viernes, 29 de septiembre de 2017
5º de Otoño: Paco Ureña sienta cátedra
La Feria de Otoño estaba confeccionada alrededor de un nombre que esta temporada ha mostrado una dimensión como torero que para muchos era desconocida. Ese nombre es Antonio Ferrera, a quien se esperaba con enorme expectación ante su doble comparecencia en le otoño madrileño. Pero esto del toro es así, aunque muchos ignorantes se quieran poner una venda en los ojos y no ver la realidad. Es una lucha de igual a igual entre un hombre y una bestia en la que solo hay un vencedor. Y resulta que hace un par de semanas en esa lucha salió herido el maestro Ferrera. Fue en Albacete, pero las alarmas saltaron en toda España, especialmente en Logroño, Sevilla y Madrid. Pasaban los días y las únicas noticias que se conocían a apuntaban en la misma dirección; Ferrera no torea en... Hasta ayer mismo seguía abierta una pequeña puerta a la esperanza que se cerró a eso de las cinco de la tarde (hora taurina por excelencia) cuando se hizo oficial la baja del balear en Madrid. Rápidamente se anunció su sustituto para la tarde de hoy, Paco Ureña, y para el mano a mano del domingo, Juan Bautista. Y la verdad es que la presencia de Paco Ureña ha sido un acierto, aunque también es cierto que la apuesta no es precisamente arriesgada, puesto que se trata de un torero muy del gusto de Madrid y de calidad más que contrastada que, además, está atravesando la mejor etapa de su carrera, encontrándose en un momento de máxima plenitud. El domingo será Juan Bautista quien tenga que responder al difícil compromiso que se le plantea, esperemos que resulte como la tarde de hoy.
Paco Ureña ha sentado cátedra, ha dictado dos lecciones magistrales de toreo ante dos ejemplares de muy diferentes cualidades y condiciones, uno enclasado y noble aunque falto de fuerzas y otro que era una auténtica alimaña, bronco, de embestida brusca y rebrincada, con la cara arriba, soltando tornillazos a diestro y siniestro al que le ha recetado la máxima del toreo: parar, templar y mandar. Al primero de su lote, un Cuvillo muy serio, abierto de cara, enseñando las puntas, astifino, dos auténticos puñales, bien hecho, armónico y proporcionado, un toro con trapío y 505 Kg en la tablilla, ojo al dato los amantes del elefantoro. Un toro, como he dicho, con clase y nobleza pero justo de fuerzas al que el murciano ha entendido y toreado a la perfección, con un temple y una suavidad exquisita, cuidando la altura, mimando la embestida del Cuvillo, dándole las pausas que pedía, dejándole respirar para terminar encajado, toreando a gusto, relajado, bajando la mano en series extraordinarias en redondo y al natural, ligadas gracias a una colocación primorosa, con una suficiencia y superioridad insultante, alcanzando pasajes de una belleza extraordinaria, como dos cambios de mano portentosos, trincherazos repletos de sabor, los ayudados finales por alto rebosando torería y un natural infinito como epílogo antes de entra a matar y fulminar al Cuvillo con un estoconazo volcándose sobre el morrillo despreciando al riesgo. Oreja de peso que, una vez más, el presidente ha esperado a conceder sin sentido hasta el último segundo ante una petición unánime. Esa manía absurda y ridícula del palco venteño que se cree que aguantando no se le va a pedir la segunda oreja, algo que por supuesto hoy nadie iba a hacer, pero por el camino cabrean al personal sin necesidad. Si lo hecho al tercero ha sido toreo exquisito, suave y lento, lo que ha dejado ante el quinto ha sido una lección magistral de toreo, una cátedra de tauromaquia aplicando la máxima fundamental del toreo: parar, templar y mandar. ya sé que lo he dicho una líneas atrás, pero no puedo cansarme de repetir lo que he visto hacer a Paco Ureña frente a esa Cuvillo, un animal bronco, áspero, un alimaña con peligro que llevaba la cara por las nubes, que iba y venía con embestidas descompuestas y agresivas, soltando tornillazos por ambos pitones. Ha aguantado Ureña, ha tragado lo indecible en continuos arreones del Cuvillo, le ha consentido sin amedrentarse, sin dar un paso atrás ni ceder terreno, hecho un gladiador, paciente, sin renunciar a la batalla hasta conseguir parar los arreones y brusquedades del toro. Primera máxima conseguida. La segunda ha venido sin solución de continuidad. Una vez parado ha impregnado la muleta de temple, planchada en la cara del Cuvillo que ha empezado a perseguirla sin llegar a tocarla, algo que parecía imposible unos instantes antes, en series maravillosas en redondo y en naturales mágicos, intensas, cargadas de emoción y transmisión, tanto que teniamos que frotarnos los ojos para creernos lo que veíamos. Series ligadas bajando la mano ¡y con el Cuvillo metiendo la cara!, increíble, enroscándose a la cintura, alucinante. Segunda máxima conseguida. Solo quedaba la tercera, mandar, que es lo que ha hecho Ureña hasta el final de faena, diciendo al toro por dónde y cómo tenía que embestir en las series por ambos pitones, en esa faceta suya de torero poderoso que se las ha visto en cientos de tardes con reses de las que pocos quieren torear. Ojo, que nadie crea que ha sido coser y cantar. El esfuerzo del murciano ha sido épico para someter y poder a un toro de las condiciones que tenía ese quinto, ha tenido que tragar mucho y arriesgar, exponiéndose una barbaridad, tanto que en una tanda por el derecho le ha hecho presa y ha lanzado por los aires a Ureña propinándole un polizón de órdago. Se ha jugado el físico con pureza y verdad y con ello su presencia el próximo domingo sin importarle lo más mínimo, dando una lección de pundonor y profesionalidad cuando lo fácil hubiera sido excusarse y aliviarse a las primeras de cambio viendo la aparente imposibilidad del toro para sacar faena, algo que a nadie nos hubiera extrañado lo más mínimo. Bueno, pues con todo eso aún ha habido a algún bobo de solemnidad que le ha debido parecer poco y que le ha recriminado no sé qué durante la faena, seguro que a alguno le habrá parecido que en un muletazo "no se ha cruzado", que hay gente pa tó. Repito, lección magistral de toreo poderoso y de mando que ha culminado con una estocada al segundo encuentro y que, a mi juicio, ha tenido un muy injusta respuesta por parte del público. No entiendo que no se le haya pedido una oreja, y una vez más me importa un bledo que haya matado a la primera o la segunda, que la espada haya caído unos milímetros arriba o abajo, a la porra, lo que ha mostrado Paco Ureña es TOREO, con mayúsculas, merecedor de al menos una vuelta al ruedo. Pues ni eso, y no lo entiendo, no me entra en la cabeza, me parece una falta de respeto un hombre que se ha jugado la vida ante una alimaña a la que ha sometido a base de temple, torería, pundonor y un par de huevos bien puestos (siento la grosería pero no me reprimo ante tal injusticia). A lo mejor es que era la segunda oreja y con ella la Puerta Grande y ya se sabe que eso escuece a algunos. Más absurdo aún, como esas entradas criminales en el fútbol que con se hacen en el minuto cinco no merecen tarjeta aunque le partan la pierna al rival. Igual de grotesco. Me imagino que habrá quien piense que me he vuelto loco y también habrá quien opine igual, pero para eso escribo lo que veo y lo que me parece, acertado a veces y equivocado las más, seguro, pero insisto que hoy Madrid ha sido cicatero e injusto con Paco Ureña.
