Parece que entre santo y santo no ha pasado el tiempo, da la impresión que era ayer cuando me despedía de un San Isidro largo por el que a priori apostábamos bastante poco y por el que, entre ellos me cuento, no dábamos un duro, y ya estamos metidos de lleno en San Fermín, en la Feria del Toro, en una semana apasionante en la que el toro va a acaparar todo el protagonismo desde el amanecer hasta la noche, desde que cada mañana se encienda la mecha en los corrales de Santo Domingo para dar inicio al encierro hasta que una vez concluida la corrida, a eso de las diez de la noche, los toros del día siguiente sean trasladados desde los corrales del Gas hasta los de Santo Domingo. Así un día tras otro hasta el próximo 14 de julio. Unas fiestas únicas e inimitables, con sus peculiaridades y particularidades, que son fundamentales para la Fiesta y que, aunque personalmente no comparta muchas cosas de lo que en la capital navarra ocurre en estos días, deben mantenerse tal como son, en toda su integridad, porque en eso está su grandeza. Son como son y no hay que cambiarlas.
Como decía, San Isidro es ya historia, buena, muy buena me atrevería a decir, pero historia la fin y al cabo. Para unos jurados fue Ureña el triunfador de la feria, para otros fue Ferrera el merecedor de dicho premio, y para mi también fue Ferrera. Tanto uno como otro nos hicieron vibrar, llevaron la emoción y los sentimientos a límites insospechados, pero para mi el reposo torero, el relajo, la naturalidad, en definitiva, la torería de Ferrera, superó la pasión y la entrega de Ureña, toreo más de arrebato y valor, también de clase, pero un puntito más bajo de gusto, elegancia y sabor que el de Antonio Ferrera. Y nunca olvidaré la estocada al toro Bonito, de Zalduendo, en la suerte de recibir, dándole mucha distancia, 5 metros,¡casi nada!, la estocada de la feria sin duda. Eso sin contar el hecho que Ferrera cortó tres orejas en una sola tarde, algo que era mi tiene valor doble, aunque en el cómputo total Ureña se llevará cuatro en sus tres actuaciones. Es algo así como en el fútbol, que los goles fuera de casa valen doble en caso de empate, que es lo que pudo haber en el aspecto artístico, porque hay que reconocer que el murciano jugaba en casa, con el público muy a favor y el balear-extremeño no tanto. Pero repito que eso es historia, como también lo es todo lo que ha pasado en estas tres semanas, que no parezca que hasta la fecha solo ha habido toros en las tres grandes ferias de primera, Valencia, Sevilla y Madrid esperando al curato coloso de la temporada, Pamplona. Ni mucho menos. Desde aquel 16 de junio ha sido un no parar. Tras Madrid llegó Alicante con una apoteósica Feria de Hogueras en la que Ginés Marín, Castella, Manzanares, Roca Rey y Juli abrieron la puerta grande, luego Toledo y su Corpus, Juli y Álvaro Lorenzo a hombros en una sensacional tarde, Badajoz fue testigo del indulto de Antonio Ferrera a Jilguero, de Victoriano del Río, en una tarde para la historia en la que salió a hombros junto a Ginés Marín, como el Corpus en Granada se "enfandiló" con su torero y vio también a un inmenso José Garrido salir a hombros, además de la corrida-peregrinación de José Tomás, del que ya no hay más noticias, y en la que el pobre Sergio Galán tragó con inmensa dignidad el papelón. Léon y Algeciras también han sido testigos de la vuelta de Pablo Aguado tras la cornada en Madrid en la Corrida de la Prensa del 16 de junio, y ambas ciudades han podido soñar ese toreo que te lleva a otros tiempos, el temple y el gusto del sevillano que parece tocado por la varita mágica del duende, Miguel Angel Perera repito puerta grande precisamente en Algeciras, como hizo el año pasado en esa misma plaza cuando aparentemente iba de comparsa, Soria celebró su feria de San Pedro viendo triunfar a Manuel Escribano, Diego Urdiales, Rubén Pinar, Castella, Emilio de Justo y Diego Ventura, Manzanres y Juli también triunfaron en Zamora en esa misma fecha y Burgos celebró su tradicional feria de San Pedro y San Pablo en la que Fandi y Toñete abrieron la puerta grande, Pablo Aguado sembró de torería el ruedo burgalés y dejó para el recuerdo una tarde que difícilmente podrán olvidar en la ciudad castellana aunque la espada le privara del triunfo, pero que quedará marcada por la histórica tarde de Rubén Pinar con la magnífica corrida de Victorino Martín. Tres orejas en una jornada apoteósica y que acaparó todos los premios de la feria burgalesa. Y mucho más que ha habido en España, en Francia y también en América, México y Perú en concreto, que esto no para, y eso que algunos se empañan en decir que el toreo no tiene tirón y que no atrae.
