sábado, 27 de agosto de 2016
¿Los excesos se pagan?
Ayer se lidiaba en Bilbao la corrida de Torrestrella, muy seria, imponente de arboladura, magnífica de presencia, variedad de hechuras y de pelajes y muy exigente en cuanto a comportamiento, con mucho que torear. Como exigente estaba ayer la afición bilbaína al iniciarse el paseíllo del mano a mano entre Alberto López Simón y José Garrido en que había quedado el cartel por la baja de Andrés Roca Rey, aún convaleciente de su percance en Málaga. Hecho que no gustó nada a la afición de Vista Alegre, claramente enfadada ante la decisión de la empresa de no contratar a ningún torero que sustituyera al peruano Roca Rey, y nombres hay en el escalafón, y más que atractivos, para ocupar ese puesto. No sé si habrán influido criterios económicos, sin duda la reducción de costes al no contratar a nadie debe ser notable, o si de buena voluntad habrá pensado la empresa que los mana a mano están de moda y resultan un gancho para el público. En cualquier caso parece bastante claro que no acertó. Al menos así se desprende de la respuesta del público al iniciarse el paseíllo en la tarde ayer que dedicó una sonora pitada a los diestros Alberto López Simón y José Garrido. Bueno, el público y la afición son soberanos y dictan sentencia, ayer lo hicieron, con razón o sin ella, no soy quién para juzgarlo, pero mostraron su desacuerdo, algo que puede considerarse normal. Pero este hecho que bien podría haberse quedado en anécdota resultó ser una pesada losa en el ánimo del madrileño Alberto López Simón. La situación le sobrepasó, le generó una crisis de ansiedad al finalizar su faena al tercero de la tarde que le impidió proseguir con la lidia, hasta el punto de precisar ventilación mecánica en la enfermería de la plaza para recuperarse de la alcalosis respìratoria generada por hiperventilación. ¿Cuál pudo ser la causa de tal crisis de ansiedad?. Muy complicado de saber, pero si que puede servirnos como motivo de reflexión y de aviso para el futuro. Si echamos la vista atrás y repasamos la trayectoria del de Barajas nos encontramos con un torero que hasta un domingo de mayo de 2015 en las Ventas prácticamente no toreaba. Aquel domingo de aquel San Isidro su vida cambió, abrió la Puerta Grande de Madrid y se ganó un puesto en una sustitución dentro de ese mismo ciclo para volver a salir a hombros en Las Ventas. Desde ese momento su carrera despegó de forma espectacular, como si fuera un reactor en las pistas de su barajas natal. No había feria que no contara con su presencia en los carteles, triunfo tras triunfo, Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Málaga, Nimes, Zaragoza….toda España a sus pies, la revelación de la temporada 2015, el gran triunfador. Luego vino el invierno y la temporada americana, repleta de contratos, deslumbrando al otro lado del Atlántico con su toreo vertical, poderoso y sin miedo alguno. Y en esta temporada 2016 más de lo mismo, desde Castellón hasta ayer mismo en Bilbao todas las ferias han contado con él como figura. Valencia, Sevilla, Alicante, Madrid, Burgos, Santander, Huelva, Málaga, etc, etc, etc le han visto torear. Yo no sé si serán 70, 80 ó 90 corridas las que tenga contratadas a lo largo de la temporada, pero son muchas, muchísimas, prácticamente sin tiempo para descansar entre una y otra, tanto en lo físico como en lo mental. No digo que esto haya sido la causa de su crisis de ayer en Bilbao, de su desfallecimiento anímico, pero estoy convencido que ha tenido bastante culpa de ello. Para mantener ese ritmo y ponerse cada tarde delante de la cara de un toro hay que tener mucha fortaleza mental. por supuesto que hay muchos hombres que la tiene, pero también pienso que esa fortaleza se gana con los años y que las figuras y los toreros consagrados a lo largo de años son quienes están capacitados para soportar la presión y situaciones adversas y complicadas como la del público de la tarde de ayer en Bilbao sin resentirse en lo mental o anímico. Como he dicho antes todo esto puede llevarnos a reflexionar y a aplicar ese refrán español tan acertado que dice que la avaricia rompe el saco. Pero, claro, ¿quién se resiste a aprovechar el momento y renuncia a contratos jugosos cuando se tienen veintipocos años y el mundo a sus pies?. A lo mejor ahí es donde debiera aparecer una figura de confianza para el torero que le aconsejara más allá de lo puramente económico. Pero eso es muy difícil de valorar y aún más de juzgar o criticar, a ver quien es el guapo que dice que no en esa situación. Lo mismo que los deportistas en los que una molestia puede aconsejarles tomar un descanso de una o dos semanas para evitar una lesión de más envergadura, a un torero a lo mejor habría que mentalizarle que tomar unos días de descanso y faltar a alguna plaza puede resultarle muy beneficioso. Repito, no sé si lo de ayer se hubiera evitado con un menor número de contratos y un mayor descanso mental o anímico, es solo una opinión y una hipótesis, pero no me parece descabellada.
