jueves, 29 de diciembre de 2016

¡Feliz año!: En el horizonte II


El pasado 6 de diciembre publicaba una entrada en la que comentaba lo cerca que estaba la próxima temporada taurina 2017 y comentaba algunas reseñas y avances de lo que puede ser un gran año a taurino. Mientras tanto, América sigue a toda máquina, Colombia, Perú, Venezuela y México acaparan toda la atención y prestan estos días navideños para la celebración de innumerables festejos  en sus plazas. Ayer mismo Cali ha asistido al enésimo triunfo de Andrés Roca Rey y a la enésima cogida del diestro limeño quien, una vez más, ha puesto el corazón en un puño a los aficionados de la plaza de Cañaveralejo en un quite por saltilleras ceñidísimo, pleno de belleza y riesgo, y su toreo característico con pases cambiados por la espalda con los pitones del toro arañando los bordados de la chaquetilla, pisando terrenos al límite de lo imposible. Faena de emociones que hizo vibrar, bramar diría mejor, a los tendidos y que merecía un final acorde al toreo desplegado por el peruano. Sabedor de lo que había se tiró a matar despreciando una vez más cualquier regla que hablara de cuidado o precaución, mirando una vez más cara a cara a la muerte entre los pitones del toro mientras hundía la espada en todo lo alto y era voletado de manera espeluznante por el de Paispamba. Afortunadamente salió de la suerte sin consecuencias y paseó como si nada las dos orejas del animal entre el delirio de la afición. México, en concreto Querétaro, también asistieron el día de Navidad a una magnífica corrida en la que Zotoluco cortó dos orejas y salió a hombros en su despedida de la plaza mexicana , Talavante dejó su sello de figura del toreo, reposado, cadencioso, en la cima de su carrera, cortando una oreja de mucho peso, y El Payo evidenció de nuevo que su triunfo en La México no fue pura casualidad, cortando otra oreja que a punto estuvieron de ser dos, ante toros de Campo Real. Y mucho más en plazas mexicanas, Silveti y Gerardo Rivera cortando orejas en Tlaxcala, Saldívar en Jalpa, Sergio Flores en Puruándiro, y un largo etcétera. Mención especial hay que hacer al enorme esfuerzo que ha supuesto sacar adelante la temporada taurina en Venezuela. De sobra es conocida la situación lamentable de es país, dominado por un estalinismo atroz que está llevando a la ruina, a la  miseria absoluta a esa tierra. Con lo que tienen, al demente que les desgobierna solo se le ocurre batallar contra la fiesta de los toros por ser una "tradición española", ese es su "gran" argumento, como el de los de aquí. Prohibición tras prohibición ha ido estrangulando, asesinando plaza tras plaza y sólo una pocas resisten el ataque. Ese es el ejemplo que siguen los "antis" en España, ese es el modelo que quieren importar los falsos animalistas, comunistas sanguinarios cuyo único fin es la destrucción de España, seres que solo se mueven por el odio y cuyo lema es prohibir, prohibir y prohibir, como la carmenada de las matrículas de los coches que hoy padecemos en Madrid. Mejor vuelvo a los toros, que es de lo que se trata, porque como siga calentándome acabo mal, o bien, según se mire. Decía de Venezuela, enorme mérito haber conseguido que 35 matadores y novilleros hayan hecho el paseíllo en las plazas que resisten. Sin duda lo más sonado han sido los rotundos triunfos de Enrique Ponce quien en tres corridas cortó nueve orejas, un rabo e indultó a un toro en Mérida, y Daniel Luque que hizo cuatro paseíllos en San Cristóbal y Mérida triunfando en ambas plazas. 
Como vemos, América sigue con su temporada, mientras en España seguimos con atención lo que allí acontece y nos preparamos para dentro de dos días tomar las uvas y dar la bienvenida al  nuevo año, que parece mentira que ya esté aquí. Ya lo decía el pasado 6 de diciembre, el tiempo vuela y en cuatro semanas saltará en Ajlavir el primer toro del 2017 y en cinco semanas iremos a Valdemorillo. Madrid ya anunció los primeros carteles, el Domingo de Ramos con toros de Victorino Martín y la posibilidad de que sea Paco Ureña en solitario el que los lidie. También Vistalegre presentó el festejo del 25 de febrero y Sevilla, por su parte, anunció ya las ganaderías de la próxima Feria  de Abril. A estos avances de lo que será la temporada 2017 se suman Castellón y Pamplona. La ciudad levantina perfila una Feria de la Magdalena de máximo nivel, con carteles de lujo que contarán con Ponce, Talavante, Manzanares, Morante, Juli, Roca Rey, Diego Ventura, Varea y no me extrañaría que aparecieran algunos de los mexicanos que están en boca de, posiblemente los hermanos Joselito y Luis David Adame y Octavio García "El Payo", frente a toros de reconocidas divisas, tales como Fuente Ymbro, Garcigrande-Domingo Hernández, Juan Pedro Domecq, Hermanos García Jiménez. Sin duda una feria de primera la que se espera en Castellón. Y otra plaza que, como es tradicional en estas fechas, cierra y anuncia su elenco ganadero es Pamplona. El coso de La Misericordia tiene ya definidos los hierros que correrán por las calles pamplonesas por la mañana y se lidiarán por la tarde en su Feria del Toro. Debuta en dicha feria la ganadería salmantina de Puerto de San Lorenzo, lo que será un auténtico espectáculo, pues ver a los Atanasios corriendo por Estafeta será una auténtica maravilla. Completan el serial Victoriano del Río, Jandilla, Cebada Gago, José Escolar, Nuñez del Cuvillo, Fuente Ymbro y la ya clásica y tradicional corrida de Miura como broche de oro el día 14 de julio. ¿Que eso está lejos?. ¡Ni mucho menos!. En un abrir y cerrar de ojos nos plantamos en el verano. Si no, al tiempo. Por el camino tendremos a Sevilla, Madrid con un San Isidro que promete en este año, Alicante….. Será una gran temporada 2017, aunque a los que ya sabemos les jo…, perdón, les pese.
¡Feliz año!

Antonio Vallejo

lunes, 12 de diciembre de 2016

El duende invade México, ¡cumbre Morante!


Lo tenía guardado, lo dijo en una entrevista  mientras asistía como espectador en la tarde del sábado a la corrida de Fermín Rivera, El Payo y  Diego Silveti: "Necesito enseñarle a México lo que llevo dentro". ¡Y vaya si lo hizo!. La magia, el embrujo, el pellizco, el duende, todo lo sacó a pasear el de La Puebla del Río para hacernos soñar, una tarde antológica de Morante. Gusto, clase, maestría y torería en estado puro, obra cumbre de un Morante todo sentimiento, abandonado al toreo y a la inspiración, entregado al Arte, supremo, sublime, insultantemente bella su faena, todos los calificativos se me quedan cortos para expresar los sentimientos que transmitió la antología torera del de La Puebla del Río. ¡Merece la pena trasnochar y meterse a la cama a las tres de la mañana si es para ver torear así a mi Morante!. ¡Ole, ole y ole!, ¡viva el toreo!, ¡ésto es lo más grande!.

Todo ocurrió en una corrida de Teófilo Gómez desigual de presentación y juego programada como penúltima de la Temporada Grande. Una tarde más deslucido el aspecto de los tendidos, menos de media plaza, peor para ellos que se lo perdieron. Dos toros buenos, el primero y el cuarto, otro con clase pero soso a más no poder, el segundo, y tres que no sirvieron para el lucimiento.

Desde que saltó a la arena el segundo dejó claro Morante a qué venía a La México. Las verónicas de saludo, lentas, eternas, suaves, acariciando, meciendo, acunando la embestida de un noble y enclasado toro, pero al que le faltó chispa y gracia, eran el anuncio del delirio. Toda esa chispa y  gracia que no tuvo el animal la puso el sevillano a su toreo. Las trincherillas al inicio de su faena de muleta eran cada una un cártel por sí mismas. Desde que tomó la muleta el trasteo discurrió por los caminos del temple, la suavidad, la clase, el gusto y la exquisitez del toreo de Morante. Derechazos y naturales a cámara lenta, temple descomunal, llevando al toro cosido a la muleta, haciendo humillar al noble pero más que soso animal, todo ello seguido por una afición hipnotizada rendida ante tanto derroche de arte y belleza y que respondía con olés profundos, sentidos, roncos a cada lance, para alcanzar el cénit cuando Morante se saca de la nada un molinete garboso al apretarle el toro, que se quedaba ya muy corto al final de faena. Lástima el mal manejo de la espada porque una oreja era segura. Aunque realmente daba igual, porque el caprichoso destino le tenía reservado un cuarto toro para que el sevillano derramara toda su inspiración sobre la arena mexicana en una faena cumbre. Las chicuelinas garbosas de recibo fueron únicas, pero el delirio comenzó cuando Morante se echa el capote atrás, cita en largo colocándose casi de espaldas y nos deleita con un Quite de Oro antológico, moviendo las manos con una suavidad pasmosa. La plaza en pie rompiéndose a aplaudir tras el torerísimo remate con el capote, impregnado de ese sabor que solo Morante sabe imprimir a sus lances, fruto de su inspiración e improvisación ajenas a guiones escritos o prefabricados, solo Arte, puro Arte, esencia pura, como la del maestro Romero. El ambiente en los tendidos de La Monumental mexicana se lo pueden imaginar, todo el mundo era consciente que algo grande iba a ocurrir, pero creo que jamás soñaron con ver lo que vieron. Desde luego yo me frotaba los ojos ante el televisor, y no era de sueño, quería estar seguro que lo que estaba viendo era real. Inicia la faena al paso, ligando trincherazos y trincherillas, algo sublime, poesía pura con un trozo de tela. El derecho fue sin duda el mejor pitón del toro, por ahí surgieron series macizas de temple, ligazón y hondura, bajando la mano, toreando con la cintura y las muñecas, todo suavidad y naturalidad, enroscándose al toro en cada lance, dejándose en cada remate, entregado a sus musas y México rendido a sus pies, conquistado por el Hernán Cortés del toreo. Por el izquierdo le costó más tomar el engaño al de Teófilo Gómez, pero el de La Puebla recetó naturales sueltos inmensos, de infinita belleza. El estoconazo con el que fulminó a este muy buen toro fue de órdago. Rodado sin puntilla las dos orejas que paseó el sevillano culminaron una tarde mágica, noche de ensueño en España. Sí, lo que vi era real, y la emoción infinita al ver la sonrisa de Morante y México a sus pies, invadido por el duende, en una apoteósica vuelta al ruedo entre el clamor de los tendidos con gritos de "torero, torero, torero".

Pocas opciones tuvo José María Manzanares ante su lote. Feo, deslucido y sin  clase el tercero, embistiendo a arreones, sin humillar. Tardo, reservón y con peligro el quinto, que medía y buscaba en cada muletazo. Muy por encima de los toros el alicantino que solo pudo lucirse en el toreo de capote al quinto con verónicas de bellísima factura intercaladas con chicuelinas a manos bajas rememorando a su padre, para rematar con una revolera lentísima cargada de sabor. Nada tuvo en la muleta el segundo, soso y sin fuerza. Con muy buen criterio optó por abreviar el alicantino, evitando así una sucesión de pases sin sentido que solo consiguen aburrir al personal. Mayores complicaciones tuvo el quinto, un toro ante el que no era fácil estar y al que Manzanares sometió a base de paciencia y mando, demostrando el poderío de su toreo. Lo que parecía imposible lo logró el alicantino, que sacó un par de tandas por el pitón derecho plenas de temple, con la mano baja, haciendo humillar a un animal que siempre llevaba la cara arriba. Mal en el manejo de la espada Manzanares, algo a lo que no nos tiene acostumbrados, no en vano es uno de los mejores estoqueadores que hay en la actualidad. Recogió una merecida ovación a la muerte de su último toro en reconocimiento a su buen hacer ante un ganado imposible.