Antonio Vallejo
4º de otoño: Román, frescura de otoño
Se llama Román, es valenciano, lleva tres temporadas de alternativa, confirmó en Madrid hace tan solo un año y el pasado 15 de agosto abrió la Puerta Grande de las Ventas tras cortar una oreja a cada uno de sus toros de El Tajo y La Reina, algo que en la tarde de hoy ha estado a punto de repetir y que hubiera tenido el mismo resultado final de no haber sido por cierta dosis de ansiedad o precipitación y el mal manejo de los aceros, aunque es posible que una cosa llevara a la otra. Román se la ha jugado, ha estado entregado, firme, decidido y valiente ante el mejor lote del encierro de Fuente Ymbro, dos toros bravos y exigentes a los que ha toreado muy, pero que muy bien. Desde que ha pisado la arena venteña para recibir de capote al tercero de la tarde se veía con claridad la disposición del valenciano ante la tarde de hoy. Electrizante saludo capotero por verónicas y gaoneras ceñidísimas que ponían el ¡Ay! en cada lance pero que a Román no le hacían perder esa eterna sonrisa que muestra delante de la cara de los toros, sonrisa de juventud, de desparpajo, una brisa fresca de las llamadas a renovar el escalafón. Me encandiló a principio de temporada en la Feria de Fallas tras una extraordinaria tarde en la que cortó una oreja de peso a un exigente toro de Victoriano del Río que le pegó un susto en las primeras fases de la faena, algo casi idéntico a lo que hoy ha ocurrido en Madrid. El fuenteymbro que hacía tercero en la tarde de hoy ha sido bravo y exigente, con movilidad y repetición, pero un toro al que había que someter y poder, un toro ante el que había que ponerse y mandar, y eso es lo que ha hecho Román, ponerse y exponerse, sin ceder terreno, sin dar un paso atrás, tanto que en los primeros derechazos le ha prendido del muslo y le ha volteado afortunadamente sin consecuencias. Sin perder la sonrisa, sin dolerse tras la monumental paliza, ha vuelto a la cara del toro y lo ha llevado templado, adelantando la muleta, ligando las series por bajo, en una faena cargada de emoción, la que se genera cuando alguien torea de verdad. Enormemente valiente y torero ha estado Román, culminando una muy buena faena con bernardinas ceñidísimas que cortaban la respiración, y todo ello con su eterna sonrisa dibujada en la cara, la sonrisa del triunfador. Se ha volcado sobre el toro al entrar a matar por derecho y ha dejado un estoconazo hasta la bola de efecto fulminante, saliendo del encuentro con la taleguilla rasgada y otro tremendo golpe tras el encuentro. Oreja de peso como la de marzo en Valencia, y como las del pasado agosto en Madrid. Media puerta abierta, quedaba el sexto, un buen toro, que aunque de salida tenía poca fijeza y apuntaba querencia, en la muleta ha resultado noble y bravo, con clase, pronto, repetidor, humillando y siguiendo los engaños con celo. Especialmente bueno el pitón izquierdo por el que Román ha comenzado la faena sin probaturas. Lo ha visto claro el valenciano y con decisión le ha pegado dos series de naturales largos, templadísimos, cuidando la altura al principio para ir acoplándose y bajar la mano para terminar toreando como los ángeles en naturales hondos con la mano baja coreados con olés rotundos. Muy encajado también por el pitón derecho en series en redondo de mucho empaque, temple y profundidad. El final torerísimo por bajo, lleno de gusto y sabor a toreo grande dejaba todo a merced de la espada. No sé si llamarlo ansiedad o precipitación, pero en ese momento creo que se ha echado en falta alguien que desde el callejón apuntara a Román lo importante que son la pausas en el toreo, tomarse unos segundos, colocar bien al toro, elegir los terrenos y serenarse antes de entra a matar. una lástima el fallo con la espada porque tenía la oreja en su mano, con una plaza entregada, rendida a su toreo, su personalidad, su sonrisa, su desparpajo y su entrega de verdad. Una gran ovación ha reconocido la sensacional imagen que el valenciano ha dejado en esta tarde aún veraniega, de calor casi sofocante, en la que su presencia ha aportado un aire de frescura otoñal muy necesario.
