domingo, 9 de octubre de 2022

5ª de Otoño: Uceda Leal, por siempre


 Grande era la expectación ante esta tarde, grande ha sido la respuesta de los aficionados, lleno en Las Ventas, por fin, al reclamo de los toros de Puerto de San Lorenzo para una terna de lujo integrada por José Ignacio Uceda Leal, José Antonio Morante de la Puebla y Ángel Téllez. Sobra decir que la frase del día en el Madrid taurino era "esta tarde voy a ver a Morante", pero al final ha resultado que, como tantas veces pasa en esta bendita Fiesta, el hombre propone, Dios dispone, sale el toro y lo descompone. Bueno, eso y el palco, pero mejor dejar a personajes accesorios con ánimo de protagonismo para el final, que los importantes son el toro, el torero y en segundo plano, los aficionados.
No hay mejor frase para contarles y explicar la actuación de Morante en esta tarde que la taurina y archiconocida de Rafael Guerra "lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible". Cuando por la puerta de toriles saltan dos toros como los que le han correspondido al de La Puebla queda todo dicho. Serios y entipados, como toda la corrida, para mi gusto de buenas hechuras, pero nulos hasta decir basta para la lidia. Manso de solemnidad el segundo, descastado y sin fondo el quinto, dos joyas, ambos a la defensiva, la cara alta, soltando arreones y tornillazos por doquier, sin nada que sacar. No se anduvo con rodeos Morante y, en mi opinión, hizo lo único que se podía hacer, abreviar y ahorrarnos minutos de aburrimiento y sin sentido simulando pases que no llevan a ningún sitio, a lo sumo a la enfermería, postureo o impostura, según queramos ver. Morante no engaña, si no puede ser, no puede ser, y todos lo vimos, porque si no me cuesta entender que los que le abroncaron también abroncaran igual al toro en el arrastre. Es más, le demostración de que esta frase es la más adecuada es que cuando pudo ser, fue, ¡y vaya si lo fue!. ¿Qué me dicen del quite al primero de la tarde, eh?. En segundos nos elevamos al cielo en alas de emoción máxima, verónicas a compás, lentas, deteniendo el tiempo, a media altura, acompañadas con la cintura, el mentón hundido, y una media para volverse loco. ¿Y qué me dicen del arranque de faena al quinto? Solo duró eso, pero fue algo maravilloso. Al hilo de las tablas, la muleta plegada en la zurda, el cartucho de pescao, quizás rememorando al gran Joselito el Gallo o al maestro Pepe Luis Vázquez, citando al toro para burlarle con un quiebro hacia dentro, claro homenaje al maestro Antonio Bienvenida, ¡y la gente loca! un olé que ha retumbado en todos los rincones de la capital. Luego unos ayudados por alto desbordando torería y un  trincherazo de los que crujen, todo entre olés y una ovación atronadora. Y eso es lo único que pudo ser, ya no hubo más toro, solo un animal que se defendía sin clase alguna con violencia y brusquedad, sin pasar por la muleta. Se va de vacío el sevillano, pero deja llena la despensa de ganas de volver a verle, es lo que tienen los genios.
Se esperaba con muchas ganas a Ángel Tellez tras su triunfo en San Isidro con aquella Puerta Grande del 27 de mayo al cortar una oreja a cada uno de los toros de Victoriano del Río que le tocaron en suerte. Y para mi ha pasado el examen de reválida con nota. Tan solo le ha valido uno del lote, el que hacía tercero, el sexto no ha tenido nada, ni raza, ni bravura, ni fuerzas, ni nada, no merece la pena seguir una linea más con él. Nada que ver lo que fue Langosto, entipado y con mucha seriedad por delante, preciosa lámina, suelto y sin fijeza de salida, lo fija Téllez y le pega tres verónicas y una media de remate de enorme categoría, tanta como la que nos guardaba para las chicuelinas ajustadísimas con las que probó al toro tras salir del peto, rematadas con una revolera garbosa muy torera. Exigente y complicado en la muleta, pedía mucho y no daba nada el de El Puerto de San Lorenzo, algo tardo, mucho le costó arancarse al principio, le citaba en largo con la muleta en la izquierda pero nada, miraba sin decidirse. Acortó distancias y en terrenos del 6 empezó a torear al natural, el toro iba, encastado, tomaba la muleta pero no abandonaba los vuelos, se revolvía, tobillero, buscando, rebañando lo que podía, obligando al madrileño a perder pasos para poder seguir colocado y ligar las series, ni un segundo podía dejar de tener los cinco sentidos en alerta máxima, muy firme y con una decisión y un valor inconmensurable. Mucho mérito los naturales que trazó a base de colocación y exposición, sin perderle la cara y siempre intentando obligarle por bajo para dominar la tendencia a llevar la cara alta que tenía.  Por el derecho tuvo una embestida más clara, muy buenas series asentando las zapatillas, encajado, metiendo los riñones, enroscándoselo a la cadera, perdiendo los dos pasos necesarios para ligar y también salir ileso de los intentos del toro por hacer presa. Muy de verdad todo lo que hizo Téllez, toreo de muchos quilates, profundo, jugándosela en cada muletazo, con unas manoletinas finales que cortaban la respiración. Lástima que se emborronara con la espada su sensacional actuación porque la oreja creo que hubiera sido de ley.
No sé Uceda Leal que pacto tiene y con quien para que por él no pasen los años. Le vi cortar una oreja el 4 de septiembre en San Sebastián de los Reyes y me maravilló su toreo, el de siempre, y le he vuelto a ver hoy y me ha vuelto a maravillar. Es el de Usera uno de esos hombres a los que ves por la calle y, aunque no tengas ni idea de quien es, dices "ese es un torero". Es su figura, es su andar, es como va y como sale de la cara del toro, erguido y elegante, igual que hace 26 años cuando tomó la alternativa. Nada más tomar el capote y lancear al primero ha puesto la plaza en pie. Verónicas de ensueño a manos baja, mecidas con dulzura, temple y clase, abandonado, saboreando cada una, bellísimo saludo. También elegante  la manera de llevar al toro al caballo, andándole con torería para dejarle colocado con dos lances desmayados de estética difícilmente superable. ¡y que decir de la réplica al magistral quite de Morante! Chicuelinas ajustadísimas ejecutadas con un temple extraordinario, cuanta emoción y cuanta belleza, toreo de muchos quilates que en la muleta alcanzó cotas de intensidad estratosféricas. Desde el arranque todo fue emoción. Andándole hacia atrás, la muleta cambiada con un medio abaniqueo bajando la mano que el toro siguió con nobleza y calidad, metiendo la cara. Sinfonía de toreo profundo, la muleta adelantada, la mano siempre muy baja, cosido a los pitones para ligar las series en redondo enroscándose al toro, encajado, plasticidad máxima, una delicia, abrochándolas con unos de pecho sensacionales. También al natural compuso la figura y trazó muletazos de mucho peso, temple y ligazón por bajo, ritmo y transmisión, remates de pecho largos y lentos, maravillosos. Faena coreada  de principio a fin con olés sentidos que alcanzó su máxima expresión en una última serie  por el derecho totalmente entregado y unos muletazos finales rodilla en tierra, ayudados por bajo de mucho recorrido y uno de desdén para rubricar la preciosa composición que puso a las ventas patas arriba. Mató entrando recto dejando una casi entera arriba que fulminó al de El Puerto de San Lorenzo en escasos segundos. Petición mayoritaria que un señor sentado en el palco hurtó al no concederla. Apoteósica vuelta al ruedo que nadie, absolutamente nadie, de ningún tendido, protestó, ni los más exigentes que casi siempre encuentran un pero. ¡Menuda cagada, señor del palco!. El cuarto fue un toro que pasó por Las Ventas sin historia. Ni bueno ni malo, indiferente, manejable pero soso a rabiar, que se dejó pero no puso ni una chispita para transmitir. Solvente y con clase lo despachó Uceda, sacó muletazos sueltos de calidad pero el conjunto caraeció de continuidad y ritmo resultando deslucido a pesar del buen hacer del maestro por el que no pasan los años, desde siempre y por siempre, su toreo elegante y su clase le acompañará.