Y me da pena no haber dedicado esta entrada a la gran, la enorme tarde de José Garrido ayer en Bilbao, hecho un auténtico tío, teniendo que estoquear cuatro toros de la exigente corrida de Torrestrella, demostrando mucho valor y fortaleza, además de un toreo de muchos quilates, tanto de capote como de muleta, con quietud, serenidad y profundidad, ni de la oreja de tanto peso y valor cortada al quinto, ni de la repuesta del público de Bilbao con una enorme ovación en la despedida del pacense demostrando que es una afición que entiende mucho de esto, que sabe de toros, y que reconoce el esfuerzo, el valor y el arte. Tarde importante para el extremeño que ayer salió reforzado de Vista Alegre, refrendando lo que ya venía anunciando. Un torero para tener muy en cuenta. Pero es que la tarde de ayer vino marcada por la ansiedad, incluso creo que pudo ser un ataque de pánico de Alberto López Simón generado por stress o fatiga mental.
En el toreo, como en todo en la vida ¿es posible que los excesos se paguen?.
Antonio Vallejo
viernes, 26 de agosto de 2016
Aromas de Curro en Bilbao
Victorino comparecía en Bilbao, los Albaserradas levantan expectación allá donde se anuncien, máxime en esta temporada tras los indultos de Cobradiezmos en Sevilla, Madroñito, del hierro de Adolfo Martín, en Santander y Plebeyo, de Victorino en Calasparra. Están en racha, y en Vista Alegre siempre se les espera con máxima expectación. Nuevamente una corrida excelente en presentación, de buenas y variadas hechuras, muy seria, extraordinaria de presencia, entipada, muy en la línea de este encaste. Pero una vez más hay que hablar de una corrida descastada, sin raza, con algunos toros manejables como el primero y quinto, uno bueno, el segundo, y un sexto con mucho genio y peligro. Deslucida en general, con escaso juego y pocas opciones de triunfo para el jienense Curro Díaz y el murciano Paco Ureña.
Fue en el quinto, un toro con nobleza pero falto de raza y escaso de fuerzas, ante el que Curro Díaz aplicó un toreo templado rebosante de sabor y gusto. Muletazos largos, con una cadencia excepcional, la mano baja, con esa forma de torear que tiene y que hace de cada pase un cuadro. Administró de manera exquisita los tiempos, las distancias, las pausas y la altura de la muleta a la hora de conducir la embestida del animal. Sólo haciendo así las cosas puede uno entender que elaborara una faena limpia y con aromas a toreo de otras épocas, gustándose, para culminar con un estoconazo fulminante. Una vez más Curro ha dejado sobre la arena de una plaza de toros su sello de calidad y de clase, su sello de artista, un delicia ver torear al de Jaén.
Del resto de la corrida tan solo destacar los magníficos naturales que Díaz sacó al primero de la tarde, templados y ligados, bellísimos, pero no hubo más que hacer ante un toro descastado. Al igual que Paco Ureña, quien tuvo en el segundo las únicas opciones de triunfo de toda la tarde. Toro noble, que se empleó en el capote del murciano y que metió bien la cara en el caballo, manejable en la uñeta aunque le faltó ritmo y un punto de emoción para conectar con los tendidos. Toreo templado, reposado, de Ureña, sensacional el inicio por el pitón derecho con una tanda de muchos enteros de calidad. A partir de ahí muketazos suelto de excelente trazo pero sin continuidad, lo que hizo que faltara esa palabra mágica que llamamos transmisión. Buena estocada y dos descabellos para recoger una ovación desde el tercio.
