jueves, 14 de septiembre de 2017
El otoño llama a la puerta
Parece una frase hecha. Bueno, la verdad es que lo es, una realidad innegable aunque a muchos nos cueste dejar atrás esa maravillosa época, tan esperada durante meses y que ahora parece un lejano pasado, que es el verano. Así es, en una semana entraremos en el otoño y, con él, en la recta final de la temporada taurina 2017 que cerrará sus puertas en Zaragoza con la Feria del Pilar, broche de oro a una más que interesante temporada. Como decía, atrás queda el verano, en un rincón de la memoria los sanfermines, sus encierros, la Feria del Toro, Antonio Ferrera dando una nueva lección de toreo en esta temporada espectacular que está cuajando y Cayetano a hombros en una tarde memorable. Atrás queda Santander y su Feria de Santiago con un Jose Mª Manzanares en plenitud, ¡qué elegancia! , ¡qué empaque!. Atrás queda El Puerto de Santa María con Juli en figura de época al cortar cinco orejas y un rabo el 13 de agosto y el anuncio de Morante de abandonar temporalmente los ruedos, algo que a algunos nos deja sumidos en la tristeza, en una depresión y sensación de orfandad que espero pase rápido. Atrás queda Málaga, Ponce, una vez más, Ponce, siempre Ponce, maestro de maestros, para mi el mejor de todos los tiempos, lo he dicho, lo digo y lo repetiré sin rubor alguno, triunfo e indulto histórico. Atrás queda, por tanto, un verano taurino plagado de festejos en casi toda España, ciudad y pueblos que desde hace siglos no entienden sus fiestas sin toros. Y como es tradición, un verano que cada año tiene su máxima expresión en Bilbao y sus Corridas Generales y que en este 2017 no ha fallado a su cita. Varios hechos han destacado en este ciclo bilbaíno, comenzando por el gesto inolvidable de Antonio Ferrera que se negó a banderillear ante los abucheos de un sector minoritario pero muy ruidoso de la plaza cuando se disponía a colocar los pares con los colores de la bandera española. Lo hizo, a mi juicio con muy buen criterio, porque no tolera la falta de respeto, el insulto a su patria y su bandera, en un gesto que le honra y que suma a su extraordinaria clase como torero su inmensa categoría como persona y su españolidad. Siguiendo con Bilbao y hechos que acontecieron el no menos ejemplar gesto de Cayetano, ¡qué grande!, al devolver los palitroques que le ofrecían a su cuadrilla, reunirles junto al burladero, decirles lo importante que era lo que iban a hacer y entregarles las banderillas también con los colores de nuestra bandera. ¡Menudos pares colocaron Iván García y Alberto Zayas!, enormes, en honor a España y su única bandera. Dejando estas dos actuaciones ejemplares de Ferrera y Cayetano y ciñéndonos a lo estrictamente taurino, Bilbao tiene un nombre propio desde hace muchos años, un idilio permanente que parece que nunca tenga fin: Enrique Ponce. Sí, Ponce, una vez más, eterno, Ponce, único, la penúltima lección magistral de toreo, Ponce, siempre Ponce ¡y lo que aún nos queda por verle y disfrutar con su arte!. No hay adjetivos para calificar al maestro, se agotan los elogios, supera todos los registros, y lo mejor es que va a más, que aún le quedan muchas tardes para seguir dictando un magisterio infinito.
Pero todo esto es ya historia y hay que mirar hacia delante. Y por delante se presenta septiembre, ese mes de transición hacia el otoño que ya se ve asomando y que llama a las puertas de muchas plazas: Valladolid, Salamanca, Albacete, Nimes, Logroño, San Miguel en Sevilla y la Feria de Otoño de Madrid como punto de referencia y que este año parece cobrar un dinamismo y una importancia que en los últimos dos o tres años parecía en declive. Cuando Plaza 1 se hizo cargo de Las Ventas anunció aquella "revolución" que en San Isidro no resultó tal, aunque es cierto que hubo algunos cambios a mejor respecto a pasadas ediciones, y también propagó a los cuatro vientos que el otoño madrileño iba a constar de 10 festejos y que iba a contar con los máximos atractivos, que su intención era convertirlo en una feria de atractiva y de nivel superior. Diez no son, pero sí que se han confeccionado unos carteles realmente interesantes agrupados en siete festejos: cinco corridas de toros, una de rejones y una novillada con picadores, lo cual supone una mejoría respecto a la edición anterior, bastante pobre, por cierto. Y el bolsillo va a agradecer, al menos yo como abonado de Las Ventas lo acojo con agrado, la posibilidad de renunciar a algunos festejos manteniendo el abono siguiendo así la pauta marcada en los últimos San Isidro, un acierto por parte de la empresa. Como me parece acertada la composición que se ha hecho de esta feria de otoño, con un interesante mano a mano entre los rejoneadores Sergio Galán y Leonardo Hernández, gran triunfador de los dos últimos años, y una más que prometedora novillada de El Ventorrillo para la revelación de la temporada, Jesús Enrique Colombo, Leo