jueves, 21 de junio de 2018

Hogueras, Burgos, San Fermín, Ceret, Santander, Málaga, Bilbao....¡lLo que nos espera!


Los dos primeros grandes puertos de la temporada taurina, los dos primeros de categoría especial ya son historia. Madrid y Sevilla ya forman parte del recuerdo, con sus notas positivas y negativas, con luces y sombras, y dejan paso al tercer tramo gordo de la temporada, el verano, con dos colosos en el horizonte, Pamplona ya a la vista y Bilbao, para mi la tercera feria en importancia y seriedad de España y del mundo, en un horizonte menos lejano de lo que parece. Pero hasta llegar ahí nos encontraremos por el camino ferias de muchísimo interés, como la de Hogueras de San Juan en Alicante que esta tarde abre sus puertas. Una feria confeccionada para llenar la plaza y concebida para el triunfo. Tan solo hace falta asomarse a sus carteles para darse cuenta de su atractivo. Para hoy 21 de junio un encierro de Luis Algarra para Francisco José Palazón, Paco Ureña y Román, al que seguirá el viernes 22 una corrida de Nuñez del Cuvillo para Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey, el sábado 23 toros de Juan Pedro Domecq para Morante de la Puebla, José Mari Manzanares y Diego Carretero y el domingo 24 Enrique Ponce, El Juli y Cayetano lidiarán reses de Garcigrande. Un claro ejemplo de lo que tantas veces hemos repetido, ciclos más cortos y rematados con las grandes figuras como eje principal combinando sus actuaciones con otros matadores de medio o bajo escalafón y una buena selección de ganaderías con teóricas y mayores posibilidades de triunfo. Luego lo de siempre, que sale el toro y dicta sentencia, pero al menos que los carteles tengan tirón y veamos espléndidos aspectos de los tendidos.

Del Mediterráneo a Castilla, a Burgos y su feria de San Pedro, cinco días de toros en una ciudad que me trae recuerdos imborrables de mi niñez junto a mi abuelo en la antigua plaza de El Plantío. ¡Cuántas tardes le acompañé a ver toros en su querida tierra!.  Otra feria que cuenta también con enorme gancho para el público. Veamos. El viernes 29 de junio toros de Luis Algarra para Curro Díaz, José Mari Manzanares y Cayetano, el sábado 30 astados de Antonio Bañuelos para Sebastián Castella, Morenito de Aranda y Roca Rey, domingo 1 de julio nada menos que los de Victorino Martín para José Ignacio Ramos, Paco Ureña y Emilio de Justo, el lunes 2 Juan José Padilla, El Fandi y López Simón lidiarán los de Román Sorando y el martes 3 corrida de rejones con toros de La Castilleja para Andy Cartagena, Óscar Borjas y Lea Vicens. De nuevo carteles rematados y con sitio para toreros de la tierra, Morenito y José Ignacio Ramos así como una ganadería burgalesa de primera, Antonio Bañuelos. ¡Dan ganas de ir a tomar un corderito a esa preciosa tierra de mi madre y luego a los toros para recordar mi niñez y mis primeras tardes de toros hace ya 46 años!.
Como decía, el verano es tiempo de toros por antonomasia y, con permiso de las plazas francesas como Ceret y españolas como Huelva, Almería o Málaga, hay dos ferias que marcan los meses de julio y agosto y que reunirán a las máximas figuras: San Fermín en Pamplona y las Corridas Generales de Bilbao.

Quedan muy poquitos días para que a las ocho de la mañana me plante ante el televisor para ver el primero de los encierros y ya por la tarde y gracias a Canal Toros la primera de San Fermín, un año más confeccionado muy al gusto de la afición pamplonica: 

Jueves 5 de julio: Novillos de El Pincha para los novilleros:Alfonso Cadaval, Antonio Catalán 'Toñete' y Francisco de Manuel. 
Viernes 6 de julio: Toros de El Capea para los rejoneadores Pablo hermoso de Mendoza Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz.
Sábado 7 de julio: Toros de Puerto de San Lorenzo para Paco Ureña, Román y José Garrido. 
Domingo 8 de julio: Toros de José escolar para  Javier Castaño, Emilio de Justo y Gonzalo Caballero. 
Lunes 9 de julio: Toros de Cebada Gago para  Octavio Chacón, Luis Bolívar y Juan del Alamo.
Martes 10 de julio: Toros de Fuente Ymbro para Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y López Simón. 
Miércoles 11 de julio: Toros de Núñez del Cuvillo para Antonio Ferrera, Roca Rey y Ginés Marín. 
Jueves 12 de julio: Toros de Victoriano del Río para Pepín LIria, El Juli y Ginés Marín.
Viernes 13 de julio: Toros de Jandilla para Juan José Padilla, Cayetano y Roca Rey.
Sábado 14 de julio: Toros de Miura para  Rafaelillo, Rubén Pinar y Pepe Moral.
La verdad es que en Pamplona y en San Fermín el lleno está asegurado se anuncie quien se anuncie, pero a la vista de los carteles creo que queda claro que está pensados para el público navarro, tanto por los nombres de los matadores como por las ganaderías. Una cosa segura, que los toros cumplirán con los cánones de trapío que Pamplona impone, seguro, ejemplares imponentes que por la mañana sembrarán el pánico por las calles de la capital navarra con la amplitud de pitones que habitualmente muestran en los sanfermines.   Cosas a destacar, el regreso de Pepín Liria el día 12 y lo que va a ser algo apoteósico, y la despedida de Padilla en una de sus plazas talismán, una plaza en la que el Pirata es un auténtico ídolo, una plaza que le quiere como nadie y que estoy seguro que esa tarde del viernes 13 se va a volcar con el jerezano para sacarlo a hombros.
Y de Pamplona a Bilbao encontrándonos por el camino otra feria norteña de gran importancia, la de Santiago en Santander. Siento ser repetitivo, pero de nuevo reunión de figuras a orillas del cantábrico importante elenco ganadero con hierros como La Quinta, Garcigrande-Domingo Hernández, Jandilla, Hnos.García Jiménez y Miranda y Moreno para un no menos espectacular elenco de matadores. Perera, Cayetano, Álvaro Lorenzo, Ponce, Juli, Ginés Marín, Morante, Manzanares, Alejandro Marcos, Padilla, Talavante, Roca Rey, Javier Cortés, Fortes, Román, los rejoneadores Sergio Galán, Leonardo Hernández y Diego Ventura junto a los novilleros Pablo Mora, Francisco de Manuel y Antonio Grande. Una feria rematada entre los dos colosos del verano español, Pamplona y Bilbao, de toro a torazo, el que salta en Vista Alegre, una plaza en la que reina la seriedad, en la que el toro-toro juega un papel primordial, una plaza en la que no se la cuelan habitualmente con exceso de kilos ni de pitones, una plaza que exige buenas hechuras y trapío, con una afición que sabe mucho de toros, aunque a veces se les vaya la cabeza con asuntos políticos montando numeritos ridículos e impresentables cuando hombres como Ferrera o Cayetano ponen banderillas con los colores de la bandera nacional, su bandera, la nuestra, la de todos. La verdad es que tenía dudas sobre su presencia o no en los carteles de este 2018 tras lo ocurrido el pasado verano, creía que la empresa iba a optar por lo fácil, lo políticamente correcto, algo tan de moda en estos tiempos de tibieza que nos está llevando al abismo, es decir, por no contar con ambos toreros. Pero por suerte no ha sido así, mis dudas se despejaron hace unos días con la presentación oficial de los carteles y ambos harán el paseíllo en el coso bilbaíno. Las combinaciones de las Corridas Generales de agosto son las siguientes:

Sábado 18 de agosto: Toros de Ángel Sánchez y Sánchez para Pablo Hermoso de Mendoza, Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza.

Domingo 19 de agosto: Toros de Victorino Martín para Manuel Escribano, Fortes y Álvaro Lorenzo.

Lunes 20 de agosto: Toros de Torrestrella para Román, Gonzalo Caballero y Luis David.

Martes 21 de agosto: Toros de Núñez del Cuvillo para Enrique Ponce, José María Manzanares y Roca Rey.

Miércoles 22 de agosto: Toros de Garcigrande y Domingo Hernández para Juan José Padilla, El Juli y José María Manzanares.

Jueves 23 de agosto: Toros de El Parralejo para Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés Marín

Viernes 24 de agosto: Toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, Cayetano y Roca Rey.

Sábado 25 de agosto: Toros de Alcurrucén para Enrique Ponce, El Juli y Diego Urdiales.

Domingo 26 de agosto: Toros de Miura para Octavio Chacón, Pepe Moral y Juan Leal.

De nuevo incido en lo mismo, una semana de toros pensada para llenar la plaza, con todos los nombres de las figuras: Ponce, Juli, Manzanares, Castella, Cayetano, Roca Rey, Perera, Ferrera, Padilla... junto a nombres tan interesantes como Ginés Marín, Diego Urdiales, Pepe Moral, Escribano, Fortes, Lorenzo, Caballero... Es decir, una feria con carteles a mi modo de ver rematados, con ganaderías de lujo, Garcigrande, Alcurrucén, Miura, Victoriano del Río, Cuvillo, Torrestrella, Victorino Martín, El Parralejo..., una feria que gira en torno a las figuras pero con acomodo para otros nombres del escalafón que a lo largo de la temporada se han ganado el derecho a estar en estos carteles. So esto sucede en Alicante, Pamplona, Burgos, Bilbao y tantas otras plazas, ¿por qué Madrid no acorta su San Isidro y seleccionar algo más la composición de los carteles?. 

Pero hasta llegar a Bilbao el verano nos deja un largo reguero de festejos tanto en España como en el sur de Francia. Son muchos y algunos de alto nivel, Almería, Huelva y Málaga, por poner unos ejemplos, esta última un caso peculiar d plaza d primera que creo que debiera cuidar algo más la presentación de los toros, de segunda la mayoría de las veces, algo que por mucho que estén en plena feria y el Cartojal corra a litros por la sangre de los malagueños no es aceptable. No como en Ceret, localidad torista por excelencia y que cada año celebra un fin de semana marcado por la dureza del ganado escogido y que cuenta con enorme aceptación por aquellas tierras. Los carteles de este año serán los siguientes para el sábado 14 de julio con toros de Sao Torcato, procedencia Ibarra y Gamero Cívico para Fernando Robleño, Javier Cortés y Juan Leal, el domingo 15 por la mañana novillos de María Cascón y tres de Raso de Portillo, procedencia Atanasio-Lisardo para Ángel Jiménez, Aquilino Girón y Maxime Solera y ese mismo día por la tarde toros de Juan Luis Fraile, procedencia Santa Coloma para Octavio Chacón, Joselillo y Gómez del Pilar. Basta ver los encestes para hacerse una idea de lo que se van a encontrar los matadores, entre ellos a mi amigo Joselillo, a quien le deseo la mejor de las suertes y una tarde triunfal que le sirva para acceder a otras ferias y otras plazas en las que sin duda merecería estar. Suerte, amigo. 

