viernes, 29 de septiembre de 2017

4º de otoño: Román, frescura de otoño


Se llama Román, es valenciano, lleva tres temporadas de alternativa, confirmó en Madrid hace tan solo un año y el pasado 15 de agosto abrió la Puerta Grande de las Ventas tras cortar una oreja a cada uno de sus toros de El Tajo y La Reina, algo que en la tarde de hoy ha estado a punto de repetir y que hubiera tenido el mismo resultado final de no haber sido por cierta dosis de ansiedad o precipitación y el mal manejo de los aceros, aunque es posible que una cosa llevara a la otra. Román se la ha jugado, ha estado entregado, firme, decidido y valiente ante el mejor lote del encierro de Fuente Ymbro, dos toros bravos y exigentes a los que ha toreado muy, pero que muy bien. Desde que ha pisado la arena venteña para recibir de capote al tercero de la tarde se veía con claridad la disposición del valenciano ante la tarde de hoy. Electrizante saludo capotero por verónicas y gaoneras ceñidísimas que ponían el ¡Ay! en cada lance pero que a Román no le hacían perder esa eterna sonrisa que muestra delante de la cara de los toros, sonrisa de juventud, de desparpajo, una brisa fresca de las llamadas a renovar el escalafón. Me encandiló a principio de temporada en la Feria de Fallas tras una extraordinaria tarde en la que cortó una oreja de peso a un exigente toro de Victoriano del Río que le pegó un susto en las primeras fases de la faena, algo casi idéntico a lo que hoy ha ocurrido en Madrid. El fuenteymbro que hacía tercero en la tarde de hoy ha sido bravo y exigente, con movilidad y repetición, pero un toro al que había que someter y poder, un toro ante el que había que ponerse y mandar, y eso es lo que ha hecho Román, ponerse y exponerse, sin ceder terreno, sin dar un paso atrás, tanto que en los primeros derechazos le ha prendido del muslo y le ha volteado afortunadamente sin consecuencias. Sin perder la sonrisa, sin dolerse tras la monumental paliza, ha vuelto a la cara del toro y lo ha llevado templado, adelantando la muleta, ligando las  series por bajo, en una faena cargada de emoción, la que se genera cuando alguien torea de verdad. Enormemente valiente y torero ha estado Román, culminando una muy buena faena con bernardinas ceñidísimas que cortaban la respiración, y todo ello con su eterna sonrisa dibujada en la cara, la sonrisa del triunfador. Se ha volcado sobre el toro al entrar a matar por derecho y ha dejado un estoconazo hasta la bola de efecto fulminante, saliendo del encuentro con la taleguilla rasgada y otro tremendo golpe tras el encuentro. Oreja de peso como la de marzo en Valencia, y como las del pasado agosto en Madrid. Media puerta abierta, quedaba el sexto, un buen toro, que aunque de salida tenía poca fijeza y apuntaba querencia, en la muleta ha resultado noble y bravo, con clase, pronto, repetidor, humillando y siguiendo los engaños con celo. Especialmente bueno el pitón izquierdo por el que Román ha comenzado la faena sin probaturas. Lo ha visto claro el valenciano y con decisión le ha pegado dos series de naturales largos, templadísimos, cuidando la altura al principio para ir acoplándose y bajar la mano para terminar toreando como los ángeles en naturales hondos con la mano baja coreados con olés rotundos. Muy encajado también por el pitón derecho en series en redondo de mucho empaque, temple y profundidad. El final torerísimo por bajo, lleno de gusto y sabor a toreo grande dejaba todo a merced de la espada. No sé si llamarlo ansiedad o precipitación, pero en ese momento creo que se ha echado en falta alguien que desde el callejón apuntara a Román lo importante que son la pausas en el toreo, tomarse unos segundos, colocar bien al toro, elegir los terrenos y serenarse antes de entra a matar. una lástima el fallo con la espada porque tenía la oreja en su mano, con una plaza entregada, rendida a su toreo, su personalidad, su sonrisa, su desparpajo y su entrega de verdad. Una gran ovación ha reconocido la sensacional imagen que el valenciano ha dejado en esta tarde aún veraniega, de calor casi sofocante,  en la que su presencia ha aportado un aire de frescura otoñal muy necesario.
Junto a Román han hecho el paseíllo el mexicano Joselito Adame y el burgalés Morenito de Aranda para matar una corrida muy seria y a mi gusto muy bien presentada de Fuente Ymbro, procedencia Domecq Díez, variada de hechuras pero todos cuajados y en tipo, astifinos y bien rematados, con dos toros reservones y peligrosos, primero y cuarto, el bravo tercero, el noble y con clase sexto y manejable el segundo y manso el quinto. 
