viernes, 7 de octubre de 2022

3ª de Otoño: Difícil contar lo extraño

No sé como empezar a contar esta tarde de otoño en Las Ventas, se me hace muy difícil porque desde que he llegado a la plaza todo me ha parecido impregnado de un ambiente raro, una sensación extraña y desconcertante. Voy a ponerles en contexto. Jueves, seis de la tarde, en los carteles una novillada de Valdellán para tres novilleros de la parte alta del escalafón. Hasta ahí todo normal, como cada tarde de toros, mejor o peor, es lo anunciado. Bueno, pues empecemos con lo raro. Me imagino que son conocedores que desde hace varios días las corridas que se lidian en Las Ventas han vuelto al Batán y se pueden ir a ver en los corrales. La corrida de hoy llevaba allí desde el pasado fin de semana y en los medios taurinos se hablaba de la "gran expectación" que había levantado entre los aficionados. Algo normal porque este hierro es uno de los que en Madrid gozan del favor de la afición y son varios los novillos que han dado grandes tardes. Todo eso es también es normal. Entonces no entiendo lo que he visto esta tarde. Primero al llegar a la explanada, desolador aspecto, prácticamente vacía, sin ese ir y venir de público de un lado a otro para acceder a la plaza, con una puerta de acceso al patio de arrastre vacía, lo nunca visto, y lo peor de todo, al entrar al tendido mucho cemente al aire. Todo raro, en serio, no me lo esperaba. Si tanta expectación había, ¿dónde estaba la gente?, ¿y los abonados?. Porque también me ha parecido muy extraño que mirando a un lado y a otro de mi tendido solo he reconocido cinco o seis caras de los habituales, y era fácil de comprobar porque estaba medio desierto. Dicen que la entrada que la empresa ha comunicado como oficial es media plaza. habrá que creérselo, pero mi sensación es que llegaba muy justito a media y siendo generoso. No me esperaba tan pobre afluencia para una tarde como la de hoy, extraño y preocupante. Y lo que voy a decir ahora no quiero que me lo tomen como un desprecio ni una chulería o prepotencia por mi parte, pero es que ha sido así. De ese escaso público que se ha acercado hoy a Las Ventas pocos conocían la plaza, dejémoslo en eso. Cuando en el sexto han tenido que salir la manada de mansos de Florito para llevarse al inválido su actuación ha sido tan diligente como de costumbre, con la ovación consiguiente. Hasta ahí normal. Pero lo que no es normal es que tanta gente haya confundido al chulo de toriles con Florito y le hayan dedicado una fuerte ovación cuando ha salido a comprobar que el ruedo estaba libre para abrir la puerta de toriles y que saliera el sobrero. Cierto es que ambos iban vestidos de corto, cierto que ambos llevaban una visera similar, ¡pero cualquiera que haya ido mínimamente a Las Ventas sabe quien es quien! Como acertadamente ha apostillado uno de los acomodadores de mi tendido, buen aficionado, "vaya lo que saben de toros". Y aunque este detalle les parezca una tontería creo que no lo es y que quizás me permita explicar el ambiente general que hoy he apreciado en los tendidos. Muy raro, de verdad, como anestesiado, todo muy plano, ni para protestar ni para elogiar. No sé explicarlo, pero con una tarde luminosa como la de hoy, perfecta de temperatura, que invitaba a ir a los toros, pocos y además fríos. No parecía Las Ventas, todo muy extraño.

En ese ambiente de rareza que he sentido ha sido en el que ha transcurrido esta novillada de Valdellán, procedencia Santa Coloma, remendada con dos utreros de López Gibaja, procedencia Domecq. Pues esto también me ha parecido extraño, y por partida doble. Primero que no haya pasado el reconocimiento toda la corrida, más aún tras ver los dos primeros lidiados, protestados de salida por su presencia, y que, llevando varios días en los corrales del Batán no haya habido ocasión de verlos antes e ir al campo a por otros ejemplares que completaran la corrida con el hierro anunciado. Y segundo porque llama la atención hacerlo con dos novillos de encaste tan distinto al titular. No es la primera vez que pasa ni será la última, pero me extraña, sinceramente. Luego los novillos han salido como han salido, solo se salvan dos, el tercero y el quinto, los demás sin fondo de bravura, justos de fuerza y empuje, sin poder.

Así es muy difícil que los tres novilleros anunciados hoy, o cualquier otro, se abran camino. Eso tiene que estar pensando a estas horas el francés Yon Lamothe, al que le ha tocado en suerte un lote con nulas opciones. Un primero con poco recorrido, que a veces metía la cara y otras la llevaba alta, luego reponía, sin entregarse y sin empuje. Correcto y mostrando buen trato el francés, algunos muletazos sueltos con calidad pero no ha podido lucir su toreo. Menos aún con el cuarto, sin fondo, sin raza y sin un gramo de fuerzas, deslucido, no pasaba ni en el capote ni en la muleta. Digno y voluntarioso Lamothe poniéndole la muleta, tratando de tirar del novillo pero nada, no pasaba, desluciendo, cabeceando y protestando. Presentarse en Madrid, venir con la maleta de ilusiones llena y encontrarse con lo que ha tenido que lidiar tiene que ser desesperante. Pero puede volverse al hotel con la cabeza alta porque lo poco que ha podido hacer lo ha hecho con dignidad y firmeza.

