Ayer por la noche asistí en Las Ventas a un emotivo acto en el que se rindió tributo a la leyenda de Victorino Martín Andrés en Madrid. Lo decía él, lo repitió una y mil veces: Madrid es mi plaza, a ella le debo todo. Y Madrid también debe mucho a Victorino. Por tanto, un acto como el de ayer era lógico, necesario diría yo, más aún en esta temporada, primera en la que no estará el ganadero de Galapagar. Fue emotivo pero, sobre todo, enormemente ameno e interesante. Sobre el escenario Victorino Martín y tres maestros que se han visto las caras con estos toros muchas veces: José Ortega Cano, Manuel Caballero y Luis Miguel Encabo, a los que en las postrimerías de la conversación, porque fue eso, una conversación apasionada entre profesionales que lo vivieron como aficionados, se sumaron Pepe Moral y Saúl Jiménez Fortes que el próximo Domingo de Ramos matarán una corrida de Victorino en Las Ventas junto a El Cid. Sobre la gran pantalla se proyectaron seis faenas a seis toros antológicos de Victorino mientras los participantes comentaban aspectos del toro, trapío, comportamiento, la lidia, los tercios de varas, las faenas... En definitiva, una amena clase magistral d tauromaquia en la que cada uno aportaba sus experiencias, su puntos de vista y sus enormes conocimientos. Resultó maravilloso escuchar a Victorino hijo hablar sobre su encaste, lo que busca en sus toros, lo que encuentra, lo que le gusta y le disgusta, contar cantidad de anécdotas de su padre, una delicia. Igual que José Ortega Cano, quien cuarenta días después de la famosa corrida del siglo que mataron Francisco Ruíz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, indultó en Las Ventas a Belador, o la leyenda de Baratero el primer toro de este hierro al que se le dio la vuelta al ruedo en Las Ventas y al que Andrés Vázquez desorejó, o el tercero y cuarto toro de la Beneficencia de 1998 en la que Manuel Caballero mató en solitario seis victorinos y, como contó ayer el maestro con su gracejo habitual utilizó para los seis el mismo capote, la misma muleta y la misma espada, o Luis Miguel Encabo, el maestro que más corridas de Victorino ha matado, nada más y nada menos que cuarenta, y el toro Murciano al que el madrileño cortó una oreja en junio de 2002 (perdió la segunda por la colocación trasera de la espada) y que fue premiado con una vuelta al ruedo por su inmensa bravura, raza y clase. Fueron dos horas que se pasaron volando, una corrida completa, seis toros, seis faenas antológicas como homenaje merecido a este hierro y antesala a una temporada que va a ser muy especial.
Ya vivimos el pasado 17 de febrero en Vistalegre el primero de los muchos sinceros y sentidos homenajes a Victorino Martín que veremos en cada plaza a la que acuda a lidiar sus toros. Hoy ha sido Castellón en la penúltima de la Feria de la Magdalena y que he tenido oportunidad de ver a través de la retransmisión de Canal Toros. Un auténtico lujo poder disfrutar de los toros en directo cómodamente sentado en casa en estos tiempos en los que por televisión se puede dar cualquier porquería, cualquier barbaridad, realtys y programas vomitivos, asquerosos, incluso aberraciones, todo menos toros, prohibido, la Fiesta Nacional, prohibida, nuestras raíces, prohibidas, nuestra identidad, prohibida, ¿esa es su libertad?. Impagable el trabajo y el esfuerzo de todos los profesionales que llevan Canal Toros realizan con pasión, con auténtica afición, y eso nos lo transladan a cuantos tenemos el privilegio de seguir sus programas y sus retransmisiones. Y en un día como hoy aún más lujo con la que ha estado cayendo todo el día en Madrid y por lo mostrado por las cámaras también en Castellón, un auténtico diluvio. Las imágenes de los operarios de la plaza de Castellón parcheando con serrín los enormes charcos que inundaban el ruedo resultaban poco tranqulizadoras, puesto que la duda era si sería suficiente para mantener la arena en un estado suficientemente seguro para que matadores y banderilleros no resbalaran y pudieran sufrir un percance por esas malas condiciones del ruedo. Pero al final se ha dado el visto bueno y la corrida ha salido adelante con seis toros de Victorino desiguales de presentación y hechuras, alguno justo de remate, pero serios en general, con trapío suficiente para una plaza de segunda y, eso sí, todos fácilmente reconocibles y en tipo. Si a cualquier aficionado le vamos enseñando fotos de los eso lidiados hoy en Castellón no van a tener ninguna duda que son Albaserrada. En cuanto a comportamiento también han sido desiguales, con un tercero que tenía un pitón izquierdo de ensueño, algunos exigentes y cabroncetes, algo usual de esta sangre, y otros blandeando, cosa poco frecuente en este encaste y que seguro que es lo que más le ha disgustado al ganadero. El puede asumir que un toro suyo sea malo, pero nunca sin fuerzas. Y como era de esperar, el homenaje de la afición castellonense a Victorino Martín era romperse el paseíllo y una plaza engalanada con la A coronada de este hierro pintada en los burladero, un mural con la cara del fallecido ganadero ocupando las puertas de los corrales y los toros luciendo divisa negra en señal de luto, como será durante toda la temporada.
