viernes, 22 de febrero de 2019

¡Al rico bombo, señores!


La última de Simón Casas Productions ha visto la luz, el bombo de San Isidro, al que el empresario francés quiere hacer tan famoso como el de la Lotería de Navidad o el del gran Manolo. Bombos con los que una generación como la mía, la del 1967, y otras muchas hemos crecido, hemos soñado, nos hemos alegrado, pero también hemos sufrido y llorado tantas veces como la selección española era eliminada Eurocopa tras Eurocopa o mundial tras mundial. Son parte de nuestra vida, son una tradición, creo que para todos la Navidad comenzaba oficialmente con los niños de San Ildefonso cantando los números y los premios que salían de esos enormes bombos, y si hablamos de tradiciones que llenan nuestras vidas no hay duda que el toreo es quizás la más relevante y ancestral y arraigada en nuestra España. Igual que hemos crecido con esos bombos, los taurinos de mi generación hemos crecido esperando año tras año los anuncios de los carteles que conformaban las grandes ferias, que corridas iban a matar las figuras, como se emparejaban los nuevos matadores, todo ello envuelto en una atmósfera de misterio hasta el último minuto, con negociaciones de despachos, con muchas leyendas a su alrededor, con luces y sombras, con la magia y el misterio que envuelve al toreo. Siempre me he definido como amante y defensor de nuestras tradiciones, más aún en el toreo, y soy poco amigo de ciertas innovaciones, menos aún de revoluciones, sobre todo si atañen a algo tan serio como es la Tauromaquia. ¿Por qué digo todo esto?. Sencillamente, porque me parece que es bueno que el toreo debe ir cambiando según los tiempos, que tiene que "modernizarse" y adaptarse a cada época, pero también dentro de unos límites. A lo mejor dentro de una década nos hayamos acostumbrado a que San Isidro  la Feria de Abril, o las Corridas Generales de Bilbao se confeccionen al estilo Champions League, a lo mejor hasta funciona que haya una fase previa calificadora, cuartos, semifinales y final, quien sabe, pero a día de hoy se me hace muy cuesta arriba algo como lo del bombo de esta mañana. Ya sé que el pasado Otoño salió redondo, que las combinaciones que el azar nos brindó resultaron rematadas y que fue una gran Feria de Otoño, pero lo de hoy no me caba de convencer. Posiblemente pensaron lo mismo los aficionados de 1896 cuando Luis Mazzantini, el rey del volapié, torero guipuzcoano de nacimiento pero considerado por la afición como "torero de Madrid", admirado y muy querido, tanto que tras su retirada fue también empresario de la plaza madrileña y del Teatro Real, harto de que los ganaderos favorecieran en la asignación de los toros a su gran rival en los ruedos, Guerrita, e impusiera el sorteo previo a la corrida. Recordemos que en esa época el orden de lidia lo decidía el ganadero y generalmente reservaba los toros que consideraba mejores para el final -de ahí viene la célebre frase "no hay quinto malo"- o para las figuras, algo que Mazzantini  consiguió echar por tierra, si bien no fue hasta la década de los años veinte del siglo XX cuando se generalizó el sorteo posiblemente  influenciado por la gran rivalidad de los gallistas y belmontistas de la época. Lo que en su día pudo ser un cataclismo, me imagino que muchas figuras no aceptaban el hecho de no elegir ellos sus toros o que el ganadero de turno les reservara los mejores, hoy en día es una de las tradiciones más bonitas del toreo, el apartado y el sorteo a las doce de la mañana, con el