jueves, 16 de marzo de 2017

Fallas: Ilusionante inicio


Valencia se convierte cada año en la encargada de abrir fuego, nunca mejor dicho en una tierra y en unas fiestas que tienen a este elemento como protagonista principal, en lo que a plazas de primera y grandes ferias se refiere. Es una de las grandes, uno de los grand slam de la temporada junto a Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao y Zaragoza por orden cronológico. Y lo es por méritos propios, un respeto y un prestigio ganado año tras año por su seriedad no reñida con el ánimo festivo de sus aficionados, que saben reconocer lo bueno y censuran lo que se hace mal, que premian con justicia pero sin racanerías y que viven la Fiesta con alegría y ánimo positivo, factores fundamentales y más que necesarios en estos tiempos que corren y en los que es fundamental atraer al público general a la verdad de los  toros. Un detalle que llama positivamente la atención es la gran presencia de niños y jóvenes en los tendidos del coso de la calle Játiva, el futuro de la Fiesta, los que tiene que mantener la llama del toreo viva para generaciones venideras. ¡Bien por la afición valenciana!.
Ya se ha llegado al ecuador de Fallas. Tres corridas de toros y dos novilladas han constituido la primera mitad de la feria y el resultado hasta la fecha es más que esperanzador, realmente ilusionante en mi opinión e invita a llenar la plaza en lo que resta de serial, precisamente en los días en los que harán su aparición las figuras en carteles de gran atractivo tanto por los matadores anunciados como por los hierros elegidos para ser estoqueados. 
Abría Fallas el pasado sábado día 11 una corrida de Alcurrucén de buenas hechuras, muy bonita pero que no dio el juego que se esperaba, faltos de clase, reservones en general y con un puntito de mansedumbre. El francés Juan Bautista abría plaza con un toro de fuerte embestida y que medía al que toreó con oficio, buscando la colocación y la distancia para tratar de domar las brusquedades y el carácter reservón ya referido del Alcurrucén, con limpieza, haciendo bien las cosas pero sin que la faena llegara a tomar vuelo. Lo mejor, sin duda, una sensacional estocada medio recibiendo ante la indecisión del toro si se arrancaba, esperaba o qué. Ovación para Juan Bautista tras tímida petición. Ninguna opción ante el cuarto pese a que demostró ganas y disposición. Fortes puso ganas , entrega y corazón, todo el del mundo, ante sus dos toros, combinando pasajes realmente buenos de toreo templado y ligado con momentos en los que queda a merced del toro y deja encogida y sin aliento el alma de los aficionados. Irregular y sin llegar a conectar con el tendido en sus dos faenas al menos salió ileso del trance, y eso ya casi es noticia cuando se habla de Fortes. Sin lugar a dudas lo mejor de esta primera de feria lo puso el joven Álvaro Lorenzo en el sexto. Ya el saludo a la verónica, despacio, templadas, ligadas, rotundas, hacía presagiar algo bueno. Toreó con temple en la muleta, con clase y buen ritmo, sin prisas y sin atacarse (algo que le había sucedido en el tercero) haciendo bueno el dicho de que la mejor manera de llegar lejos es andar despacio, máxima perfectamente aplicable al toreo. Magnífico sabor de boca el que dejó el sábado, algo que sin duda le va a servir para sumar contratos en este temporada, seguro que le veremos en más ferias. La oreja cortada a este sexto es su aval de cara al futuro.
El domingo 12 se lidió una magnífica corrida de Fuente Ymbro, seria y muy bien presentada con buen juego en general. En esa tarde los tópicos toreros del triunfo y el dolor, la épica y la estética, se dieron la mano de nuevo. Enorme Curro Díaz en el quinto, corroborando el extraordinario momento en el que está, en su madurez y plenitud como torero. Toreó despacio, pero que muy despacito, suave, entregado, encajado, rotundo, gustándose, en un alarde de torería y belleza que genera en los aficionados ese pellizco que el jienense transmite con sus muletazos cuando deja la tela lacia, acariciando la cara del toro con naturalidad y gusto exquisito. Faenas de enorme sabor para ver repetidas una y mil veces y entender lo que es la emoción de este Arte. Ovación y oreja son el premio a su gran actuación en estas Fallas. La otra cara de la moneda le cayó a Juan José Padilla, que demostró una vez más tener un par de arrestos bien puestos, valor y gallardía para cortar una oreja de ley al cuarto tras recibir dos cornadas de gravedad en muslo y tórax que dejaron sin aliento a los aficionados en los tendidos y a los que lo estábamos viendo por Canal Toros. Maltrecho, herido, como un guiñapo, un auténtico Ecce Homo, siguió toreando como un titán, bajando la mano y llevando en largo al fuenteymbro, se tiró a matar y abandonó el coso por su propio pie camino de la enfermería en una demostración una vez más de vergüenza torera, profesionalidad y valor máximo. La tarde se completaba con el esperado regreso a los ruedos del sevillano Manuel Escribano, quien volvía a vestirse de luces tras su terrible cogida del pasado mes de junio. Sin opciones ante su lote, el más deslucido de la corrida, pero demostró entrega y saber estar, dejando claro que no ha perdido el sitio, poniéndose ante dos animales imposibles, que fue mucho. Bonito el detalle de brindar su primer toro al equipo médico que le salvó la vida y que le ha cuidado durante estos duros ocho meses. Esta es la madera de estos hombres, esta es su sensibilidad y su verdad. ¡Olé!.