Junto a Román han hecho el paseíllo el mexicano Joselito Adame y el burgalés Morenito de Aranda para matar una corrida muy seria y a mi gusto muy bien presentada de Fuente Ymbro, procedencia Domecq Díez, variada de hechuras pero todos cuajados y en tipo, astifinos y bien rematados, con dos toros reservones y peligrosos, primero y cuarto, el bravo tercero, el noble y con clase sexto y manejable el segundo y manso el quinto.
Poquísimas opciones ha tenido Morenito de Aranda ante el peor lote. Andarín, gazapón, soltando la cara, reservón y reponedor, que buscaba los tobillos con peligro y mala intenciones ante el que el burgalés no ha podido hacer más que tratar de someterlo por bajo pero sin opción alguna para el lucimiento antes de quitárselo de en medio sin más contemplaciones, que dicho sea de paso es lo mejor que se puede hacer ante un toro de estas características. Ante el cuarto poco más o menos. Otro toro sin clase, que no humillaba, siempre con la cara arriba, sin recorrido, al que por cierto se le ha picado mal, trasero, cuando pedía gritos puyazos delanteros. Firme y voluntarioso Morenito, poniéndole la muleta, intentando sacar muletazos por ambos pitones, pero el fuenteymbro no respondía, es más, por su falta de raza se defendía y encerraba un peligro sordo que no sé si muchos han apreciado. A mi modo de ver Morenito de Aranda ha estado muy por encima del toro, matando además con un espadazo fulminante, escuchando unas merecidas palmas en reconocimiento a su entrega y valor ante dos animales casi imposibles.
Joselito Adame es, por méritos y derecho propio, el máximo exponente del toreo mexicano hoy en día. Su presencia en Madrid era esperada tras su ausencia de los carteles de San Isidro y creo que no ha defraudado, aunque me da la impresión que ha pasado a engrosar la nómina de matadores a los que el sector sabio de la plaza ha puesto en el punto de mira, a los que la exigencia se eleva a la máxima potencia y a los que no es que no se les perdone ni una, sino que se le recrimina hasta cuando está bien. Vamos, que me parece que le tienen tomada la matrícula vayan ustedes a saber por qué. y lo digo por las constantes muestras de desaprobación cualquier cosa que hiciera ante el segundo, un animal con clase y que se desplazaba bien pero que aguantó poco más d media faena, al que sinceramente creo que Joselito Adame ha toreado con temple, encajado, acoplado, lento, bajando la mano, enroscándose al toro, ligando los muletazos en buenas series por el pitón derecho, quizás el mejor pitón del fuenteymbro. Y no es que el izquierdo haya sido malo, algunos naturales han sido magníficos, con hondura, pero sí me ha dado la impresión que por ahí el toro tendía a irse al final del muetazo. Como digo, he visto al mexicano muy seguro, dominador, relajado, toreando a gusto, sin dudar en acortar los terrenos cuando el toro se ha quedado sin fuerzas para torear en una baldosa, pasándoselo por ambos pitones como si nada. Un final de faena repleto de gusto y torería con ayudados por bajo flexionando la pierna han dado paso a una estocada entera que ha pasaportado al toro. Petición insuficiente a juicio del palco y vuelta al ruedo para el mexicano ante las protestas de algunos intransigentes, algo que de verdad no entiendo. ya lo hemos dicho miles de veces, la vuelta al ruedo es algo de gran valor en la historia del toreo, se da cuando la petición se ha considerado insuficiente, y siempre ha tenido mucho valor y peso, sobre todo en Madrid. ¿Por qué quieren anularla?. De verdad, no me entra en la cabeza. Ante el quinto, un toro con movilidad y repetidor pero sin clase y con un punto de manso, Joselito Adame también creo que ha estad por encima. Lo ha recibido con buenas verónicas ganado terrenos para rematar con una media garbosa. Sensacional el tercio de banderillas en este toro a cargo de Miguel Martín y Fernando Sánchez, que han respondido desmonterados a la enorme ovación del público. El fuenteymbro iba y venía, tenía movilidad, es cierto, pero sin clase alguna, descompuesto, soltando la cara y con tendencia a irse. Lo ha intentado el mexicano poniéndole la muleta en la cara sin quitársela para taparle la salida y evitar la huida, ha sacado alguna serie en redondo de mérito pero carente de emoción por la mansedumbre del animal. Por encima el mexicano, que no se ha escondido a pesar de la imposibilidad de lucimiento y que lo ha pasaportado con un estocada certera y habilidosa al primer encuentro, ¿qué más se le puede pedir?.
Mañana nuevo capítulo de esta Feria de Otoño, con la ausencia ya confirmada de Antonio Ferrera, no recuperado de la cornada de Albacete. Paco Ureña ocupará su puesto en la corrida de mañana frente a toros de Nuñez del Cuvillo. Una pena para cuantos esperábamos con ganas la presencia del balear-extremeño que nos ha conquistado por su extraordinario toreo, su inmenso arte y por su rotunda defensa de España y su bandera en estos tiempos tan complicados que nos toca vivir. Pero eso será mañana, hoy respiremos ese aire fresco de otoño que nos ha dejado Román y que permite ser optimista de cara al futuro de la Fiesta.
Antonio Vallejo
jueves, 28 de septiembre de 2017
3º de otoño: Veteranos y noveles
Parecía ayer cuando se cerraba San Isidro y las despedidas en el tendido hasta otoño sonaban a un futuro lejano que, sin darnos cuenta, ya ha llegado. Día de reencuentro, de saludos, momentos previos en los que la pregunta y el tema de conversación es único y obligado, ¿qué tal el verano?, y en la respuesta un leve suspiro y una expresión de melancolía que encaja a la perfección en este tiempo de otoño que estrenamos y que supone los últimos coletazos de una temporada más. Por delante solo quedan Zaragoza y Jaén para echar el cierre y hacer las maletas para afrontar la temporada invernal en América, aunque para que eso llegue es cita obligada la Feria de Otoño madrileña, con permiso del San Miguel sevillano, por supuesto.
