lunes, 16 de junio de 2025

La eterna satisfacción de D. Victorino

No entraba en el abono, pero como si le fuera, nadie quería perderse una tarde como la de este domingo 15 de junio de 2025 que quedará para siempre en el recuerdo de los aficionados. Corrida In Memoriam Victorino Martín, un homenaje más que merecido al ganadero de Galapagar sin el que es imposible entender el toreo del final del siglo XX y de este XXI, una auténtica leyenda capaz de llenar páginas y páginas del infinito libro del toreo. Si empezamos a reseñar nombres de toros herrados con la A coronada y la divisa azul y encarnada podríamos tirarnos días y días, pero van a permitirme que entresaque de esa inmensa e inabarcable lista tres episodios que tengo como imborrables en mi memoria. El primero, seguro que a a nadie se le escapa, es la que se denominó, y así ha quedado para el resto de los tiempos, Corrida del Siglo, un ya lejano martes 1 de junio de 1982, en la que salieron en hombros por la Puerta Grande de Las Ventas los tres matadores, Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, junto a D. Victorino Martín. Hemos visto esas imágenes cientos de veces, yo tenía 15 años por aquel entonces, y no dejan de emocionarme/nos un ápice. El segundo episodio nos lleva poco más allá en el tiempo, al 19 de julio de ese mismo año, 1982, y tiene dos nombres, el de un toro, Belador o Velador, de ambas maneras aparece recogido en las crónicas, y un torero, José Ortega Cano. Fue en esa fecha cuando se vivió un momento único en la historia de Las Ventas, el único toro indultado en esta Monumental. Y dando u salto en el tiempo para cambiar de siglo, tenemos que irnos hasta la Real Maestranza sevillana y al año 2016, concretamente al día 13 de abril, para rememorar a otro toro de este mítico hierro, Cobradiezmos, indultado por Manuel Escribano tras una faena apoteósica. Son solo tres ejemplos para entender el respeto, la admiración y la veneración hacia este hierro pilar fundamenta de nuestra Fiesta, ganado a base del trabajo y la dedicación de D. Victorino por mantener la pureza, la bravura y la raza del encaste Albaserrada, superando todo tipo de dificultades. Para los que se llaman antis, eso es querer, amar, defender y mantener una especie animal, el toro, que, si por vosotros fuera, se hubiera extinguido hace muchos años.
Ese respeto se ha demostrado en esta  tarde con una plaza llena hasta la bandera - otro día más con lleno de "no hay billetes" - que puesta en pie  ha guardado un sobrecogedor minuto de silencio tan solo roto al final por un grito de "¡Viva D. Victorino!" y una estruendosa ovación. Y me ha emocionado ver los balconcillos de acceso a todos y cada uno de los tendidos, altos y bajos, engalanados con lienzos de la imagen de D. Victorino y el hierro de la A coronada sobre el fondo con los colores de su divisa, precioso, de poner los pelos de punta, a la altura de lo que se merecía, no podía ser menos, esta tarde en lo que el sentimiento y las emociones tenían que imponerse a cualquier otro juicio de valor. Hoy era uno de esos días en los que el toreo debía reivindicarse por lo que es, una fiesta, nuestra Fiesta, y así creo que se ha vivido, en el plano de la pasión, dejando a un lado la geometría, la aritmética, las ciencias exactas, la escuadra y el cartabón, la regla para medir unos centímetros allá o acá, porque se buscaba la felicidad, no la crispación, para eso habíamos ido. Y lo hemos conseguido, ha terminado como tenía que terminar, con un toro, Milhijas, premiado con la vuelta al ruedo, que ha representado todo lo que significa la leyenda de los victorinos, un torazo, un precioso cárdeno preciso que en sus 594 Kg  encerraba  la armonía de unas hechuras para enamorar y un trapío imponente, que además llevaba dentro toda la bravura, la raza, la casta, la entrega - ¡que manera de humillar! - y la exigencia que define a este hierro, y un torero, Borja Jiménez, que lo ha entendido a la perfección y ha cuajado una extraordinaria faena basada en lo primordial ante estos toros, el poder y el sometimiento, haciéndoselo todo bien, siempre por bajo, sin una duda, arrastrando la muleta, barriendo la arena, perfecto de colocación, en tres tandas de naturales de un recorrido y una hondura superlativa, de ensueño, el compás muy abierto, por momentos estaba viendo a El Juli, enroscándoselo a la cadera,  además de una torería en los compase finales por bajo y ese pase de desdén sublime antes de tirarse con todo a matar para  enterrar la espada, me da igual centímetro arriba o abajo, y así desorejarlo sin discusión alguna y descerrajar la Puerta Grande y atravesarla en hombros junto a Victorino Martín hijo mirando a esa barrera del cielo desde la que D. Victorino ha disfrutado de esta tarde con la eterna satisfacción del deber cumplido. Toda su dedicación no ha sido en vano, la leyenda continúa, quizás hoy haya que apuntar otro toro  y otro matador más a la inmensa historia de este hierro.
Permítanme que hoy concluya aquí, que no relate cada toro, aunque quizás cometa la injusticia de pasar por alto muchos más  detalles y  matices del carísimo toreo de Borja Jiménez en ese sexto, probablemente la mejor faena de su carrera, o de pasar por alto la oreja de ley que Emilio de Justo ha cortado al quinto, un exigente, encastado y complicado victorino que pedía mucho y no concedía nada ante el que el extremeño estuvo hecho un tío y a base de mando lo acabó sometiendo para dibujar sensacionales derechazos y naturales, profundos y de bellísima factura, o de la enorme verdad con la Paco Ureña tragó la aspereza del primero, un toro fiel a su encaste, con enorme sentido, para acabar pudiéndole y torear al natural con una entrega absoluta, con ese estilo desgarrado que imprime a su toreo, sin guardarse nada. Sí, seguramente se queden muchas cosas en el tintero, pero no en el olvido, jamás. Será muy difícil, me atrevería a decir que imposible, que la fecha de este 15 de junio se borre de nuestra memoria. Los datos pasan, el sentimiento nunca muere, es el alma del toreo. Así lo he vivido y así quiero guardar esta tarde para siempre, espero que me perdonen.

Antonio Vallejo
 

1 comentario:

  1. Muchas gracias Toño por compartir en cada crónica tus conocimientos y sobre todo , tus sentimientos. Es muy emocionante poder vivir una y otra vez cada corrida de Toros leyéndote . !Un abrazo fuerte. Esteban

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