La última de Simón Casas Productions ha visto la
luz, el bombo de San Isidro, al que el empresario francés quiere hacer tan
famoso como el de la Lotería de Navidad o el del gran Manolo. Bombos con
los que una generación como la mía, la del 1967, y otras muchas
hemos crecido, hemos soñado, nos hemos alegrado, pero también hemos
sufrido y llorado tantas veces como la selección española era
eliminada Eurocopa tras Eurocopa o mundial tras mundial. Son parte de
nuestra vida, son una tradición, creo que para todos la Navidad
comenzaba oficialmente con los niños de San Ildefonso cantando los
números y los premios que salían de esos enormes bombos, y si hablamos de
tradiciones que llenan nuestras vidas no hay duda que el toreo es quizás la más
relevante y ancestral y arraigada en nuestra España. Igual que hemos crecido
con esos bombos, los taurinos de mi generación hemos crecido esperando año
tras año los anuncios de los carteles que conformaban las grandes ferias, que
corridas iban a matar las figuras, como se emparejaban los nuevos
matadores, todo ello envuelto en una atmósfera de misterio hasta el último
minuto, con negociaciones de despachos, con muchas leyendas a
su alrededor, con luces y sombras, con la magia y el misterio que envuelve
al toreo. Siempre me he definido como amante y defensor de nuestras
tradiciones, más aún en el toreo, y soy poco amigo de
ciertas innovaciones, menos aún de revoluciones, sobre todo si atañen a
algo tan serio como es la Tauromaquia. ¿Por qué digo todo
esto?. Sencillamente, porque me parece que es bueno que el toreo debe ir
cambiando según los tiempos, que tiene que "modernizarse" y adaptarse
a cada época, pero también dentro de unos límites. A lo mejor dentro de una
década nos hayamos acostumbrado a que San Isidro la Feria de
Abril, o las Corridas Generales de Bilbao se confeccionen al estilo Champions
League, a lo mejor hasta funciona que haya una fase
previa calificadora, cuartos, semifinales y final, quien sabe, pero a
día de hoy se me hace muy cuesta arriba algo como lo del bombo de esta
mañana. Ya sé que el pasado Otoño salió redondo, que las combinaciones que el
azar nos brindó resultaron rematadas y que fue una gran Feria de Otoño,
pero lo de hoy no me caba de convencer. Posiblemente pensaron lo mismo los
aficionados de 1896 cuando Luis Mazzantini, el rey del volapié, torero guipuzcoano de nacimiento pero considerado por la afición como "torero de Madrid", admirado y muy querido, tanto que tras su retirada fue también empresario de la plaza madrileña y del Teatro Real, harto de que los ganaderos
favorecieran en la asignación de los toros a su gran rival en los
ruedos, Guerrita, e impusiera el sorteo previo a la corrida.
Recordemos que en esa época el orden de lidia lo decidía el ganadero y
generalmente reservaba los toros que consideraba mejores para el final -de
ahí viene la célebre frase "no hay quinto malo"- o para las figuras,
algo que Mazzantini consiguió echar por tierra, si bien no
fue hasta la década de los años veinte del siglo XX cuando se generalizó
el sorteo posiblemente influenciado por la gran rivalidad de los gallistas
y belmontistas de la época. Lo que en su día pudo ser un cataclismo, me imagino
que muchas figuras no aceptaban el hecho de no elegir ellos sus toros o que el ganadero de
turno les reservara los mejores, hoy en día es una de las tradiciones más
bonitas del toreo, el apartado y el sorteo a las doce de la mañana, con el
mayoral, el presidente, las cuadrillas, los apoderados, todos ellos en los
corrales de la plaza atentos al sombrero del que se sacan los papelillos
cada día de corrida. Vuelvo a lo de antes, las tradiciones con las que
muchos hemos crecido, y esta del sorteo lo es, como para mi ha sido toda mi
vida esperar a que tras mucha espera se dieran a conocer los carteles de
la feria taurina más importante del mundo. Es posible que tenga que cambiar mi
mentalidad y adaptarme al mundo moderno, pero insisto que esto
del bombo se me hace algo complicado, al menos en el formato ideado para
este San Isidro.
