miércoles, 2 de septiembre de 2015

Y en Bilbao salió el TORO


Comentaba en los días previos a las Corridas Generales, en la anterior entrada de este blog, la importancia que tiene la plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao en la temporada taurina nacional. Reseñaba en esa misma entrada la preocupación que me generaba el medio toro que con abrumadora mayoría sale por la puerta de chiqueros en las múltiples ferias que a lo largo de este vacacional por excelencia mes de agosto se celebran. Máxima preocupación, por ejemplo, la que me dejó la feria de Málaga y lo que en La Malagueta se vio. Por su arena desfilaron una tras otra corridas con una presentación, hechuras y seriedad no acordes a la categoría de primera que dicha plaza ostenta. Y añadía que en el horizonte aparecía Bilbao con su semana de toros, sus Corridas Generales, en las que se presentaban reses aparentemente serias, cuajadas, de magníficas hechuras y tremenda seriedad (al menos así parecía en las fotos publicadas de todas las corridas anunciadas), acordes a la categoría de la plaza, también de primera, y acordes a la gran relevancia que el toro tiene en la semana taurina bilbaína. Y así ha sido. En Bilbao ha habido toros, toros de verdad, y ha habido toreros, toreros de verdad. Y cuando hay toro y hay torero, hay triunfo. Me atrevería a calificar de extraordinario el balance final de estas Corridas Generales.
Empezemos por el capítulo ganadero. Pocos, poquísimos peros podemos poner a la presentación de los toros. Si exceptuamos una desigual y de peores hechuras corrida de Antonio Bañuelos (debutaba en el coso bilbaíno) y algunos ejemplares de Juan Pedro Domecq un poco pasados de kilos, la presencia, seriedad y trapío de los toros que han salido por la puerta de chiqueros ha sido sobresaliente. Comenzaba el ciclo con la novillada de El Parralejo, de imponente seriedad, novillos cuajados, de bellísima estampa, magníficas hechuras y trapío, mucho más que el de tantos y tantos animales que salen anunciados como toros en plazas de primera y segunda, que dio buen juego y permitió a Roca Rey cortar tres orejas y abrir la puerta grande y a Posada de Maravillas cortar otra meritoria oreja. Buena la novillada, sí señor, de las que gustan a los aficionados y de las que necesitamos muchas para relanzar el escalafón novilleril, fundamental para el futuro de nuestra Fiesta. ¡Y qué voy a decir de los toros de Puerto de San Lorenzo, Garcigrande, Juan Pedro Domecq, Alcurrucén, Victorino Martín y Jandilla!. Toros-toros, serios, sin excesos, entipados, con el trapío que exige una plaza como Bilbao. Ni un pero a la presentación , repito. Pero es que, además, muchos de ellos fueron grandes toros, enrazados, encastados, con clase y nobleza, fijeza en el caballo, en definitiva, bravura. Sinceramente, haber visto tanta calidad sobre la arena de Vista Alegre supone un golpe de ánimo y un alivio de cara al futuro de la cabaña brava en España. ¡Olé por los ganaderos!.
Y si el actor principal de esta maravillosa obra de arte que es la Tauromaquia cumple, ¡cómo no iban a hacerlo quienes están encargados de sacarles partido!. Ya me he referido a la novillada, con importante triunfo de Roca Rey, gran aldabonazo a su carrera. Comenzaron fuerte los jóvenes y aceptaron el órdago  los veteranos. Gran tarde de Juan del Alamo con los de puerto de San Lorenzo, certificando una madurez y una clase en su toreo ya anunciada en Madrid, secundado por tres buenas faenas de Morenito de Aranda e Iván Fandiño a los de Lorenzo Fraile, malogrando con los aceros lo que podían haber sido dos o tres orejas. Enrique Ponce estuvo en su línea de torero extraordinario, sobrado de técnica y facultades, haciendo buenos dos Juanpedros que en otras manos hubieran pasado sin pena ni gloria, la misma tarde que Jose María Manzanares cortaba una oreja de ley tras una bellísima faena plena de clase y torería a otro de Domecq. Poco pudo hacer Morante de la Puebla esa misma tarde, pero su toreo a la verónica, parando el tiempo en su capote y trazos mágicos con su muleta fueron apreciados por la buena afición