miércoles, 1 de junio de 2016

25ª de abono: Un insulto a la Fiesta


Esta tarde hemos asistido a un espectáculo lamentable en la plaza de toros de Madrid, un espectáculo indigno de esta plaza, un espectáculo indigno de San Isidro y un espectáculo indigno para la Fiesta. Hoy era una de esas corridas de las que se proclaman a bombo y platillo como torista, de las que los puristas vienen a ver perdonándolo todo, hasta la falta de trapío, como en el caso de hoy, la falta de presencia, como en el caso de hoy, la falta de buenas hechuras, como en el caso de hoy, la falta de belleza, como en el caso de hoy. ¡Ni una sola protesta del sector sabio!, ¡ni una sola protesta de los talibanes del siete!. No tienen el mínimo de decencia, no tienen el mínimo de vergüenza, no tiene ni idea de lo que es el toreo. Tanto que han gritado en tantas tardes, tanto que han voceado contra los veterinarios y los presidentes, ¿por qué hoy han callado?. Porque era una de sus ganaderías "favoritas", de las que tienen bula. ¿Por qué se han aprobado en el reconocimiento toros como los que han saltado esta tarde, sin el mínimo exigible para esta plaza, por mucho Saltillo que se llamen?, ¿a qué presiones responde esto?. No lo sé, pero lo que si sé es que hoy han dado una puñalada de muerte a la Fiesta. Si lo que ha salido de los corrales es lo que los "puristas" y los "toristas" reclaman, ¡que se lo metan por donde les quepa!. 
Espectáculo lamentable, espectáculo bochornoso, espectáculo indigno, no ya de esta plaza, de cualquier plaza de toros. Porque lo que ha salido de los corrales ha sido una moruchada infame, indecente, infumable, inlidiable, intolerable, inservible, intoreable, impresentable, indigna, y todos los in que se puedan imaginar. Mansedumbre a toneladas, peligro infinito, además de feos de narices. Vamos, sin rodeos, una mierda de corrida. Y todavía ha habido algún imbécil que se sienta por el siete y aledaños que ha tenido la desvergüenza de recriminar algo a los toreros y subalternos y de meterse con los picadores, llegando al insulto. ¡Que bien estaríamos en Las Ventas si se largan los talibanes de una vez!. Ni uno de los seis ha servido para nada, pero lo del tercero y cuarto ha sido el colmo. ¡Cómo sería que el cuarto se ha llevado banderillas negras!. Yo no había visto jamás eso, es la primera vez en mi vida que veo asomar el pañuelo rojo en el palco, que también tenía que haberlo hecho en el tercero, por cierto. Dos mansos de libro, que no embestían, que se paraban, medía e iban directos al pecho del torero. Dos alimañas asesinas que, en su mansedumbre se defendían a arreones, derrotando de mala manera, buscando hacer sangre, con mucho peligro. Imposibles de picar, llegaban al caballo y se iban sin tocar el peto, también derrotando, echando la cara arriba, casi al cuello de los caballos. Y todavía ha habido algún idiota que, como ya he dicho, ha protestado que no se colocara la toro en distancia, ¡cuanta ignorancia encierran los que se autoproclaman sabios!. Imposible su lidia, desorden y caos absoluto, espectáculo vomitivo, iban y venían a sus anchas, sin fijeza en nada, derrotando a diestro y siniestro, buscando con saña a quien en uno de sus arreones perdía el capote y se veía desprotegido, demostrando mansedumbre y cobardía, justo lo opuesto a lo que es un toro bravo.