Antonio Vallejo





sábado, 16 de junio de 2018

San Isidro 2018 en el adiós; balances y análisis


Lo decía el domingo al escribir la última entrada de lo que ha sido este San Isidro 2018. Cuando el 8 de mayo las puertas de Las Ventas se abrían este nuevo ciclo parecía que no tenía fin, pero ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Adiós al ciclo más largo de la historia, adiós a 34 tardes de toros en las que ha habido de todo, adiós a las emociones y a las decepciones, adiós a los triunfos y a los fracasos, adiós a las ovaciones y a los reproches, adiós a lo que cada uno ha vivido y sentido durante estas maravillosas tardes de toros que nos han tenido abducidos y que cada año esperamos con auténtica impaciencia. San Isidro 2018 es ya historia, ahora es momento de analizarlo, hacer balances y sacar conclusiones, que creo que hay muchas y de todo tipo. De hecho ya salieron el mismo domingo los premios que, podríamos decir, se consideran oficiales, los que otorga la empresa, Plaza 1, y que seguro que todos conocen de sobra esta alturas. Pero por si acaso aquí se los dejo:

Triunfador de la Feria: Alejandro Talavante
Mejor faena: Julián López "El Juli"
Mejor novillero: Francisco de Manuel
Mejor rejoneador: Diego Ventura
Torero revelación: Octavio Chacón
Mejor estocada: Luis Bolívar
Mejor picador: Agustín Navarro
Mejor brega: Ángel Otero
Mejor banderillero: Fernando Sánchez
Mejor toro: Chaparrito, de Adolfo Martín
Mejor ganadería: Nuñez del Cuvillo