Junto a los dos diestros españoles completaba el cartel el mexicano Gerardo Rivera, que confirmaba alternativa con tan solo una corrida toreada en 2016. Y si viéndole en su toro de confirmación me dicen que llevaba toreadas una veintena de tardes me lo creo. Le tocó en suerte un toro feo de hechuras, descolgado, con poca cara, pero noble, pronto y repetidor al que el mexicano toreó francamente bien. Lo recibió a portagayola en un alarde de valor y disposición, ejecutó un quite por saltilleras con clase y banderilleó a sus dos toros de manera vibrante y con decisión. Con la muleta demostró temple y sacó tandas por ambos pitones depaciosas, bajando la mano y alargando el lance, aprovechando muy bien el recorrido del animal. También se le vieron algunos defectos, lógico, como la mala colocación al intentar una arrucina que le sirvió para ser volteado por el de Teófilo Gómez, afortunadamente sin consecuencias. Máxima entrega y ganas en Rivera, quien lo puso todo pero que se topó ante un animal deslucido en su segundo que le dio pocas opciones. Tampoco anduvo fino con los aceros, aunque no se le puede pedir más teniendo en cuenta que es uno de los muchos matadores que torean poco, poquísimo, algo desgraciadamente frecuente en el escalafón donde los contratos escasean y no es nada fácil hacerse hueco.

Pero la de ayer fue la tarde de Morante, la tarde del duende, la tarde de la magia, la tarde del pellizco en México, la noche para soñar despiertos aquí, en España. Esta es la magia y la grandeza de nuestra Fiesta, esto es el toreo, emoción y sentimiento.