No sé lo que pensarán esos antis ante la avalancha de gente que va allegar a Pamplona estos días. Hoy mismo se ha podido comprobar en el primer encierro con los toros de Puerto de San Lorenzo, a reventar, una multitud que por momentos hacía que pareciese imposible que los toros pudiesen avanzar. Me imagino que entre semana será menor la afluencia pero prometen ser un espectáculo que no hay que perderse. Como tampoco me voy a perder una Feria de San Fermín que Canal Toros va a retransmitir íntegra y que cuenta con unos carteles que a mi juicio son muy del gusto de la afición pamplonesa, tanto por los hierros escogidos como por los matadores anunciados:
Como decía, San Isidro es ya historia, buena, muy buena me atrevería a decir, pero historia la fin y al cabo. Para unos jurados fue Ureña el triunfador de la feria, para otros fue Ferrera el merecedor de dicho premio, y para mi también fue Ferrera. Tanto uno como otro nos hicieron vibrar, llevaron la emoción y los sentimientos a límites insospechados, pero para mi el reposo torero, el relajo, la naturalidad, en definitiva, la torería de Ferrera, superó la pasión y la entrega de Ureña, toreo más de arrebato y valor, también de clase, pero un puntito más bajo de gusto, elegancia y sabor que el de Antonio Ferrera. Y nunca olvidaré la estocada al toro Bonito, de Zalduendo, en la suerte de recibir, dándole mucha distancia, 5 metros,¡casi nada!, la estocada de la feria sin duda. Eso sin contar el hecho que Ferrera cortó tres orejas en una sola tarde, algo que era mi tiene valor doble, aunque en el cómputo total Ureña se llevará cuatro en sus tres actuaciones. Es algo así como en el fútbol, que los goles fuera de casa valen doble en caso de empate, que es lo que pudo haber en el aspecto artístico, porque hay que reconocer que el murciano jugaba en casa, con el público muy a favor y el balear-extremeño no tanto. Pero repito que eso es historia, como también lo es todo lo que ha pasado en estas tres semanas, que no parezca que hasta la fecha solo ha habido toros en las tres grandes ferias de primera, Valencia, Sevilla y Madrid esperando al curato coloso de la temporada, Pamplona. Ni mucho menos. Desde aquel 16 de junio ha sido un no parar. Tras Madrid llegó Alicante con una apoteósica Feria de Hogueras en la que Ginés Marín, Castella, Manzanares, Roca Rey y Juli abrieron la puerta grande, luego Toledo y su Corpus, Juli y Álvaro Lorenzo a hombros en una sensacional tarde, Badajoz fue testigo del indulto de Antonio Ferrera a Jilguero, de Victoriano del Río, en una tarde para la historia en la que salió a hombros junto a Ginés Marín, como el Corpus en Granada se "enfandiló" con su torero y vio también a un inmenso José Garrido salir a hombros, además de la corrida-peregrinación de José Tomás, del que ya no hay más noticias, y en la que el pobre Sergio Galán tragó con inmensa dignidad el papelón. Léon y Algeciras también han sido testigos de la vuelta de Pablo Aguado tras la cornada en Madrid en la Corrida de la Prensa del 16 de junio, y ambas ciudades han podido soñar ese toreo que te lleva a otros tiempos, el temple y el gusto del sevillano que parece tocado por la varita mágica del duende, Miguel Angel Perera repito puerta grande precisamente en Algeciras, como hizo el año pasado en esa misma plaza cuando aparentemente iba de comparsa, Soria celebró su feria de San Pedro viendo triunfar a Manuel Escribano, Diego Urdiales, Rubén Pinar, Castella, Emilio de Justo y Diego Ventura, Manzanres y Juli también triunfaron en Zamora en esa misma fecha y Burgos celebró su tradicional feria de San Pedro y San Pablo en la que Fandi y Toñete abrieron la puerta grande, Pablo Aguado sembró de torería el ruedo burgalés y dejó para el recuerdo una tarde que difícilmente podrán olvidar en la ciudad castellana aunque la espada le privara del triunfo, pero que quedará marcada por la histórica tarde de Rubén Pinar con la magnífica corrida de Victorino Martín. Tres orejas en una jornada apoteósica y que acaparó todos los premios de la feria burgalesa. Y mucho más que ha habido en España, en Francia y también en América, México y Perú en concreto, que esto no para, y eso que algunos se empañan en decir que el toreo no tiene tirón y que no atrae.