Como decía al principio, una vez más una corrida de fachada impecable pero vacía por dentro. Esperemos que la de Torrestrella programada para hoy en el mano a mano entre López Simón y José Garrido, de magníficas hechuras y variados y espectaculars pelajes tenga más fondo y nos permita disfrutar de una gran tarde de toros como la de Puerto de San Lorenzo del pasado lunes.
Antonio Vallejo
jueves, 25 de agosto de 2016
Diego Urdiales y "Atrevido", de Alcurrucén, triunfales en Bilbao
Diego Urdiales y Alcurrucén volvían a Bilbao un año después de resultar triunfadores en el apartado ganadero y de matadores. Emotiva y cariñosa ovación de la afición bilbaína recordando este hecho, recogida por el riojano Urdiales desde el tercio. Corrida muy seria, magnífica de presencia y presentación, muy entipada, muy Nuñez, seria, pero en la que salvo el segundo, Atrevido, un precioso berrendo en colorado, resultó deslucida, mansa, sin fondo, absolutamente falta de casta y raza. Fue este toro, un torazo, Atrevido, el que sostuvo una tarde en la que se esperaba mucho más. Ninguna, absolutamente ninguna opción tuvo Morante de la Puebla frente a su lote. Su primero, un toro parado, imposible para la lidia. Su segundo, un toro que no embestía, que arrollaba, que intentó saltar al callejón, al que el sevillano intentó someter por bajo pero que resultó imposible. Lo mejor que podía hacer el de La Puebla era abreviar, y así lo hizo, algo que no gustó en los tendidos que le despidieron con bronca. Pero, tendré razón o no, no lo sé, pero cuando un toro no vale y se ve que no vale lo mejor es pasaportarlo rápido ahorrándonos unos minutos tediosos, de trapazos que no llevan a ningún sitio, y menos aún en el caso de un maestro como Morante que no tiene que justificarse ni demostrar nada. Si se va a ver a Morante es para verle torear de capote y saborear su arte, es para verle tomar la muleta, componer la figura y pasarse al toro con esa elegancia y ese duende que sólo él tiene. Pegar pases sin sentido no me cuadra en Morante. Es mi opinión, discutible, como siempre.
Se presentaba el extremeño Ginés Marín en Bilbao. Ocho corridas lleva matadas en esta temporada. Pues ayer dio sensación de ser de los que torean tarde sí y tarde también. Lección de aplomo, de serenidad la de Ginés ayer ante dos alcurrucenes con muchas complicaciones. Toros muy Nuñez en su comportamiento, sin fijeza en los primeros tercios y a los que hay que hacerles las cosas muy bien en la muleta para que embistan. Gazapón, sin celo y de corto viaje el primero de su lote, un animal de bellísima lámina, muy serio, al que Marín le puso la muleta en la cara y lo condujo aguantando parones y arreones, sin perder la compostura en ningún momento, demostrando un temple digno de un torero consagrado, llegando a sacarle buenos lances, largos, aunque sueltos por la falta de repetición del animal. En el sexto, segundo del lote del extremeño, un toro complicado y muy exigente, demostró que lo de su toro anterior no fue casualidad. La tarde naufragaba, se iba cuesta abajo sin remedio cuando el extremeño se jugó la cornada pasándose al de Alcurrucén por la espalda, despertando del letargo a los tendidos. El toro tragaba un pase, pero al segundo medía y buscaba al torero. Ni se inmutó el extremeño, digno su valor, que aguantó los parones y las miradas del Nuñez, un animal peligroso ante cuya cara era muy difícil estar. Acortó las distancias, le tapó la salida, tiró del toro y ahí sacó una faena de mucho mérito tanto por valentía como por técnica, lo que parecí imposible. Una lástima el pinchazo hondo y un descabello que privaron a Ginés Marín de una oreja, aunque no hubiera desmerecido nada su concesión. Inmejorable la sensación y el regusto que dejó el extremeño al finalizar su actuación, reconocida con una vuelta al ruedo que le tuvo que saber a gloria.