No sé el por qué de la vara de medir al madrileño Diego García en esta tarde, quizás el pecado sea la Puerta Grande del pasado 1 de mayo al desorejar a un novillo de Casa de los Toreros. Si es así me parece desproporcionada la exigencia para un chico que debutó con caballos en julio de 2019, que luego pasó la pandemia sin torear y que en 20221 se vistió de luces 11 tardes. ¿Así queremos que los novilleros salgan adelante? Creo que, sin caer en el todo o casi todo vale, hay que medirles como lo que son y no llevar cuentas antiguas. Al segundo lo recibió a la verónica, con buen son, jugando bien los brazos, entre la indiferencia general, ese ambiente raro y semianestesiado al que me refería. Pasa por el caballo y banderillas sin emplearse y llega  a la muleta que quiere y no puede. Gusto y torería en el arranque de faena, doblones para hacer bajar la cara al santacoloma, ayudados por bajo con buen sabor, flexionado, tratando de alargar el viaje. Por ambos pitones compuso algunos muletazos de calidad y profundidad, sobre todo al natural dos o tres aislados por bajo muy templados que dejaron patente el buen trato y las condiciones del de San Sebastián de los Reyes. Pero faltó  ritmo y emoción por las escasa condiciones del novillo quedando todo en palmas cariñosas. El quinto podría pasar por toro en otras muchas plazas, serio y de buenas hechuras. Distraído de salida, poco celo, se va suelto de los lances. Mejora en el caballo, empuja abajo con cierta codicia y en banderillas Juan José Rueda "El Ruso" completa un buen tercio que, extrañamente, tuvo escaso eco y reconocimiento en los tendidos, facilidad y categoría en sus dos pares mostrando las virtudes que guardaba el de López Gibaja. Novillo con fondo al que García instrumentó un inicio de faena por bajo para obligarle y corregir el cabeceo que mostraba. Toreo en redondo buscando bajar la mano y llevarlo toreado, algunos derechazos templados profundos y ligados para ir embarcándolo en los vuelos. Poco a poco fue encontrando el ritmo, poniéndole la muleta en la cara, por ambos pitones demostró buen concepto y trato pero no llegaba a media faena cuando se le empezó a protestar la colocación a la mínima. Y en ese clima a la contra que tanta extrañeza me crea tuvo que continuar con un trasteo que perdió continuidad y emoción, acabando todo en silencio, dentro del tono de la tarde.

Jorge Martínez disfrutó del mejor novillo de la tarde, por no decir el único si salvamos algo en la muleta al quinto que acabamos de reseñar. El sexto fue devuelto por inválido, una pena porque de salida mostró buenas condiciones en el capote. El sexto bis tres cuartos de lo mismo, otro a los corrales. Y el sexto tris saltó con brío, repitiendo en el capote, la cara bajo pero las manos por delante. Y ahí agotó sus energías. Como estaba claro que por la hora que era el señor presidente no iba a devolver otro novillo más el trasteo fue como fue, los capotes a la altura del reloj de la plaza, simulacro de tercio de varas, masaje en banderillas y en la muleta... nada. A media altura, sin pasar, cabeceando, defendiéndose por su falta de fuerzas, imposible ante este novillo que también tenía que haber sido echado para atrás. y de paso el torilero se hubiera llevado otra ovación por los avispados espectadores. A la verónica recibió el murciano al tercero de la tarde, lanceando con temple y gusto, ganado pasos, bien ejecutadas, despertando algunos olés, menos de los que merecía. El arranque de faena tuvo sabor en los ayudados por alto que hilvanó con otros por bajo dejando patente su buen concepto del toreo. Priemras tandas por el pitón derecho, poco a poco, buscándole la distancia y la altura, temple, echa la muleta alante y lo lleva por bajo, ligando con gusto. El novillo toma dos pero al tercero le cuesta, protesta y corta un poco. Bien Martínez, le da pausa y vuelve, igual, todo intenta hacerlo por abajo, mucho temple, ni un toque a la tela, pero falta un punto de ritmo para romper. Lo hace mediada la faena y por el pitón izquierdo. Por ahí rompe a embestir de una manera descomunal el santacoloma y rompe a torear como los ángeles el de Totana. Naturales con hondura, templadísimos, ligados por bajo, largura y cadencia, toreando muy despacio, cada pase un crujido, y por fin los olés para despertar de la anestesia y apartar la extrañeza. Series rotundas, colocación perfecta, acoplado, erguido, metiendo los riñones, la mano baja, máxima belleza, rematando las tandas con unos de pecho sensacionales y un cambio de mano infinito, eterno, toreo caro. El epílogo de faena destila aromas a toreo caro por todas las esquinas, ayudados por alto, trincherazo y pase de la firma, mucha torería lanzada al aire para diluir con la emoción  lo espeso de la tarde. olés que han sabido a gloria y que hoy han sido casi medicinales. Se tira a matar por derecho y deja una entera  desprendida que pasaporta al buen novillo de Valdellán. Petición de oreja más que mayoritaria teniendo en cuenta, señor presidente, que se cuenta en función del público asistente, que los asientos vacíos no computan para estos menesteres. Y recordándole de paso que la primera oreja la concede el público, no usted, que lo dice el reglamento, aunque le suene extraño, como era la tarde. Vamos, que se ha lucido negándole una oreja de ley a Jorge Martínez, una vergüenza y una injusticia imperdonable. Pero en una tarde rara difícil de contar y explicar era de esperar esta tropelía.

Antonio Vallejo

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