La verdad es que es muy difícil para mi arrancar el resumen de lo que para mi ha sido este ciclo, no sé bien por donde empezar, son muchas las ideas, las imágenes, los recuerdos, los pensamientos, los sentimientos que se me viene a la cabeza y no sé bien cómo ordenarlos. Después de darle unas cuantas vueltas a la cabeza he decidido empezar por lo negativo, por lo que menos me ha gustado, y así acabar con lo bueno, igual que una gran faena, de menos a más, que nos deje un buen sabor de boca y un recuerdo agradable.
Si hay algo que ha marcado este San Isidro y por lo que creo que vamos a recordarlo por muchos años va a ser por el tiempo, por la incesante lluvia que ha caído día sí y día también, a veces auténticos diluvios. si  mis cuentas no fallan han sido 21 los días en que el agua ha estado presente con mayor o menor intensidad, ¡qué hartura!, con los paraguas, gabardinas, gorros y todo cuanto pudiera resguardarnos de la maldita lluvia, aunque en ocasiones fuera inaguantable y tuviéramos que acabar refugiados en los corredores de la plaza. Eso y el frío, ni un solo día de calor, sumamente desagradable, aunque por desgracia eso es un factor del que nadie tiene la culpa, ni la empresa, ni los ganaderos, ni los toreros. Es así y ya está, unos años llueve, otros, como el pasado, hace un calor sofocante, porque clima varía de toda la vida, y ni nos vamos a desecar ni nos vamos a ahogar, habrá de todo, aunque esto suene hoy en día políticamente incorrecto, pero es así y así seguirá siendo. Seguro que este ha sido un factor importante que ha restado público a la plaza, otro de los aspectos negativos de este ciclo, la pobre entrada que durante muchas tardes se ha registrado, demasiadas con media plaza o poco más, y solo siete llenos de los de siempre, con el cartel de "no hay billetes". pero no ha sido el único factor que ha influido en esta pobre entrada ni el más importante. Decíamos antes de comenzar la feria que era demasiado larga y ese excesivo metraje entraña un gran riesgo. ese riesgo es cómo se llenan tantas tardes dando los atractivos y reclamos suficientes a los aficionados. En mi opinión ha sido un ciclo de perfil medio-bajo que ha tenido auténtico eco  solo cuando las figuras se han asomado. Esos días han sido los de lleno, el resto, mucho, demasiado cemento a la vista. Debiera servir para que la empresa reflexione a la hora de diseñar futuros ciclos, menos festejos y más rematados, con ganaderías bien elegidas y más presencia de las figuras. Por desgracia ni en el campo bravo hay reses suficientes para llenar con las garantías que exige la primera plaza del mundo un ciclo de tantos festejos continuados ni el escalafón permite confeccionar carteles con la calidad y el atractivo que se debe exigir en la primera feria del mundo. Y por último, y para acabar con lo negativo, un problema de enorme gravedad y que debe resolverse lo antes posible. No puede ser que Las Ventas, el centro del planeta taurino tenga un palco como el que tiene. Son cuatro los presidentes que roban en ese cargo a lo largo de la temporada y es lógico que cada uno tenga su punto de vista y su gusto como aficionado, si lo son. Sería ideal que hubiera una cierta uniformidad de criterio a la hora de conceder trofeos, me refiero por supuesto a segundas orejas, rabos y vueltas al ruedo para los toros, porque la primera, sí o sí, es del público. ¿Es difícil?, bueno, puede que sí, pero no pasa nada si se reúnen y tratan de unificar algunos criterios. repito, será lo ideal pero entiendo que es complicado porque cada uno es de su padre y de su madre y ve la Fiesta a su una manera. Lo que no tiene un pase es que no apliquen el reglamento correctamente, eso es inadmisible. Si es por desconocimiento, grave, si es por su capricho, de juzgado de guardia. No puede ser que un calienta-asiento del palco niegue una oreja a Fortes con una petición unánime, por mucho que él crea que la espada no estuviera bien o que la faena no le gustase, no puede ser que a Octavio Chacón le negara otra pedida por mayoría clamorosa con Asturdero, el primero de Saltillo, no puede ser que a ese mismo toro  le concediera una vuelta al ruedo que tan solo pidieron una docena o una veintena de espectadores de un tendido concreto vencidos por el triunfalismo torista mientras el resto de aficionados contemplábamos el desaguisado con estupor, no puede ser que se devuelva a los corrales  a un toro por manso, muy manso, a lo mejor hasta el más manso de la historia, pero al que ni tan siquiera se le llevó al caballo, es más, ni salieron los picadores al ruedo. Una auténtica vergüenza lo del palco y lo de sus asesores, tanto el veterinario como el artístico, que está ahí para algo y que al final siempre se van de rositas. Una vergüenza que pide a gritos una solución, o al menos que aquel que viola el reglamento a sabiendas o por desconocimiento tenga una sanción ejemplar y no vuelva a pisar el palco en su vida.
En definitiva, que en lo negativo hay algo incontrolable que es la climatología y que al igual que este año ha llovido, ha hecho frío y ha habido viento, vendrá otros que serán secos y de calor y otros que ni chicha ni limoná, como ha sido toda la vida y seguirá siéndolo, pero para los otros dos aspectos más negativos de este ciclo 2018 sí que tenemos la solución en nuestras manos, solo hay que querer aplicarla.
Vamos ya a lo que de verdad importa , a lo estrictamente taurino, al análisis y el balance de lo que para mí ha sido este San Isidro tan largo. Para abrir boca el frío dato de las orejas cortadas, un total de 36, que no está nada mal, incluyendo las de los festejos de rejones, y un rabo, el de Diego Ventura al cuarto de Los Espartales el día 9 de junio y que ahí queda para la historia más allá de la polémica. Dato positivo sin duda alguna, con todos los matices y los peros que podamos poner. Es cierto que algunas se han concedido con un criterio más generoso pero no es menos cierto que otras que debieron haberse concedido no se hizo, por lo que la cifra final tampoco creo que hubiera variado mucho. ¿Que algunos piensan que el público ha sido benevolente a la hora de agitar sus pañuelos?. Pues no lo sé, pero lo ha hecho y el reglamente es claro. A lo mejor lo ha hecho porque lo que ha visto le ha gustado o a lo mejor lo ha hecho porque muchos estamos hartos, hasta las mismísimas narices y otro sito más ordinario que está a la altura de la ingle, de la prepotencia de un minúsculo grupo  de un tendido concreto que se cree que puede imponer sus caprichos a todo el mundo, los únicos que saben lo que está bien y lo que está mal y que cada día meten la pata con más frecuencia.
En el apartado ganadero creo que ha sido una feria en la que, por fin, se ha visto a un toro más en tipo, algo que desde hace años no veíamos. Parece que pueden quedar atrás esos tiempos en los que el elefantoro, el toro mastodóntico, masas de carne con cuernos exagerados salían una tarde sí y otra también. Algo hemos ganado con toros más en tipo, más vareados pero perfectamente presentados en su inmensa mayoría y con mucha seriedad, aunque sin estridencias. Un dato que quizás parezca anecdótico pero que creo que dice mucho: tan solo cuatro toros han sido devueltos a los corrales, y uno mal hecho porque era manso. El año que recuerdo con menos trabajo para Florito. Quizás tan solo las corridas de El Pilar, Las Ramblas, Pedraza de Yeltes y Dolores Aguirre fueron las que presentaron a los toros más grandes y más cargados de kilos  y así salieron, de lo peor. El premio al mejor toro de la feria se lo ha llevado Chaparrito, de Adolfo Martín, pero en mi opinión hubo otro de Alcurrucén y de nombre Licenciado al que Juli cuajó la mejor faena de la feria y que fue mejor. Un toro de extraordinaria clase, encastado, exigente para el matador y que respondió a la exigencia de Juli humillando, embistiendo siempre largo y por bajo, tanto como la muleta que el madrileño