Valadez, que allá por fallas deslumbró con su temple, y la presentación de Carlos Ochoa. Será esa corrida de rejones la que abra la feria el sábado 23 en un fin de semana que se completará con una corrida de José Escolar y Ana Romero para Iván Vicente, Luis Bolívar y Alberto Aguilar en el que quizás sea el cartel más "flojo" a priori. El grueso de esta feria de otoño se concentrará entre los días 27 de septiembre y 1 de octubre con carteles que creo van a ser muy del agrado del público madrileño y que tenían como epicentro, como eje, como figura principal, como queramos llamarlo al maestro balear-extremeño Antonio Ferrera. Sí, no es un error, no es una errata ni el autocorrector que tantas malas jugadas nos hace, hablo en pasado o, al menos, en un futuro incierto o condicionado por los próximos días y la evolución del maestro Ferrera tras la cornada recibida esta misma tarde en la corrida de Albacete en las postrimerías de la faena al cuarto de la tarde. Por pura casualidad he comenzado a escribir esta entrada hoy por la mañana, como no queda más remedio que trabajar y mi actividad me ha ocupado toda la mañana y parte de la tarde la he dejado a medio terminar. Pensaba rematarla por la tarde pero al volver a casa he encontrado que comenzaba la retransmisión en Canal Toros de la corrida de la Feria de la Virgen de los en Albacete, una muy seria corrida y magníficamente presentada corrida de Santiago Domecq para Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés Marín. Dos orejas han cortado esta tarde Perera y Marín para abrir la puerta grande, el pacense en una sensacional faena basada en el temple, el mando, el poderío y el sometimiento al gran segundo que le ha valido dos orejas, y el jerezano por dos faenas en las que la mano izquierda y el toreo al natural ha sido extraordinario y que le han valido una oreja de cada uno de su lote, dos toros muy exigentes a los que Marín ha podido con rotundidad. Pero quien una vez más en esta temporada ha dado una lección magistral de torería ha sido Ferrera ante el lote más deslucido, dos toros que no han humillado, soltando tornillazos, sin recorrido, que reponían, medían y buscaban. Extraordinaria demostración de técnica, de conocimiento de los terrenos y la distancia, de colocación, de temple, de tesón, entrega, valor y torería la de Ferrera, quien ha llegado a sacar muletazos que parecían imposibles por las nulas cualidades de su lote. Tan apabullante ha sido la demostración de mando de Ferrera, tal era la superioridad y seguridad mostrada que se ha abandonado ya en los últimos compases de la faena al cuarto, el cual, al verse podido, se ha defendido y en cuanto ha visto la mínima ocasión para meter el pitón ha corneando en la cara posterior del muslo izquierdo a Ferrera quien, pese al dolor y la hemorragia aparatosa que ha empapado la taleguilla ha tenido la dignidad, casi rayando en temeridad, de matar a este cuarto, con la cara desencajada y casi sin poder andar, un auténtico gladiador que hoy solo ha pensado en el público albaceteño al que se debía, un gesto de enorme profesionalidad, sin pensar en el futuro inmediato. Parece ser que, gracias a Dios, se trata de una cornada limpia de 10 cm y una sola trayectoria, lo que nos invita a pensar en su recuperación ante ese futuro inmediato del que hablo y que está en Las Ventas los días 29 de septiembre y 1 de octubre, porque estos superhombres que son los toreros tienen una capacidad casi sobrenatural para volver a ponerse delante de la cara de un toro, porque la Fiesta es así, porque los toros no son ursulinas que recogen florecitas por el campo, son animales bravos, fieras que llevan en sus genes la lucha, ante los que un hombre se enfrenta de igual a igual, como por desgracia tantas veces hemos contemplado, y esta tarde ha sido la última muestra. Por eso hablaba en pasado al referirme a la composición de la Feria de Otoño madrileña ya que a estas horas de la noche es una incógnita si Antonio Ferrera estará en condiciones de vestirse de luces en la corrida del viernes 29 junto a Sebastián Castella y Luis David Adame ante toros de Nuñez del Cuvillo, ¡menudo cartel!, y en el mano a mano con Paco Ureña para matar reses de Adolfo Martín, ¡casi ná!, el domingo 1 de octubre. Esas dos corridas se esperaban en Madrid con máxima expectación, sin olvidar la del jueves 28 con toros de El Puerto de San Lorenzo / La Ventana del Puerto para la terna Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo y López Simón, otro cartel también muy bien rematado a mi juicio y que competa la que me parece una muy buena Feria de Otoño.
Ojalá en unos días sea posible cambiar el tiempo verbal de pasado o condicional a presente y futuro y veamos a Antonio Ferrera hacer el paseíllo en Madrid. Son quince días, seguro que es difícil, pero para estos hombres nada es imposible.
Antonio Vallejo
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