Como decía, la tarde se había ido abajo tras el segundo, Atrevido, el único bueno de la corrida de Alcurrucén. Un toro impactante por su estampa, muy serio, armónico, perfectamente rematado, basta ver la fotografía, un torazo, Nuñez de pitones a rabo. Desde los primeros lances de capa se vieron las buenas condiciones del animal. Metía bien la cara, repetía, con buen recorrido. Sensacional el quite de Ginés Marín por chicuelinas ceñidas, dejando patente su arte. Elegante brindis al público de Urdiales en agradecimiento al cariño con que fue recibido al romperse el paseíllo. No tenía prisas Diego, sabedor de cómo es el encaste Nuñez. Poco a poco metió al Alcurrucén en la muleta, templado, con una serie por el pitón derecho cargada de torería. Redondos profundos a un toro de enorme clase que humillaba con condición. Por el izquierdo trazó naturales hondos, sin la ligazón del toreo en redondo, pero de enorme belleza en cada lance. El final de faena con naturales hondos a dos manos, excelentes, rezumando arte en cada pase, dejaba todo pendiente de la espada. Estoconazo fulminante y dos orejas que renuevan la admiración y el respeto mutuo entre Bilbao y Diego Urdiales, y vuelta al ruedo justa y merecida para este gran toro que perfectamente puede resultar elegido como el mejor de las Corridas Generales, ya veremos, y que dio brillo a una tarde de magníficas hechuras pero decepcionante en cuanto al juego comportamiento de los astados.
Antonio Vallejo
miércoles, 24 de agosto de 2016
Ponce y Bilbao: Perfecta sintonía
Desde su presentación en Bilbao, hace ya 25 años, lo de Enrique Ponce con esta plaza de Vista Alegre supera todas las reglas de la lógica. Desde aquel día de 1991 hasta hoy la comunión entre torero y afición ha sido permanente, la sintonía perfecta, casi podríamos hablar de idilio, de amor eterno. No sé si la plaza bilbaína será la favorita del maestro de Chiva, pero si no es así está muy cerca. Con la de ayer son ya 36 orejas las que el valenciano ha cortado en Bilbao. Plaza y afición que cada año le espera con admiración, con devoción, con máximo respeto y mucho, muchísimo cariño. Y la de ayer fue otra más de esas tardes de perfecta armonía entre Ponce y Bilbao. Se lidiaba la cuarta de las Corridas Generales. Seis toros de Domingo Hernández, de magnífica presencia y buena presentación, como corresponde a esta plaza, variados de hechuras, muy serios, astifinos, desafiantes, puntas hacia arriba, pero de pobre juego si salvamos al primero y lo poco que duró el cuarto. Imposible, absolutamente intolerable el lote de López Simón, quien se presentaba en la capital vizcaína y que puso todas las ganas, la entrega, el empeño y el valor para tratar de robar un pase a sus toros, exponiéndose de verdad ante unos animales faltos de casta, raza y bravura. Algo similar le ocurrió a Julián López El Juli, que gracias a su inmensa capacidad técnica, su poder y su mando consiguió meter en la muleta a dos alimañas que se defendían, que buscaban y medían al torero en cada lance. Nueva lección de Juli sometiendo a unos toros sin clase y con mucho peligro. La buena y entendida afición bilbaína supo ver las cualidades de ambos lotes y reconoció con justicia el mérito de ambos matadores, despedidos con una calurosa y cariñosa ovación.
Sin duda fue Enrique Ponce quien se llevó el lote más manejable, lo que no es sinónimo de bueno, pero que en manos del maestro llegaron a parecerlo. De torero de época podría calificarse su faena al primero. Me atrevería a decir que este toro hubiera pasado sin pena ni gloria en otras muchas manos, pero la muleta estaba en las de Ponce, y eso lo cambia todo. Inteligencia y sabiduría para componer, desde los doblones iniciales, cargados de torería, una obra de arte repleta de suavidad y temple a un toro que siempre buscaba las tablas. Lo mimó en las telas, ni un solo roce, muletazos limpios, llevándolo tapado, sin quitarle la muleta de la cara, lección magistral de conocimiento del toreo y los terrenos, culminando con un cambio de mano excelso, un canto supremo a la belleza, para ligar el toreo al natural con la cintura rota, la mano baja, sublime y una serie final con la rodilla en tierra, llevándolo largo y templado, de enloquecer. Gran estocada y oreja para hacer aún más grande el idilio, el enamoramiento entre Ponce y Bilbao. Y más hubiera sido aún si el cuarto le hubiera aguantado. ¡Cómo lo toreó de capote!, al compás, meciendo, acunando la embestida del toro, gloria bendita. En la muleta llegaba desfondado el de Domingo Hernández, noble pero sin fuerzas. Inicia la faena a media altura, suave, templadísimo, sin obligarle. Poco a poco le baja la mano hasta llegar a una serie en redondo con la muleta por la arena, algo que parecía imposible. Aunque le dio pausas, le midió el tiempo, no había más, pero de nuevo la afición supo reconocer la importancia del toreo del maestro de Chiva, torero de leyenda, de época al que aún queremos seguir viendo torear durante muchos años.
