jueves, 15 de febrero de 2018

Plaza México, el final soñado para una Temporada Grande


La Temporada Grande en La México llegó a su fin el pasado domingo. Adios a las madrugadas taurinas invernales, adios a los desvelos, adios a los lunes de resaca y adios, con pena, a disfrutar del toreo con el peculiar estilo de esa plaza y esa afición, tan particular, tan peculiar y que, al menos a mi, me aporta mucho a la hora de conocer la Fiesta en todas su dimensiones. Muchas veces lo he dicho, aconsejaría a todos los aficionados que se asomaran a esa manera de enteder el toreo al otro lado del Atlántico, hay muchas cosas de las que aprender, como hay muchas cosas que al menos a mi me hacen reafirmarme en conceptos e ideas personales de lo que debe ser el toreo, que todo cabe. No hay que olvidar una cosa, que La México es una de las tres únicas plazas del mundo en la que se confirma alternativa, junto a Madrid y Nimes, lo que da idea de la importancia, la relevancia, la exigencia y la trascendencia del coso de Insurgentes. En cualquier caso, enriquecedor y un auténtico lujo poder disfrutarlo cómodamente en casa gracias a unas extraordinarias retransmisiones de la televisión azteca con un magnífico aficionado y comunicador como Heriberto Murrieta, una auténtica institución en materia informativa taurina en aquel país. Una Temporada Grande que arrancó el 19 de noviembre con aquel mano a mano entre Juli y Joselito Adame y que no sé a quien proclamará triunfador, ni siquiera sé si tienen por costumbre hacerlo, porque a mi modo de ver hay varios nombres que perefctamente serían merecedores de tal galardón: Enrique Ponce tras su histórica tarde del 3 de diciembre, Julián López "El Juli" con su apoteósica puerta grande del pasado de 4 de febrero,  las salidas a hombros de Sergio Flores el mismo día que Juli y el 10 de diciembre, la puerta grande de Arturo Macías este pasado domingo... Pero lo que está claro es que el cierre de la temporada capitalina no pudo ser mejor, aunque para ser perfecto y redondo del todo le tenian que haber embestido los toros a Leo Valadez para también haber salido a hombros junto a Andy Cartagena y Arturo Macías " El Cejas".
Así fue, un broche de oro a una Temporada Grande en la que una vez más vi unos tendidos con una pobrísima entrada. Cierto es que La México es muy, pero que muy grande, que llenar sus 50.000 localidades es francamente difícil y más aún en estos tiempos en los que la Fiesta no vive sus días más boyantes  y en los que la economía mundial no está para muchas alegrías, y México me parece que tampoco se escapa a la crisis mundial. Pero es que muchas tardes -madrugadas españolas- el aspecto de los interminables tendidos de Insurgentes ha sido desolador. Si salvamos el festejo de apertura, el de Ponce del 3 de diciembre, el extraordinario guadalupano y el de Juli del 4 de febrero en los que la entrada fue completa en el numerado y más que aceptable en el general, en Le Resto de los días programados la asistencia ha sido más bien pobre, desoladora en algunos casos, como los días 25 de diciembre y 1 de enero y las de este pasado domingo, que para ser el último mostró una imagen del numerado con un índice de ocupación bajísimo, algo que sinceramente me ha extrañado mucho puesto que era un cartel con mucho atractivo especialmente para el aficionado mexicano con una de las grandes figuras de aquel país, Arturo Macías, y otro de los que apuntan muy alto de cara al futuro, Leo Valadez. Junto a ellos un rejoneador con gran cartel en aquel país, Andy Cartagena, una de las grandes figuras del toreo a caballo. Pero exceptuando ese pequeño lunar que ha supuesto la baja asistencia de público la corrida del domingo supuso un final de lujo para su temporada, el final soñado en el que triunfaron los toreros y el toro, porque tan importante es la imagen de Cartagena y Macías a hombros como la del cuarto toro de la tarde, Copo de Nieve, del hierro de Reyes Huerta, que volvió con vida al campo para criar. Es la máxima expresión de la Fiesta, el culmen de la tauromaquia; la bravura, la casta, la raza y la clase de Copo de Nieve suponen el triunfo del toro, personaje fundamental de la Fiesta, la torería, el gusto, el temple y la entrega de Cartagena y El Cejas reflejan el triunfo del torero. Esa es la esencia de la Fiesta y su verdad, algo tantas veces repetido, la lucha entre una fiera y un hombre en la que normalmente solo uno puede salir victorioso, pero que desarma