arrastraba a cada pase, un toro con duración en una faena larga y rotunda, con ritmo de principio a fin por ambos pitones. Y ha habido otros grandes toros, unos cuantos, pero voy a destacar otros cuatro que me han parecido más sobresalientes. Empiezo por Ombú, de Juan Pedro Domecq, lidiado por Luis David Adame, un toro bravo y de enorme clase que en el caballo hizo posiblemente la mejor pelea, pero a ver quién se atreve a dar un premio al mejor tercio de varas con un juampedro. Sigo con Hechizo, sensacional toro de Fuente Ymbro lidiado por Román, Cuba II, un torazo de Puerto de San Lorenzo con el que Paco Ureña dejó escapar una oportunidad de oro para por fin rematar en Madrid, y por último Cacareo, un sensacional toro  de Nuñez del Cuvillo con el que Talavante soñó el toreo. De lo que no hay discusión posible es que Cuvillo ha sido la ganadería triunfadora de la feria y visto lo que hemos visto tampoco hay duda que el petardazo torista ha sido mayúsculo. La última semana la han salvado Adolfo y Victorino Martín, si no es por esos dos hierros, fracaso absoluto. Insisto una vez más, todos los encastes son necesarios, pero hay que saber dónde y cómo colocarlos. Se repite un año tras otro el mismo error, la semana "torista" cada vez interesa menos, y eso es porque año tras año son un fiasco. Quizás una fórmula sería confeccionar una o dos tardes con esos hierros y un par de cada uno de ellos en cada tarde, en una línea tipo concurso de ganaderías si se quiere, dándoles cabida en San Isidro y otras tardes fuera del ciclo. Es solo una idea pero la empresa sabrá mucho mejor lo que le conviene. Al fin y al cabo yo solo lo veo como simple aficionado con mis gustos y apetencias. 
En el capitulo de matadores tampoco hay duda en proclamar a Alejandro Talavante como gran triunfador con sus tres tardes, dos firmadas y una tercera en sustitución de Paco Ureña. Pero más allá de este galardón creo ue ha sido la feria de las figuras, claramente. Todas, absolutamente todas han dado la cara y han sobresalido. Talavante a hombros y otro día casi si no es por los aceros, Juli portentoso con los alcurrucenes, cuajando una faena divina, plena de mando, poder, temple torería, demostrando que está en un estado magistral y en figurín del toreo, Manzanares sublime, elegancia, clase y gusto natural, Cayetano todo raza y mucho arte, además de una templanza y un señorío sin igual haciendo callar a los gruñidos del 7, Roca Rey en su línea, brutal, una fiera, desafiando la valor y al riesgo pero cada vez con más temple y calidad, y Castella, ¡qué decir del francés!, una lección de pundonor y vergüenza torera tras ser volteado de manera espeluznante con el capote para cuajar una gran faena y tirarse a matar como si no hubiera mañana para cortar dos orejas de ley. Pero hay un nombre por encima de todos, Enrique Ponce. Merecería un premio especial, aparte de todos, por lo que hizo la tarde del 30 de mayo con la corrida de Garcigrande. Lección de lo que es ser el número uno durante 28 años, lección de compromiso, de entrega, de responsabilidad máxima, la que exige su status, jugándose la vida de verdad, sin engaño alguno ante un toro imposible y con mucho peligro, poniéndose como si fuera un novillero que empieza y que tiene que ganarse los contratos, cuajando previamente una faena marca de la casa a un toro que no decía nada pero al que le de Chiva hizo casa  que pareciera bueno, sin necesidad de exponer lo que expuso , solo con un único fin , dejar patente una vez más que vive por y para la Fiesta, que es torero dentro y fuera de la plaza, que su figura traspasa las paredes de las plazas de toros y transciende por encima del tiempo y las épocas, figura de leyenda, torero eterno, siempre MAESTRO PONCE. 
Uniendo este análisis de las figuras que han llenado la plaza con la confección de los carteles, llama la atención ver que los únicos que a priori tenían firmadas tres tardes eran Juan Bautista, Román y Ureña. El galo ha tenido un paso discurso por este San Isidro, pulcro y aseado, muy técnico, tiene mucha facilidad ante los toros, Román cae que aún tiene que crecer para alcanzar esa posición de privilegio y Paco Ureña me ha dejado la misma sensación de siempre, torea muy de verdad, no hay duda, pero para mi le sobra cierta sobreactuación en sus gestos, le veo a veces demasiado forzado, falto de naturalidad, incluso feo en la composición de la figura, siempre con un rictus de angustia y una expresión de excesivo "agobio". un torero que no acaba de rematar en Madrid y que cuenta de momento, con el favor del público, especialmente ese sector "purista" que de hasta ahora le ha permitido mucho más que a otros y que le tiene como "su" torero,  su consentido, pasándole por alto algunos defectos. Frente a eso he echado de menos máyor presencia de Manzanares, Juli y Ponce, una tarde más cada uno de ellos. Toda la vida quien copaban el máximo de carteles en San Isidro han sido las figuras, alternando junto al resto del escalafón. Vuelvo a lo dicho, menos carteles y más rematados creo que impulsarían más a próximos sanisidros. 
Otra cosa que me ha llamado la atención es que no ha habido ningún matador que haya salido catapultado hacia lo que resta de temporada. el trampolín de  San Isidro no ha sido aprovechado por la clase media. Tan solo Fortes tras su injusticia la tarde de Pedraza de Yeltes,  Octavio Chacón que se la jugó y estuvo fenomenal con Saltillo , Luis David Adame  con los juampedros y Luis Bolívar con Escolar tirándose a matar casi de manera suicida  tras una muy buena faena creo que salen reforzados de este ciclo. Y junto a ellos un Alberto López Simón que parece que vuelve por sus fueros, aquel toreo vertical y emocionante que le hizo abrir tres tardes la Puerta Grande de Madrid y que este año ha vuelto cruzar a hombros la tarde del 25 de mayo al cortar una oreja a cada uno de sus toros de Nuñez del Cuvillo. Una gran alegría volver a ver al madrileño de nuevo con ilusión tras unos meses de muchas dudas. Ojalá esta recuperación sea total y le veamos de nuevo en la senda de los triunfos a los que nos tenía acostumbrados. 
Para terminar con esta visón tan personal de San Isidro hay algo que este año me ha parecido extraordinario: los toreros de plata. Una tarde tras otra han estado monumentales, tanto en la brega como en banderillas, rayando a una altura estratosférica. El elenco ha sido descomunal, empezando por una terna que ha toreado creo que la friolera de ocho tardes cada uno: Miguel Martín, José Chacón y Rafael González. Junto a ellos auténticas figuras de plata como Fernando Sánchez, Curro Vivas, Angel Otero, Iván García, Javier Ambel, Víctor Hugo Saugar "Pirri", "El Sirio", David Adalid, José Manuel Montoliú, y un larguísimo etcétera de nombres de auténtico lujo que cada día nos han hecho vibrar con pares de una autenticidad tremenda y una brega perfecta sin un capotazo d más o cambiando a los toros de terreno a punta de capote con auténtica maestría y torería. ¡Olé por todos esos grandes toreros de plata!, que nos está haciendo disfrutar de un momento de oro en ese capítulo tan relevante para la lidia.
Y un último apunte. Solo un torero ha sido desgraciadamente coreando, El Cid, ya la final de la feria, en la corrida de Adolfo Martín. Muchos han sido los sustos, muchas la volteretas, varios palizones que te contraían el corazón, pero el capote de San Isidro ha estado al quite y ha evitado males mayores. Lo mejor de la fiesta es el triunfo y lo peor es la tragedia. Gracias a Dios hemos tenido bastante de lo primero y nada de lo último en este San Isidro que ya es historia. Gracias a todos los que han compartido conmigo estos día tan intensos, para mi ha sido un honor poder transmitir la pasión y el sentimiento que genera el toreo y tan solo espero no haber aburrido y en el mejor de los casos haberles hecho pasar un rato agradable con la lectura de este blog. Muchas gracias, amigos.