La tarde del lunes 13 se anunciaba la primera de las novilladas. Tarde invernal e infernal de viento, frío y agua, los enemigos del toreo y que apunto estuvieron de hacer que se suspendiera el festejo. Seria, muy bien presentada y de muy buen juego la novillada de El Parralejo para Leo Valadez, Jorge Rico y Diego Carretero. A mi modo de ver tanto el mexicano Valadez como el alicantino Rico  se vieron superados por sus respectivos lotes y desaprovecharon una oportunidad de oro para dar un toque de atención y hacerse con un nombre y un hueco en esta profesión, algo realmente complicado hoy en día en el escalafón novilleril. Sin pena ni gloria pasó Valadez que tuvo dos novillos de orejas. Demasiados tirones y poco temple, sin demostrar tampoco excesiva entrega y disposición. Una pena porque pocas veces se dispone de la oportunidad de mostrarse en una feria de primera en plaza de primera. Muy verde he visto a Jorge Rico, al que me parece que le ha venido muy grande la plaza, la feria y los utreros. Desarbolado por completo, no supo aprovechar las buenas condiciones de su lote, que humillaban y repetían con clase y nobleza. Una lástima que esos dos novillos no hubieran caído en otras manos porque probablemente habríamos asistido a una tarde de órdago. Tan solo Diego Carretero mostró que tiene condiciones y apunta alto. Se le ven las maneras y la madera de torero, asentado, templado y firme, toreando en largo y con la mano muy baja, arrastrando la muleta en pase hondos, sobre todo al natural, con mucho empaque y un sentido clásico de la lidia. Vuelta al ruedo en el segundo tras una magnífica faena estropeada con la espada y oreja de peso en el quinto gracias esta vez a una sensacional estocada y que dejó la puerta grande a medio abrir. Novillero de los que habrá que seguir a lo largo de la temporada, no en vano venía avalado por su triunfo en Arnedo, nada más y nada menos. Tras su rotunda actuación del lunes seguro que ve catapultada su carrera y los contratos no le van a faltar.
Sería en la tarde del martes 14 cuando la puerta grande se abriría por primera vez en estas Fallas 2017. Si buena fue la novillada del lunes esta de José Vázquez no se quedó atrás. Muy seria, magnífica de presentación y de buenas condiciones, clase, calidad y humillación. Frente a los novillos tres jóvenes, Marcos Pérez, Cristian Climent y Andy Younes, que demostraron lo que quieren ser, toreros, y que estuvieron a la altura del buen juego y las condiciones de los utreros. Buenas maneras los tres novilleros, buena colocación, sabiendo dar a los novillos la distancia precisa y el ritmo necesario, templados, toreando en largo, adelantando la muleta y por bajo. Además de esas condiciones mostraron ganas y estuvieron, como suele decirse, en novilleros. Más no se puede ni se debe pedir a tres jóvenes que se quieren abrir camino en esta dificilísima profesión y que seguramente van a despuntar en el escalafón si siguen toreando como lo han hecho en Valencia. Ovación para Climent en ambos novillos, ovación y oreja para Marcos y dos orejas, una en cada novillo, para Younes quien, esta vez sí, abrió la puerta grande y salió a hombros camino de la calle Játiva. Y no voy a entrar a juzgar si la segunda oreja fue excesivamente generosa y si devalúa o no la categoría de la plaza. Lo que sí fue es reglamentaria porque la práctica totalidad de los aficionados que poblaban los tendidos pidieron la oreja y el presidente hizo lo que marca el reglamento, otorgar el trofeo porque la primera es a petición del público. Y me parece muy bien. Retomo aquí el discurso de Simón Casas de la pasada semana en "El Kikirikí". El toreo es Fiesta e ilusión y a estos jóvenes que han venido con todas las ganas del mundo y que además han toreado francamente bien hay que darles alas en vez de cortárselas con exigencias fuera de lugar a mi modo de ver. Sinceramente creo que orejas como las cortadas el martes no devalúan la Fiesta, al revés la engrandecen y humanizan. Así que ¡chapeau por la afición valenciana!. 