El primero es un toro serio, astifino y con trapío. Lo recibe Fandi con dos largas cambiadas de rodillas pero se queda corto en el capote sin permitir mayor lucimiento. Tercio de banderillas ejecutado por el propio matador en el que despliega todas sus facultades físicas y su repertorio habitual con buenos pares, bien reunidos y colocados incluyendo el clásico violín. Poca
transmisión en la muleta, hay que tirar de él, es noble y humilla permitiendo a Fandi recetar algunos
muletazos sueltos de buena factura, sobre todo tres naturales, pero se queda corto y como es propio de este
encaste busca los tobillos y no permite el mínimo descuido, obligando a Fandi a perderle pasos para tratar de ligar las series en una faena que no llegó a tomar vuelo. Mata de media arriba suficiente para hacer doblar al de Victorino.
El segundo es protestado de salida por falta de presencia. Serio
por delante, astifino, estrechito de sienes y abrochadito, con el hocico fino
marca de la casa, pero no rematado por detrás, escurrido, vareado y un poco
ensillado, por ahí la protesta, la falta de remate. Echa la cara arriba arriba en el
capote, se queda corto y se revuelve
poniendo en apuros a Castella. Deslucido recibo con el capote. Recibe un puyazo trasero y un tercio de
banderillas complicado resuelto con oficio por José Chacón y Vicente Herrera anteceden a la arena del francés.
Con movilidad en la muleta inicia el galo la faena por bajo para someterle e ir fijándolo. Bonito el trincherazo y algunos pases con la derecha flexionando rodilla. Una buena
tanda por el pitón derecho, templada y bajando la mano en la que el toro repite
y mete algo mejor la cara es lo más lucido de la faena. Por el izquierdo corta,
echa la cara arriba y mide sin dejarse dar un pase. Por
si le faltaba algo, teniendo en cuenta su sangre y el comportamiento típico de este encaste albaserrada,
complicado y exigente, desarrolla sentido y se
convierte en imposible. Castella corta la faena visto lo
visto del comportamiento del toro y el aguacero tremendo que cae en ese momento
sobre Castellón. Se atasca con la espada, varios pinchazos y casi entera con
habilidad trasera y desprendida tras el primer aviso son insuficientes para
hacer doblar al victorino. Escucha el segundo aviso sin poder descabellar y el
tiempo pasa implacable hasta hacer sonar el tercer aviso ante la impotencia de
Castella que ve como se devuelve el toro al corral. Por si era poca el agua que caía sobre Castellón al francés la cayó un jarro de agua fría difícil de tragar para un torero de su categoría.
El tercero no salta a la arena, lo hace a un barrizal, a un
ruedo casi impracticable y que en mi opinión no estaba en un
estado mínimo para torear. Creo que para que la fiesta se desarrolle en todo su
esplendor deben darse unas condiciones mínimas. Siempre se exige trapío y
seriedad a los toros, se exige a los toreros de oro y de plata que toreen y hagan las suertes bien, con pureza y verdad y se debe exigir también al estado del ruedo que presente un mínimo de garantías y condiciones de seguridad de quienes tienen que jugarse la vida
ante un toro, algo de por sí sumamente arriesgado como para encima sumarle más
adversidades. Y en esos momentos no reunía, a mi modo de ver, las condiciones mínimas para la integridad de la lidia. Otro en tipo, serio, este más abierto de puntas, astifino y
armónico. Vibrante saludo capotero a la verónica, el toro aprieta, bien Varea,
templando las acometidas del victorino para rematar con una garbosa media
levantando los olés entre el mar de paraguas de los tendidos castellonenses.
Mucho mérito Raúl Martí y Diego Valladar en banderillas con un ruedo
resbaladizo y muy peligroso. Embiste bien por el izquierdo, humilla con ritmo,
naturales templados y ligados bajando la mano, con suavidad, toreando despacio,
muy a la mexicana. Por el derecho saca las complicaciones del encaste, recorta,
se cuela y casi prende a Varea, exigente, no permite el mínimo descuido al
castellonense. Vuelve al izquierdo y torea francamente bien al natural, bien
colocado, tirando del victorino , templado, encajado, muy seguro y firme además
de aportar gusto y clase a toda la composición. Toreo caro, toreo profundo,
toreo sincero de un Varea que ha dejado un regusto de sentimiento y verdad que
puede valerle mucho de cara a la temporada que ya está en marcha. Pinchazo y
casi entera arriba algo tendida para una muerte de bravo con el matador sentado
en el estribo en una preciosa estampa. Oreja de ley por lo bien que ha toreado
y por las adversidades climatológicas y del suelo, doble mérito.