Feria de otoño que arrancó el pasado fin de semana con una corrida de rejones y un apasionante desafío ganadero con reses de José Escolar y Ana Romero pero que concentra en estos cinco días que llevan hasta el próximo domingo el grueso de los festejos con carteles que, al menos a mi, me parece que cuentan con gran atractivo para el aficionado.
Carteles como el de la novillada de esta tarde y que, a juzgar por la más de media entrada que ha registrado la plaza, ha generado interés. Novillada de El Ventorrillo a mi modo de ver y entender bien presentada y de buenas hechuras en general, quizás el quinto sea el que menos me ha gustado de presencia, proporcionados, sin exageraciones, agradables de cara, abrochaditos pero muy seria, con varios utreros que en muchas plazas hubieran pasado por toros. otra historia ha sido su juego, desigual, manejables en general, algunos rebrincados y con genio como el cuarto y quinto, con cierto fondo de nobleza, el primero posiblemente el de más clase y calidad pero que, como toda ja corrida, ha adolecido de una falta de fuerzas llamativa. Ante estos ejemplares tres novilleros que encarnan el pasado y el futuro del escalafón: el venezolano Jesús Enrique Colombo, el mexicano Leo Valadez y el madrileño Carlos Ochoa. Tres jóvenes, 20 añitos tienen los tres, pero que están en una etapa muy diferente de sus carreras. Si Colombo y Valadez se encuentran en capilla para tomar la alternativa en Zaragoza, Ochoa hacía su presentación en Las Ventas. Apropiándome de esa parte tan conocida del himno de mi Real Madrid, "veteranos y noveles miran siempre tus laureles con respeto y emoción", creo que representa lo que ha sido la tarde de hoy. Emoción en los que se despiden del escalafón para hacerse matadores y en el que se presenta como novillero en su casa, Madrid. Respeto por la Fiesta y la afición, algo que en mi opinión han demostrado hoy dando todo lo que llevan, sin guardarse nada, incluido un enganchón y un arrimón que les podía haber costado la alternativa a los veteranos y cortar la lesión al novel. Así han mirado a los tendidos de Las Ventas, el Olimpo donde se ganan los laureles del toreo, estos tres jóvenes cargados de ilusión y, por qué no decirlo, de algo más que ganas, entrega y disposición, con buenas maneras y solvencia delante de la cara de los novillos. Porque, al menos así lo he visto yo, han estado por encima de unos lotes que han prestado escasas opciones para el triunfo porque se han venido abajo muy rápido por esa falta de fuerzas a la que ya he aludido, restando emoción y transmisión a todo lo que han intentado hacer la terna.
Quizás el que me ha dejado la sensación de estar más cuajado y con aires más de matador de toros que de novillero ha sido el venezolano Colombo. Más allá de su demostración de unas facultades físicas portentosas en los tercios de banderillas, los dos últimos pares al cuarto han sido extraordinarios, uno al quiebro por adentro y otro andándole hacia atrás al novillo, clavando con pureza, de poder a poder, en la misma cara, entre los pitones, asomándose al balcón, ha mostrado un sensacional manejo del capote, ¡cómo ha sido el saludo capotero al cuarto por caleserinas!, y una gran solvencia con la muleta, templado, con un inicio de faena al primero cargado de torería, andándole hacia los medios, por bajo, con un gusto exquisito, para luego llevarlo con suavidad por ambos pitones, cuidando la distancia y la altura, sin poder obligarle, sabedor de que a la mínima se le podía venir abajo. Una pena que este primer novillo, con clase y calidad, haya estado tan justo de fuerzas porque metía la cara y tomaba bien la muleta, pero le faltaba esa chispa necesaria para generar emoción y transmisión. Por cierto, la estocada con la que lo ha pasaportado Colombo ha sido monumental. Ante el cuarto, un utrero sin clase ni entrega alguna, ha estado igual de solvente y seguro con la muleta, y eso que ha iniciado la faena de rodillas en los medios con el riesgo que ello conlleva, sobre todo ante este novillo de embestida incierta y que sabía perfectamente los que tenía delante. Tanto lo sabía que al tercer muletazo le ha enganchado, afortunadamente sin consecuencias, y por poco echa al limbo de los sueños la alternativa del próximo 11 de octubre a manos de Enrique Ponce. Pero eso sí, dice mucho del venezolano, que no ha venido a Madrid a guardarse nada, cuando lo más fácil era aliviarse y excusarse ante las nulas condiciones del de el Ventorrillo. Por cierto, también lo ha matado de un estoconazo recibiendo al segundo encuentro. Más que merecidas las palmas y la ovación que ha recibido hoy en Madrid.
Mala suerte la del mexicano Valadez en la tarde de hoy. Mala suerte en el segundo, un novillo con buen tranco de salida, que metía la cara en el capote, humillando y que hacía presagiar cosas buenas. Muy bien lo ha toreado Leo Valadez a la verónica, encajado, ganado pasos, refrendando aquel magnífico toreo de capa que descubrimos en Valencia al inicio de temporada aquel frío y lluvioso día de Fallas. Digo que mala suerte porque era un buen novillo, o la menos lo parecía, al que ha iniciado sin probaturas la faena de muleta, citando en largo, con el de Ventorrillo arrancándose pronto, con alegría y buen galopar, bajándole la mano, tanto que ha clavado los pitones en la arena y ha pegado una voltereta completa que lo ha dejado des coordinado para el resto de la faena. No ha habido más, el novillo estaba claramente lesionado, no descordado pero sí descoordinado, inútil para el lucimiento, a pesar de lo que el mexicano lo ha intentado por activa y por pasiva, pero era prácticamente imposible sacar un muletazo limpio. Y mala suerte con el rubricado quinto, un novillo que jamás bajó la cara, sin recorrido, que embistió rebrincado, soltando la cara con peligro, sin clase alguna. bastante ha hecho Valadez con estar delante, ponerse por ambos pitones y conseguir que no le tocara las telas a pesar de los constantes arreones. Por encima del novillo, mostrando también solvencia y seguridad. Solo un debe a su labor, la espada. A ambos novillos los ha matado mal, con una estocada caída, muy caída, al segundo y un bajonazo infame en medio del costado al quinto. Debe mejorar mucho con los aceros de cara a su alternativo del día 10 a manos de su compatriota Joselito Adame. Silencio en ambos más por las escasa cualidades de los novillos que por su labor.