Antonio Vallejo

martes, 6 de diciembre de 2016

En el horizonte


Noviembre, diciembre, meses de otoño, casi invierno en España. La temporada americana a toda máquina, México, Perú, Ecuador, sus plazas están en su máximo apogeo, Venezuela y Colombia con novilladas y alguna corrida de toros suelta previas a sus temporadas. Por aquellas tierras transatlánticas andan gran parte de los matadores españoles y franceses cuajando una más que notable temporada de invierno.
Sobre todas las ferias que por alía se desarrollan destacan sin duda, al menos a estas alturas del año, la Temporada Grande de La México y la de Lima. Por fortuna en España es posible seguir en directo el desarrollo de la temporada de la capital mexicana gracias a Toros Tv, una oportunidad de oro, como en anteriores ocasiones ya he comentado, para conocer el toreo en América y la manera de concebirlo, entenderlo, valorarlo y vivirlo, pero también una ocasión para constatar algo realmente preocupante y que en estos tres fines de semana de Temporada Grande que se llevan cumplidos, a excepción de las dos tardes del arranque, con Zotoluco, Manzanares, Talavante, Joselito Adame y Roca Rey en los carteles, ha sido una constante; la escasa, mínima en algunos casos, asistencia de espectadores. Lamentable el aspecto de los interminables tendidos de La México, que cuentan con  capacidad para 50.000 espectadores y que se han visto ocupados por tan solo 2.000 ó 4.000, algo desolador, triste, muy preocupante. Y no hablo de las novilladas de la temporada chica, en una de ellas el dato fue de ¡300 espectadores!. De hecho, hoy mismo he leído en Aplausos que la corrida programada para este viernes día 9 en La México, dentro del fin de semana de lo que allí llaman feria Guadalupana y en la que iban torear Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Diego Sánchez se traslada al domingo 18, con vistas a una mejor entrada. Espero que sea algo anecdótico y pasajero, que con la llegada de las figuras se pueblen de aficionados los tendidos de La Monumental mexicana, porque si no es así se nos va la fiesta, se muere por sí sola. México es un puntal de la Fiesta, plaza de máximo nivel y referencia en el planeta toros, fundamental para difundir la grandeza del toreo, como son Madrid y Sevilla, el mayor escaparate al mundo de lo que significa el toreo, y si aquí falla la afición, algo grave nos pasa.
En lo puramente taurino y en lo que a México se refiere, el pasado sábado 26 de noviembre en la tercera de la Temporada Grande fue Ginés Marín el único que salvó la tarde. Malo, malísimo, horripilante el encierro de José Julián Llaguno, descastado, sin raza y falto de fuerza, en el que Marín dio una merecida vuelta al ruedo en el toro de su confirmación al torear con mucho gusto y temple al único ejemplar que sirvió algo. Muy por encima de su lote, en el sexto nos dejó un quite por saltilleras maravilloso y durante toda la tarde dio impresión de estar en un momento extraordinario, tal como demostró en el final de temporada española. Solvente y muy por encima de su lote anduvo también Arturo Saldívar, quien tiró de oficio y técnica para intentar sacar algo de sus toros, pero no tenían fondo alguno, misión imposible para el mexicano que recogió una ovación a la muerte del segundo premio a su entrega y buen hacer. Menos toreado, mucho menos, vi al también mexicano Juan Pablo Llaguno, que entre que no tuvo toros y que tampoco se le vio precisamente sobrado de recursos pasó sin pena ni gloria por la arena del coso de Insurgentes. Por si fuera poco mató mal, rematadamente mal, escuchando dos avisos en su primer toro que a punto estuvo de tener que ser devuelto a los corrales ya que se salvó por segundos de escuchar el tercero de los avisos.
Mejor resultó el festejo del domingo 27 de noviembre con toros de El Vergel para los mexicanos Fermín Rivera y Sergio Flores junto al español José Garrido que confirmaba alternativa. Encierro descastado y con complicaciones que nos permitió ver la primera salida a hombros de esta Temporada Grande al desorejar Sergio Flores al quinto de la tarde, el mejor del encierro sin duda alguna, tras una faena de mando y temple en la que sometió al animal sacando muletazos de hondura y bellísima factura por ambos pitones que encontraron el eco en los tendidos, olés sonoros con el público azteca entregado. Mató de un extraordinario estoconazo que pasaportó al de El Vergel y paseó con justicia los dos apéndices del animal. Muy serio y firme anduvo el confirmante Garrido. En el toro de su confirmación, un toro complicado, justo de fuerzas y de escaso recorrido, dejó magníficas sensaciones con el capote, chicuelinas garbosas con la mano baja y una muy torera media de remate como tarjeta de presentación. Entendió bien a su oponente y a base de temple y someterlo por bajo dominó la brusca embestida del animal, que se quedaba corto y buscaba a mitad del muletazo. Al natural surgieron los mejores lances de la faena, con el extremeño por encima de su enemigo, demostrando enormes dosis de valor al aguantar parones, miradas y arreones del animal. Mató de pinchazo y estocada desprendida. Ni Flores ni Garrido tuvieron opción alguna de lucimiento en el segundo de sus lotes, aunque demostraron valor y entrega. Lo mejor, la brevedad con los aceros a la hora de pasaportarlos. Fermín Rivera, mexicano de dinastía torera, sobrino de Curro Rivera, torero valiente de corte heterodoxo y tremendista,  una de las máximas figuras del toreo mexicano de los años 70 y que en España toreó 58 corridas, con 10 paseíllos en las Ventas y nueve orejas en su haber, dejó en el segundo detalles de toreo clásico y profundo, con series por ambos pitones con empaque que hicieron rugir a los tendidos de La México, entregada toda la tarde a Rivera. Toreó con mando, técnica, gusto y mucha torería en ese segundo lo que hubiera valido una oreja de no haber mediado un inoportuno desarme y el mal manejo de los aceros, pero escuchó una encendida y cariñosa ovación. En el cuarto tuvo oportunidad de desquitarse de lo ocurrido previamente al cortar una oreja de ley. Sensacional el quite por chicuelinas rematado con una larga cordobesa que puso en pie a los tendidos, anuncio de lo que vendría en la  muleta. Faena de temple y cadencia, muletazos ligados con gusto y naturalidad, con enorme soltura se le vio al mexicano y magnífico juego de muñecas, sobre todo en un cambio de mano excelso, eterno, lentísimo y largo que hizo que los aficionados se rompieran las palmas a aplaudir. Entró a matar con decisión, volcándose sobre el morrillo para liquidar al de El Vergel con un estoconazo fulminante para pasear con enorme gozo una oreja de mucho peso por el anillo de Insurgentes.
Para el sábado 3 de diciembre estaba programado Luis David Adame, quien no ha llegado a tiempo de recuperarse de la cornada del pasado 12 de noviembre en la apertura de la Temporada Grande, por lo que el festejo anunciado para esa tarde quedó en un mano a mano entre Octavio García "El Payo" y Sebastián Castella con toros de San Isidro. Al de Beziers le correspondió un lote infumable, rajados, reservones, con genio y peligro el tercero, totalmente nulos para el triunfo. Muy firme se mostró Castella toda la tarde, derrochando técnica y conocimiento, sin dudar ni un segundo en invadir los terrenos del toro para intentar sacar algo en claro de aquel desastre ganadero, eso sí, de preciosas hechuras, sobre todo el primero. Lo intentó por ambos pitones, se expuso el francés y llegó a trazar algún muletazo suelto largo y profundo. No anduvo fino con los aceros pero el público supo valorar su labor de entrega y compromiso despidiéndole con una calurosa y cariñosa ovación. Fue esa tarde cuando pudimos ver la actuación más redonda, compacta e importante de lo que va de Temporada Grande a cargo de El Payo. El torero de Qurétaro-ciudad famosa gracias a nuestro Emilio Butragueño, el Buitre- mostró un toreo de enormes dimensiones en el que combinó su concepto sobrio y clásico del Arte con gusto y naturalidad, sin estridencias ni excesos, todo inmerso en una línea de elegancia y sentimiento con la que llegó a los tendidos y los puso patada arriba. Toreó con una madurez que antes no había visto en sus actuaciones en Madrid, con exquisito temple, muletazos hondos, todo relajado, la mano baja, citando alante y llevando muy largo al toro, cerrando la salida para ligar las tandas con enorme belleza. La máxima expresión llegó en el sexto al que cortó una oreja con fuerte petición de la segunda y que el Juez de Plaza, como allí llaman al presidente, no otorgó. Cierto es que la colocación de la espada resultó algo defectuosa, pero su maciza actuación durante toda la tarde bien hubiera valido el segundo trofeo y su salida por la puerta grande. Creo que, sin apartarse de lo que dicta el reglamento, hay que tener sensibilidad y cierta generosidad cuando un hombre se juega la vida ante un toro y derrocha Arte. La Fiesta necesita triunfos, aunque solo sea como señal de reclamo para el público que tan escasamente está acudiendo a La México. 
Para la sexta de la Temporada Grande de este pasado domingo 4 de diciembre se anunciaba un encierro de Julian Hamdan para Miguel Angel Perera, Juan Pablo Sánchez y Armillita IV. Vibrante toreo de capote de Perera al primero de la tarde, cadenciosas verónicas, chicuelinas ceñidas y con sabor para rematar su toreo de capa con un quite por tafalleras estático, sin mover un milímetro las zapatillas. También extraordinario Curro Javier en banderillas con este primero, dos grandes pares, de poder a poder, reuniendo en la cara, viéndose obligado a responder desmonterado la gran ovación de los escasos 5.000 espectadores que ocupaban los tendidos de La Monumental azteca. Solo un pitón tuvo este primero de Hamdan , el derecho, por el que Perera exprimió al toro. Muletazos templados y largos, bajando la mano, ligados que fueron coreados con olés por los tendidos. Bajó el nivel y el ritmo de la faena al tomar la muleta con la mano izquierda. Al natural protestaba el toro, se revolvía y no humillaba. Quizás ese motivo y que el toro doblara con solo media estocada hizo que el Juez de Plaza no sacara el pañuelo a pesar de la que creo era mayoritaria petición de los aficionados, pero dio una vuelta al ruedo de gran valía. En el cuarto, un sobrero de Valparaíso, poco más que intentarlo pudo hacer el extremeño. Como el toro no iba se metió en sus terrenos, esos que tantas veces le hemos visto pisar a Miguel Angel y en los que parece encontrase increíblemente cómodo. Pases por la espalda, muletazos arrancados metido entre los pitones, alarde de entrega y valor, pero no había nada. Abrevió con criterio, como debe hacerse en estos casos. Armillita IV se llevó el peor lote. Ninguno de sus dos toros se entregó, no humillaban, siempre con la cara a media altura y con poco recorrido. Entregado y con ganas el mexicano, se puso y trató de conducir la embestida de su lote sin éxito. Silencio en ambas faenas para otro torero de dinastía, la de los Armilla. Juan Pablo Sánchez, torero de Aguascalientes, cortó una oreja al segundo de la corrida. Toreó con un temple extraordinario, reposado, entendiendo al toro a la perfección, dándole la altura, la cadencia y las pausas que requería. Faena muy al gusto de México, primero a media altura, con suavidad, enseñando al toro a embestir, para terminar bajando la mano y ligando muletazos largos y templados por ambos pitones, alcanzando una despaciosidad impresionante al natural, como si fuera la superlenta del plus. Todo lo hizo con naturalidad, sutileza y gusto, matando de un estoconazo y paseando por el ruedo una oreja que, en mi opinión, bien podían haber sido dos, puesto que méritos creo que hizo más que de sobra y la estocada fue colosal. Magnífico recuerdo el que me ha dejado este mexicano al que no había visto torear antes.
Dejando Mexico D.F, que es lo que puedo ver a través de televisión, Perú está viviendo días de enorme emoción y asistiendo a triunfos rotundos, esta vez sí que con máxima asistencia de aficionados, con llenos a reventar en la plaza de limeña de Acho. Ponce, Morante de la Puebla y Manzanares han dejado el pabellón español por las nubes, secundados por Roca Rey que ha reventado la Feria del Señor de los Milagros. Toreo maravilloso el del valenciano, en la línea de torero de época con la que nos ha obsequiado a lo largo de todo este 2016. Gusto y clase en su actuación, enorme y eterno Enrique, toreo templado y relajado, disfrutando en cada lance, un delicia. Y Morante, ¡qué voy a decir del maestro!, quien, por lo que cuentan las crónicas, detuvo el tiempo una vez más en su capote con un toreo a la verónica como solo él sabe hacer, meciendo, acunando la embestida del toro, trazando con la muleta redondos y naturales con un sabor y un empaque descomunal, molinetes y trincherazos con el gusto y la gracia que el sevillano imprime a cada lance. Una oreja para cada uno de ellos es el resultado de su actuación en Acho. Y por si faltara algo llegó José María Manzanares hace dos días, este pasado domingo para desorejar a un toro de Hermanos García Jiménez corrido en cuarto lugar ante el que realizó una vez más una obra cumbre. Faenón del alicantino que he podido ver en un resumen y que supone un compendio de la tauromaquia de Josemari. Toreo de empaque, rotundo, pleno de clase, gusto, elegancia y torería, redondos profundos y bajos, ligados, naturales hondos, de sublime temple. Torería y más torería en la manos y las telas del maestro alicantino. Como no podía ser de otra manera, mató de estoconazo fulminante en la suerte de recibir. Ponce, Morante y Manzanares, tres de mis debilidades, toreros a los que admiro y con los que sueño el toreo cada tarde, toreros por los que siempre he confesado mi admiración y pasión, sin tapujos, a las claras, porque ¿acaso hay algún aficionado al que no le guste verles crear tanta belleza con su Arte?. Pero el que se ha llevado el premio gordo de la feria limeña, el Escapulario de Oro, ha sido el local Andrés Roca Rey. El peruano cortó el domingo cuatro orejas haciendo enloquecer a los aficionados de Acho. Armó un auténtico lío con su toreo cargado de emoción, desde las largas cambiadas con las que recibió de capote a sus toros, toreo arrollador a la verónica y por chicuelinas, para cuajar dos faenas de muleta de arrebato, templadas, ligadas, perfectamente concebidas y ejecutadas, en largo y siempre por bajo. Estatuarios, pases por la espalda, bernardinas, trincheras, desplantes ¡y dos estoconazos fulminantes! para cortar cuatro orejas y pasearlas entre gritos de "Perú, Perú, Perú…".  No sé si algún día veremos en nuestra patria a un toreo paseando los trofeos entre grito de "España, España, España…", ¿se acabarán algún día los miedos y los complejos y seremos capaces de expresar claramente el amor por nuestra tierra y nuestra Fiesta?.
Hasta aquí un resumen de lo que he visto y algo de lo que he leído sobre la temporada americana. Estamos en diciembre, parece lejano pero realmente no lo es tanto. Como titulaba esta entrada, en el horizonte ya se divisa la próxima temporada española. De verdad, no queda nada, si no me lo dirán el último fin de semana de enero cuando Ajalvir abra sus puertas y salte el primer toro y pocos días después, allá por San Blas, el fin de semana del 3, 4 y 5 de febrero, Valdemorillo celebre su Feria de la Candelaria. De momento van surgiendo noticias y adelanto de lo que puede ser la temporada 2017. En Las Ventas estamos expectantes ante la nueva empresa. Simón Casas y su equipo han entrado pisando fuerte y parecen garantía de espectáculo y éxito. De momento solo anuncios en lo que a ganaderías se refiere, concretamente la de Juan Pedro Domecq que lidiará dos corridas en San Isidro, una con cada hierro, Juan Pedro Domecq y Parladé, dentro de las quince corridas que el ganadero gaditano tiene ya contratadas para este 2017. Valencia,  Sevilla, Nimes, Mont de Marsan, Istres, Brihuega, Puerto de Santa María, más que posiblemente Bilbao y, en palabras del ganadero, tres plazas más de segunda aún sin determinar. No sería descabellado que una de esas plazas sea Alicante, además de Pamplona y Zaragoza, que en mi opinión también contarán con los juanpedros. Ya veremos. Otra ganadería que también ha anunciado su próximos compromisos en el nuevo año ha sido Nuñez del Cuvillo. Dos tardes en Madrid a sumar a las de Pamplona, Bilbao, Valencia, casi seguro Sevilla aunque las negociaciones continúan, Nimes, Mont de Marsan, Dax, Beziers, Alicante y Jérez, en palabras de Alvaro Nuñez. Otro de los avances que ha levantado gran expectación también tiene a Madrid y a Simón Casas como protagonista, que ha anunciado un inicio de temporada a lo grande con dos novilladas de lujo, nada menos que La Quinta y Fuente Ymbro, además de la corrida del Domingo de Ramos, nada más y anda menos que con los albaserradas de Victorino Martín, que también llevará una corrida a San Isidro, con un cartel aún por decidir, si bien hay muchos rumores que apuntan a Paco Ureña en solitario con seis de Victorino, todo un reto y  un reclamo de lujo para el aficionado. Como es lógico la Real Maestranza de Sevilla no podía quedarse atrás. Circula el rumor de un cartel de campanillas con Morante de la Puebla, José María Manzanares y Andrés Roca Rey ante toros de Nuñez del Cuvillo. Sería la repetición de la terna que este domingo 4 de diciembre ha resultado triunfal en Lima, por qué no soñar con ello. Lo que sí ha confirmado el empresario Ramón Valencia es que contará con los hierros de Nuñez del Cuvillo, Victorino Martín y Miura, que cerrará la Feria de Abril, para el abono sevillano.
Como digo, en ese horizonte aparentemente lejano se dibuja ya una temporada apasionante. Sin darnos cuenta nos veremos inmersos en ella, disfrutando un año  más de nuestra Fiesta, aunque a muchos les pese, por encima de trabas, insultos, vetos y prohibiciones. Hasta entonces seguiremos con la temporada americana. De momento veré a través de toros tv la corrida del sábado 10 con reses de Teófilo Gómez para Morante de la Puebla, José María Manzanares y Gerardo Rivera que confirma alternativa, la del domingo 11 con toros de Barralva para El Payo, Diego Silveti y Roca Rey y la del lunes 12 con Joselito Adame como único espada frente a ejemplares de distintas ganaderías. Un apasionante fin de semana que cerrará la Temporada Grande de La México y que espero sea, por lo menos, un éxito de público, y que pondrá en marcha la cuenta atrás hacia la temporada española que asoma en el horizonte.