Antonio Vallejo
martes, 23 de agosto de 2016
Tercera de Corridas Generales de Bilbao: Gran tarde de Puerto de San Lorenzo
Lo decía hace un par de días y las expectativas se van cumpliendo. Arrancaron las Corridas Generales bilbaínas con una magnífica corrida de rejones, seria, bien presentada y con bravura del hierro de Angel Sánchez y Sánchez que perimitió a Hermoso de Mendoza y Andy Cartagena abrir la puerta grande de Vista Alegre. Más que notable fue la presentación en Bilbao de la rejoneadora francesa Lea Vicens, quien está cuajando una sensacional temporada en las plazas españolas y que el sábado cortó una oreja y a punto estuvo de cortar alguna más de no haber fallado con el rejón de muerte. A esta corrida de rejones le siguió el domingo una también seria novillada, utreros de imponente presencia, muy bien hechos aunque de juego un tanto deslucido y faltos de raza los de José Cruz. Alejandro Marcos, Pablo Aguado y Luis David Adame estuvieron por encima de los novillos, plenos de entrega, ganas y disposición los tres jóvenes, exprimiendo lo poco que tenían dentro. Destacó una vez más el mexicano Adame frente al tercero, con un toreo al natural de muchos quilates, extraordinario, templado, por bajo, corriendo la mano, dejando en el aire sensaciones de torero hecho y que demostró estar más que preparado para tomar la alternativa en la próxima Feria de la Vendimia de Nimes, y el toreo clásico, reposado, profundo y con mucho gusto del sevillano Aguado, quien frente al quinto dejó pasajes con el capote y la muleta de mucho sabor y gran calidad, templado y elegante, con unos ayudados por alto de mucha enjundia. La espada le privó de al menos uno de los trofeos, una lástima.
Para ayer lunes se reservaba el primero de los platos fuertes de esta semana de toros en Bilbao. La primera de las corridas de toros no defraudó. Puerto de San Lorenzo llevó a Vista Alegre una corrida muy seria, de magníficas hechuras, seis toros muy parejos, entipados, muy en Atanasio-Lisardo, armónicos, con trapío, sin excesos ni de kilos ni estridencia de pitones, de bellísima lámina. Un diez en cuanto a presencia y presentación, la imagen lo dice todo. Pero es que además de esto, cuatro de los ejemplares fueron de nota, concretamente 1º, 4º, 5º y 6º, con bravura, raza, clase y movilidad. Tan solo 2º y 3º resultaron deslucidos por falta de casta. Ante estos ejemplares estuvieron más que resueltos Juan José Padilla, Joselito Adame y Juan del Álamo. Una oreja cortó Juan José Padilla al noble y buen cuarto, con una faena de menos a más, templada y ligada, con magníficos derechazos, largos y bajos, vaciándose. Entrega total del jerezano que celebraba sus 25 años desde su presentación en Bilbao. Sensacional había estado previamente frente al primero, un torazo, bravo, de gran clase, que humillaba y repetía con entrega ante el que desarrolló un vibrante tercio de banderillas y al que realizó una faena de muleta basada en el temple y la ligazón, muletazos con hondura por ambos pitones aprovechando la extraordinaria embestida del Atanasio. De no ser por la mala suerte al entrar a matar hubiera cortado otra oreja con seguridad.