El madrileño Carlos Ochoa ha venido a presentarse a Las Ventas con una maleta cargada de ganas, entrega y disposición, como deben venir los novilleros a la primera plaza del mundo. Luego saldrán mejor o peor las cosas, pero esa actitud es lo mínimo que hay que pedir. Así lo ha demostrado en su turno de quites al quinto con un muy buen quite por caleserinas al que Valadez replicó por lopecinas rescatando esa sana competencia de toda la vida entre toreros y que tantos momentos de emoción, belleza y arte nos ha deparado a lo largo de la historia. Al tercero, un novillo que iba y venía, que tenía movilidad, cierto, pero sin clase ni entrega, soltando la cara a medio muletazo, lo ha llevado templado en todo momento, con limpieza, sin un solo toque a la muleta, algo sumamente complicado dadas las condiciones del utrero. Más no se le puede pedir al madrileño, que ha exprimido lo poco que llevaba dentro el de Ventorrillo y que se ha volcado sobre el morrillo para pasaportarlo de un estoconazo fulminante realmente extraordinario, una estocada de premio por ejecución y colocación. Con el sexto se lució a la verónica con gusto, rematando con una media a un novillo que metía la cara con clase en el capote y que en el caballo empujó con celo y codicia. Prometedor inicio de faena por el pitón derecho, en los medios, citando lejos, en largo, templado, bajando la mano, obligando al novillo, en una tanda ligada de mucha calidad en la que dejó patente su mando y poderío. Pero el de Ventorrillo me ha dado la sensación que se vació en esa primera tanda, porque a partir de ahí se vino abajo estrepitosamente y la faena bajó de nivel, aunque aún quedaron para el recuerdo algunos naturales sueltos metiendo los riñones que permiten hacer soñar con un torero de futuro, matando a este sexto de algo más de media en muy buen sitio suficiente para hacer doblar al animal. Palmas de reconocimiento y ovación resumen la, para mí, buena actuación del madrileño, más allá de las ganas, la entrega y la disposición.
Así que suerte a los tres, a los "veteranos" Colombo y Valadez en su inminente alternativa y al "novel" Ochoa en lo que aún le queda por delante.
Antonio Vallejo
lunes, 18 de septiembre de 2017
Juli: Broche de oro en Albacete
Albacete, plaza de segunda pero con carácter de primera, celebra cada año por estas fechas su Feria de la Virgen de los Llanos. Una plaza y una feria que se distingue por su rigor y su seriedad tanto en la confección de los carteles como en el cuidado que se pone a la hora de elegir el ganado que se vaya a lidiar, labor en la que tiene mucho que ver el sensacional trabajo que el maestro Manuel Caballero está realizando para conseguir un resultado tan redondo. Una feria que está ocupando un lugar destacado en el calendario taurino, que va escalando posiciones a pasos agigantados en importancia y relevancia, una feria que nos está acostumbrando cada año que pasa a ver grandes faenas y triunfos rotundos, en definitiva, una feria y una plaza de primer nivel que en esta edición de 2017 no ha defraudado lo más mínimo. Basta apuntar un detalle; ocho puertas grandes a cargo de siete matadores en una semana, un balance muy difícil de igualar: Alejandro Talavante, Paco Ureña, Miguel Ángel Perera, Ginés Marín, Andrés Roca Rey, Rubén Pinar por partida doble y en la tarde de hoy domingo Julian López "El Juli" poniendo el broche de oro a una gran feria que en algunas tardes he tenido la ocasión de disfrutar a través de las retransmisiones de Canal Toros. No han sido muchas, tres en concreto, pero han merecido mucho la pena, como la doble salida a hombros de Perera y Marín el jueves, la buena novillada del miércoles para Diego Carretero, Jesús Enrique Colombo y Marcos, y la corrida de esta tarde que cerraba la feria albaceteña.
Corrida de Daniel Ruíz, procedencia pura Jandilla (Domecq Díez), seria, para mi gusto muy bien presentada, astifina, de buenas hechuras y bastante pareja, con trapío más que de sobra para una plaza de segunda y mayor que el de muchos toros que han saltado en algunas plazas de primera, además de dar un peso medio de 508 Kg, lo que dice mucho a favor de quienes pensamos que trapío y kilos no son sinónimos, sino que los toros tienen que estar bien hechos y entipados, como ha sucedido hoy en Albacete. Terna de auténtico lujo para estoquearla: Julián López "El Juli", Alejandro Talavante y Cayetano. Por tanto, no resulta nada extraño contemplar el sensacional aspecto que presentaban los tendidos de La Chata, llenos a reventar. Y es que está claro que quien siembra, recoge, solo así se entienden los números de Albacete; grandes entradas todos los días porque los toros interesan, vaya si interesan, sobre todo cuando los carteles se construyen bien.