Antonio Vallejo

martes, 15 de noviembre de 2016

Arranca La México en su Temporada Grande


Estreno de gala de la Temporada Grande 2016-2017 en la México con dos carteles de lujo en este su primer fin de semana. Sin duda un acierto por parte de la empresa programar este año corridas los sábados y domingos, lo que ha llevado consigo un aumento de afluencia de espectadores, logrando así mejor quee los interminables tendidos de la Monumental mexicana luzcan afortunadamente mucho más poblados que la pasada campaña. Y también un gran acierto el de Toros tv por transmitir en directo los festejos programados para esta Temporada Grande, aunque eso nos suponga a algunos trasnochar los sábados y domingos, si bien es cierto que van a a ser madrugadas apasionantes de toreo del bueno. No solo otro acierto más, sinceramente es otro motivo más de agradecimiento a todos y cada uno de los profesionales de ese extraordinario canal temático taurino que tantas alegrías nos da a los aficionados y que tanto y tan bien está haciendo en defensa de la Fiesta y en su difusión al mundo entero. Gracias a Toros tv tenemos la oportunidad de ver y sentir la manera de entender e interpretar el toreo y todo lo que le rodea en aquellas tierras, muy distinto e incluso chocante en algunos aspectos a como lo percibimos en España. Al menos así lo hemos disfrutado esta pasada madrugada  un muy buen amigo, enorme como persona y gran aficionado con el que comparto abono en nuestro tendido 1 de Las Ventas, y yo, ambos ante la pantalla de Toros tv, conectados por el móvil, comentando por mensajes cruzados las incidencias y chascarrillos de la lidia como si estuviéramos en nuestras localidades en pleno San Isidro disfrutando de cualquier tarde de toros del abono. La magia de la comunicación, cosas de la vida moderna y de las nuevas tecnologías, algo realmente divertido.  
Decía que Toros tv nos brinda una magnífica oportunidad de acercarnos al toreo del otro lado del Atlántico. Quizás esa sea una de las primeras cosas que hay que advertir a quien se asome por vez primera a los toros en México, que debe cambiar totalmente la mentalidad, como dicen ahora, el chip, y la manera de valorar lo que vea, aunque haya muchos aspectos que le llamen la atención. Quizás el que más sorprenda y llame la atención es el toro, su morfología, hechuras y presencia, muy distinto a los patrones por los que nos regimos en España (me cuenta mi amigo Raúl en uno de los mensajes que Molés les llama "toros de leche") , sino por como se desarrolla la lidia y como se mide en La México. Mucho se ha hablado del toro mexicano, daría para horas y horas de debate y para libros enteros. Toros más pequeños, discutibles de presencia y trapío desde nuestra óptica taurina, con mucha movilidad, eso sí, pero que si saltan en Madrid se monta la de San Quintín. Pero aquello es otro  mundo y es un toro que sirve para el toreo que les gusta más. Un puyazo y  muchas veces tan solo señalado, nada que ver con la suerte de varas que, al menos a mi, me gusta ver. Ritmo pausado, lidia larga, faenas de gran metraje, como son los "manitos", tranquilos, sin prisa, sin que sea raro que una corrida  llegue a las tres horas, eso si no echan el que llaman "de regalo", séptimo de la tarde, en caso que el  director de lidía lo considere. Pero es realmente enriquecedor ver cómo sienten los toros, la pasión que le ponen, como respetan la Fiesta y, desde luego, que hay algunas  cosas que en España debiéramos tomar en consideración y aprender de ellos.
Pues bien, con estas premisas me senté ayer a las doce de la noche, seis de la tarde hora local en México D.F, para asistir al mano a mano entre Joselito Adame, la gran figura azteca del momento, y el peruano Roca Rey, gran revelación y triunfador de la pasada campaña española, con toros de Xajay, afamada ganadería mexicana por lo que tengo entendido. Previo a este atractivo cartel se había celebrado el sábado un no menos atractivo festejo con toros de Bernaldo de Quirós para Eulalio López "Zotoluco", en la que es su última temporada en activo tras anunciar su retirada de los ruedos al final de la misma, Alejandro Talavante y José María Manzanares en el que tan solo el alicantino pudo cortar una oreja del tercero por el malo y deslucido juego de las reses. Una lástima, desde luego, porque sobre el papel la tarde pintaba bien, pero solo el tercero permitió ver a un Manzanares derrochando arte, torería y buen gusto en una faena de gran altura, templada, bajando la mano, muletazos hondos con la elegancia que Manzanares imprime a su toreo. Una magnífica estocada le da la primera oreja de la Temporada Grande. 
Volviendo a lo de ayer, máxima expectación ante el mano a mano anunciado, pero ya sabemos lo que suele decirse, algo válido aquí y allí, que corrida de expectación, corrida de decepción. Deslucido el juego de los toros de Xajay, siendo el primero el único bueno del encierro. Los cinco restantes no permitieron el mínimo lucimiento, faltos de raza y casta, quedando muy por encima de los toros Joselito Adame y Andrés Roca Rey, firmes y solventes ante sus lotes.
Bonito de hechuras el cárdeno primero, pitones al estilo del toro de México, es decir, muy justito, pero es el toro que allí se lleva y gusta, de hecho fue fuertemente ovacionado de salida. Sensacional el de Aguascalientes en el saludo capotero, verónicas cadenciosas, templadas, con una media de remate bellísima. Como a toda la corrida, se le mide mucho el castigo en varas, tan solo un puyazo, un micropuyazo podría decirse, pero repito, es lo que por allá se estila. Emotivo brindis a su hermano Luis David, convaleciente de una fractura de clavícula y que espera confirmar alternativa en México en próximas fechas, esperemos que llegue a tiempo. La verdad es que este primero fue un muy buen toro, con clase y bravura, pronto y repetidor, que humilla y mete la cara de dulce en la  muleta de Adame, quien saca magníficas tandas en redondo, templadas, bajando la mano y alargando el viaje. Pero es por el pitón izquierdo por donde llega su mejor toreo, sobre todo en una serie de naturales ligados con una hondura extraordinaria, coreados con apasionados olés por los tendidos. Faena bien planteada, desarrollada y medida que lastimosamente se emborrona por un bajonazo trasero infame. Una pena porque tenía una oreja asegurada. Del resto del lote del mexicano poco hay que decir. El tercero no se emplea en los primeros tercios, lleva la cara siempre arriba, se defiende, no pelea en el caballo y corta en banderillas, vamos, una joyita. Inicia la faena de muleta Joselito Adame sentado en el estribo, con mucho valor y riesgo tras ver el comportamiento del toro. Lo intenta llevar templado y en largo pero es imposible. El de Xajay va a arreones, pegando tornillazos a diestro y siniestro, muy digno y voluntarioso el hidrocálido, pero finalmente tiene que desistir ante la  nulidad de su oponente. Con buen criterio a mi modo de ver decide abreviar y macheta por bajo, lidia con los pies, toreo a la antigua que suele decirse, para someter la brusquedad del animal. Mata de nuevo muy mal, otro bajonazo, no parece que tuviera el punto de mira bien calibrado en la tarde de ayer. El quinto quizás sea el de mayor presencia y trapío de la corrida, el más serio y en tipo a lo que en España gusta, más desarrollado de pitones que sus hermanos aunque algo estrechito de sienes. Muy poco juego en el capote, no se emplea en varas y tampoco se le pica, la verdad, un puyazo simplemente señalado, no más, como dicen por allá. Inicia la faena Adame por estatuarios, tratando de aprovechar que el toro se desplaza, realmente arrolla más que embiste, le falta clase y casta, se cuela, corta el viaje, se revuelve y busca. Valiente y firme Joselito, muy digno ante este toro nulo para el lucimiento, incómodo y con peligro. Abrevia la faena con buen criterio y mata de entera desprendida que pasaporta al astado. Silencio en la despedida del Joselito al que ya se espera en su encerrona en solitario del día 12 de diciembre.
El segundo es un toro abrochadito de pitones, estrechito de sienes, de agradables hechuras, al que Roca Rey recibe con verónicas ajustadísimas que quitan la respiración, rematando el saludo con una larga a una mano eterna, lenta y larguísima, preciosa, pura poesía torera. Corta y desarrolla sentido y peligro en banderillas. Ya sabemos como es el peruano, no conoce el miedo, y así lo demostró ayer plantándose de rodillas para iniciar la faena a este toro que no había demostrado precisamente buenas condiciones. Arrolla al peruano a las primeras de cambio y se salva de milagro de una cogida tremenda, las imágenes fueron espeluznantes con el pitón recorriéndole el cuello, la cara y la cabeza. Pero a este le da igual, se levanta y como si no hubiera pasado nada ¡vuelve otra vez a plantarse de rodillas!. Es tremendo lo de este chico, no se frena ante nada, y se pone en terrenos que parecen imposibles, una auténtica locura sobre todo ante toros como este segundo, que no humilla, sin recorrido, que se queda cortísimo, se revuelve y busca constantemente sabiendo bien lo que se deja atrás. Firme y muy valiente Roca Rey, plantándole cara hasta que el animal se raja ante el poder del peruano. Las bernardinas finales cortan la respiración, ¡por dónde se pasa los pitones, Dios mío!. Mata de pinchazo y casi entera y escucha una merecida ovación. El cuarto, de 484 Kg, pasaría por un novillo en las Ventas, eso sí, este es más abierto de pitones que sus hermanos y con algo más de cara. Desde salida se adivinan las condiciones del toro. Otro que no humilla, sin clase alguna y escaso de casta y raza. Al menos en este cuarto hemos visto un gran puyazo a cargo de David Vázquez y un precioso quite por tafalleras del propio Roca Rey al salir del caballo. Inicia la faena por estatuarios con riesgo, se pasa al toro a milímetros del cuerpo, embiste rebrincado, echando la cara arriba, sin clase ni gracia alguna. Lo único que tiene es peligro, palabra que no existe en el diccionario de Roca Rey quien, a pesar de los arreones del de Xajay, se pone y le pone la muleta una y otra vez para tratar de conducir la horrible embestida del animal. Finalmente abrevia y mata de certera estocada, lo mejor que podía hacer. El sexto es otro muy en la linea  general de la corrida, bonito de hechuras pero muy justo de pitones para lo que estamos acostumbrados en tierras hispanas. Saludo garboso a la verónica, con ritmo y compás, mete bien la cara el toro, rematando el saludo con una bonita revolera y una brionesa con sabor y buen gusto. Una vez más el tercio de varas es un simulacro, un puyacito señalado y ya está, ¡cambio de tercio y ovación del respetable!. Es lo que comentaba al principio, son cosas que a nosotros nos chocan la primera vez que ves una corrida en México pero que a la larga vas tomando como normal cuando te adaptas y cambias la mentalidad. El quite por saltilleras que Roca Rey receta es, junto a la larga a una mano del segundo, de lo mejor de la tarde, madrugada española ya a esas horas. No extrañan los olés rotundos de la afición mexicana. Lo de los primeros compases fue tan solo un espejismo. A la muleta llega escasísimo de fuerzas, se defiende, la cara a media altura y el viaje corto. Lo mejor viene por el pitón izquierdo en una serie al natural con algo más de recorrido, pero el toro no da para más, a pesar que Roca Rey lo intenta de todas la maneras, pleno de ganas y entrega, pero no hay fondo alguno. Lo despacha con solvencia de gran estoconazo en todo lo alto que fulmina al de Xajay. Merecida la ovación de despedida para el peruano cuando abandona el coso de insurgentes.
Y así, cerca de las tres de la madrugada hora española, termina el segundo de los festejos de la Temporada Grande en La México. Aunque a alguno le cueste creerlo, merece la pena trasnochar, de verdad. Porque ver toros siempre merece la pena, y si son desde la Monumental azteca aún más, aunque la corrida no haya respondido a las expectativas. Pero la Fiesta es así, ahí está su magia y su grandeza. El próximo fin de semana continúa con dos novilladas de la temporada chica que llaman por aquellas tierras, pero para el fin de semana del 26 y 27 de noviembre vuelven las corridas de toros con un cartel compuesto por Arturo Saldivar, Juan Pablo Llaguno y Ginés Marín frente a toros de José Julián Llaguno para el sábado y Fermín Rivera, Sergio Flores y José Garrido que confirma alternativa con toros de El Vergel el domingo, como anticipo de lo que nos espera de aquí al 12 de diciembre. Y gracias a Toros tv lo veremos en directo, un lujo.

