sábado, 15 de agosto de 2015

San Sebastián, mucho más que toros

Lo que ocurrió el pasado miércoles día 13 en la plaza de toros de San Sebastián, el ya mítico para cualquier aficionado coso de Illumbe, superó con mucho las barreras de lo puramente taurino. Lo que allí aconteció fue un acto de rebelión ante los ataques fundamentalistas de una minoría que, por motivos única y exclusivamente políticos, quiere  echar tierra sobre una nación de muchos siglos de antigüedad e identidad y sobre sus tradiciones y cultura. Una minoría cuyo único objetivo es borrar cualquier huella de España. Con tan solo 48 horas transcurridas desde la celebración de la corrida del pasado miércoles nos vamos haciendo idea de la magnitud y la importancia de tantos gestos producidos, cargados de simbolismo, emoción y razón, sobre todo razón. A medida que pase el tiempo seremos aún más conscientes del antes y el después que marca esta fecha y esta plaza. Solo había que ver la cara y el rictus de los toreros (tanto los de oro como los de plata) para darse cuenta de la importancia que tenía lo que iban a hacer. No era una tarde más en la que se van a enfrentar a seis toros. Era LA TARDE, con mayúsculas, el día que iban a decir basta a tanta atrocidad, insultos y agresiones, era LA TARDE en la que, sin miedo ni complejos, iban a dar un Viva a España y a la Fiesta, era LA TARDE en la que iban a defender la verdadera libertad,  era LA TARDE en la que defendían una cultura y un arte milenario y, lo más importante quizás, una especie animal que estaría extinguida de no ser por la Fiesta. Pero no fueron los toreros los únicos que elevaron LA TARDE a categoría de mítica. No hay duda que la presencia de Don Juan Carlos, su hija la Infanta Elena y dos de sus nietos, dieron aún más transcendencia al festejo. Si su hijo, le rey Felipe VI hubiera acudido, el espaldarazo a la Fiesta hubiera sido tan rotundo que se acabaría tanta tontería. Pero todo no puede ser, poco a poco. Y tampoco hay duda que la inmensa mayoría de los medios de comunicación, de variados signos políticos, han desarrollado durante esta semana, en los días previos y el mismo día 13, una labor informativa en favor y defensa de los toros como no recuerdo jamás. Porque esto no es política, es arte, es cultura, aunque resulte cansino que lo repita tantas veces. Noticias, reportajes y entrevistas en televisiones y radios. Decenas de artículos, editoriales y cartas en prensa escrita, ¡ya no digo la digital y los medios taurinos!. Y todos con un denominador común, la defensa de la libertad para asistir aun espectáculo artístico y cultural privado, en el que el ganadero pone su dinero y su esfuerzo para mantener una especie, los empresarios arriesgan su capital para ofrecer un festejo privado, y el público paga una entrada con el IVA correspondiente. Y es que cuando se tiene la razón, cuando se trata de defender una tradición artística, cultural y popular profundamente arraigada en una nación con tantos siglos de historia a sus espaldas, ninguna minoría esquizofrénica puede imponer la tiranía de lo absurdo, por mucho que lo disfracen de animalismo. Hace unos días, unas semanas, unos meses albergaba dudas sobre la continuidad de la Fiesta, sobre la posibilidad de claudicación ante el acoso de los antitaurinos. Desde el pasado miércoles 13 de agosto, fecha ya imborrable en nuestra memoria, ya no tengo dudas. La Fiesta seguirá y los toros saldrán adelante porque tenemos la razón, somos más, muchos  millones más y sobre todo, mejores, muchísimo mejores. ¡Viva España!, ¡Viva la Fiesta!

Antonio Vallejo

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