Eso que la tarde no arrancó de manera esperanzadora. Pocas opciones de lucimiento para Juli en el primero, un toro que es cierto que metía la cara, que humillaba, que iba y venía, pero lo hacía sin gracia, sin emoción ni transmisión, cualidades a las que sumaba escaso fondo, corto recorrido, que reponía, y un carácter gazapón y andarín ante el que Juli tenía que perderle varios pasos al finalizar los muletazos, incluso hacía hilo con el madrileño con intenciones de herir. Pero enfrente tenía a un maestro que ha estado muy por encima, dejando patente una vez más su impresionante técnica, haciendo lo que necesitaba el de Daniel Ruíz, dándole lo que pedía, consintiéndole, para luego obligarle y someterle con ese mando que Juli atesora. Solo así creo que es posible entender que sacara los lances que ha sacado, exprimiendo al máximo lo poco que llevaba dentro el de Daniel Ruiz y al que mató de una buena estocada.
No mejoraron las cosas en el segundo, nulo para el lucimiento, con la cara arriba desde salida, que no es que no haya humillado, ni siquiera ha echo amago de ello. Alejandro Talavante lo ha tratado de conducir con suavidad, a media altura, sin someterle, pero cualquier cosa resultaba imposible ante un toro de embestida descompuesta, que se defendía soltando la cara. Para mi lo mejor que ha hecho es abreviar ahorrándonos pases y minutos sin sentido que se veía a leguas que no llevaban a ningún sitio.
Por suerte el devenir de la tarde ha cambiado a partir del tercer toro, con Cayetano sensacional con el capote, dando un paso adelante, derrochando raza, garra, ganas, entrega y disposición. A Cayetano le podrán criticar lo que quieran, le pueden decir que tiene carencias (¿y quién no las tiene?), pero lo que nadie puede negar es que es un torero que engancha, que tiene imán para la afición, que emociona y transmite. Así ha sido con las chicuelinas al paso, preciosas, que han puesto en pie a los tendidos, y así ha sido también con el inicio de faena arrebatado, de rodillas, dándole el pecho al toro, llevándolo sometido por bajo y alargando el viaje del de Daniel Ruiz, un toro de comportamiento realmente desconcertante y cambiante, que tan pronto soltaba la cara y punteaba los engaños como en la siguiente serie humillaba y tomaba la muleta con clase y nobleza, incluso con dulzura. Lo único claro de este tercero ha sido su falta de motor, se ha vaciado en los primeros muletazos y se ha acabado demasiado rápido. Respecto a Cayetano, sinceramente creo que ha estado por encima, templado, tratando de calmar las brusquedades del toro cuando soltaba la cara y poniéndole la muleta en la cara, conduciendo la embestida con suavidad y la mano baja en las fases en las que el toro humillaba y repetía, demostrando una vez más que el momento que atraviesa y sus triunfos a lo largo de la temporada no son casualidad.
Sin duda el momento cumbre de la tarde ha llegado en el cuarto, un gran toro de Daniel Ruíz que además ha caído en manos de Juli. No es que de salida apuntara grandes cosas, todo lo contrario, echaba las manos por delante y en el capote su embestida ha sido francamente incierta, aunque movilidad sí que ha mostrado desde salida, cualidad que ha desarrollado en el tercio de banderillas mejorando claramente su comportamiento. Así ha llegado a la muleta de un portentoso Juli, ¡de qué manera ha iniciado la faena!, un auténtico mago que ha hipnotizado al toro con una infinita suavidad, poniéndole la muleta en la cara, enseñándosela, cuidando la altura, la distancia y la velocidad, un temple pasmoso, mostrándole el camino que tenía que seguir, la forma de embestir y el lugar por donde tenía que pasar, para poco a poco ir bajando la mano y someter al de Daniel Ruíz con el mando y el poderío habitual del madrileño. Faena construida desde el temple, la colocación, un enorme conocimiento de los terrenos y un dominio de la técnica de este arte que es la Tauromaquia que ha llevado a series rotundas por ambos pitones, muletazos largos y profundos, sometiendo mucho por bajo, con el compás abierto, esa figura habitual en Juli, corriendo la mano con extrema largura en cada lance. Sencillamente enorme Juli, que ha pasaportado a este gran cuarto con un espadazo fulminante que he hecho rodar al toro sin puntilla. Dos orejas sin discusión y otra puerta grande más que sumar a las muchas que lleva el madrileño, la anterior hace una semana en la grotesca de Arles para no ir más lejos.
El quinto, probablemente el de peores hechuras y menor trapío de la corrida, también ha resultado un buen toro, aunque tampoco de salida haya apuntado cosas buenas. Se frenaba en el capote de Talavante, sin humillar, con la cara arriba, igual que en el caballo, defendiéndose, haciendo sonar el estribo y huyendo en cuanto sentía el hierro. Igual que el anterior ha mejorado su comportamiento y ha ido a más en banderillas, lo que ha visto claro el extremeño que se disponía a brindar, momento en el que el toro se le ha arrancado y Talavante nos ha deleitado en un improvisado prólogo de faena con ayudados por bajo de inmensa torería, con la montera en la mano, rematando con un trincherazo maravilloso para posteriormente brindar al público. Esa es la tauromaquia de Talavante, basada en la inspiración y la improvisación, dejando que el arte fluya y se exprese en cada muletazo con una belleza suprema. Pero en la tarde de hoy no solo ha habido inspiración sino que el extremeño ha sabido aplicar enormes dosis de técnica para someter al de Daniel Ruiz y sacar todo el partido a las cualidades que guardaba en su interior. Series por ambos pitones enroscándose al toro a la cintura, cargadas de emoción y transmisión que han calado en los tendidos, llevando al toro cosido a la muleta, sin un toque, a lo que sumar un magnífico sentido de la medida de duración de la faena, al menos a mi modo de ver, sin alargar en exceso Manoletinas finales ajustadas mirando al tendido y estocada casi entera caída que ha recibido ovación como premio tras petición insuficiente, a mi modo de ver poco comprensible y, sinceramente, pienso que su labor merecía más premio. Voy a dar por hecho que la petición ha sido minoritaria, es posible, yo tengo dudas, pero por televisión no se ve igual ni se puede tener una idea global de la plaza. En cualquier caso, ¿por qué no se ha pedido la vuelta al ruedo?. Para mi ese hubiera sido el premio justo, pero vivimos tiempos en los que la vuelta al ruedo parece un pecado, cuando toda la vida ha sido algo más que reseñable, una lástima que esas costumbres caigan en el olvido.