Antonio Vallejo

miércoles, 19 de octubre de 2016

Zaragoza: Emoción, sentimiento y heroísmo, el final soñado


El pasado domingo marcó el fin del año taurino en tierras españolas y francesas. Jaén, Zaragoza y Madrid, con el festejo aplazado del 12 de octubre, han sido las últimas plazas en echar el cierre a esta temporada 2016. Una temporada 2016 difícil, complicada y dura que, en mi opinión, ha venido marcada por las emociones y los sentimientos. Al menos a mi me lo ha parecido así y de esa manera la he vivido a lo largo de estos intensos meses.
Arrancaba allá por el mes de febrero en la ya no tan fría como antaño plaza de Valdemorillo con una feria en la que el sábado día 6 de febrero se anunciaba un cartel compuesto por Luis Antonio Gaspar "Paulita", Víctor Barrio y Martín Escudero frente a toros de Monte La Ermita. En principio un cartel más de los muchos que a principio de temporada vemos año tras año. Ninguno  por aquel entonces podíamos sospechar lo que significaría para el toreo el nombre de Víctor Barrio, hay que ver cómo es la vida y lo que te tiene guardado a la vuelta de la esquina. Ese nombre, Víctor Barrio, el nombre que ha marcado la temporada, unos meses después, la tarde de otro sábado, el 9 de julio, en la plaza de toros de Teruel, marcaría un antes y un después en el  mundo del toro. Su trágica muerte destapó lo peor de esa masa de escoria humana que se autodenominan antitaurinos, pero sirvió para sacar a la luz lo mejor de todos cuantos nos consideramos la familia taurina. Toreros, novilleros, subalternos, picadores, ganaderos, empresarios, prensa, crítica, aficionados, todos a una, unidos sin fisuras, con una sola voz y un único sentimiento en defensa de la dignidad de un ser humano que entregó su vida a la Fiesta, en defensa de su honor y el de todos cuantos amamos este Arte que es la Tauromaquia, hartos de escuchar y recibir insultos y amenazas procedentes de seres repugnantes que aquellos días vomitaron bilis y odio de sus entrañas. Seres abominables que fueron denunciados y llevados ante la justicia, tan repugnantes y abominables como algunos jueces que han archivado las denuncias y una Fiscal General del Estado que tiene la poca vergüenza de afirmar que los mensajes de odio regodeándose de la muerta de Víctor Barrio, insultando a su viuda y a su familia, no tiene claro que constituyan delito de odio. Pero su muerte nos despertó del letargo en el que estábamos sumidos y nos hizo más fuertes, con una unión jamás vista en este mundo del toro. Aún recuerdo con emoción la tarde del 28 de julio en la madrileña Iglesia de San Antón donde todos los estamentos que conforman esta gran familia que es la taurina nos reunimos para acompañar a la familia de Víctor y  dar muestra de nuestra fuerza, nuestra pureza, nuestra verdad y nuestra razón con un solo grito, ¡viva el toreo!. 
Esta temporada 2016 que se ha ido será siempre recordada por ese nombre, Víctor Barrio, de eso no hay duda, jamás creo que se nos vaya a borrar de la memoria, y por los sentimientos que en todos nosotros generó. Y es que, repito,  si hay algo por lo que esta temporada se ha marcado ha sido precisamente por eso, por los sentimientos y la emotividad.
No hizo falta espera mucho para tener la primera de las jornadas de intensa carga emotiva de las muchas que hemos  vivido en este año. Fue el domingo 21 de febrero en la plaza de Vistalegre, en pleno Carabanchel, con la reaparición de David Mora casi dos años después de su terrible cogida del 20 de mayo de 2014 en Las Ventas. Una faena cargada de emoción y sentimiento a un toro de Parladé premiada con dos orejas que nos puso los pelos de punta, una faena plena de gusto y sabor, con un toreo reposado, lento y templado, pura magia, con la alegría de ver al maestro otra vez vestido de luces, sensaciones indescriptibles que quienes allí estuvimos las guardamos con especial recuerdo y cariño. 
Posiblemente el primer punto álgido de la temporada se vivió en la Feria de Fallas valenciana. En ella vimos triunfar a un joven torero peruano, Andrés Roca Rey, y a otro joven torero extremeño, José Garrido, que anunciaban lo que posteriormente sería su gran temporada. Triunfadores en Valencia, abriendo la puerta grande, como parte de esa nueva generación de matadores llamados a tomar el relevo de las grandes figuras actuales, junto  a los López Simón, Javier Jiménez, Ginés Marín que viene pisando fuerte. Pero creo que  lo que Valencia realmente dejó como legado a esta temporada fue la multitudinaria manifestación que recorrió sus calles el día 13 de marzo en defensa del toro bravo y de la Fiesta. Sentimientos y emociones a raudales, preludio de lo que iba a ser el resto de la temporada, la de la reacción contundente a tanto ataque indiscriminado, a tantas barbaridades escuchadas y sufridas, la temporada en la que había que enseñar a todo el planeta la verdad del toreo, la pureza de este Arte y la grandeza de su afición. Sin duda Valencia prendió la mecha en la defensa de nuestras esencias y nuestra cultura y supuso un claro estimulante para mantener en todo lo alto la llama del toreo a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Sevilla, con su Feria de Abril, también ha marcado un momento supremo en esta temporada. Una vez más los sentimientos y las emociones llenaron el albero sevillano. Si hay algo por lo que se recordará la Feria sevillana de este 2016 será por un toro de Victorino Martín, "Cobradiezmos", indultado por Manuel Escribano la tarde del jueves 14 de julio. En una temporada en la que había mucho que demostrar, después de la señal de fuerza de Valencia, Sevilla enseñó al mundo la verdad del toreo, el auténtico amor al toro bravo devolviendo a Cobradiezmos al campo extremeño, una imagen que echa por tierra esa de crueldad y sadismo con la que los antis nos quieren ensuciar. Desde luego que parecía un regalo del cielo la aparición de este toro de leyenda en un momento tan necesario como el actual. Pero pasar por Sevilla sin recordar el pedazo feria que se vivió en  La Maestranza sería un pecado. López Simón reventó Sevilla y la puso patas arriba, Ponce dio otra lección magistral de toreo, Manzanares puso la elegancia al servicio del toreo en una faena inolvidable, José Garrido mostró la verdad y el arrojo frente a un toro jugándose la vida y Morante, ¡Ay mi Morante!, sencillamente detuvo el tiempo en su capote y su muleta, paró el reloj maestrante y nos elevó al cielo de este maravilloso Arte ante un toro de Nuñez del Cuvillo la tarde del 16 de julio. El Morante más Morante que se haya visto en mucho tiempo deslumbró en su Maestranza, el duende nos invadió y los sentimientos indescriptibles, el pellizco que genera su toreo, ajeno a todas las reglas y que surge de su inspiración, nos inundó de emociones aquel sábado de primavera.
Y llegó Madrid, llegó San Isidro, la plaza y la feria más importante del  mundo, el escaparate a todo el planeta de nuestra Fiesta. Algo tenía que pasar para mantener el tono de la temporada, para que no decayera el ánimo de la afición y para que todo el  mundo se enterara de lo que somos. Y vaya si lo hizo. Cuatro nombres se encargaron de cargarnos una vez más de emotividad: Roca Rey, David Mora, Enrique Ponce y José María Manzanares. El peruano Roca Rey abrió la caja de los sentimientos encogiéndonos el corazón la tarde del viernes 13 de mayo al cortar dos orejas a un toro de Nuñez del Cuvillo con un toreo épico, despreciando al miedo y al riesgo, pasándose al animal por terrenos imposibles. David Mora puso la nota de emotividad plena la tarde del 25 de mayo ante "Malagueño", un extraordinario toro de Alcurrucén, al que toreó como los ángeles, con una clase y una elegancia suprema, haciendo que los sentimientos afloraran en todos y cada uno de quienes llenábamos la plaza aquel precios día de mayo en el que todo el cariño y reconocimiento era poco para el madrileño que dos años ante a punto estuvo de perder la vida en ese mismo ruedo. Faena plena que fue premiada con dos orejas que a muchos nos hizo derramar alguna lágrima de alegría ante la lección de superación y pundonor de un hombre que superó el dolor y lesiones que parecían irrecuperables y cuya fuerza de voluntad y el amor a esta bella profesión le llevó a cumplir el sueño de salir a hombros por la Puerta Grande de Madrid. Esta inolvidable tarde de David Mora no era más que  la continuación de lo que habíamos vivido y sentido unos días antes, el jueves 19 de mayo con el maestro Enrique Ponce, eterno Ponce, que dictó magisterio sobre la arena venteña frente a un toro de Puerto de San Lorenzo. Magistral, imperial, rotundo y artista Ponce, puso a toda la plaza de acuerdo, Madrid rendido a sus pies ante la demostración de torero de leyenda, de torero de época del maestro de Chiva en una faena cumbre, plena de técnica, clase, gusto y elegancia. Inolvidable, como fue la tarde del miércoles 1 de junio, Corrida Extraordinaria de Beneficencia, antología del toreo, antología de José María Manzanares ante "Dalia", de Victoriano del Río. La faena de Manzanares a este toro fue un compendio de todo lo que significa el toreo. Mando, poder y sometimiento de un animal bravo y complicado para, una vez hecho esto, componer una sinfonía perfecta de belleza, gusto, elegancia, temple, torería, el sueño de cualquier torero y el de cualquier aficionado que va a una plaza de toros. ¡Y una estocada recibiendo de antología que hizo rodar sin puntilla al de Victoriano del Río!. Una tarde más emociones y sentimientos llenaron los corazones de los aficionados madrileños que llenábamos los tendidos de Las Ventas. Nombres y tardes que quedarán en la memoria de los aficionados y que han hecho grande a la Fiesta en ese maravilloso mayo madrileño.
Pasado San Isidro llega una etapa de la temporada en la que se suceden las ferias camino del final de junio y los primeros días de julio donde destacan la Feria de Hogueras de Alicante y, como no, los Sanfermines pamplonicas. Por el camino apareció la localidad francesa de Istres con una feria en la que Talavante y Castella nos dejaron un toreo de grandísima altura, como a lo largo de toda sus temporada, demostrando que están en un momento de madurez extraordinaria, disfrutando del toreo, con el poso y el reposo de la experiencia y el conocimiento del toro y los terrenos. Y también en Istres pudimos ver algo antológico, la encerrona de Enrique Ponce con seis toros de diversas ganaderías y encastes, reflejo de lo que ha sido toda su vida en la que jamás ha regateado ningún hierro ni procedencia. Ocho orejas en otra tarde para soñar con lances de capa, derechazos, naturales, toreo desmayado, poncinas, trincherazos, doblones….magia pura. Como decía, el final de junio vino marcado por la Feria de Hogueras alicantina, triunfal feria en la que Roca Rey, López Simón, Ponce, Miguel Angel Perera, Garrido y Ginés Marín salieron a hombros, y en la que había una tarde marcada en rojo con el mano a mano entre José Tomás y José María Manzanares, la del 25 de junio frente a reses de Nuñez del Cuvillo. El maestro de Galapagar se  anunciaba en una de sus contadas actuaciones en esta temporada en la que su presencia hubiera sido de agradecer y más que necesaria, pero cada uno toma el camino que mejor cree aunque a muchos no nos parezca el mejor ni el más digno, pero eso es solo una opinión y, como todas, discutible. Solo sé que una vez más fue José María Manzanares quien resultó triunfador aquella calurosa tarde de verano con su toreo elegante, lleno de clase y temple que nos volvió a llenar de emociones. Calor que se transformó en hielo el día 9 de julio. Mientras veía la corrida de Pamplona llegaban noticias de algo grave en Teruel. El equipo del entonces Canal Plus Toros demostró una profesionalidad y una categoría fuera de serie. Viendo de nuevo la retransmisión uno se da cuenta de que el maestro Molés, el maestro Caballero, David Casas y Germán Estela ya sabían lo ocurrido en Teruel. Nunca olvidaré el momento de la confirmación de la terrible noticia de la muerte de Víctro Barrio. No es un tópico, se me heló la sangre, lloré y no me lo podía creer, no podía ser verdad. Todo lo que sucedió después, la noble reacción de todo el planeta taurino y la asquerosidad de toda la basura antitaurina es de sobra conocida, volver sobre ello no tiene más sentido. El antes y el después ya estaba marcado para siempre, ya nada volvería a ser como antes, la unión y la fuerza de todos los taurinos era una realidad que tuvo que esperar a que sucediera algo tan trágico para plasmarse en hechos. Desde ese triste 9 de julio los brindis al cielo en memoria del torero segoviano se sucedieron tarde tras tarde. ¡Cómo sería el estado de conmoción en el que estábamos sumidos que hasta en la plaza de Pamplona se hizo el silencio!. Pero la vida seguía y los sanfermines nos dejaron ver a un Juli pletórico que dio una lección de poderío y mando dentro y fuera de la plaza, ante el toro y frente a los antitaurinos. Sus palabras a los micrófonos de Canal Plus Toros, su carta a los antiaturinos y sus publicaciones en la redes sociales en las que les llamaba a la cara lo que eran en realidad, miserables, canallas, carroñeros, le convirtieron en el líder de la reacción a tanto insulto y brutalidad. La figura de Julián se hizo aún más grande aquellos durísimos días y se convirtió en nuestro faro de guía.
Con dolor, con emociones encontradas, tremenda pena ante la tragedia, rabia y furia ante los criminales antis, la vida tenái que seguir y el toreo no podía parar, ahora no, había que sobreponerse y, como se dice en los toros, "tirar p'alante". Y si no que se lo digan a Curro Díaz que tan solo 24 horas después de recoger el cuerpo sin vida de Víctor Barrio de la arena turolense hacía el paseíllo en Pamplona, con la cara desencajada, haciendo un esfuerzo sobrehumano, en un día de luto en el que las peñas pamplonicas no cantaron ni bailaron, una imagen impresionante de esa plaza habitualmente bullanguera y bulliciosa. Las ferias del sur copan gran parte del verano, El Puerto, Almería, Huelva y Málaga marcan el camino hacia la gran cita del mes de agosto, las Corridas Generales de Bilbao, que sobre el papel habían despertado grandes expectativas pero que finalmente resultaron un tanto decepcionantes en mi opinión, salvo la tarde de Puerto de San Lorenzo que llevó una corrida extraordinaria en la que sobresalieron cuatro toros excelentes y en la que Juan José Padilla y Juan del Álamo cortado una oreja cada uno, junto con la tarde del miércoles 24 de agosto en la que ¡Enrique Ponce tenía que ser!, reeditó una vez más su idilio con la plaza de Vista Alegre y la afición bilbaína, un encantamiento que dura ya 25 años, con una faena marca de la casa ante un buen toro de Domingo Hernández al que cortó una oreja de ley. 
Agoniza el verano y llega el otoño, en el que Albacete nos ha dejado una feria magníficamente concebida y confeccionada, carteles rematados, atractivos para el aficionado y el gran público, la Feria de la Vendimia de Nimes donde Sebastián Castella nos brindó una tarde de intensas emociones y gran toreo frente a seis ejemplares de Adolfo Martín. Variado con el capote, firme con la muleta, valiente y artista, mano de hierro para someter las embestidas y mano de seda en la muleta para crear belleza en cada lance. Importante tarde de Castella, cumbre en Nimes, en auténtica figura del toreo. Madrid y su feria de otoño nos dejó hace escasos 15 días la emoción y el sentimiento que Curro Díaz impregna a su toreo. Aroma de toreo en plena madurez, sereno, templado, desprendiendo sabor en cada muletazo, clase y regusto a toreo del bueno en la muleta del jienense la tarde del 1 de octubre con el mérito añadido de haberlo hecho ante unos toros de Puerto de San Lorenzo broncos, complicados y con mucho peligro, tanto que voltearon a Díaz sin llegar a herirle propinándole una paliza de órdago. Enorme dimensión del jienense.
El epílogo de la temporada lo ha puesto, coma cada año, Zaragoza y su Feria de El Pilar. Como he intentado contar, hemos vivido una temporada complicada y dura en la que Fiesta se jugaba mucho y que, a mi modo de ver, ha estado marcada por los sentimientos, las emociones y la emotividad en muchos aspectos, dentro y fuera de los ruedos. Una temporada así se merecía un final acorde que nos dejara un sabor de boca insuperable e inolvidable. Zaragoza y la Pilarica han obrado el milagro. Fue en dos tardes, la del martes 11 y el sábado 15 de octubre. La corrida del día 11 de octubre será recordada siempre por la que, según muchos ya la califican así, la faena cumbre de la carrera de Enrique Ponce. Otra triunfal tarde en esta temporada excelente del maestro valenciano que está disfrutando de su madurez torera como nunca. Lo que Ponce hizo a ese toro de Juan Pedro Domecq de nombre "Fabricante" pasará a los anales de la historia del toreo. Todo, absolutamente todo lo hizo el maestro a la perfección, de capa y de muleta, temple, ligazón y hondura en cada lance, gusto y belleza sumados a una técnica suprema, adornos y recursos, todo con criterio, faena de dos orejas y rabo malograda con la espada. Pero en esta temporada donde han mandado los sentimientos y las emociones lo de la espada dio igual. Las  vueltas al ruedo que el maestro de Chiva dio nos llenaron de emoción, toda la plaza en pie, rompiéndose las manos a aplaudir, los pelos de punta cada vez que lo recuerdo. Ponce ya ha entrado en la leyenda de este Arte junto a los más grandes. Y no puedo olvidar lo que Cayetano Rivera nos brindó esa misma tarde del día 11, no solo con su toreo arrebatado lleno de entrega y emoción, sino con sus palabras y su gesto firme antes de que saltara a la arena su primer toro, donde dejó claro a los antis que él es capaz de morir por el toro, ¿lo serían ellos?, para dedicar su faena a Adrián, ese niño de 8 años enfermo de cáncer cuyo sueño es ser torero y al que los miserables antis han deseado la muerte sin que el repugnante defensor del menor diga ni haga nada. Esas palabras de Cayetano son el perfecto resumen de lo que a mi modo de ver ha sido y ha significado esta temporada, hartos ya de tanto insulto. La tarde del día 15 se presentaba como un magnífico cierre para la temporada, toros de Nuñez del Cuvillo para Juan José Padilla, Morante de la Puebla y Alejandro Talavante. Podríamos estar horas y horas hablando de esta maravillosa tarde, contando que Padilla hizo suyas las palabras de Cayetano y retó a los canallas a querer al toro como él lo quiere, llegando a morir por el toro, contando que recibió a su primer toro a porta gayola, fue volteado y casi corneado en el ojo que en esta misma plaza perdió años atrás, tuvo que ser atendido en la enfermería de una fuerte conmoción y salió a lidiar y matar al sexto, un héroe, un titán, en una faena rotunda, llena de entrega, valor y arte, rematada con una extraordinaria estocada, una faena digna de dos orejas en la que un indigno presidente se negó a dar la segunda demostrando que no tiene ni idea de qué va esto y que de sensibilidad tiene menos que nada. Dio igual, las dos antológicas y apoteósicas vueltas al ruedo envuelto en una bandera de España lo dicen todo. Una vez más la emoción y los sentimientos a flor de piel. También podríamos estar horas y horas hablando de la faena de Morante a sus segundo toro, magia pura, duende y pellizco en cada lance, verónicas eternas, acunando al toro en los vuelos, meciendo su embestida, con ese juego de manos único del sevillano, chicuelinas a manos bajas ceñidas plenas de gusto, medias belmontinas de antaño, derechazos y naturales con empaque, con el aroma que el maestro de la Puebla del Río impregna a cada lance que surge de su imaginación y su inspiración. Más emociones que sumar a esta tarde mágica, culminando su obra con un estoconazo de olé que le valió una oreja de gran valor. Y horas y horas también podría estar hablando de Alejandro Talavante y las dos orejas cortadas una a cada uno de sus toros en sendas faenas repletas de poderío, firmeza y mando, demostrando una vez más su extarordinario momento, sus maneras de torero hecho, en figura, variado en su repertorio, pero siempre con la verdad y la pureza por delante, gran dimensión del extremeño que remató con dos magníficas estocadas. De todo esto podríamos hablar horas y horas, pero lo que realmente importa de la tarde del sábado 15 de octubre en Zaragoza es la imagen final, la retirada de la plaza de los tres matadores juntos, nada de rivales, más que compañeros de profesión, como auténticos amigos, con sus respectivas cuadrillas todos entremezclados, entre el clamor de todos los asistentes que no abandonaron sus asientos hasta que los toreros desaparecieron por el patio de cuadrillas. La imagen que ilustra esta entrada así lo confirma.
Fue una tarde extraordinaria en lo taurino donde emoción, sentimiento y heroísmo fueron de la mano, como los toreros en su despedida, broche de oro para una temporada que ha sido precisamente eso, emoción, sentimiento y heroísmo. Posiblemente el final soñado.