mayoral, el presidente, las cuadrillas, los apoderados, todos ellos en los corrales de la plaza atentos al sombrero del que se sacan los papelillos cada día de corrida. Vuelvo a lo de antes, las tradiciones con las que muchos hemos crecido, y esta del sorteo lo es, como para mi ha sido toda mi vida esperar a que tras mucha espera se dieran a conocer los carteles de la feria taurina más importante del mundo. Es posible que tenga que cambiar mi mentalidad y adaptarme al mundo moderno, pero insisto que esto del bombo se me hace algo complicado, al menos en el formato ideado para este San Isidro.
Vamos por partes. Primero, se ha hablado de toreros que han dicho sí al bombo y otros que no sin que tengamos muchas más explicaciones, algo que puede llevar a que algunos califiquen a unos como "héroes" y a otros como "villanos", que ya sabemos cuanto le gusta a cierto sector de la plaza prejuzgar y señalar. Segundo, ¿qué criterios se han seguido para decidir quien entraba en el bombo y quién no?, ¿solo las figuras?, ¿quien es figura y quien no?. Un sorteo en el que entran diez toreros y diez ganaderías como base de una feria que va a tener ¡34 tardes de toros! me parece más fuegos de artificio, ruido y publicidad, que algo serio y acorde a la importancia de la primera plaza del mundo. Miren, probablemente entendería un sorteo puro y duro, metiendo en un bombo los nombres de todos los matadores del escalafón y en otro todas las ganaderías que hayan lidiado alguna vez en San Isidro, ¿por qué no?, dando además opción a darse de baja a quien lo quisiera y dejando varios huecos para alguna alternativa y/o confirmación. Pero claro, eso sería imposible y absurdo porque supondría un gran riesgo de cara a la taquilla -renovación de abonos y entradas sueltas- según las combinaciones que dictara el azar, además del paupérrimo aspecto que muchos días tendrían los tendidos. Así que, descartado este sorteo imposible, queda la opción de confeccionar los carteles como toda la vida, en los que las figuras mandan y exigen porque para eso lo son y arrastran no solo al público en general sino también a los aficionados, como siempre ha sido y será, o hacer un quiero y no puedo como el de hoy, que para mi es lo que ha sido este curioso sorteo del bombo.
¿Y el resultado?. Pues después de otra puesta en escena más  tipo FIFA o UEFA  que torera, es lo que ya todos ustedes conocen, que Roca Rey matará la corrida de Adolfo Martín, Sebastián Castella la de Jandilla-Vegahermosa, Enrique Ponce la de Juan Pedro Domecq, Álvaro Lorenzo la de Garcigrande-Domingo Hernández, Antonio Ferrera la de Puerto de San Lorenzo-La Ventana del Puerto, Miguel Ángel Perera la de Fuente Ymbro, Ginés Marín la de Montalvo, López Simón la de Parladé mientras que Diego Urdiales y Paco Ureña matarán cada uno una de las dos de alcurrucém anunciadas. Sinceramente, ¿para estas combinaciones era necesario este espectáculo?. Salvo lo de Roca Rey con los adolfos el resto de emparejamientos podrían haber sido sacados de los últimos sanisidros y a nadie creo que le impacten especialmente. Pero además hay otro aspecto que tratar, tan solo conocemos a uno de los matadores de la terna, porque supongo que serán ternas, no creo que se le ocurra montar diez encerronas en solitario. Bromas aparte, ¿qué pasa con los matadores que acompañarán a estos diez elegidos?. Aquí viene otro de los capítulos curiosos de este sorteo, o la menos así me lo parece. Para completar los carteles de esas diez tardes se va a atender a cinco criterios:

1.- Toreros que hayan entrado en este bombo y quieran torera más tardes. A ver si lo entiendo, que por ejemplo Urdiales dice que quiere matar una de Alcurrucén y la de Puerto de San Lorenzo, pues nada, adelante. Y si a Roca Rey le apetece la de juan Pedro con Ponce, también. Que quieren que les diga, que este punto tiene poco de sorteo y mucho de que los elegidos hagan lo que quieran.

2.- Confirmaciones de alternativa. ¿Acaso no ha sido así toda la vida?. Sin ir más lejos, hace dos años Ginés Marín fue el gran triunfador de San Isidro y confirmaba alternativa con una corrida de Alcurrucén de la mano de Juli. Y también ese día confirmaba Álvaro Lorenzo, ambos presentes hoy en el bombo.

3.- Toreros emergentes. Digo lo mismo que en el punto anterior, toda la vida San Isidro ha sido la reválida que los matadores que despuntaban un año antes o los que en lo hacían en Valencia, Castellón o Sevilla por poner algunos ejemplos. Es decir, que no aporta nada distinto al no sorteo.

4.- Toreros habituales de corridas duras a quienes se les ofrece la oportunidad de entrar en otro tipo de carteles. ¿Acaso no se ha dicho también toda la vida que a tal o cual torero había que verle con otros hierros?, ¿acaso no hay sobrados ejemplos de toreros especialistas en corridas duras que cuando han matado los hierros de “las figuras” han demostrado una calidad suprema?. Se me viene a la cabeza Luis Francisco Esplá o Juan José Padilla, distintos estilos y conceptos pero trayectorias similares en este aspecto.

5.- “Otros toreros que tengan legitimidad para torear en San Isidro”. ¿Qué quiere decir esto?, ¿qué hay que cumplir para estar “legitimado”?. A ver, Juli, Morante, Manzanares y Talavante, ¿tienen “legitimidad” para estar en este San Isidro?.

Sinceramente, este último punto me parece de coña y creo que echa por tierra toda esta parafernalia y este espectáculo publicitario que para mi ha sido el bombo de esta mañana. Y lo digo con todo respeto para la empresa, más aún para los que han aceptado entrar en ese bombo, empezando por el torero al que todos ustedes saben que más admiro, Enrique Ponce, y para las ganaderías anunciadas aunque no entienda que Victoriano del Río o Nuñez del Cuvillo estén ausentes del bombo, pero este formato no me gusta. Quiero pensar que grandísimas figuras del toreo como son Juli, Manzanares, Morante y Talavante estarán presentes en San Isidro, otra cosa me parecería hacer una feria devaluada y abaratada, que a lo mejor es lo que se busca, reducir gastos. Luego veremos como responde la taquilla en la renovación de abonos con una feria larga, amputada en lo que a nombres de máximas figuras se refiere y rellena de nombres de mediano y bajo escalafón para completar la burrada de 34 tardes, que no significa que sean malos toreros ni que no merezcan estar en Madrid pero que no van a hacer que el gran público se vuelva loco por ir a los toros. Hace un par de días una amiga me enviaba un mensaje de Whatsapp que me hizo mucha gracia pero que estaba cargado de razón en el que me preguntaba: “si no vienen ni Morante ni Manzanares, ¿a quien vamos a ver tu mujer y yo?”. Cierto, Techu, esa misma pregunta se la hará mucha gente que va días sueltos a los toros, gente a la que le gusta ver a ciertas figuras, público que llena las plazas porque hay nombres que tiran de ellos, público necesario para que la Fiesta siga viva, más allá de aficionados tan puros que solo saben mirarse el ombligo. Pero no te preocupes, no sé a quien veréis torear Inma y tú, pero seguro que al final es un buen cartel, ¡siempre os guardamos los mejores!. Aunque la de Cayetano, si viene, es para mi hija María, lo siento. Para rematar este asunto, solo un ejemplo. Si a usted le dan a elegir ver a David Galván, Juan Ortega y Pablo Aguado, o a Fernando Robleño, Octavio Chacón y Pepe Moral, dos pedazos de carteles para Resurrección y Ramos en Madrid, muy de aficionados, o ver a Juli, Manzanares y Roca Rey en Sevilla, ¿a qué plaza iría? y ¿qué plaza creen que registrará mejor entrada?.
En resumen, el sorteo de esta mañana me parece un espectáculo quizás más enfocado a llamar la atención y hacer ruido para que se hable de toros, lo cual me parece fantástico, pero que se aparta de lo que para mi es y debe ser San Isidro, la primera feria del mundo, la primera en seriedad dentro y fuera de la plaza. Veremos como quedan los carteles y será momento de juzgar el acierto o no de la empresa Simón Casas Productions con esto del sorteo.
¡Al rico bombo, señores!

Antonio Vallejo


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