A por todas ha salido Cayetano ante el sexto, una larga cambiada de rodillas y verónicas suaves que arranca los olés ganando terreno para rematar con una buena media en los medios. Toro con movilidad y cierto recorrido pero que no iba sobrado de clase ni calidad, que no humillaba y soltaba la cara al final del muletazo, deslucido y sin emoción, al que Cayetano ha tratado de cuidar al máximo, templando la embestida, llevándolo con suavidad, a media altura, sin obligarle, para que no toque las telas, haciendo bien las cosas, con técnica, pero sin que la faena llegara a romper por las escasa cualidades del de Daniel Ruíz. Silencio en la despedida de este madrileño que iba a Albacete dispuesto a salir como lo ha hecho Juli, el otro madrileño, a hombros por la puerta grande de esa coqueta plaza que es La Chata.
Despedimos así a Albacete, también dice adiós Salamanca, hace unos días Valladolid, anuncio del final de la temporada. Por delante el San Mateo de Logroño, el San Miguel de Sevilla y el otoño madrileño como platos fuertes antes de encarar la última gran feria del año, la del Pilar en Zaragoza, argumentos más que de sobra para seguir soñando con grandes toros y faenas redondas en este tiempo tan dado a la melancolía que es el otoño.
Antonio Vallejo
jueves, 14 de septiembre de 2017
El otoño llama a la puerta
Parece una frase hecha. Bueno, la verdad es que lo es, una realidad innegable aunque a muchos nos cueste dejar atrás esa maravillosa época, tan esperada durante meses y que ahora parece un lejano pasado, que es el verano. Así es, en una semana entraremos en el otoño y, con él, en la recta final de la temporada taurina 2017 que cerrará sus puertas en Zaragoza con la Feria del Pilar, broche de oro a una más que interesante temporada. Como decía, atrás queda el verano, en un rincón de la memoria los sanfermines, sus encierros, la Feria del Toro, Antonio Ferrera dando una nueva lección de toreo en esta temporada espectacular que está cuajando y Cayetano a hombros en una tarde memorable. Atrás queda Santander y su Feria de Santiago con un Jose Mª Manzanares en plenitud, ¡qué elegancia! , ¡qué empaque!. Atrás queda El Puerto de Santa María con Juli en figura de época al cortar cinco orejas y un rabo el 13 de agosto y el anuncio de Morante de abandonar temporalmente los ruedos, algo que a algunos nos deja sumidos en la tristeza, en una depresión y sensación de orfandad que espero pase rápido. Atrás queda Málaga, Ponce, una vez más, Ponce, siempre Ponce, maestro de maestros, para mi el mejor de todos los tiempos, lo he dicho, lo digo y lo repetiré sin rubor alguno, triunfo e indulto histórico. Atrás queda, por tanto, un verano taurino plagado de festejos en casi toda España, ciudad y pueblos que desde hace siglos no entienden sus fiestas sin toros. Y como es tradición, un verano que cada año tiene su máxima expresión en Bilbao y sus Corridas Generales y que en este 2017 no ha fallado a su cita. Varios hechos han destacado en este ciclo bilbaíno, comenzando por el gesto inolvidable de Antonio Ferrera que se negó a banderillear ante los abucheos de un sector minoritario pero muy ruidoso de la plaza cuando se disponía a colocar los pares con los colores de la bandera española. Lo hizo, a mi juicio con muy buen criterio, porque no tolera la falta de respeto, el insulto a su patria y su bandera, en un gesto que le honra y que suma a su extraordinaria clase como torero su inmensa categoría como persona y su españolidad. Siguiendo con Bilbao y hechos que acontecieron el no menos ejemplar gesto de Cayetano, ¡qué grande!, al devolver los palitroques que le ofrecían a su cuadrilla, reunirles junto al burladero, decirles lo importante que era lo que iban a hacer y entregarles las banderillas también con los colores de nuestra bandera. ¡Menudos pares colocaron Iván García y Alberto Zayas!, enormes, en honor a España y su única bandera. Dejando estas dos actuaciones ejemplares de Ferrera y Cayetano y ciñéndonos a lo estrictamente taurino, Bilbao tiene un nombre propio desde hace muchos años, un idilio permanente que parece que nunca tenga fin: Enrique Ponce. Sí, Ponce, una vez más, eterno, Ponce, único, la penúltima lección magistral de toreo, Ponce, siempre Ponce ¡y lo que aún nos queda por verle y disfrutar con su arte!. No hay adjetivos para calificar al maestro, se agotan los elogios, supera todos los registros, y lo mejor es que va a más, que aún le quedan muchas tardes para seguir dictando un magisterio infinito.