Lo intentó el mexicano Joselito Adame con tesón ante el deslucido y huidizo segundo. Ninguna opción tuvo Adame, bastante hizo con intentarlo y pasaportarlo de buena estocada. Otra historia fue el quinto, buen toro, con clase, nobleza, fondo y fijeza. El mexicano basó la faena en la mano derecha, con temple, conduciendo la embestida del Atanasio con limpieza y gusto. Extraordinaria la estocada recibiendo que valió una oreja con fuerte petición de la segunda sin que fuera concedida por el palco. Sinceramente no sé por qué criterio ser rigió la presidencia para negarle el segundo trofeo, creo que confundir exigencia con injusticia son cosas que no benefician a la Fiesta, pero no deja de ser más que una opinión muy personal.
Juan del Álamo es uno de esos toreros jóvenes que, quienes le hemos visto en los últimos años en Madrid, valoramos mucho, uno de los nombres que no queremos perdernos nunca. Torero con mucha clase y gusto, no exento de técnica, valor y mucha entrega, como la que ayer demostró frente el tercero, un toro deslucido ante el que demostró grandes dosis de entrega y disposición, tirando del animal, tratando de sacar agua de un pozo seco, para finalizar con unos circulares por la espalda que tenían mucho riesgo sin esperar recompensa alguna. Más no se puede pedir al salmantino que saludó desde el tercio la merecida ovación de la entendida afición bilbaína. Con fijeza y nobleza se comportó el buen sexto al que Del Álamo toreó mejor por el pitón derecho. Faena con altibajos, muletazos sueltos, sin continuidad y sin llegar a tomar vuelo, algo pasada de tiempo quizás y que nos dejó la sensación de que las condiciones del de Puerto de San Lorenzo permitían sacar algo más y ante el que el salmantino no pareció llegar a acoplarse.
En cualquier caso una gran corrida la de Puerto de San Lorenzo, acorde en presencia y hechuras a lo que es una plaza de primera, de primerísima diría yo, como es Bilbao. Esto es lo mínimo que se debe exigir. Luego saldrá el toro y embestirá o no. Ayer lo hicieron cuatro de los seis atanasios, merecido premio a la labor ganadera de la familia Fraile que allá por tierras charras cuidan tanto este encaste de tanta tradición e importancia.
Para mi, como aficionado, da gusto ver una feria en la que se cuida tanto al toro y en la que el público sabe valorar al toro y al torero con equilibrio y criterio. Muchas plazas, algunas de primera, debieran tomar nota de estos detalles. Sólo cuidando al toro se cuida la Fiesta.
Por tanto, buen comienzo de las Corridas Generales, espero que la semana siga por esos cauces.
Antonio Vallejo
domingo, 21 de agosto de 2016
Bilbao, el toro-toro
Como cada año, llegado el mes de agosto, llevamos consumida una gran parte de la temporada taurina española que comenzó allá por el frío 31 de enero en Ajalvir. Por el camino muchas ferias y muchas plazas, triunfos, polémicas y una tragedia que a todos nos ha dejado marcados. En este camino hay altos y bajos, puertos de categoría especial, puertos de primera o tramos de llano si queremos hacer el símil con el ciclismo. No hay duda que Sevilla y Madrid son los dos grandes colosos hasta esta altura de temporada, secundados por Pamplona, rayando en esa categoría especial, y plazas como Valencia, de primerísima, Alicante con su magnífica feria de hogueras de San Juan, Castellón con la Magdalena, San Sebastián, Puerto de Santa María, Santander o Málaga, feria recién terminada. Es cierto que la categoría de las plazas marca mucho el toro que se lidia en cada una, pero hay un caso que una año más merece volver a recordar y reflexionar sobre ello. Me refiero a Málaga, plaza de primera pero que, a mi modo de ver, vuelve a decepcionar un año más en el capítulo ganadero. Feria gris en cuanto a resultados y gris oscura en lo que a los toros lidiados se refiere. Justos de presencia, terciaditos, animales para otras plazas, pero no para una plaza de primera. Hace años la Malagueta estaba envuelta en polémica por la actitud del palco empeñado en elevar la categoría de la plaza a base de no conceder orejas, confundiendo exigencia con injusticia. Aquellos años pasaron a la historia, pero ahora nos vemos en otros en los que se está descuidando al personaje esencial de la Fiesta, el toro, una lástima. Por eso es un respiro para los aficionados que en este final de agosto lleguen las Corridas Generales de Bilbao, plaza muy seria y exigente con el ganado y los toreros. El elenco ganadero anunciado es extraordinario, como lo fue el del pasado 2015 y que resultó un éxito. Por la arena grisácea de Vista Alegre veremos ejemplares de Alcurrucén, Garcigrande, Puerto de San Lorenzo, Fuente Ymbro, Torrestrella, Jandilla, Victorino Martín y la muy seria novillada de José Cruz para todas las figuras, Castella, Ponce, Juli, Morante, Perera, Roca Rey, López Simón, David Mora, Adame, Urdiales, Ureña, Garrido, Fandiño, Escribano, Padilla….