Vamos por partes. Primero, se ha hablado de
toreros que han dicho sí al bombo y otros que no sin que tengamos muchas
más explicaciones, algo que puede llevar a que algunos califiquen a unos como
"héroes" y a otros como "villanos", que ya sabemos cuanto
le gusta a cierto sector de la plaza prejuzgar y señalar. Segundo,
¿qué criterios se han seguido para decidir quien entraba en el bombo
y quién no?, ¿solo las figuras?, ¿quien es figura y quien no?. Un sorteo
en el que entran diez toreros y diez ganaderías como base de una feria que
va a tener ¡34 tardes de toros! me parece más fuegos de artificio, ruido y
publicidad, que algo serio y acorde a la importancia de la primera plaza
del mundo. Miren, probablemente entendería un sorteo puro y duro, metiendo en
un bombo los nombres de todos los matadores del escalafón y en otro todas las
ganaderías que hayan lidiado alguna vez en San Isidro, ¿por qué no?, dando
además opción a darse de baja a quien lo quisiera y dejando varios huecos
para alguna alternativa y/o confirmación. Pero claro, eso sería imposible
y absurdo porque supondría un gran riesgo de cara a la taquilla -renovación de
abonos y entradas sueltas- según las combinaciones que dictara el azar,
además del paupérrimo aspecto que muchos días tendrían los tendidos. Así que,
descartado este sorteo imposible, queda la opción de confeccionar los
carteles como toda la vida, en los que las figuras mandan y exigen porque para eso lo son y arrastran no solo al público en general sino también a los aficionados, como siempre ha sido y será, o hacer un quiero y no puedo como el de hoy, que
para mi es lo que ha sido este curioso sorteo del bombo.
¿Y el resultado?. Pues después de otra
puesta en escena más tipo FIFA o UEFA que torera, es lo que ya todos ustedes
conocen, que Roca Rey matará la corrida de Adolfo Martín, Sebastián
Castella la de Jandilla-Vegahermosa, Enrique Ponce la de Juan Pedro Domecq,
Álvaro Lorenzo la de Garcigrande-Domingo Hernández, Antonio Ferrera la de
Puerto de San Lorenzo-La Ventana del Puerto, Miguel Ángel Perera la de Fuente
Ymbro, Ginés Marín la de Montalvo, López Simón la de Parladé mientras que Diego
Urdiales y Paco Ureña matarán cada uno una de las dos de alcurrucém anunciadas.
Sinceramente, ¿para estas combinaciones era necesario este espectáculo?. Salvo
lo de Roca Rey con los adolfos el resto de emparejamientos podrían haber sido
sacados de los últimos sanisidros y a nadie creo que le impacten especialmente.
Pero además hay otro aspecto que tratar, tan solo conocemos a uno de los matadores de la terna, porque
supongo que serán ternas, no creo que se le ocurra montar diez encerronas en
solitario. Bromas aparte, ¿qué pasa con los matadores que acompañarán a estos
diez elegidos?. Aquí viene otro de los capítulos curiosos de este sorteo, o la
menos así me lo parece. Para completar los carteles de esas diez tardes se va a
atender a cinco criterios:
1.- Toreros que hayan entrado en este bombo y
quieran torera más tardes. A ver si lo entiendo, que por ejemplo Urdiales dice
que quiere matar una de Alcurrucén y la de Puerto de San Lorenzo, pues nada,
adelante. Y si a Roca Rey le apetece la de juan Pedro con Ponce, también. Que
quieren que les diga, que este punto tiene poco de sorteo y mucho de que los
elegidos hagan lo que quieran.
2.- Confirmaciones de alternativa. ¿Acaso no ha
sido así toda la vida?. Sin ir más lejos, hace dos años Ginés Marín fue el gran
triunfador de San Isidro y confirmaba alternativa con una corrida de Alcurrucén
de la mano de Juli. Y también ese día confirmaba Álvaro Lorenzo, ambos
presentes hoy en el bombo.
