lunes, 8 de julio de 2019

3º de San Fermín: Sin raza ni bravura



Día del patrón, primera de las corridas de toros de estos sanfermines, lleno a reventar en los tendidos, sol, calor y el jolgorio, mejor dicho, el desenfreno habitual en las tardes de toros pamplonesas. No ha faltado de nada, cerveza, vino, champán, bocadillos, tortillas, cazuelas de magro con tomate, guisos de carne, vamos, lo habitual para merendar durante el cuarto toro cumpliendo con la costumbre de la plaza. Todo eso en medio de cánticos y bailes sin parar toda la corrida, otra de las costumbres de la plaza y que convierten a los tendidos de sol en un auténtico infierno. Es decir, la plaza de Pamplona en todo su esplendor, tirando del repertorio musical habitual que no cesa en todo el festejo. Empieza con el primer toro, la sintonía de Eurovisión, ¡toma ya!, se reservan para el segundo los dos temas estrellas del hit parade sanferminero, la famosa ranchera "El Rey" y "La chica ye-ye", para seguir en el tercero con el conocidísimo "Help, ayúdame" de Tony Ronald o el "canta y o llores" que también es un clásico. A partir del cuarto, entre tanta comida y más bebida, empieza a ser indescifrable lo que cantan, algo parecido a lo que se grita en el fútbol para cerrar el festival de aullidos con "el Rey" mientras la peñas abandonan el ruedo a su manera. Pero este año me ha parecido escuchar durante la retransmisión de la corrida por Canal Toros algo que me ha llamado mucho la atención y que supone una agradable novedad si de verdad es lo que me ha parecido escuchar por parte de un sector. Resulta que durante la faena al cuarto, el toro de la merienda, desde un tendido han comenzado a cantar "Que viva España" y ese otro que se ha puesto tan de moda, "yo soy español". Se ve que han aprovechado el momento en que la gente tiene la boca y las manos ocupadas porque los pitos y abucheos de los radicales no han conseguido acallarles. No sé, mañana estaré atento a ver si se repite y realmente es eso lo que he escuchado. Porque, para ser sinceros, como la corrida de mañana salga como la de hoy posiblemente sea lo más apasionante de la tarde. Salvando un par de tandas de naturales Ginés Marín al tercero, su entrega y disposición además de robarle otro par de tandas de naturales al sexto, y la faena de Emilio de Justo al cuarto, también durante la merienda por lo que ha pasado desapercibida para todo el sector de sol (que allí es muy amplio), el resto de la corrida del Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto ha tenido nobleza a excepción del complicado y peligroso primero pero ha resultado tremendamente sosa, deslucida, carente de raza y de fuerzas, sin empuje, con nulas opciones para el triunfo de una muy interesante terna integrada por Emilio de Justo, Alberto López Simón y Ginés Marín.
Una corrida muy seria, tremendamente ofensiva, abriendo la cara, vuelta de pitones en general, animales altos, grandes, mucha caja, largos, variados de hechuras, alguno incluso un tanto destartalado. Sí que es cierto que en varios se reconocía perfectamente su origen Atanasio, pero en otros he visto desproporciones que se alejaban del concepto de trapío. Una vez más hay que insistir que para que un toro tenga trapío no necesita obligatoriamente sobrepasar los  600 Kg y tener unos pitones descomunales. 
Emilio de Justo abría plaza con un toro frío y sin fijeza de salida, con las manos por delante y muy justo de fuerzas que no dijo nada en el capote pero que empujó metiendo los riñones en un primer puyazo largo. Parado y sin humillar a la salida del caballo, reservón y probón en banderillas, midiendo a Morenito de Arles y José Miguel Pérez Valcarce que exponen y resuelven con enorme valor y oficio. Imposible en la muleta, sin recorrido alguno, correosos, áspero, a la defensiva, soltando la cara con mucho peligro. Muy firme, asentado  y serio Emilio de Justo, con mucha verdad, poniéndole la muleta por ambos pitones, tratando de llevarlo toreado, tragando una inmensidad para tratar de robarle aunque fuera un solo pase. Más no se le puede pedir al extremeño, valiente y seguro, que además mató de entera con habilidad. Decía que el cuarto había sido sin duda el mejor toro del encierro, siendo curiosamente es el que me ha parecido más feo de hechuras. También distraído y sin fijeza de salida, va a buscarlo de Justo a los medios y allí lo fija y le hace humillar en unas verónicas de mérito que remata con una revolera. Magnífica la lidia del propio matador, siempre por bajo, echando el capote al suelo para llevarlo al caballo con temple. Fea pelea en el peto, de manso, cabecea, hace sonar el estribo, y sale suelto mostrando querencia. Muy complicado en banderillas, mide, espera y suelta la cara poniendo en apuros a Ángel Gómez y Pérez Valcarce. El inicio de faena rezuma torería, la rodilla flexionada, adelantando la muleta, llevándolo muy toreado, sin quitársela de la cara, sensacional. Por el pitón derecho Emilio de Justo ha dibujado series de gran calidad, siempre con los mismos registros, la muleta adelantada, muy puesta, tirando del toro con temple y mano baja para cerrar las series con unos de pecho magníficos, a la hombrera contraria, muy lentos, firmeza y seguridad para ligar los muletazos con naturalidad y  