Antonio Vallejo

lunes, 11 de junio de 2018

34ª de San Isidro, Corrida de la Prensa: Firmeza de Emilio de Justo en la despedida


Adios a San Isidro 2018, adios a un mes largo de toros que aunque parecía eterno se ha esfumado en un abrir y cerrar de ojos. Echamos la vista atrás y, además del frío y la lluvia casi permanente durante este mes quedan en la retina muchas imágenes para el recuerdo. Mañana, si no es ya a estas horas, se darán a conocer los premios de los diferentes jurados y habrá tiempo de hacer balance y sacar conclusiones sobre lo que ha sido y ha significado este ciclo isidril. Para hoy estaba programado otro de los platos fuertes, oficialmente fuera del abono pero que todos lo contamos como parte de este San Isidro. ¿Acaso algún abonado, salvo causa de fuerza mayor, ha dejado de renovar esta corrida?. Pues no, a ninguno se le ocurre renunciar a los Victorinos. Lleno en Las Ventas, extraordinario aspecto, por lo menos que nos llevemos el recuerdo final de una plaza hasta la bandera, no esa imagen desangelada de tendidos semivacíos e incluso vacíos que tantas tardes hemos visto. Este creo que es uno de los aspectos a analizar muy en serio a partir de mañana. Un lleno que se ha visto realzado con la presencia de S.M el Rey Felipe VI en una barrera del 9, un hecho que dota de especial relevancia a la tarde de hoy y que es necesario ene estos tiempos. El apoyo de la Familia Real a la Fiesta es algo básico, fundamental, por eso se agradece tanto cuando un miembro de esa familia se deja ver por Las Ventas. Nos hubiera encantado ver muchos días más al Rey de España en los toros, ocupando una barrera o el palco, pero hay que entender que su agenda y obligaciones le impiden acercarse a la plaza más tardes. O a lo mejor es porque en casa tiene lo que tiene y como vaya mucho a los toros....
Una corrida de Victorino Martín para mi gusto muy bien presentada y en tipo, muy seria, con diferentes hechuras pero todos con un denominador común, la seriedad, muy astifinos, veletos los seis, alguno cornipaso como dicen en México, y con un juego y comportamiento variado. Sin opciones primero y cuarto, parados, sin recorrido, sosos a más no poder, un toro con clase, humillación y repetidor, el segundo, exigente y complicado el tercero, con nobleza y buenas condiciones el quinto pero muy justo de depósito y peligroso el sexto. Una corrida que ha tenido un comportamiento muy en la línea de lo que suele ser este encaste Albaserrada, que humillan, cuando lo hacen son una delicia, pero no permiten el mínimo descuido, hay que llevarlos muy templados y toreados porque el mínimo tirón les hace cambiar inmediatamente su embestida, siempre volviéndose como un resorte, sabiendo lo que dejan por detrás, complicados, exigentes y con peligro sordo.
Manuel Escribano, fiel a su costumbre, se va a recibir a porta gayola al primero. El toro sale distraído, ni se fija en el sevillano y si lo hace pasa totalmente de él, toma las de Villadiego y se va hacia las tablas del 4. Se va Escribano a por él y lo fija por verónicas en las que el toro se frena, echa las manos por delante, corto de recorrido, cabecea, muy deslucido. Poca fijeza en el caballo, empuja dejándose pegar, sin demasiada entrega. De igual manera, siguiendo su costumbre, pone las banderillas el propio matador. Tes pares dentro de un concepto clásico y basado en la ortodoxia, el mejor el tercero, de fuera a dentro, cuadrando en la cara, con mucha facilidad. Inicia la faena por bajo, doblones en los que se ven las escasas cualidades del victorino. Toro parado, soso, deslucido, con la cara a media altura, sin recorrido alguno, no llega ni a mitad del muletazo, se frena y se vuelve soltando la cara. Absolutamente imposible. Tras el fiasco del primero repite Escribano a porta gayola con el cuarto, que sale, se frena, mide, calcula, una larga cambiada escalofriante que casi arrolla al de Gerena. Se incorpora y receta al victorino un ramillete de verónicas arrebatadas que arrancan olés del público, aunque desluce el conjunto al salir suelto del lance. De esa manera se va él solo al caballo de turno, a su aire, sin hacer caso d los capotes que se le ofrecen. Primer puyazo sin emplearse, mejor el segundo, con más fijeza, metiendo la cara abajo, empujando con más codicia. De nuevo banderillea el sevillano, el primer par un tanto a toro pasado, mejor el segundo, con más pureza, y un tercero par clásico en su repertorio, sentado en el estribo para levantarse en le último instante y dejar los palos al quiebro junto a las tablas con enorme riesgo. Inicia la faena con dos cambiados por la espalda y se acabó, ya no hay nada más. Toro como el anterior, parado, sin recorrido, sin fuerza, soso a más no poder, cero de emoción. Se justifica el sevillano ante la imposibilidad, es lo único que puede hacer. Eso y matar con prontitud, no se le puede pedir más con el lote que ha tenido.
Paco Ureña ha recibido una cariñosa ovación nada más romperse el paseíllo en reconocimiento a su esfuerzo para recuperarse y así cumplir con este compromiso tras la cogida del pasado 15 de mayo. El segundo de la tarde sale con muchos bríos, se mueve, aprieta hacia dentro, cabecea y en uno de los hachazos desarma al murciano. Se arranca en largo al caballo de Pedro Iturralde, mete bien la cara, empuja con fijeza en el primer puyazo, se emplea algo menos en el segundo, cabecea. En banderillas muestra buena movilidad pero mide y corta, tiene sus complicaciones que resuelven Curro Vivas y Álvaro López "Azuquita" con oficio, especialmente el primero, dos muy buenos pares ganado la cara y clavando de poder a poder. En la muleta el victorino ha demostrado su clase y nobleza y ha roto a embestir con una gran calidad, humillando, el hocico barriendo la arena, con fijeza, repetidor, un gran toro que se ha entregado con bravura. Por el pitón derecho han surgido las series con un temple y una profundidad suprema, siempre con la mano baja, conduciendo la embestida con suma suavidad, muy lento, a la mexicana, ni un tirón, temple y más temple, series ligadas, perfectamente colocado, encajado, rematando con uno de