El cuarto es más alto, con cuello, astifino y muy serio,
armónico y proporcionado, buenas hechuras, con trapío ¡y 469 Kg! “nada más”,
con lo que se demuestra que trapío no son kilos, el eterno debate. Mete bien la
cara en el capote, humilla con clase, buenas verónicas de Fandi en el recibo capotero. Galopa con ritmo y alegría hacia el caballo pero no se
emplea en el peto y blandea a la salida del puyazo haciendo patente que va justo
de fuerzas. Banderillas con gran facilidad de Fandi a pesar del barrizal y que
curiosamente no encuentra eco en los tendidos, algo que me ha parecido sorprendente porque ha cuajado un muy buen tercio de banderillas, colocando los pares en la cara, al revés que tantas veces he criticado al granadino cuando juega con ventaja a toro pasado. La falta de fuerzas echa por
tierra las esperanzas que había suscitado la clase del animal en el capote y no hay
posibilidad alguna de lucimiento por
parte del granadino. Fandi tiene que llevar al toro a media altura
porque a la mínima que le baje la mano se derrumba el de Victorino, algo a lo
que no nos tiene acostumbrado este hierro, lo que impide que haya emoción y
transmisión y que además genera enfado en los aficionados que le piden abreviar
ante la evidencia de lo imposible y lo desagradable de la climatología. Pinchazo y pinchazo hondo para pasaportar al
toro.
El quinto está hecho cuesta arriba, ensillado y largo, serio por
delante. Sale con movilidad y fijeza, repite en el capote, con la cara abajo,
humilla. Lo lidia muy bien Castella a mi modo de ver, andándole hacia atrás para sacarlo a los medios con
torería. Gran puyazo de Juan Melgar, bien agarrado, delantero y con el toro
empleándose en el caballo, metiendo los riñones, empujando con celo. Rafael
Viotti y Vicente Herrera colocan los pares con oficio y seguridad teniendo en cuenta las
pésimas condiciones del ruedo. Inicia la faena Castella sentado en el estribo, pegado
las tablas, el toro pasa pero sin gran emoción. Por el derecho saca una buena
tanda en redondo, templada, pero al toro le cuesta humillar, tiene que llevarlo
a media altura y para colmo se queda corto, sin vaciar la embestida al final
del muletazo, lo que resta emoción al trasteo y hace derivar la faena hacia la
sosería y la intrascendencia. Un pinchazo hondo y una entera al segundo intento
sirven de ligero bálsamo para un Castella cariacontecido que escucha algunas palmas de
ánimo en una tarde que el francés seguro querrá olvidar rápido.
El que hizo sexto era un animal alto, largo y que enseñaba las puntas. Se estira a la
verónica Varea, con gusto, sobre todo dos lances muy cadenciosos. El albaserrada humilla y toma bien el capote que le ofrece el torero de la tierra, apunta
calidad, pero también parece que no va muy sobrado de energías, motivo por el
cual se le mima en el caballo midiendo mucho el castigo en un único puyazo.
Aseados Miguel Ángel Sánchez y Diego Valladar en banderillas, con las
precauciones obvias ante el estado del piso, que ya es mucho. No rompe en la muleta, embestidas
iniciales sin claridad, a media altura, un tanto descompuestas, soltando la
cara y cortando el viaje, comportamiento muy en la línea de este encaste.
Busca acoplarse Varea pero ya se sabe que estos toros exigen mucho y no es
fácil someterlos, pero esto requiere del matador cierto oficio y
experiencia para acabar metiéndolos en la muleta. Esa experiencia y ese oficio
se adquiere toreando y también sabemos lo poco que por desgracia torean Varea y
otros muchos del escalafón a lo largo de la temporada, pero así son las cosas y así de duro y complicado es abrirse camino en el toreo.
Para colmo se raja el de Victorino y Varea lo machetea por bajo para finiquitar
la faena con un estoconazo traserito que pasaporta al animal. Una lástima ver como se ha esfumado una puerta grande que tenía medio abierta el castellonense Varea, pero en la memoria nos ha dejado aromas, sabor y gusto a toreo del bueno, con empaque y modos que rememoran a toreo antiguo y caro que deben valerle para tener más oportunidades.
Así, en medio de un diluvio se han vivido hoy en Castellón y en la penúltima dela Feria de la Magdalena las dos caras de esa moneda que a veces es el toreo; la cara de Varea ante el tercero y la cruz de Castella ante el segundo, todo ello con los victorinos como actores principales y a las puertas de la que va a ser la primera de las grandes ferias de la temporada, la de Fallas que mañana arranca. Una semana de toros, un pequeño paréntesis y el día 25 de marzo Las Ventas abrirá de par en par sus puertas a una nueva temporada y lo hará, como no podía ser de otra manera, con una corrida del hierro de Victorino Martín para los espadas Manuel Jesús "El Cid", Pepe Moral y Fortes. Lo que decía hace unas semanas, ¡esto ya no para hasta octubre!.
Antonio Vallejo
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