Antonio Vallejo 


P.D: Lo importante ya se lo he intentado contar. Aquí, aparte,  en segundo plano, el lugar que merece, dejo al personaje del palco. Hoy ha sido uno, ayer fue otro, el otro día uno distinto, pero todos lo mismo, quieren un protagonismo que no tienen ni merecen. Su papel se reduce a mantener el orden de la lidia y aplicar el reglamento, nada más. Una de dos, o no tienen ni idea del reglamento o no sé que motivos les llevan a tanto disparate cada tarde. Hay que saber  cuando un toro está inválido y hay que devolverlo, o al menos hay que escuchar a la plaza, porque al asesor veterinario también debieran rebajarle de servicio, como se decía en la mili, porque vaya tela con los consejos que les dan a veces. Y ya no digo con los trofeos. a ver si se les mete en la cabeza que la primera oreja la pide y concede el público, que su única misión es sacar el pañuelo blanco, nada más, que no pintan más y no queremos que pinten, que meten la pata casi siempre, que son secundarios, terciarios, de reparto, o mejor, que sean figurantes, así no perpetran injusticia tras injusticia. Lo de Uceda hoy en el primero tiene delito, era clarísimo y la vuelta al ruedo le ha puesto en evidencia al del palco, pero les da igual, al de hoy, al de mañana, y al del día 12, seguirán con su inutilidad por no sé que motivos, quisiera pensar que solo desconocimiento de lo que es el toreo.

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