lunes, 3 de octubre de 2016

4ª de Otoño y se acabó


Así es. Cuarta y última de la Feria de Otoño, con algo más de tres cuartos de entrada para ver la corrida de Adolfo Martín, todo un icono en Las Ventas, para la terna Rafael Rubio "Rafaelillo", Manuel Jesús  El Cid y Jesús Martínez, Morenito de Aranda en los carteles, en una tarde de agradabilísima temperatura que invitaba a ir a los toros. 
Seis adolfos bien presentados, entipados, cinco cárdenos como suele ser la norma Albaserrada y uno negro, el último, todos muy serios, bien armados, alguno quizás exagerado de pitones, como el caso del quinto, muy ofensivo, espectacular, que con 488 Kg presentaba dos leños descomunales. Hechuras bonitas de lámina en general entre las que ha salido un ejemplar de 504 Kg corrido en tercer lugar que en mi modo de entender representa ese concepto tan difícil de definir que es el trapío. Impresionante la ovación que se ha llevado el animal al saltar al ruedo. Toro proporcionado, serio, armónico, bajo, muy bien rematado, muy serio y astifino, todo lo que juzgamos para tratar de definir el trapío. En cuanto a comportamiento sin duda el mejor ha sido el primero, toro noble, encastado y exigente, el quinto se ha comportado con bravura en el caballo, el segundo manejable y con cierta clase, y descastados y sin raza tercero y sexto.

Muy mala suerte ha tenido Morenito de Aranda con su lote. Creo que salvo los delantales de saludo al sexto y la media verónica de remate, poco se puede destacar de su labor. Una pena, porque desde siempre se ha mostrado como un magnífico torero de capa, pero hoy no ha tenido opciones de triunfo con sus dos toros. Se le agradece la brevedad en la faena de muleta al verse claramente la imposibilidad de lucimiento ante el pobre juego de sus oponentes, dos animales sin raza, sosos, que no humillaban, carentes de la mínima emoción. La brevedad en el trasteo y con los aceros lo mejor del burgalés que se ha despedido con silencio en ambos.

El mejor toro de la corrida se lo ha llevado Rafaelillo. Un cárdeno de 555 Kg de muy huenas hechuras y muy serio que ha resultado encastado, noble, pronto y repetidor. Un muy buen toro, sin duda, al que el murciano ha entendido y toreado de maravilla, con mando, siempre por bajo, sometiendo al toro desde los primeros muletazos de tanteo, flexionando la rodilla para sacar al toro hacia los medios con mucho gusto y torería, hasta los redondos templados, ligados y bajos que han sido coreados con olés por los tendidos. Ese ha sido el mejor pitón del toro, por el izquierdo ha bajado un tanto el nivel al protestar más el animal pero por el que Rafaelillo ha sacado un par de naturales sueltos con profundidad. faena de mando, de temple y de gusto la de Rafael rematada con un espadazo que fulmina al de Adolfo. Gran ovación en el arrastre para el toro y fuerte ovación para el torero que se torna en leve división de opiniones cuando saluda desde la raya del tercio. También firme y solvente Rafaelillo frente al cuarto, un toro imponente, abierto de pitones, muy serio, con movilidad pero de comportamiento y embestida desconcertante, acostándose por ambos pitones, exigente, sin duda, que s e paraba, miraba y medía. Aguantó y tragó el murciano una barbaridad, demostrando su madurez y su mando para someter a este toro, logrando incluso a sacar algunos naturales hondos de mucho mérito. Tarde importante de Rafaelillo que una vez más ha dejado patente su capacidad lidiadora, curtida en mil batallas con este encaste y otros de los llamados duros.

Manuel Jesús El Cid es un torero al que he visto en Madrid ni sé las veces, pero han sido muchas, lo que hace un número más que importante de toros matados. Siempre he oído de su "leyenda", de su famosa mano izquierda y, sinceramente, muy pocas, escasas, contadas tardes de la muchas que le he visto ha conseguido emocionarme, no digo ya deslumbrarme. Y ha tenido faenas buenas en Madrid, por supuesto, pero recuerdo así a bote pronto tres, de las decenas de toros que le habré visto. Digo esto porque para mi es un torero sobredimensionado, con más leyenda que realidad, pero seguramente estaré equivocado o habré tenido mala suerte en verle en días de no excesivo lucimiento. Pero esto no significa que vaya a verle predispuesto, con tics fónicos, ni mucho menos, no entiendo a los que tiene sus toreros protegidos y sus odiados, y todos sabemos de que sector de Las Ventas hablo. Y la de ayer era una de las tardes en las que iba escéptico y con dudas de lo que podría ver de El Cid, lo digo sinceramente, como también digo sinceramente que me gustó, le vi mucho más firme, entregado y dispuesto que en otras ocasiones y dejó sobre la arena venteña una imagen de torero sereno, con oficio y conocimiento de los terrenos. Manejable y con nobleza el segundo al que Cid llevó templado en todo momento, destacando una muy buena serie por el pitón derecho cadenciosa, con la mano baja, muletazos largos y ligados, y unos naturales sueltos de gran hondura, yendo la faena claramente de menos a más, sometiendo al toro y poniendo también la emoción que le faltaba al animal que iba algo justo de fuerzas. mató de entera trasera que pasaportó al de Adolfo y recogió una merecida ovación. Ante el imponente quinto, una animal que demostró ser bravo en el caballo y al que colocó un magnífico segundo puyazo Juan Bernal y al que Curro Robles colocó un sensacional par de banderillas, lo recibió con garbosas verónicas ganando pasos y lo llevó en la muleta con clase. Mucho temple le puso en las primeras tandas por el pitón derecho a un toro que humillaba y repetía. Derechazos bajos y profundos  que aprovecha El Cid para calentar los ánimos. Por el pitón izquierdo se queda más corto, mide y tiene guasa. Aguanta Cid los parones y no duda en meterse entre los pitones con valentía, dándose un arrimón de los de verdad. Mata de pinchazo hondo y descabello y recibe otra ovación que premia su buena actuación en toda la tarde. 

Y se acabó la de Otoño, que nos indica que enfilamos el final de la temporada taurina madrileña y española. Tiempo habrá de hacer balances del año, aún queda un domingo y el día del Pilar para que la plaza eche el cierre y esperemos impacientes la nueva temporada con nueva empresa, que promete mucho. Veremos luego si las promesas se cumplen y cual es la realidad

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