Frente a este auténtico despojo bovino, solo así puedo calificar lo que se ha lidiado o intentado lidiar esta tarde, han estado tres héroes, tres auténticos gladiadores que venían a Madrid con toda la ilusión del  mundo, toreros con pocos contratos en busca de la gloria, en San Isidro, en la "gran" semana torista. Y se han encontrado con lo que tantas veces he repetido, la última vez ayer y el pasado domingo: Lo de la semana torista me parece el timo de la estampita. Una semana impuesta por unos pocos para calmar sus ansias de kilos y de entradas al caballo, una auténtica estafa año tras año. Sánchez Vara, Alberto Aguilar y José Carlos Venegas han estado más que dignos, más que profesionales, más que valientes, exponiéndose, poniéndose delante de esas alimañas para llegar a sacarles algún pase, algo más que meritorio. Cómo habrá sido que Sánchez Vara, en declaraciones que he leído con posterioridad a la corrida ha dicho: "No quiero ofender, pero los síntomas del toro eran de estar toreado". Esta frase es terrible, sobre todo porque está cargada de razón. Lo de hoy es para reflexionar y hacérselo  mirar muy mucho, ha sido un estocada de muerte a la Fiesta, que si sigue viva es gracias a estos tres hombres que han demostrado vestirse por los pies, aunque algún indocumentado haya sido capaz de ponerles un pero. Gracias a Dios la gran mayoría de los aficionados hemos sabido valorarles y premiarles como se han merecido. Nada ha importado que Venegas haya visto como el saco de mansedumbre que era la alimaña que se corría en tercer lugar se haya ido con vida tras escuchar tres avisos. La inmensa mayoría le hemos dedicado una cariñosa, reconfortante y merecida ovación porque todos hemos visto que era totalmente imposible matarlo, la misma que se les ha dedicado a cada uno de ellos al abandonar el ruedo. Como las que se ha llevado ese sensacional torero de plata que es David Adalid al banderillear de manera extraordinaria al tercero y al sexto, algo que parecía imposible, la que se ha llevado Raúl Ramírez al conseguir clavar las banderillas negras al infame cuarto, la que se ha llevado César del Puerto al lidiar de manera extraordinaria, con gran saber y poder, con el capote bajo, sometiendo al quinto, y la que se ha dedicado a Alberto Aguilar en la faena de muleta de ese mismo quinto en la que ha sacado redondos largos y bajos sometiendo la brusquedad y la más que bronca embestida del  morucho. Lo único brillante de la tarde, sin duda, esos tres momentos, junto con los enormes arrestos que le han echado los tres matadores y la tremenda sensibilidad para con ellos de la gran mayoría de aficionados que han sabido ver la imposibilidad de los seis animales que llevaban, o mejor dicho manchaban, un nombre mítico como Saltillo.
Lo malo es que aún nos quedan por delante la de Cuadri, Victorino Martín, posiblemente la única en la que veamos algo o mucho de calidad, y la de Miura. ¡Miedo me dan las corridas toristas y las ganaderías "duras"!, siempre lo he dicho. Si no , al tiempo. Mañana la extraordinaria de Beneficencia con toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, José María Manzanares y Alberto López Simón. Aventuro tarde de reventadores, de protestas a los toros aunque tengan más que trapío, así como de gritos, faltas de respeto e improperios para los matadores. Los que ya todos sabemos  irán mañana con las escopetas cargadas y cantidad de sobra de munición para hacer la vida imposible a Castella y Manzanares, hagan lo que hagan, incluso antes de que lo hagan, la consigna será machacarles. Quizás López Simón tenga alguna oportunidad, pero me temo que pocas, creo que también ha entrado en el selecto grupo de toreros enfilados por el sector sabio, los impositores de su criterio a base de vociferar y manejar a su coro de palmeros. Pero, vistas las cosas, que ese sector trate de reventarte la faena es un elogio, significa que eres un gran torero y que estás haciendo las cosas bien. Si no, al tiempo.
Hoy me voy a dormir triste y preocupado tras haber visto que la Fiesta tiene, como dije ayer, al enemigo dentro, en un día muy negro para la tauromaquia. Hoy he asistido a un auténtico insulto a la Fiesta.

Antonio Vallejo

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