3.- Toreros emergentes. Digo lo mismo que en el
punto anterior, toda la vida San Isidro ha sido la reválida que los matadores
que despuntaban un año antes o los que en lo hacían en Valencia, Castellón o
Sevilla por poner algunos ejemplos. Es decir, que no aporta nada distinto al no
sorteo.
4.- Toreros habituales de corridas duras a
quienes se les ofrece la oportunidad de entrar en otro tipo de carteles. ¿Acaso
no se ha dicho también toda la vida que a tal o cual torero había que verle con
otros hierros?, ¿acaso no hay sobrados ejemplos de toreros especialistas en
corridas duras que cuando han matado los hierros de “las figuras” han
demostrado una calidad suprema?. Se me viene a la cabeza Luis Francisco Esplá o
Juan José Padilla, distintos estilos y conceptos pero trayectorias similares en
este aspecto.
5.- “Otros toreros que tengan legitimidad para
torear en San Isidro”. ¿Qué quiere decir esto?, ¿qué hay que cumplir para estar
“legitimado”?. A ver, Juli, Morante, Manzanares y Talavante, ¿tienen
“legitimidad” para estar en este San Isidro?.
Sinceramente, este último punto me parece de
coña y creo que echa por tierra toda esta parafernalia y este espectáculo
publicitario que para mi ha sido el bombo de esta mañana. Y lo digo con todo
respeto para la empresa, más aún para los que han aceptado entrar en ese bombo,
empezando por el torero al que todos ustedes saben que más admiro, Enrique
Ponce, y para las ganaderías anunciadas aunque no entienda que Victoriano del
Río o Nuñez del Cuvillo estén ausentes del bombo, pero este formato no me
gusta. Quiero pensar que grandísimas figuras del toreo como son Juli,
Manzanares, Morante y Talavante estarán presentes en San Isidro, otra cosa me
parecería hacer una feria devaluada y abaratada, que a lo mejor es lo que se
busca, reducir gastos. Luego veremos como responde la taquilla en la renovación
de abonos con una feria larga, amputada en lo que a nombres de máximas figuras
se refiere y rellena de nombres de mediano y bajo escalafón para completar la
burrada de 34 tardes, que no significa que sean malos toreros ni que no
merezcan estar en Madrid pero que no van a hacer que el gran público se vuelva
loco por ir a los toros. Hace un par de días una amiga me enviaba un mensaje de
Whatsapp que me hizo mucha gracia pero que estaba cargado de razón en el que me
preguntaba: “si no vienen ni Morante ni Manzanares, ¿a quien vamos a ver tu
mujer y yo?”. Cierto, Techu, esa misma pregunta se la hará mucha gente que va
días sueltos a los toros, gente a la que le gusta ver a ciertas figuras,
público que llena las plazas porque hay nombres que tiran de ellos, público
necesario para que la Fiesta siga viva, más allá de aficionados tan puros que
solo saben mirarse el ombligo. Pero no te preocupes, no sé a quien veréis torear Inma y tú, pero seguro que al final es un buen cartel, ¡siempre os guardamos los mejores!. Aunque la de Cayetano, si viene, es para mi hija María, lo siento. Para rematar este asunto, solo un ejemplo. Si a usted le dan a elegir ver
a David Galván, Juan Ortega y Pablo Aguado, o a Fernando Robleño, Octavio
Chacón y Pepe Moral, dos pedazos de carteles para Resurrección y Ramos en
Madrid, muy de aficionados, o ver a Juli, Manzanares y Roca Rey en Sevilla, ¿a
qué plaza iría? y ¿qué plaza creen que registrará mejor entrada?.
En resumen, el sorteo de esta mañana me parece
un espectáculo quizás más enfocado a llamar la atención y hacer ruido para que
se hable de toros, lo cual me parece fantástico, pero que se aparta de lo que
para mi es y debe ser San Isidro, la primera feria del mundo, la primera en
seriedad dentro y fuera de la plaza. Veremos como quedan los carteles y será
momento de juzgar el acierto o no de la empresa Simón Casas Productions con
esto del sorteo.
¡Al rico bombo, señores!
Antonio Vallejo
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