totalmente cualquier acusación de brutalidad cuando el toro, por sus grandes virtudes, regresa con vida a la ganadería. Pero aún hay más, el indulto de Copo de Nieve pasará a la historia como el primero a un toro de rejones y Andy Cartagena supo torear a caballo a este extraordinario toro que reunió bravura, humillación, repetición, celo, raza, nobleza y duración con una pureza, un temple, una maestría y a la vez vibrante y con una espectacularidad tremenda. Como suele  decirse todos los astros se conjuntaron para generar la obra perfecta y una vez más el. mundo entero pudo contemplar la verdad de este Arte, una verdad en las antípodas de la imagen cruel y sangrienta que la ignorancia y el odio irracional de los antis pretende exportar. La faena del de Benidorm sobre sus cabalgaduras fue una auténtico ballet, de una belleza exquisita, y el toro era, pues eso, de indulto sí o sí.
Arturo Macías es un ídolo en México, una figura máxima del toreo azteca y el domingo demostró el por qué del respeto y admiración que sus paisanos le profesan. Puerta grande, nada más y nada menos que la novena del mexicano, casi nada, tras cortar una oreja a cada uno de su lote, dos toros de Las Huertas de diferente condición cada animal y ante los que El Cejas dio una lección de torería y gusto. Sobresaliente estuvo Macías ante el segundo, un animal noble y manejable que humillaba con clase aunque de corto recorrido y poca duración. Pero lo entendió a la perfección y supo llevarlo muy toreado por ambos pitones, con  la muleta siempre en la cara, envolviéndolo con la tela para taparle la salida, lección de temple y técnica a la que sumó detalles de mucho gusto, siempre por bajo aprovechando la humillación del animal, toreando muy despacio, con trincherillas de auténtico lujo, molinetes y unas manoletinas finales que enloquecieron a la concurrencia. Estoconazo y oreja de ley para Macías. Por cierto, en este toro se vio algo poco frecuente hoy en día, el añorado pique en quites en el que El Cejas respondió por tafalleras a un gran quite por chicuelinas de Valadez. Hay tradiciones que no debe perderse, y la rivalidad en quites debe ser una de ellas por lo vibrante y bella que es. Como decía, el quinto, segundo del lote de Macías fue un toro con peligro escondido, ante el que había que mandar y poder para someterlo como hizo el azteca, que le avisó con una tremenda voltereta y un palizón gracias a Dios sin consecuencias en el quite a la salida del caballo. Faena de tesón, de entrega y de gran ambición sabedor que tenía a su alcance la novena puerta grande. Le puso la muleta en la cara, trió del de Las huertas, lo llevó templado, muy toreado y el animal, viéndose podido sacó un fondo de nobleza que no parecía. Toreo de empaque, de muchos quilates, de clase y raza el de Macías que cortó otra merecida oreja que le abría la puerta de la gloria para hacer historia. 
Insisto, la guinda hubiera sido que Leo Valadez hubiera tenido algo, aunque fuera solo algo, en su lote. Infumable, sin un solo pase, sin raza, sin bravura, sin fuerzas, nada de nada, a pesar que el hidrocálido lo intentó y lo intentó en vano. Al menos los aficionados supieron reconocer su esfuerzo baldío. Por delante le quedan muchas tardes al de Aguascalientes para demostrar lo torero que es. Entrega, ganas y disposición ya mostró el domingo, pero sin toros nada es posible.
En fin, que se acabaron las madrugadas desde La México, pero eso no quiere decir que los toros en América hayan terminado. Aún queda por lidiar en otras plazas de México, En Colombia, en Venezuela y en Ecuador, por donde aún están las figuras españolas haciendo las delicias de los aficionados de allende los mares. Figuras que poco a poco irán regresando a nuestra patria para la apasionante temporada que se avecina. Sí, voy a echar de menos las madrugadas taurinas, pero creo que va ser francamente fácil sobrellevarlo. Para empezar este sábado en Vistalegre volveré a ver toros en la plaza, la primera de la temporada, con los Victorinos para Curro Díaz, Daniel Luque y Emilio de Justo. Unos torazos que para los que quieran verlos dejo el enlace al final de este comentario. Sería fantástico que Vistalegre presentara una gran entrada. Ojalá sea así, que la Fiesta necesita a los aficionados más que nunca, no defraudemos al toreo.

Antonio Vallejo

https://www.aplausos.es/noticia/42665/noticias/los-victorinos-de-vistalegre.html

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