mucha verdad, combinando a la perfección técnica y clase, dándole la distancia que requería, perdiéndole un pasito al final del muletazo para quedarse perfectamente colocado, regalándonos a la vez detalles de inmenso sabor, como un cambio de mano sensacional, un lujo para los sentidos. Por el pitón izquierdo el de La Ventana del Puerto no tenía la misma claridad, pero de Justo sí. Con idéntica firmeza le ha puesto la muleta para terminar por robarle naturales muy templados y lentos, con hondura, adornados con una trincherilla y uno de desdén precioso antes de abrochar el trasteo con una última serie en redondo rematada por bajo como magnífico colofón a una faena muy importante del extremeño que ha pasado desapercibida para una gran cantidad de los espectadores más preocupados de zamparse las viandas de la merienda que de lo que estaba pasando en le ruedo. Pero ya sabemos que así es Pamplona y que no la vamos a cambiar, es lo que hay. Unas manoletinas ajustadas preceden a una estocada entera delantera y perpendicular que retrasa la caída del toro, lo que sumado al fallo con el estoque de cruceta evapora la posibilidad de una oreja que me hubiera parecido justísima. Pero una vez más el concepto del toreo puro, clásico y con verdad de Emilio de justo ha brillado con luz propia. 
Alberto López Simón no ha tenido precisamente suerte con su lote. Dos toros que en cuanto a su comportamiento y juego han sido como fotocopias. Es cierto que el segundo se ha dejado en el capote, al menos parecía que humillaba y le ha permitido al madrileño recibirlo por verónicas intercaladas con chicuelinas y una revolera de remate, porque el quinto nada de nada, se frenaba en el capote, echaba las manos por delante, la cara alta, suelto a la salida del lance, muy deslucido. Ninguno se ha empleado en el caballo y los dos han tenido el mismo comportamiento en banderillas, parados, esperando, obligando a exponer una enormidad a Yelco Álvarez, Vicente Osuna y Jesús Arruga en sus respectivos pares. Las dos faenas de muleta las ha comenzado de igual manera, con ambas rodillas en tierra, llevándolos en largo, por ambos pitones, y con los dos toros tomando bien la tela y repitiendo. Pero ahí se ha acabado todo. El segundo no ha aguantado ni una tanda, sin una gota de fuerza, parado, no pasaba y cuando lo hacía era tan cansino que casi mejor que siguiera agarrado al piso. Voluntarioso el madrileño pero no tenía donde rascar. Exactamente lo mismo ha sido la faena al quinto tras el idéntico arranque con ambas rodillas en tierra, no ha tenido más toro por mucho que lo haya intentado por ambos pitones, pero el toro iba a lo suyo, desentendido, con la cara alta, sin emoción alguna y si intentaba darle la mano se derrumbaba por su escasez de fuerzas  Ante la adversidad ha tirado de dignidad y valor pegándose un arrimón que ha llegado a los tendidos por su entrega y verdad. Ha pasaportado al de Puerto de San Lorenzo con una entera que le ha valido para dar una vuelta al ruedo en medio del reconocimiento general de unos tendidos que han valorado su disposición.
Ginés Marín ha vuelto a hacer gala de la capacidad que tiene para ver a la primera cual es el pitón bueno de sus toros y de la grandísima clase que lleva dentro. Al distraído tercero lo ha saludado a la verónica, con suavidad, pero el del Puerto echaba las manos por delante y  mostraba querencia a la salida del lance, lo mismo que hizo tras el encuentro con le caballo del picador. Un toro que llegó a la muleta con la cara alta, defendiéndose pero al que Ginés supo aprovechar por su pitón bueno, el izquierdo. Magistral el sentido de la distancia y la velocidad, temple maravilloso, adelantando la muleta, bajando la mano y alargando el muletazo para vaciar la embestida por debajo del palillo en unas tandas de naturales rotundas, con hondura, sin quitarle la muleta de la cara para frenar la tendencia a huir a la salida. Por el pitón derecho presentaba enormes complicaciones, si iba por dentro y buscaba con peligro, pero Ginés se ha mostrado firme y valiente y en ningún momento le ha perdido la cara. Muy por encima del toro sin duda alguna. El sexto pasó sin pena ni gloria por los primeros tercios, deslucido en el capote, sin emplearse en el caballo, parado y reservón en banderillas y llegó a la muleta sin fuerzas ni empuje. A la mínima que le bajaba la mano se derrumbaba, por lo que Ginés le planteó la faena a media altura, leyendo a la perfección las necesidades del toro pero sin llegara a conectar con los tendidos por la sosería del animal. De nuevo aprovechó lo poco que tenía el del Puerto para sacar tres series de naturales realmente exquisitos, templadísimos, muy lentos, con el toro embistiendo al paso, a la mexicana , soberbios, largos, tirando del toro con maestría. Para mi estuvo muy por encima de su lote y sacó por el pitón izquierdo lo que parecía imposible, demostarndo una tarde más el pedazo de torero que es.
Lo dicho, que como mañana la corrida de Cebada Gago siga por los mismos derroteros lo más apasionante va a ser intentar descifrar los cánticos de la peñas y confirmar si el "Que Viva España" es lo que se canta. Pero antes habrá que ver el encierro, digo yo, ¿no?.

Antonio Vallejo

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