Cuidada, exquisita diría yo la selección ganadera y de matadores, al menos sobre el papel. Luego, como siempre, tiene que salir el toro, tiene que embestir y el torero tiene que torear, pero lo que es seguro es que, a la vista de la imagen del toro de Puerto de San Lorenzo que traigo a la cabecera de esta entrada, muestra del trapío general de las reses que los distintos hierros traen a Vista Alegre, en Bilbao va a salir el toro de verdad, serio y con presencia, sin exceso de kilos, cuajados y bien rematados. En definitiva, en Bilbao veremos al toro-toro.
Antonio Vallejo
lunes, 15 de agosto de 2016
San Sebastián: ¿Se equivoca José Tomás?
Se esperaba, se deseaba, se ansiaba la tarde de ayer en San Sebastián. El coso de Illumbe presentaba un sensacional aspecto, lleno a reventar, ni un asiento libre, cartel de no hay billetes. Claro, los toros no interesan a nadie, no atraen al público. Que se lo digan a los hosteleros donostiarras estos días con la gran afluencia de visitantes reclamados por la Semana Grande, a ver que opinan a la hora de hacer caja. Primer objetivo conseguido. Ante los desmedidos ataques de los antis en una brutal campaña que llevan realizando desde hace bastantes fechas, la afición ha respondido y ha dado la cara. Bien por ellos, ya basta de callarse y acomplejarse. Por si fuera poco el Rey Emérito D. Juan Carlos, su hija la Infanta Elena y sus nietos Froilán y Victoria Federica acudieron a Illumbe manteniendo la tradición veraniega de la familia real española que durante tantos y tantos veranos acudía a San Sebastián en los meses estivales, convirtiendo a la capital guipuzcoana en el epicentro del verano español, un veraneo con clase y elegancia el de aquellos ya lejanos tiempos. Los once mil espectadores que ayer llenaron los tendidos de Illumbe irrumpieron en una atronadora ovación a la entrada de la familia real. Tortazo en la cara a los proetarras que habían orquestado la campaña antiespañola disfrazándola de animalismo y antitaurinismo.
Solo esto ya es suficiente justificación para seguir dando toros en San Sebastián. Pero en la tarde de ayer había un plus de interés, la presencia de José Tomás, el mito, la leyenda, el que arrastra allá donde se anuncia a una legión de incansables seguidores. Era sin duda la gran atracción, todos estaba preparado para una tarde triunfal, y así fue… para Julián López El Juli. Dicho así puede parecer que fracasó el de Galapagar. Nada más lejos de la realidad, ni mucho menos fue así, pero la tarde nos deja varias lecturas. La primera, lo que tantas veces hemos repetido, nos tenemos que contentar con ver los vídeos de las faenas de José Tomás. Sigo sin entender su negativa a ser retransmitido en directo, creo que sería bueno para él que todos los aficionados le viéramos. ¿O es que lo que realmente quiere es que solo le vean sus fieles?. De verdad, no se le va a restar ningún mérito a lo que haga, ni se le va criticar más o menos por los toros elegidos, simplemente queremos verlo en directo, con lo que ello conlleva de emoción, algo que evidentemente se pierde cuando uno conoce ya el resultado del festejo. Porque al final lo vamos a ver y vamos a darnos cuenta que los toros son los que son, y no son precisamente los toros de Madrid, Sevilla o Bilbao. De igual manera, quienes lo viéramos por televisión no tendríamos capacidad para quitarle los trofeos, que no tenga miedo por eso. Por cierto, que a veces son más que generosos por parte de sus incondicionales que le siguen en peregrinación. Vuelvo a lo que siempre he repetido. José Tomás se hizo un mito a base de torear como nadie, de ponernos el corazón en un puño al hacer pasar a los toros por sitios increíbles, por un concepto del toreo vertical y de quietud pasmoso. Yo vi ese toreo en Madrid, y me apena no haberle vuelto a ver en Las Ventas. Con todos mis respetos pero Granada, Huelva, San Sebastián, Alicante y otras plazas elegidas no son Las Ventas, la Maestranza ni Vista