bilbaína. De histórica se califica la faena de Julián López "El Juli" a un gran toro de Garcigrande, en una tarde en la que debió haber salido a hombros de no ser por el capricho de una presidenta que no debiera volver a poner sus pies en un palco tan respetable como ese. Nadie, absolutamente nadie, entiende su arbitraria decisión de no conceder la segunda oreja a Juli. Toreo celestial el del madrileño, lección magistral. También esa tarde los de Garcigrande permitieron el toreo excelso de Ponce, sublime y elegante, que cortó una oreja a su primero, y el poderío y mando de Miguel Angel Perera, fuertemente ovacionado en su lote tras dos buenas faenas malogradas con la espada. Poco pudo hacer la terna compuesta por Finito de Córdoba, Iván Fandiño y Alejandro Talavante frente a la blanda y descastada corrida de Antonio Bañuelos, la más floja del serial, sin duda, aunque el torero de Orduña estuvo firme frente a sus dos oponentes y a punto estuvo de tocar pelo en el primero de su lote. Una vez más, el mal uso de los aceros le privó de una oreja, siendo premiado con una merecidísima vuelta al ruedo que le supo a gloria, seguro. Cerraban la semana los toros de Alcurrucén, el sábado, y Victorino Martín el domingo. ¡Vaya fin de fiesta!. El sábado Diego Urdiales se consagró en figura cortando dos orejas en una faena extraordinaria de valor, clase y temple a un magnífico ejemplar de Alcurrucén. Impresionante el de Arnedo, ¡qué manera de torear!. Con razón ha sido elegido triunfador de la feria. Y no se quedaron atrás Sebastián Castella y Miguel Angel Perera, fuertemente ovacionados tras sus actuaciones, cada uno en su estilo, dejando muestra de su maestría. Cerraba el ciclo la de Victorino Martín, una magnífica y exigente  corrida para la terna compuesta por Rafaelillo, Manuel Escribano y Paco Ureña. Rafelillo, torero de sobra curtido en estas batallas, y Manuel Escribano, en gran momento y que derrocha valor y arte, cuajaron magníficas faenas pero fallaron con la tizona y dejaron escapar al menos dos orejas, la tarde en la que Paco Ureña dio un golpe en la mesa y dijo aquí estoy yo. Sensacional toreo el del murciano, firme y valiente ante dos buenos victorinos, a los que exprimió cuajando faenas de peso rematadas con dos espadazos que sirvieron sendas orejas para Ureña. Otro que sale lanzado y al que no le van a faltar contratos.
Capítulo aparte merece, en este análisis de lo que Bilbao y sus Corridas Generales nos han dejado, la tarde del 25 de agosto con los de Jandilla, que ha recibido, con total justicia, el galardón a la mejor corrida del ciclo. Extraordinaria de presentación, ¡qué hechuras, que belleza de animales!. Serios por delante, bien armados, con cara, pero sin exageraciones, armónicos y con trapío, destacando el cuarto, "Ferretero", premiado como el mejor toro de la feria. Ante estos cuatreños y cinqueños se las vieron Juan José Padilla, que cortó una oreja de ley a su primero y se ganó una apoteósica vuelta al ruedo en su segundo, Manuel Jesús "El Cid", oreja tras buena faena al quinto (¡y esta vez mató bien!) y José Garrido, pleno de firmeza y valor ante un gran lote de Jandilla a los que lidió y toreó de verdad, echándole un par, pleno de responsabilidad ante la importancia de la tarde. 
Por tanto, gran semana de toros la que nos ha dejado Bilbao. Quizás a alguno le parezca triunfalista, pero los números han sido los que han sido, eso es incontestable, y más en una plaza de la categoría y exigencia de Bilbao. Quien haya visto alguna o todas las corridas, habrá disfrutado no sólo con la estampa de los toros, sino también con su juego y el alto nivel general demostrado por los espadas, a los que se veía perfectamente mentalizados y preparados para la ocasión. Y si no lo han visto, busquen vídeos en los diferentes portales taurinos o en Canal Plus toros que está repitiendo todas las corridas de Bilbao a las diez de la noche. Tauromaquia en estado puro, ¡un auténtico placer para los sentidos!. Disfrutemos de la Fiesta, nadie nos la puede quitar.

Antonio Vallejo

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