No sé lo que pensarán esos antis ante la avalancha de gente que va allegar a Pamplona estos días. Hoy mismo se ha podido comprobar en el primer encierro con los toros de Puerto de San Lorenzo, a reventar, una multitud que por momentos hacía que pareciese imposible que los toros pudiesen avanzar. Me imagino que entre semana será menor la afluencia pero prometen ser un espectáculo que no hay que perderse. Como tampoco me voy a perder una Feria de San Fermín que Canal Toros va a retransmitir íntegra y que cuenta con unos carteles que a mi juicio son muy del gusto de la afición pamplonesa, tanto por los hierros escogidos como por los matadores anunciados:
Viernes
5 de julio. Novillos de Ganadería
de Pincha para Francisco de Manuel, Antonio Grande y Diego San Román.
Sábado
6 de julio. Toros
de El Capea y San Pelayo para los rejoneadores Pablo Hermoso de Mendoza,
Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz.
Domingo
7 de julio. Toros
de Puerto de San Lorenzo para Emilio de Justo, López Simón y Ginés Marín.
Lunes
8 de julio. Toros de Cebada Gago
para Manuel Escribano, Rubén Pinar y Juan del Álamo.
Martes
9 de julio. Toros de José
Escolar para Fernando Robleño, Javier Castaño y Pepe Moral.
Miércoles
10 de julio. Toros
de Jandilla para Diego Urdiales, Sebastián Castella y Roca Rey.
Jueves
11 de julio. Toros
de Victoriano del Río para Antonio Ferrera, El Juli y Pablo Aguado.
Viernes
12 de julio. Toros
de Núñez del Cuvillo para Miguel Ángel Perera, Cayetano y Roca Rey.
Sábado
13 de julio. Toros de La Palmosilla
para José Garrido y Javier Marín y Luis David Adame, que sustituye a Román (el
herido más grave de San Isidro).
Domingo
14 de julio. Toros
de Miura para Rafaelillo, Octavio Chacón y Juan Leal.
Aún no han comenzado las corridas de toros y ya hay que contar dos puertas grandes en Pamplona, la del novillero mexicano Diego San Román al desorejar a un novillo de Pincha de vuelta al ruedo con un toreo de temple, largura, mano baja y mucha clase, entendiendo a la perfección la embestida del novillo, conduciéndolo con inmensa suavidad por ambos pitones alcanzando muletazos de altísimo nivel para matar por derecho de una entera fulminante. En esa tarde del viernes Francisco de Manuel mostró de nuevo su solvencia y su facilidad ante dos novillos con escasa opciones pero a los que pudo y sacó lo que llevaban dentro dejando claro, como hizo en Madrid, que debe estar ya a las puertas de la alternativa. Y ayer sábado fue el rejoneador Leonardo Hernández quien reventó la puerta grande al cortar cuatro orejas en dos faenas de ensueño a lomos de Calimocho, Xarope, Enamorado o Alcochete, nombres míticos de la extraordinaria cuadra del extremeño. Faenas de altísimo nivel, toreo puro a caballo, quiebros y recortes increíbles siempre en la cara, además de dos rejonazos de muerte fulminantes. Pablo Hermoso de Mendoza sembró una vez más cátedra con su toreo elegante y puro pero tuvo que conformarse con una oreja en el cuarto al fallar con el rejón de muerte en el primero. Pero para ir abriendo boca no ha estado nada mal. Y un detalle muy importante, algo más de tres cuartos de entrada el vienes para la novillada y lleno ayer sábado para los rejones, teniendo en cuenta que lo gordo empieza hoy con las peñas llenado todo el sol, lo que es muestra clara de que el toreo interesa, y mucho, sobre todo contemplando unos tendidos llenos de familias y enorme cantidad de niños aprovechando que son tardes de tranquilidad y sosiego en las que se puede disfrutar del toreo sin el bullicio y el escándalo que a diario se va montar en la plaza. Lo repito cada año, no sé cómo los toreros pueden mantener la concentración con ese ambiente desenfrenado de los tendidos. Pero Pamplona es así y así debe seguir siendo. Para quienes nos gusta vivir y sentir el toreo de otra manera es algo inexplicable, yo estuve una vez en San Fermín y ya he cubierto el cupo.
De momento preparémonos para una semana en la que habrá de todo menos aburrimiento, seguro. ¡Viva San Fermín!
Antonio Vallejo
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