Alegre, y para seguir siendo el que fue y ser una auténtica figura de época creo necesario su paso por plazas de primerísima categoría. Ya he apuntado algo de otra de las lecturas que se pueden sacar de la tarde de ayer. El ganado, muy elegido para la ocasión, bien presentados, eso sí, pero algunos terciaditos y de presencia algo discutible. Curioso que ayer el lote de más cuajo le correspondiera a Juli, siendo los toros del de Galapagar los más justitos de presencia, caprichos del sorteo. Y una tercera lectura es la elección de los alternantes. Si echamos la vista atrás, al 31 de enero de este año en La México, fue Joselito Adame el triunfador de lo que estaba preparado para una apoteosis tomasista. En Alicante la gloria fue compartida con José María Manzanares, quien para mi estuvo un punto por encima. Y ayer, en San Sebastián, fue Juli quien dio un golpe de mando, una lección de autoridad, quien demostró el pedazo maestro que es y salió por la puerta grande. Todos sabemos su también negativa a compartir cartel con algunos toreros como, por poner un ejemplo, el maestro de Chiva, Enrique Ponce. Difícil de asumir quizás que, cuando todo está pensado y preparado para JT quien se lleve las portadas y los honores sea otro. Todo esto son, por supuesto, especulaciones, que se caerían de un plumazo si JT compareciera de nuevo en plazas de primera. No pierdo la esperanza de que así sea en breve.
Dicho esto, en lo puramente artístico, ayer se vio un toreo de gran altura en Iluumbe. Lo de Juli al tercero fue tremendo. ¡Qué toreo!. Desde los compases iniciales, doblándose, conduciendo la toro con un temple inaudito, ni rozó la tela el de Garcigrande, por ambos pitones, muletazos profundos, sometiendo al toro, con un cambiado por la espalda y un cambio de mano que duró toda la eternidad y que pusieron a los tendidos en pie. Estoconazo volcándose sobre el morrillo y dos orejas de enorme valor. Muy bien había toreado José Tomás al segundo, faena de temple y gusto, dándole al toro la distancia y la velocidad que precisaba, muletazos ceñidos, bajos, hondos, con una quietud pasmosa y un trincherazo final antológico. Faena de enorme altura. La espada le privó de al menos una oreja, una lástima, pero dejó en la memoria sus grandes cualidades artísticas y su temple. A por todas salió el de Galapagar en el quinto tras ver a Juli cortar dos orejas. Impresionante tercio de quites, rivalidad entre los dos madrileños. Gaoneras ajustadas de José Tomás replicadas por lopecinas a manos bajas y una media abelmontada de Juli que de nuevo pusieron en pie a todos los aficionados. Faena iniciada por estatuarios, seguida por redondos y naturales ceñidísimos, toreo vertical, sin inmutarse, sin mover los pies del terreno, pasándose al toro a milímetros de la taleguilla, sometiéndole, alarde de valor. Un pinchazo previo a la estocada dejaron el resultado en una oreja.
En definitiva, gran tarde de toros por muchos motivos. Por lo que supone de respaldo a la Fiesta en una ciudad como San Sebastián, por la extraordinaria respuesta de la afición que no se ha sentido amedrentada por las amenazas separatistas disfrazadas de antiaturinismo, y por el arte que vimos sobre la arena de Illumbe. Al final fue El Juli el triunfador, el que lleva toreando desde que se inició la temporada en Castellón, el que lleva una temporada de órdago, el que ha impresionado en Sevilla, en Madrid, en Pamplona….y seguro que dentro de unos días en Bilbao, el que ha matado corridas de gran diversidad de hierro y encastes. Y es que torear regularmente y hacerlo con el mando que lo hace Juli tiene mucho mérito y recompensa. Quizás plantear una temporada a siete tardes elegidas y anunciadas con suspense lleve a perder regularidad, y quien sabe si a lo mejor el fallo a espadas de ayer que le privó de salir por la puerta grande se explica en parte por eso.
¿Se equivoca José Tomás?.
Antonio Vallejo
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