Antonio Vallejo

miércoles, 12 de octubre de 2016

ENRIQUE PONCE: Cita con la historia


Una cita con la historia del toreo, una fecha que quedará en la memoria de los aficionados, la de la tarde de ayer 11 de octubre de 2016 en la plaza de toros de Zaragoza, víspera del día grande de la capital maña, ante un toro de Juan Pedro Domecq de nombre "Fabricante", un precioso y serio colorado de 536 Kg, curiosamente el de menos peso de la corrida pero a la postre el que resultó mejor. Un toro de vuelta al ruedo, sí….¡pero porque cayó en las manos de un maestro que lo hizo supremo!. Un buen toro, de acuerdo, que en los primeros tercios demostró calidad pero que tampoco parecía tanto y que rompió en la muleta del maestro de Chiva porque sólo Ponce sabe torear como Ponce. Un toro bueno que acabó siendo muy bueno porque Enrique supo darle la distancia, la altura, el ritmo y la cadencia que pedía. Obra maestra de Ponce, cumbre, la gloria del toreo, posiblemente la mejor faena por técnica, gusto, reposo, variedad y torería que le hemos visto en esta temporada mágica y quizás en toda su carrera. Una faena para la historia, una faena de leyenda, una faena de época en la muleta de un torero para la historia, un torero de leyenda, un torero de época que ya ha entrado en el Olimpo de la Tauromaquia al lado de nombres como Chicuelo, Lagartijo, Pepe Hillo, El Gallo, Gallito, Joselito, Belmonte, Manolete, Ortega, Bienvenida, Romero…con la gran diferencia para mi generación de que le hemos visto torear y triunfar a lo largo de toda su carrera, casi treinta años en la cima del toreo, frente a todas las ganaderías, todos los encastes, todos los toreros, todos los públicos  y todas las plazas, de primera, segunda y tercera, a lo largo de toda la temporada, en todas las ferias, nada de montar seis o siete corridas anunciadas con suspense para llenar la plaza con una legión de sus incondicionales. 