Pero todo esto es ya historia y hay que mirar hacia delante. Y por delante se presenta septiembre, ese mes de transición hacia el otoño que ya se ve asomando y que llama a las puertas de muchas plazas: Valladolid, Salamanca, Albacete, Nimes, Logroño, San Miguel en Sevilla y la Feria de Otoño de Madrid como punto de referencia y que este año parece cobrar un dinamismo y una importancia que en los últimos dos o tres años parecía en declive. Cuando Plaza 1 se hizo cargo de Las Ventas anunció aquella "revolución" que en San Isidro no resultó tal, aunque es cierto que hubo algunos cambios a mejor respecto a pasadas ediciones, y también propagó a los cuatro vientos que el otoño madrileño iba a constar de 10 festejos y que iba a contar con los máximos atractivos, que su intención era convertirlo en una feria de atractiva y de nivel superior. Diez no son, pero sí que se han confeccionado unos carteles realmente interesantes agrupados en siete festejos: cinco corridas de toros, una de rejones y una novillada con picadores, lo cual supone una mejoría respecto a la edición anterior, bastante pobre, por cierto. Y el bolsillo va a agradecer, al menos yo como abonado de Las Ventas lo acojo con agrado, la posibilidad de renunciar a algunos festejos manteniendo el abono siguiendo así la pauta marcada en los últimos San Isidro, un acierto por parte de la empresa. Como me parece acertada la composición que se ha hecho de esta feria de otoño, con un interesante mano a mano entre los rejoneadores Sergio Galán y Leonardo Hernández, gran triunfador de los dos últimos años, y una más que prometedora novillada de El Ventorrillo para la revelación de la temporada, Jesús Enrique Colombo, Leo Valadez, que allá por fallas deslumbró con su temple, y la presentación de Carlos Ochoa. Será esa corrida de rejones la que abra la feria el sábado 23 en un fin de semana que se completará con una corrida de José Escolar y Ana Romero para Iván Vicente, Luis Bolívar y Alberto Aguilar en el que quizás sea el cartel más "flojo" a priori. El grueso de esta feria de otoño se concentrará entre los días 27 de septiembre y 1 de octubre con carteles que creo van a ser muy del agrado del público madrileño y que tenían como epicentro, como eje, como figura principal, como queramos llamarlo al maestro balear-extremeño Antonio Ferrera. Sí, no es un error, no es una errata ni el autocorrector que tantas malas jugadas nos hace, hablo en pasado o, al menos, en un futuro incierto o condicionado por los próximos días y la evolución del maestro Ferrera tras la cornada recibida esta misma tarde en la corrida de Albacete en las postrimerías de la faena al cuarto de la tarde. Por pura casualidad he comenzado a escribir esta entrada hoy por la mañana, como no queda más remedio que trabajar y mi actividad me ha ocupado toda la mañana y parte de la tarde la he dejado a medio terminar. Pensaba rematarla por la tarde pero al volver a casa he encontrado que comenzaba la retransmisión en Canal Toros de la corrida de la Feria de la Virgen de los en Albacete, una muy seria corrida y magníficamente presentada corrida de Santiago Domecq para Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés Marín. Dos orejas han cortado esta tarde Perera y Marín para abrir la puerta grande, el pacense en una sensacional faena basada en el temple, el mando, el poderío y el sometimiento al gran segundo que le ha valido dos orejas, y el jerezano por dos faenas en las que la mano izquierda y el toreo al natural ha sido extraordinario y que le han valido una oreja de cada uno de su lote, dos toros muy exigentes a los que Marín ha podido con rotundidad. Pero quien una vez más en esta temporada ha dado una lección magistral de torería ha sido Ferrera ante el lote más deslucido, dos toros que no han humillado, soltando tornillazos, sin recorrido, que reponían, medían y buscaban. Extraordinaria demostración de técnica, de conocimiento de los terrenos y la distancia, de colocación, de temple, de tesón, entrega, valor y torería la de Ferrera, quien ha llegado a sacar muletazos que parecían imposibles por las nulas cualidades de su lote. Tan apabullante ha sido la demostración de mando de Ferrera, tal era la superioridad y seguridad mostrada que se ha abandonado ya en los últimos compases de la faena al cuarto, el cual, al verse podido, se ha defendido y en cuanto ha visto la mínima ocasión para meter el pitón ha corneando en la cara posterior del muslo izquierdo a Ferrera quien, pese al dolor y la hemorragia aparatosa que ha empapado la taleguilla ha tenido la dignidad, casi rayando en temeridad, de matar a este cuarto, con la cara desencajada y casi sin poder andar, un auténtico gladiador que hoy solo ha pensado en el público albaceteño al que se debía, un gesto de enorme profesionalidad, sin pensar en el futuro inmediato. Parece ser que, gracias a Dios, se trata de una cornada limpia de 10 cm y una sola trayectoria, lo que nos invita a pensar en su recuperación ante ese futuro inmediato del que hablo y que está en Las Ventas los días 29 de septiembre y 1 de octubre, porque estos superhombres que son los toreros tienen una capacidad casi sobrenatural para volver a ponerse delante de la cara de un toro, porque la Fiesta es así, porque los toros no son ursulinas que recogen florecitas por el campo, son animales bravos, fieras que llevan en sus genes la lucha, ante los que un hombre se enfrenta de igual a igual, como por desgracia tantas veces hemos contemplado, y esta tarde ha sido la última muestra. Por eso hablaba en pasado al referirme a la composición de la Feria de Otoño madrileña ya que a estas horas de la noche es una incógnita si Antonio Ferrera estará en condiciones de vestirse de luces en la corrida del viernes 29 junto a Sebastián Castella y Luis David Adame ante toros de Nuñez del Cuvillo, ¡menudo cartel!, y en el mano a mano con Paco Ureña para matar reses de Adolfo Martín, ¡casi ná!, el domingo 1 de octubre. Esas dos corridas se esperaban en Madrid con máxima expectación, sin olvidar la del jueves 28 con toros de El Puerto de San Lorenzo / La Ventana del Puerto para la terna Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo y López Simón, otro cartel también muy bien rematado a mi juicio y que competa la que me parece una muy buena Feria de Otoño.
Ojalá en unos días sea posible cambiar el tiempo verbal de pasado o condicional a presente y futuro y veamos a Antonio Ferrera hacer el paseíllo en Madrid. Son quince días, seguro que es difícil, pero para estos hombres nada es imposible.
Antonio Vallejo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)