lunes, 10 de agosto de 2015
¡Olé por Morante!: Al ataque contra los antitaurinos, con la suerte suprema si es necesario
¡Ya está bien!. La paciencia tiene un límite. Y la idiocia en la que nuestra España se ve sumida por la ola marxista que nos acecha y la miserable cobardía de un gobierno acomplejado incapaz de imponer el orden y hacer cumplir la ley, también. ¡Ya está bien!. Se lidiaban en Marbella, como todo el mundo sabe ciudad antitaurina desde hace siglos, toros de Benjumea para Paquirri, Morante de la Puebla y Alejandro Talavante. Durante la lidia del quinto de la tarde, que correspondía al maestro de La Puebla del Río, un imbécil, cretino, idiota holandés, un tal Peter Jansen, que ya la lió en Palma de Mallorca y se fue de rositas, por supuesto, volvió a montar su numerito contar la fiesta de los toros. ¿Qué demonios le importa a un holandés carente de recursos mentales nuestra Fiesta?, ¿qué sabe este auténtico imbécil sobre la Fiesta?. Nada, porque su idiocia no da para más. No tiene ni idea de que el ganadero ha invertido mucho dinero y tiempo para sacar adelante una especie, la del toro de lidia, que si no estría ya extinguida. Con su esfuerzo y el de todos los ganaderos de España, Francia, Portugal, México, Perú, Colombia..... esta especie sigue viva. La empresa, con su dinero, había contratado a tres matadores para ofrecer un espectáculo que aunque les duela, es arte. Y el público que asistía, ha comprado su localidad de manera legal pagando el IVA, por cierto. Vuelvo a preguntarme, ¿qué hacía un idiota holandés en un espectáculo privado?, ¿por qué no se va a su país a criar tulipanes?. Lógicamente, la cuadrilla de Morante hizo lo que debía, enganchar al cretino y echarlo del ruedo. ¿Cuál serí el siguiente paso lógico?: Que la autoridad le llevara retenido o detenido y le denunciara por escándalo público (si eso existe) o por lo que fuera. Pues no. Al parecer la autoridad es aún más imbécil que el holandés y no se le ocurre nada mejor que decir que iba a denunciar y multar a la cuadrilla de Morante y al propio matador por la manera agresiva en que habían desalojado del ruedo al idiota holandés. ¡Estamos locos!. Ante tal aberración, el maestro de La Puebla, ejemplo de vergüenza torera, se planta y se niega a matar al quinto de Benjumea, escuchando los tres avisos preceptivos que devuelven el toro al corral. Como no podía ser de otra manera, Morante recibió una de las mayores ovaciones que jamás haya recibido, saludó desde el tercio con un ramo de flores que le habían lanzado desde un tendido y se le pidió la vuelta al ruedo. ¡Olé por Morante!, ¡Olé por la educación y el saber estar de la afición!. Al finalizar el festejo los toreros abandonaron el ruedo andando en lugar de salir a hombros tras cortar dos orejas en señal de protesta contra la supuesta autoridad (me dicen que se apellidaba Maricomplejines) entre decenas de aficionados que les acompañaban y una tremenda ovación del público de verdad, del que ama y respeta al toro bravo, el que de veras le quiere y protege. Entiendo que haya gente que no le guste la Fiesta, incluso que le repugne, para eso está la libertad de no verla. Pero que no lo vistan de "animalismo", eso es una patraña, nadie quiere más al toro bravo que el mundo del toro, ganaderos, toreros y aficionados. No tienen ni idea, se mueven por motivos políticos y, en casos como el del imbécil e idiota holandés, oscuros motivos económicos de un banco holandés, ING para más datos, del que invito a todos a hacer el boicot total.
Esto ha sido otro más de los ataques que los aficionados a la Fiesta Nacional sufrimos día sí y día también. Supongo que lo habrán notado; estoy muy, muy, muy cabreado. Realmente, estoy hasta los mismísimos. Y no solo de los marxistas que nos acechan, de los imbéciles de supuestos países europeos civilizados y democráticos (pobre Europa, en qué manos está), sino de la miserable cobardía, lo repito una y mil veces, de los responsables de mantener el orden y la ley. Y, o estoy muy equivocado, o es el Gobierno de España, su Presidente y su Ministro del Interior quienes deben mantener ese orden y hacer cumplir las leyes. Cobardes y acomplejados, demostrados enemigos de España. Ante el desamparo de quienes debieran proteger a los ciudadanos honrados, que cumplimos con la ley y que, si vamos a un espectáculo privado que nos gusta, pagamos religiosamente incluido el IVA, solo nos queda defendernos. Mejor dicho, atacar. Se acabaron las contemplaciones. En lo que a mí respecta, si un día de los que voy a los toros cae cerca mío un imbécil como el idiota holandés, no pienso andarme con contemplaciones. A lo mejor me multan, pero me iba a quedar más ancho que largo. ¡Olé por Morante y su cuadrilla!, ¡Viva la Fiesta de los toros!
Antonio Vallejo
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