Antes de saltar al ruedo "Fabricante" la tarde ya venía cargada de emociones. Tras un primer toro imposible, que no tenía ni medio pase, sin raza, sin casta y sin fuerzas, ¡cómo sería que ni Ponce pudo sacarle un pase!, Cayetano Rivera se encargó de calentar a los tendidos y poner a la plaza patas arriba. Gracias una vez más al sensacional, extraordinario, impagable trabajo del equipo de Toros Tv pudimos asistir a un momento de intensa emoción, algo que yo jamás había visto, brindar un toro antes de que salga por la puerta de toriles. La expresión facial de firmeza, convicción y dureza de Cayetano junto a la verdad y la fuerza de sus palabras, templado, sereno pero muy claro, son dignas de ser vistas y escuchadas una y mil veces. Mensaje claro y directo a la cobardía de los antitaurinos: "Yo soy capaz de morir por el toro, ¿lo sois vosotros?". Impecable, ¡olé maestro!. Como dijo Cayetano nadie quiere ni respeta más al toro que los toreros, respeto y educación que todos los taurinos tenemos y que muy pocos antitaurinos, por no decir ninguno, demuestran, culminando su brindis con un mensaje de ánimo y apoyo a Adrián, el niño que quiere ser torero y que en palabras de Cayetano ya ha demostrado que lo es, deseándole su pronta y total curación, después de las barbaridades que una vez más hemos tenido que soportar contra un chiquillo de 8 años cuyo sueño es ser torero y ante lo que el defensor del menor sigue callado. Con todo esto se fue a recibir a su toro a portagayola, soltando el capote y llamando al toro con las manos. Una larga cambiada y unas verónicas de toreo arrebatado con una media de remate en la que parecía la misma reencarnación de su padre pusieron a toda la plaza en pie. Con la muleta siguió la misma tónica, con un explosivo inicio rodillas en tierra llevando al toro largo y obligándole, tanto que el toro se vino abajo tras las primeras  series por ambos pitones, ligando los pases, con la mano baja, con mucha emoción. Fue entonces el matador el que atacó, muletazos de gran belleza que enloquecieron al público, tirando del toro, tratando de alargar el pase sin quitarle la muleta de la cara, pleno de entrega y disposición. Maravillosos los naturales, de uno en uno, dándole el pecho, pura estética, para terminar con trincherillas de cartel y pases de desdén que hicieron reventar a los tendidos. Una lástima el fallo con la espada porque el premio era seguro, pero su labor queda ahí. Algo similar a lo que ocurrió en el quinto al que recibió con una verónicas con el compás abierto, largas, muy Rivera, y al que toreó de muleta con sumo mimo y templanza, cuidando la embestida del juanpedro, sin obligarle ni romperle ya que no iba sobrado de energías, para acabar entre los pitones, de nuevo atacando el torero, citando de frente, dándole el pecho y todas las ventajas al animal, midiendo perfectamente la duración de la faena en función de las condiciones del toro. Gran tarde de Cayetano que habló y toreó como un maestro, sensacional, y que el público reconoció con dos grandes y merecidas ovaciones a la muerte de sus toros.

Alberto López Simón no quiso quedarse atrás en la tarde de ayer y demostró que su temporada no es fruto de la casualidad. Buen manejo del capote en sus dos toros, bellas verónicas de saludo con gusto y clase. Nobles pero sin excesivas fuerzas sus dos toros, a los que llevó templados en la muleta para que no se vinieran abajo, faenas de menos a más, con muletazos por ambos pitones de bellísima factura, ligados y bajos, mientras duraron las fuerzas de los animales. A partir de ese momento fue el madrileño el que acortó las distancias, se metió en los terrenos del toro y puso toda la carne en el asador. Lección de mando de López Simón, muy fiel a su estilo, con circulares eternos por la espalda, pases por ambos pitones con las zapatillas clavadas en la arena, citando de frente, cambiándose de mano, dando toda la ventaja a sus toros, todo muy de verdad. Una magnífica estocada a su primero le sirvió para cortar una oreja, la única de la corrida, y escuchó una cariñosa ovación  la muere del sexto premio a su entrega y su demostración de valor y mando.

Pero la cita con la historia estaba reservada para el cuarto de la tarde, "Fabricante". Desde salida lo tomó Ponce, verónicas acompasadas, bellísimas, componiendo la figura. El toro anunciaba clase, pero no parecía muy sobrado de fuerzas. Lo lidió el de Chiva, cuidando cada detalle, cada capotazo, ni uno de más, lo llevó al caballo de Manolo Quinta que picó realmente bien, delantero, midiendo el castigo. Lo mismo en banderillas, fue el maestro quien colocó  al toro para que sus peones clavaran los palos, con un Mariano de la Viña extraordinario que conserva la frescura y la categoría de siempre y por el que tampoco parecen pasar los años. Cuidando cada detalle no solo en la lidia, sino en todo, como hizo patente en el emocionante brindis a toda su cuadrilla en el que era su último toro de la temporada española, un detalle más del Ponce torero y del Ponce ser humano, un hombre de pies a cabeza, una persona íntegra y fiel a los suyos, algo difícil de encontrar hoy en día. La locura vino con la muleta. Imposible torear mejor, con más clase, más gusto y mayor demostración de técnica y conocimiento de los terrenos que la del maestro valenciano. Doblones iniciales marca de la casa, largos, preciosos, templados y cadenciosos, un canto a la belleza que anunciaba el nacimiento de una obra de arte. Y así sucedió. Ver torear a Enrique Ponce es de por sí pura estética, su figura, la manera de citar, ese estilo desmayado, como se pasa a los toros por la cintura, la suavidad y dulzura con la que conduce su embestida, todo con una naturalidad pasmosa, una delicia. Pero ayer le sumó una dosis de improvisación e inventiva que elevaron su faena a niveles históricos, de auténtica leyenda. Derechazos y naturales profundos, largos, ligados, enroscándose al toro, midiendo en cada pase la altura necesaria y la velocidad adecuada, un portento de técnica, cambios de mano sublimes, los de pecho eternos, trincherazos poderosos, pases de desdén supremos, poncinas, adornos y abaniqueos, el tres en uno y uno que se sacó de la montera citando con la muleta a ras de la arena con un abaniqueo por el revés de la tela, sublime, todo se sucedía entre la algarabía de los aficionados que se frotaban los ojos para asegurase que lo que veían era real y no un sueño, tal era la perfección del trasteo. En varias ocasiones se pusieron en pie todos los tendidos para romperse a aplaudir al maestro de Chiva, estaban viendo algo de leyenda, tenían ante sí a uno de los más grandes de la historia de la Tauromaquia. La plaza rota y Ponce también, gustándose, disfrutando de lo que estaba haciendo, sabedor que ya ocupa un puesto de honor entre los más grandes. Cuatro pinchazos se llevaron por tierra dos orejas y un rabo, pero la apoteósica vuelta al ruedo entre el clamor y el delirio compensa todo. Emoción a flor de piel en todos y cada uno de los que estaban en el coso zaragozano y en los que estábamos en casa viéndolo a través de Toros Tv. No creo que pueda olvidar la imagen de los maestros Molés y Caballero puestos en píe en su puesto de comentaristas aplaudiendo felices la vuelta al ruedo de Enrique Ponce, y tampoco creo que jamás sea capaz de expresar, agradece y reconocer como se merecen la magnífica labor que ese equipo hace en la defensa y difusión de la Fiesta.
Una vez más me remito al maestro Curro Romero, las orejas son despojos, y los despojos son para matarifes. El Arte es otra cosa y eso es lo que ayer derramó Enrique Ponce en la Feria del Pilar, puro Arte.
A partir de hoy se hablará de "lo de Ponce en Zaragoza".