desprecio repleto de gusto y unos de pecho largos que han redoblado los olés que han acompañado a toda la faena. Por el pitón izquierdo el mismo registro, naturales con hondura, la mano baja, ligando en el sitio, manejando los vuelos con una suavidad exquisita, grandísimo toreo al natural. Lo ayudados finales por bajo hacía soñar con una oreja, pero todas las esperanzas se han desvanecido tras una entera caída y varios descabellos. Una ovación con saludos reconoce el exquisito toreo de Paco Ureña a este muy buen victorino que es despedido con una cerrada ovación en el arrastre. El quinto se frena en el capote y echa las manos por delante, como su anterior toro desarma a Ureña y le aprieta hacia dentro obligándole a tomar el olivo y librarse de un buen susto o algo más. No se emplea en el peto del caballo que monta Vicente González y no luce en banderillas, pares aseados a cargo de Víctor Hugo cargar "Pirri" y "Azuquita". Toma la muleta con la diestra y comienza el trasteo sin probaturas, una serie templada en redondo, bajando la mano, alargando el viaje, muletazos ligados con calidad. El toro embiste muy despacio, al ralentí, con la cara muy abajo, enorme humillación, lo que permite al murciano pegar dos redondos profundos y lentísimos que nos llevan directamente a La México, a ese toreo tan sumamente espacioso que allí arrebata. Por el pitón izquierdo tiene menos recorrido y suelta la cara, se deja menos a pesar del buen temple de Ureña. Al toro se le acaba el depósito, va a menos y la faena se va diluyendo como un azucarillo hasta caer en un trasteo con poca transcendencia que algunos recriminan por su excesivo metraje. Mata de una casi entera algo caída que pasaporta al victorino y la cosa no pasa de silencio en la despedida del murciano.
Emilio de Justo se las ha visto en esta tarde con un lote de máxima exigencia, que encerraba, al menos así me la ha parecido, mucho peligro y ante el que ha estado con una firmeza y una valentía fuera de toda duda. El tercero sale con movilidad y repite en le capote del cacereño aunque echa las manos por delante. Verónicas genuflexo, con temple, tratando de frenar los ímpetus del victorino. No se emplea en el caballo, se duerme bajo el peto, empuja sin demasido celo y con un solo pitón. Espera en banderillas, Morenito de Arles y Pérez Valcarce cuajan un sensacional tercio de banderillas de poder a poder, asomándose al balcón, dejándose llegar la punta del pitón a la barriga, gran exposición, mejor colocación de los palos. Por todo ello responden desmonterados la gran ovación del público. En la muleta ha desarrollado muchas de las características de estos albaserradas. Toma bien de inicio la muleta que le presenta el cacereño, entra humillando, pero a medio viaje repone y suelta la cara. En uno de esos primeros hachazos desarma a de Justo que no se inmuta, sigue plantándole cara, la muleta muy puesta, la mano baja y saca redondos de enorme mérito a un toro que mantiene su carácter bronco. Por el izquierdo también entra humillando pero repone una barbaridad, busca constantemente los tobillos, muy exigente, obliga a perderle pasos y así consigue robar naturales sueltos, siempre muy colocado, cruzándose, de mucho valor por su hondura. A final d faena saca una tanda en redondo realmente buena,  muy templada, con la mano muy baja, ligando sin quitarle la muleta de la cara. Tremendamente firme y seguro el cacereño durante toda la lidia, total entrega, faena de mucha importancia por la exigencia y las muchas complicaciones de este victorino que ha resuelto con superioridad y mando, además de un par. Lo mismo que ante el muy peligroso sexto, al que me da la impresión que muchos no han visto el riesgo que llevaba dentro. Lo recibe con verónicas templadas y acompasadas, en las que el toro mete bien la cara y tiene movilidad. Entra con mucha fuerza al caballo en el primer encuentro, cabecea y hace sonar el estribo, en el segundo encuentro con el peto mete la cara abajo pero se duerme dejándose pegar. Muy parado en banderillas, espera y mide, corta mucho obligando a Ángel Gómez y Pérez Valacarce a dejar los palos con gran exposición y una muestra de oficio y profesionalidad fuera de toda duda. El comportamiento en la muleta tiene mucha guasa, un peligro sordo que ha sobrevolado el ruedo venteño durante toda la faena y ante el que se ha plantado Emilio de Justo con una firmeza y una claridad de ideas propias de alguien que torea muchas más tardes de lo que lo ha podido hacer hasta la fecha. Toro de embestida incierta al inicio, que no se sabe hacia donde va a romper, suelta la cara, se acuesta por el pitón derecho, con escaso recorrido. Algunos que saben mucho le piden que le baje la mano, lo hace, nada de nada, el victorino no humilla, repone, sabe perfectamente lo que se deja atrás, mucho peligro. Por el pitón izquierdo parece que tiene algo más de claridad, un par de naturales cruzándose mucho tiene hondura, pero no se deja más, vuelve a buscar los tobillos reponiendo en cada muletazo. De nuevo grandiosa firmeza y seguridad del cacereño, que ha tragado lo indecible y que en ningún momento ha vuelto la cara ni ha hecho un gesto de más, él a lo suyo, a plantar batalla al toro poniéndole la muleta, tratando de llevarlo toreado, mucho mérito, hasta el arrimón final de verdad, totalmente entregado, compromiso y disposición a dosis escandalosas, y todavía alguno de los que tanto saben ha soltado su grito oficial: "¡hay que torear!. Con perdón, hace falta ser imbécil. Menos mal que finalmente la práctica totalidad de la plaza ha respondido con una clamorosa ovación que ha hecho justicia a la firmeza de Emilio de Justo y que ha tenido continuación tras matar de una entera desprendida con otra cariñosa ovación que reconoce la importante tarde del cacereño.
y así nos vamos a casa, con otro San Isidro más a nuestras espaldas, con los buenos recuerdos en la memoria, dejando de lado los momentos amargos y tantas cosas que nos han disgustado o nos han hecho cabrear algunos días, que de todo tiene que haber. Mañana será otro día, pero un día raro, un día sin toros, ¿qué haremos?.