Ha sido hoy miércoles cuando han asomado nombres interesantes en el cartel, aperitivo de lo que está por venir. Corrida de Jandilla-Vegahermosa para David Mora, Paco Ureña y Javier Jiménez magnífica de presentación, entipada, descolgada de cuello, muy seria y astifina, toros muy bien elegidos, con presencia y trapío de plaza de primerísima, que además han dado buen juego excepto el cuarto, enrazados y nobles, con fijeza y prontitud en líneas generales. David Mora tan solo tuvo opciones ante el primero, un animal noble y que tomaba los engaños con clase pero ante el que Mora no llegó a conectar. Pases sueltos, algunos de notable calidad, la que tiene David, pero sin continuidad ni llegar a despegar. Silencio en ambos como pobre bagaje a su paso por Valencia. Javier Jiménez volvió a demostrar lo que el pasado mes de julio demostró en Pamplona, un valor y una disposición fuera de toda duda. Si en los pasados sanfermines fue brutalmente volteado cayendo al suelo y sufriendo una conmoción cerebral y un esguince cervical, algo que no le impidió matar a su segundo toro en contra del criterio médico y poniendo en grave riesgo su salud y su vida, hoy también ha sufrido una voltereta de miedo en el sexto de la que se ha sobrepuesto hecho un coloso. Noble y con clase el tercero pero escaso de fuerzas. Una pena porque Jiménez lo toreó bien, con suavidad, sin tirones ni brusquedades, buscando las pausas, con muletazos sueltos de bellísima factura pero sin llegar a compactar la faena. Con el sexto anduvo quizás un tanto acelerado, posiblemente el Jandilla pedía más distancia, pero tras sobreponerse a la voltereta referida  sacó el amor propio y la dignidad y se enrabietó ante el toro poniendo toda la entrega y disposición del mundo. Fue despedido con ovación en premio a su valor y vergüenza torera. Ha sido Paco Ureña quien esta tarde ha vuelto a dejar patente el dulce momento por el que atraviesa. Torero de mando y poderoso, cuajado en mil corridas "duras" pero que se ha destapado como un gran artista, triunfando prácticamente en todas las ferias en las que se anuncia. Aún no se ha borrado el recuerdo del pasado San Isidro donde se le escapó una puerta grande que tenía más que abierta por el inmenso toreo que desplegó en Las Ventas pero cuyos sueños se esfumaron con la espada. Como esta tarde ante el segundo, al que ha toreado a la verónica a las mil maravillas, cargando la suerte y ganando pasos. Buen toro de Jandilla, humillador, repetidor y con clase al que ha toreado templado por ambos pitones, con muletazos profundos y de gran calidad, especialmente por el pitón izquierdo por el que ha cuajado dos tandas de naturales antológicas. De no haber fallado con los aceros una oreja había caído casi con seguridad. No se vino abajo el murciano y ante el quinto de Vegahermosa, un toro exigente, nos dejó para el recuerdo una faena compacta de mando y firmeza bajando la mano, con una serie en redondo de gran calidad y otra más que notable al natural. Tiró de técnica y recursos para exprimir al máximo la embestida del animal y remató con un espadazo que hizo rodar sin puntilla al toro y que le sirvió para cortar una oreja de peso rozando una vez más la gloria de la puerta grande.
Y hasta la fecha es así lo que he visto, o al menos es como lo he visto a través de la televisión. Lo que queda promete, a partir de mañana empezarán a aparecer los Castella, Perera, Manzanares, Juli, Roca Rey, Ponce, Curro Díaz, Talavante, López Simóm… Como titulaba esta entrada, ilusionante inicio de Fallas por lo visto hasta ahora, notable en el aspecto ganadero y con faenas de gran clase y sentimiento, argumentos más que suficientes a mi modo de ver para afrontar con ilusión no ya lo que resta de feria, sino lo que queda de temporada.

Antonio Vallejo 

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