdad. Por eso no he hablado en toda esta entrada en pasado al referirme a la feria de otoño. Digo que va a girar, y no que iba a girar, en torno a la figura de Alberto López-Simón, el madrileño de Barajas, porque estoy más que convencido que el día 2 de octubre le veré hacer el paseíllo en la plaza de Las Ventas cuando las manecillas del reloj en lo alto del 5 marquen las cinco y media de la tarde. Un toreo sin trampa ni cartón, como es este arte, puro y de verdad.
Antonio Vallejo
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