Antonio Vallejo 

domingo, 10 de junio de 2018

33ª de San Isidro: Soñando el toreo, Nazarí y Dólar, Ventura hace historia


Era un 22 de mayo de 1972 cuando Palomo Linares cortaba el rabo de un toro de Atanasio Fernández de nombre Cigarrón. Desde aquella histórica tarde han tenido que pasar 46 años para que de nuevo veamos cortar un rabo en Las Ventas. Ayer lo hizo un rejoneador por vez primera en la historia, un torero a caballo, un maestro de los más grandes, Diego Ventura, en el cuarto de la tarde, un toro de Los Espartales de nombre Biemplantao. Podría decir que ambos entraron ayer en la gloriosa leyenda de la plaza de Las Ventas, pero sería una verdad a medias. En el caso del toro así es, pero en el de Ventura omitiría algo importantísimo, un capítulo que  ya había escrito con letras de oro en el libro de la historia del ruedo madrileño al desorejar al segundo de la tarde, Marqués I. Con esas dos orejas ya tenía la Puerta más Grande del mundo abierta, camino del paraíso, a hombros, hasta la cima más alta del Olimpo de la tauromaquia. Su decimosexta Puerta Grande madrileña, rebasando el récord que hasta ayer compartía con otro de los más grandes de la historia, Su Majestad El Viti. Por tanto, una tarde que quedará grabada por siempre, aunque como aquella de 1972 se vea también envuelta en la polémica y la discusión. Voy a dar mi opinión y es muy clara. Personalmente creo que la concesión del rabo fue exagerada, fue una faena enorme  de dos orejas indiscutibles a mi modo de ver, pero voy a volver a lo que tantas y tantas veces he comentado, que todo hay que analizarlo y juzgarlo con algo más que matemáticas, geometría, estadísticas o medidas. No se puede aplicar la frialdad, cuando uno está envuelto en la atmósfera que se creó en el ruedo soy de loes que piensa que hay que dar rienda suelta a la pasión, que así se vivió la extraordinaria faena del maestro Ventura. Ayer ganaba el sentimiento, el de un público festivo, alegre, creo que disfrutón es el mejor calificativo que se le puede aplicar, un público que acudió, mejor dicho, que acudimos a Las Ventas con ganas de disfrutar, con el ánimo y la esperanza de ver algo grande, con auténtica ilusión, con la ilusión de un niño, la ilusión de los cientos, miles de niños que ayer llenaron los tendidos venteños vivieron algo excepcional y que con casi total seguridad volverán en el futuro atraídos por la magia del toreo, por el Arte sin igual, por la belleza de lo que vieron y que seguro que habrán contado y contarán a todos sus amigos. La semilla de la afición es esa, crecerá y dará fruto en los aficionados del futuro, y eso para mi justifica todo.
Lambrusco, Lío, Fino, Importante, Bronce, Remate, caballos de una cuadra excepcional, bailarines de un ballet sin igual, auténticos ángeles con alas de seda que llevaron a su jinete al paraíso, de Madrid al cielo, el más grande y bello, el del toreo. La manera de parar al toro, como lo encelan en sus grupas, la elegancia en la manera de citar al toro, embroques celestiales, quiebros en un palmo de terreno, cabriolas y piruetas en la cara, al entra, al salir, en todos los terrenos y con todas las suertes, la tan campera garrocha, una delicia, rejones de castigo, banderillas largas y cortas, rosas, el rejón de muerte, una danza sin fin alrededor de un toro, caballero y cabalgadura en comunión permanente, magia pura, sueños que no acaban, delirio, pasión, ¡TOREO!, hipnotizados por tanta belleza, sumidos en  un éxtasis al que nos dejamos arrastrar sin oposición, abandonados al corazón, ¡TOREO!. Nazarí y Dólar, la cumbre, la punta de lanza de la cuadra, los primeros bailarines de la mejor compañía, hacedores de milagros, sobre ellos levita Ventura. Nazarí torea como una muleta planchada, exhibe su lomo y lleva cosido al estribo al toro, temple y suavidad, elegancia suprema, una vuelta completa, se para, quiebra y deja una banderilla, toda la plaza en pie, Madrid ruge. Dólar, sin bocado, dos banderillas en las manos de Diego, quiebro en la misma cara, recorte sin igual, los dos palos arriba, ¡gracias Dios mío por permitirnos ver algo así!, Ventura se lleva las manos a la cabeza, llora, ríe, no sé, nosotros igual, imposible describir. Dos rejones de muerte colocados arriba fulminantes llena la plaza de pañuelos, cae la primera oreja en cada toro, sigue rugiendo la plaza, la espuma blanca no cesa en su batir, cae la segunda, en el cuarto aún más, la gente lo quiere, la gente lo desea, es la Fiesta, es sentimiento, es emoción, es pasión, más y más, y el palco concede su deseo, el rabo, una auténtica riada de felicidad nos inunda. ¿Es justo?, ¡y a quién le importa en ese momento!. Ver la cara de los niños, ver su alegría desenfrenada, ¡vernos a todos!, a mi mismo, junto a mi hija, que ha visto cortar un rabo en Madrid, no cabe en sí, y yo tampoco. Solo por eso mereció la pena, y si además hoy los telediarios han resaltado la noticia, TVE incluso ha ofrecido una entrevista al maestro, si en los periódicos sale destacada, aún más, porque la Fiesta necesita romper las paredes de las plazas, dejarnos ver y hacernos sentir, y que mejor imagen al mundo que la del triunfo y la alegría. Aunque si lo analizo y juzgo con frialdad puedo pensar que haya sido excesivo, pero el calor del alma es más fuerte y derrite el hielo más rocoso de la razón. Y lo tengo claro, si tengo que elegir entre la crispación del purismo integrista de tantas tardes y el posible "triunfalismo" de ayer - muy, pero que muy, entrecomillado, porque lo de ayer fue algo muy grande e inolvidable por encima de un trofeo más o menos - me quedo con lo segundo, de diez veces, once. Igual que tengo claro que no comparto la opinión que este triunfo, aunque quizás excesivo, sea perjudicial para la Fiesta, para nada, al revés. Si la Fiesta muere desde dentro no va a ser por éxitos como el de ayer, en absoluto. Si la Fiesta muere desde dentro será más por culpa de criterios fundamentalistas, integrísimo radical taurino que espanta al público, endogamia y reclusión en un reducto minoritario en el que reina la crispación y la intransigencia disfrazada de exigencia.   
Ayer soñamos el toreo, Nazarí y Dólar bajo las órdenes de Diego Ventura lo hicieron realidad. Eso es para mi la verdad de este Arte.

Antonio Vallejo