"¿Qué es torear? Yo no lo sé. Creí que lo sabía Joselito y vi cómo lo mató a un toro". Así comienza Gregorio Corrochano (1882-1961), el maestro de maestros, posiblemente el padre de la crítica taurina moderna, este ensayo en el que nos deleita con su experiencia, su saber y sus vivencias, narradas con ese estilo depurado en lo literario y en lo taurómaco que le elevó hasta lo más alto del escalafón de la prensa especializada. Colaborador inicialmente del diario La Mañana, pasó a formar parte de las filas de ABC, diario en el que, por pura casualidad, fue destinado a la sección de toros. ¡Bendita casualidad!. A lo largo de su vida vio torear a los más grandes, fue testigo de las legendarias rivalidades de la edad de oro del toreo. Y eso se nota en la manera de relatar tantas vivencias, anécdotas, curiosidades y lecciones de toreo. Desde Pepe Hillo y Paquiro, Chiclanero y Cúchares, Frascuelo y Lagartijo, Bombita y Machaquito, Guerrita, el único que en su época no tuvo rival, Joselito y Belmonte, hasta llegar a Domingo Ortega, Corrochano nos transporta a través de la historia más grande de nuestra Fiesta, desgranando la eterna disquisición sobre si es más importante el conocimiento de la res, el toro bravo, o de las suertes del toreo. Por variados caminos, por diferentes puntos de vista, por vivencias propias y ajenas, desemboca en lo que realmente conjuga la verdad del toreo, el temple, donde el conocimiento del animal y de las suertes se funden en este vocablo mágico y enigmático, temple, que busca la armonía del movimiento del toro que acomete y del torero que torea. Y eso es torear, tan sencillo y difícil a la vez. Temple en el capote y la muleta, temple en el brazo y temple en el hombre que torea con ese brazo. Partiendo de esta magia, el autor nos sumerge en el conocimiento del toro de lidia, sus hechuras y, lo más importante, cómo debe comportarse en el ruedo un toro bravo; la suerte de varas, la importancia del varilarguero para medir al toro; la suerte de banderillas, la externa importancia de contar con una cuadrilla que lidie, pique y banderillee correctamente para llegar a la faena de muleta con el toro medido y en condiciones de ejecutar la suerte suprema, la de matar, de acuerdo a los cánones. Todo ello relatado de manera amena y dinámica, sin perder un átomo de interés, enganchando al lector desde la primera página, bien sea aficionado conocedor de las distintas suertes del toreo como novato en la materia, con un lenguaje claro y sencillo, en el que los tecnicismos dejan de ser tales y se explican con nitidez extrema, asumibles perfectamente por alguien que jamás haya tenido contacto con el lenguaje, ¡qué digo!, ni siquiera el mundo de los toros, y que al aficionado más entendido le aportará una dosis extra de conocimiento y anécdotas nunca soñadas. En definitiva, un libro que animo a leer a todos cuantos sean aficionados y que, a quienes aún no lo son, seguro que les aportará un punto de vista de la Fiesta que jamás habían imaginado.
Como dice Corrochano, un maestro debe participar por igual de los dos principios en que se funda el toreo: conocimiento de las reses y conocimiento de las suertes. Y ambos principios los domina el autor, un auténtico maestro, un lujo.
Antonio Vallejo
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