Poquísimas opciones ha tenido Morenito de Aranda ante el peor lote. Andarín, gazapón, soltando la cara, reservón y reponedor, que buscaba los tobillos con peligro y mala intenciones ante el que el burgalés no ha podido hacer más que tratar de someterlo por bajo pero sin opción alguna para el lucimiento antes de quitárselo de en medio sin más contemplaciones, que dicho sea de paso es lo mejor que se puede hacer ante un toro de estas características. Ante el cuarto poco más o menos. Otro toro sin clase, que no humillaba, siempre con la cara arriba, sin recorrido, al que por cierto se le ha picado mal, trasero, cuando pedía gritos puyazos delanteros. Firme y voluntarioso Morenito, poniéndole la muleta, intentando sacar muletazos por ambos pitones, pero el fuenteymbro no respondía, es más, por su falta de raza se defendía y encerraba un peligro sordo que no sé si muchos han apreciado. A mi modo de ver Morenito de Aranda ha estado muy por encima del toro, matando además con un espadazo fulminante, escuchando unas merecidas palmas en reconocimiento a su entrega y valor ante dos animales casi imposibles.
Joselito Adame es, por méritos y derecho propio, el máximo exponente del toreo mexicano hoy en día. Su presencia en Madrid era esperada tras su ausencia de los carteles de San Isidro y creo que no ha defraudado, aunque me da la impresión que ha pasado a engrosar la nómina de matadores a los que el sector sabio de la plaza ha puesto en el punto de mira, a los que la exigencia se eleva a la máxima potencia y a los que no es que no se les perdone ni una, sino que se le recrimina hasta cuando está bien. Vamos, que me parece que le tienen tomada la matrícula vayan ustedes a saber por qué. y lo digo por las constantes muestras de desaprobación cualquier cosa que hiciera ante el segundo, un animal con clase y que se desplazaba bien pero que aguantó poco más d media faena, al que sinceramente creo que Joselito Adame ha toreado con temple, encajado, acoplado, lento, bajando la mano, enroscándose al toro, ligando los muletazos en buenas series por el pitón derecho, quizás el mejor pitón del fuenteymbro. Y no es que el izquierdo haya sido malo, algunos naturales han sido magníficos, con hondura, pero sí me ha dado la impresión que por ahí el toro tendía a irse al final del muetazo. Como digo, he visto al mexicano muy seguro, dominador, relajado, toreando a gusto, sin dudar en acortar los terrenos cuando el toro se ha quedado sin fuerzas para torear en una baldosa, pasándoselo por ambos pitones como si nada. Un final de faena repleto de gusto y torería con ayudados por bajo flexionando la pierna han dado paso a una estocada entera que ha pasaportado al toro. Petición insuficiente a juicio del palco y vuelta al ruedo para el mexicano ante las protestas de algunos intransigentes, algo que de verdad no entiendo. ya lo hemos dicho miles de veces, la vuelta al ruedo es algo de gran valor en la historia del toreo, se da cuando la petición se ha considerado insuficiente, y siempre ha tenido mucho valor y peso, sobre todo en Madrid. ¿Por qué quieren anularla?. De verdad, no me entra en la cabeza. Ante el quinto, un toro con movilidad y repetidor pero sin clase y con un punto de manso, Joselito Adame también creo que ha estad por encima. Lo ha recibido con buenas verónicas ganado terrenos para rematar con una media garbosa. Sensacional el tercio de banderillas en este toro a cargo de Miguel Martín y Fernando Sánchez, que han respondido desmonterados a la enorme ovación del público. El fuenteymbro iba y venía, tenía movilidad, es cierto, pero sin clase alguna, descompuesto, soltando la cara y con tendencia a irse. Lo ha intentado el mexicano poniéndole la muleta en la cara sin quitársela para taparle la salida y evitar la huida, ha sacado alguna serie en redondo de mérito pero carente de emoción por la mansedumbre del animal. Por encima el mexicano, que no se ha escondido a pesar de la imposibilidad de lucimiento y que lo ha pasaportado con un estocada certera y habilidosa al primer encuentro, ¿qué más se le puede pedir?.
Mañana nuevo capítulo de esta Feria de Otoño, con la ausencia ya confirmada de Antonio Ferrera, no recuperado de la cornada de Albacete. Paco Ureña ocupará su puesto en la corrida de mañana frente a toros de Nuñez del Cuvillo. Una pena para cuantos esperábamos con ganas la presencia del balear-extremeño que nos ha conquistado por su extraordinario  toreo, su inmenso arte y por su rotunda defensa de España y su bandera en estos tiempos tan complicados que nos toca vivir. Pero eso será mañana, hoy respiremos ese aire fresco de otoño que nos ha dejado Román y que permite ser optimista de cara al futuro de la Fiesta.


Antonio Vallejo

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