Antonio Vallejo

martes, 11 de octubre de 2016

Zaragoza, triunfo y dolor



Dos imágenes que resumen a la perfección la tarde de hoy en la tercera de la Feria del Pilar en Zaragoza; la del mexicano Joselito Adame paseando la única oreja cortada en la corrida de Fuente Ymbro y la de la cogida que ha sufrido el sevillano Javier Jiménez al entrar a matar a su primer toro por derecho, volcándose, porque sabía que tenía la oreja en su mano. Dos imágenes de la verdad del toreo, la de la lucha entre un hombre y un animal en la que cualquiera puede salir vencedor, de igual a igual, sin ventajas, en las antípodas de la imagen de espectáculo cruel y macabro que los antitaurinos quieren dar de la Fiesta. Sí, los  mismos que ayer y hoy siguen vomitando bilis en las redes sociales deseando la muerte de un  niño de 8 años enfermo de cáncer cuyo único y tremendo delito es soñar con ser torero y a quien varias figuras del toreo han brindado un  hermoso festival el pasado sábado en Valencia. Realmente despreciable la doble moral de esos antis, pero por desgracia algo que al defensor del menor le debe parecer muy normal, porque que yo sepa aún no ha dicho ni mú al respecto, con lo rápido que salió pidiendo pena de cárcel para Francisco Rivera por publicar una foto con su hija en brazos dando un muletazo a una becerra. Mejor me ahorro calificativos para el tal defensor del menor, no se merece ni el insulto, es muy poca cosa el personaje, un don nadie. Así que mejor vamos a los toros, que es lo que nos gusta y lo que de verdad importa.
Seis toros de Fuente Ymbro, procedencia pura Jandilla, encaste Juan Pedro Domecq, para la tercera del Pilar, cuya lidia y muerte ha correspondido a los diestros Iván Fandiño, Joselito Adame y Javier Jiménez. Toros desiguales de presentación, variados de hechuras, serios y astifinos, y también desiguales de juego, con tres ejemplares de oreja, segundo, tercero y quinto, manejables, con un fondo de bravura y casta, y tres de escasa posibilidades para el lucimiento, los corridos en primero, cuarto y sexto lugar que han correspondido al vizcaíno Iván Fandiño.
Nulas posibilidades para el de Orduña ante tres toros que no acompañaron. Noble y manejable  pero sin fuerzas el primero, perdía las manos cuando el vizcaíno le obligaba lo más mínimo. Correcto y con oficio se mostró Fandiño en un trasteo deslucido en el que llevó  al fuenteymbro con suavidad y mimo sin que la faena llegara a tomar vuelo ni conectara con los tendidos. Sensacional la estocada con la que lo despachó, lo mejor sin duda. El cuarto no tuvo historia, grandón y muy abierto de cuernas, basto de hechuras y de comportamiento, de embestida bronca al que trató de templar en el capote y en la muleta. Tan solo los lances iniciales de capa y algún natural aislado  tuvieron algo de eco en los tendidos. Voluntarioso y firme Iván para matar de certera estocada que pasaporta al toro. Debido al percance de Jiménez al matar al tercero le corresponde a Fandiño lidiar al sexto, otro toro grande y bronco, un ejemplar con complicaciones que embestía con la cara arriba sin entregarse, buscando en cada lance. Y tanto buscaba que acabó encontrando carne hiriendo al vizcaíno en la ingle, un auténtico navajazo el que le propinó al hacer hilo cuando el diestro perdía pasos tras uno de los múltiples arreones del de Fuente Ymbro. No se descompuso y se plantó de nuevo ante la cara del toro dando ejemplo de pundonor y vergüenza torera. Lo mató, que ya es bastante, dolorido y con las carnes abiertas, siendo despedido con una merecida y cariñosa ovación en premio a su entrega.
Decía la semana pasada, hablando de la Feria de Otoño en Las Ventas, que había algunos nombres que bien hubieran ocupado un lugar en los carteles madrileños. Uno de esos nombres que destacaba era el de Javier Jiménez, quien esta tarde ha dejado claro el momento extraordinario por el que atraviesa y su capacidad para estar presente en la plaza de Madrid. El primero de su lote, alto y abrochado de pitones, suelto de salida, sin definirse, no se empleó en los primeros tercios, sin celo en el caballo. Tampoco mostraba fijeza en la muleta que le presentaba adelantada el sevillano pero éste le fue ganado terreno, poniéndole el engaño en la cara, sin quitárselo, para someterlo y sacar una magnífica serie por el pitón derecho que hizo despegar la faena. Firme y templado Jiménez, bien colocado, cargando la suerte, llevando al de Fuente Ymbro muy toreado cuajó una faena de menos a más con muletazos hondos de gran altura a un toro que demostró nobleza pero que se apagó pronto. Fue entonces cuando con enorme decisión y valor se metió entre los pitones, apretando al toro, un arrimón de los de verdad sacando muletazos de donde parecía imposible, de uno en uno, de nuevo bien colocado, firme y poderoso. Importante faena de Javier Jiménez que sabía que la oreja dependía de la espada. Se tiró a matar con todo, pero pincha  y resulta prendido de la rodilla derecha, volteado y zarandeado en el suelo, con los pitones rozándole los hombros, la cara y la cabeza, por momentos se mascó de nuevo la tragedia, pero afortunadamente todo quedó en una cornada limpia en la rodilla y el tremendo palizón, siendo operado con éxito en la misma enfermería de la plaza. La cuadrilla recogió una fuerte ovación al abandonar el ruedo zaragozano en reconocimiento a la buena faena del diestro de Espartinas. Esta era su última tarde contratada en España. Seguro que en la temporada americana que ya se inicia y que copará el invierno español tendrá contratos de sobra para refrendar lo que ya es una realidad y que deseamos continúe el próximo año.
Joselito Adame es posiblemente el máximo exponente, la cabeza de puente del toreo mexicano en este momento. Bueno, eso con permiso de su hermano Luis David que viene arreando fuerte. También creo que los hermanos Adame son dos de los nombres que en el otoño madrileño hemos echado de menos. Esta tarde lo ha demostrado con creces Joselito ante el segundo, un toro grande y con mucho volumen, serio, que apretó en la primera vara. El inicio de faena, con un precioso y majestuoso pase de trinchera era solo el anuncio de lo que vendría continuación. Faena con algún altibajo en la que creo que hay que destacar la capacidad de Adame para acoplarse a la embestida del fuentymbro, templado, dándole la distancia y perdiendo los paso necesarios para domar los derrotes del animal al final de los muletazos terminando por sacar dos magníficas series por el pitón derecho con la mano baja y ligazón, así como una tanda al natural con el compás abierto, despatarrado, llevando al toro largo y ligado, faena con emoción y transmisión que culminó con manoletinas ceñidas y un espadazo que valió una oreja. El quinto fue protestado de salida por escurrido de atrás, si bien es cierto que por delante era muy serio. Bonitas y lucidas las verónicas de saludo, rematada con una media de órdago. Una vez más se lució en banderillas Fernando Sánchez que pareó con su estilo y torería habitual al segundo y quinto de la tarde. Sencillamente sublime la manera de colocar las banderillas de Sánchez, cómo va hacia la cara del toro, las manos bajas, despacioso, acompasando el braceo a cada paso, cómo cuadra en la cara y cómo sale andando con la figura compuesta y una chulería que no se puede aguantar, ¡Olé maestro!. Es muy posible que los pocos kilos en el toro que el público ha protestado hayan sido los que han permitido su movilidad y con ello la emoción en la faena de muleta. No entro a juzgar la presencia del de Fuente Ymbro, quizás escasa para una plaza de primera, pero por otro lado está la movilidad, el eterno debate entre el torazo de mucha presencia pero que no se mueve y que llega agotado a la muleta o el toro "pequeño" que se mueve y repite en la  muleta. Por supuesto que lo que queremos es el equilibrio perfecto, pero como eso es muy complicado cada uno tendrá preferencias por cada tipo de toro. Por cierto, que este toro de "tan solo" 487 Kg y un par de pitones afiladísimos se llevó por delante a Rafael Limón corneándole en la ingle, lo que demuestra que jamás hay que faltar al respeto al toro, aunque pese "poco". Inicia la faena por estatuarios el de Aguascalientes, tomándole la medida y acompasando los muletazos a lo que pedía la embestida del toro, temperamental y con emoción, andando suelto y muy vivo delante de la cara del fuenteymbro, que apretaba lo suyo. Sensacional de técnica y dotes de mando el mexicano que supo mantener el tono y la conexión con los tendidos a lo largo de todo el trasteo. Lástima que la primera estocada cayera atravesada haciendo guardia, porque de haber matado como al segundo encuentro casi seguro que hubiera paseado otro trofeo. Fuerte y merecida ovación para Adame quien en breve hará las maletas para volver a su tierra natal donde le espera una cargada temporada. 
Emoción, triunfo y dolor se han conjugado en esta tarde de toros en Zaragoza. Así es la Fiesta, aunque a muchos les moleste.

Antonio Vallejo

lunes, 3 de octubre de 2016

4ª de Otoño y se acabó


Así es. Cuarta y última de la Feria de Otoño, con algo más de tres cuartos de entrada para ver la corrida de Adolfo Martín, todo un icono en Las Ventas, para la terna Rafael Rubio "Rafaelillo", Manuel Jesús  El Cid y Jesús Martínez, Morenito de Aranda en los carteles, en una tarde de agradabilísima temperatura que invitaba a ir a los toros. 
Seis adolfos bien presentados, entipados, cinco cárdenos como suele ser la norma Albaserrada y uno negro, el último, todos muy serios, bien armados, alguno quizás exagerado de pitones, como el caso del quinto, muy ofensivo, espectacular, que con 488 Kg presentaba dos leños descomunales. Hechuras bonitas de lámina en general entre las que ha salido un ejemplar de 504 Kg corrido en tercer lugar que en mi modo de entender representa ese concepto tan difícil de definir que es el trapío. Impresionante la ovación que se ha llevado el animal al saltar al ruedo. Toro proporcionado, serio, armónico, bajo, muy bien rematado, muy serio y astifino, todo lo que juzgamos para tratar de definir el trapío. En cuanto a comportamiento sin duda el mejor ha sido el primero, toro noble, encastado y exigente, el quinto se ha comportado con bravura en el caballo, el segundo manejable y con cierta clase, y descastados y sin raza tercero y sexto.

Muy mala suerte ha tenido Morenito de Aranda con su lote. Creo que salvo los delantales de saludo al sexto y la media verónica de remate, poco se puede destacar de su labor. Una pena, porque desde siempre se ha mostrado como un magnífico torero de capa, pero hoy no ha tenido opciones de triunfo con sus dos toros. Se le agradece la brevedad en la faena de muleta al verse claramente la imposibilidad de lucimiento ante el pobre juego de sus oponentes, dos animales sin raza, sosos, que no humillaban, carentes de la mínima emoción. La brevedad en el trasteo y con los aceros lo mejor del burgalés que se ha despedido con silencio en ambos.

El mejor toro de la corrida se lo ha llevado Rafaelillo. Un cárdeno de 555 Kg de muy huenas hechuras y muy serio que ha resultado encastado, noble, pronto y repetidor. Un muy buen toro, sin duda, al que el murciano ha entendido y toreado de maravilla, con mando, siempre por bajo, sometiendo al toro desde los primeros muletazos de tanteo, flexionando la rodilla para sacar al toro hacia los medios con mucho gusto y torería, hasta los redondos templados, ligados y bajos que han sido coreados con olés por los tendidos. Ese ha sido el mejor pitón del toro, por el izquierdo ha bajado un tanto el nivel al protestar más el animal pero por el que Rafaelillo ha sacado un par de naturales sueltos con profundidad. faena de mando, de temple y de gusto la de Rafael rematada con un espadazo que fulmina al de Adolfo. Gran ovación en el arrastre para el toro y fuerte ovación para el torero que se torna en leve división de opiniones cuando saluda desde la raya del tercio. También firme y solvente Rafaelillo frente al cuarto, un toro imponente, abierto de pitones, muy serio, con movilidad pero de comportamiento y embestida desconcertante, acostándose por ambos pitones, exigente, sin duda, que s e paraba, miraba y medía. Aguantó y tragó el murciano una barbaridad, demostrando su madurez y su mando para someter a este toro, logrando incluso a sacar algunos naturales hondos de mucho mérito. Tarde importante de Rafaelillo que una vez más ha dejado patente su capacidad lidiadora, curtida en mil batallas con este encaste y otros de los llamados duros.

Manuel Jesús El Cid es un torero al que he visto en Madrid ni sé las veces, pero han sido muchas, lo que hace un número más que importante de toros matados. Siempre he oído de su "leyenda", de su famosa mano izquierda y, sinceramente, muy pocas, escasas, contadas tardes de la muchas que le he visto ha conseguido emocionarme, no digo ya deslumbrarme. Y ha tenido faenas buenas en Madrid, por supuesto, pero recuerdo así a bote pronto tres, de las decenas de toros que le habré visto. Digo esto porque para mi es un torero sobredimensionado, con más leyenda que realidad, pero seguramente estaré equivocado o habré tenido mala suerte en verle en días de no excesivo lucimiento. Pero esto no significa que vaya a verle predispuesto, con tics fónicos, ni mucho menos, no entiendo a los que tiene sus toreros protegidos y sus odiados, y todos sabemos de que sector de Las Ventas hablo. Y la de ayer era una de las tardes en las que iba escéptico y con dudas de lo que podría ver de El Cid, lo digo sinceramente, como también digo sinceramente que me gustó, le vi mucho más firme, entregado y dispuesto que en otras ocasiones y dejó sobre la arena venteña una imagen de torero sereno, con oficio y conocimiento de los terrenos. Manejable y con nobleza el segundo al que Cid llevó templado en todo momento, destacando una muy buena serie por el pitón derecho cadenciosa, con la mano baja, muletazos largos y ligados, y unos naturales sueltos de gran hondura, yendo la faena claramente de menos a más, sometiendo al toro y poniendo también la emoción que le faltaba al animal que iba algo justo de fuerzas. mató de entera trasera que pasaportó al de Adolfo y recogió una merecida ovación. Ante el imponente quinto, una animal que demostró ser bravo en el caballo y al que colocó un magnífico segundo puyazo Juan Bernal y al que Curro Robles colocó un sensacional par de banderillas, lo recibió con garbosas verónicas ganando pasos y lo llevó en la muleta con clase. Mucho temple le puso en las primeras tandas por el pitón derecho a un toro que humillaba y repetía. Derechazos bajos y profundos  que aprovecha El Cid para calentar los ánimos. Por el pitón izquierdo se queda más corto, mide y tiene guasa. Aguanta Cid los parones y no duda en meterse entre los pitones con valentía, dándose un arrimón de los de verdad. Mata de pinchazo hondo y descabello y recibe otra ovación que premia su buena actuación en toda la tarde. 

Y se acabó la de Otoño, que nos indica que enfilamos el final de la temporada taurina madrileña y española. Tiempo habrá de hacer balances del año, aún queda un domingo y el día del Pilar para que la plaza eche el cierre y esperemos impacientes la nueva temporada con nueva empresa, que promete mucho. Veremos luego si las promesas se cumplen y cual es la realidad