Otra de las corridas con nombre propio de esta feria, en este caso el Desafío Ganadero. Concebida, a mi modo de ver como una corrida concurso, pero no fue tal. En las corridas concurso se suele delimitar pintando con cal los límites en los que se debe picar a los toros, así se hizo ayer en Las Ventas, pero en una corrida concurso comparecen seis ganaderías, no dos. Es decir, que creo que las rayas pintadas a tal efecto sobraban ayer. Entonces vamos a ceñirnos a su nombre, Desafío Ganadero entre Rehuelga y Pallarés, procedencia Santa Coloma-Buendía la primera y Benítez Cubero-Quintanilla la segunda, es decir, una especie de mano a mano entre ambas ganaderías. Y yo suponía que tres toros iban a pertenecer a Rehuelga y otros tantos a Pallarés. Pues no, cuatro de Pallarés y dos de Rehuelga, desafío un tanto desigual si se trata de proclamar un ganador, digo yo. No sé, pero si se anuncia un mano a mano entre dos toreros y uno de ellos mata cuatro toros y el otro dos, ¿eso qué es? Pues lo mismo. Por eso digo que no fue, ni concurso ni desafío. Eso se llama una corrida de Pallarés remendada con dos de Rehuelga. Dicen las malas lenguas que esta última no tenía en el campo reses suficientes para completar una corrida completa y que tras su excelente tarde el pasado San Isidro la única manera de buscarle hueco era mediante esta fórmula del desafío. Al parecer tampoco tenía tres toros en el campo aptos para Madrid, al menos eso deduzco. Por eso también digo que quiso y no pudo ser un desafío de igual a igual.
Otra cosa, vuelvo a incidir en el aspecto de Las Ventas, en la entrada, media plaza, varios tendidos semivacíos y uno casi vacío por completo, triste imagen en pleno San Isidro. Tan solo 24 horas antes no cabía un alfiler para ver a Ferrera, Perera y Ginés Marín con toros de Alcurrucén. Mi pregunta es, ¿queda alguna duda acerca de qué y quién atrae al público?. Corrida torista, de las duras, reserva de la supuesta pureza, para "aficionados" pero sin tirón alguno. Estoy de acuerdo que estas corridas deben existir y son fundamentales para mantener muchas virtudes de la Fiesta, pero también creo que tiene su lugar y su momento. Se me ocurre un paralelismo con el cine que quizás puede servir de ejemplo, o a lo mejor a muchos les parece una burrada. El cine le gusta a muchísima gente, cada vez va menos gente porque la diversidad de oferta más barata y más económica en plataformas de televisión, en internet, los simples DVD, etc hacen que ir a una sala de cine salga más caro y más incómodo. El que va porque le gusta busca algo distinto que ver la película en la tele de casa, en le ordenador o la tablet, y para que salga de su casa hace falta darle algo atractivo. ¿Y qué películas tienen atractivo?. Pues las películas que los cinéfilos más puristas llaman comerciales, las de Hollywood, las norteamericanas con directores y actores conocidos y de renombre. ¿Son malas?, no, ¿hacen mal al cine?, tampoco, al revés, mantienen la industria porque gustan y tienen calidad. Por supuesto también las haya malas y horribles, pero atraen a la gente por sus carteles y llenan salas. Tiempo hay para criticarlas y no repetir. En otro extremo tenemos películas, ¡qué se yo!, polacas, iraníes, checas, nicaragüenses, chinas..., de mucho mérito y seguro que de enorme calidad, en las que hay que pensar y solo los más sabios saben sacar el partido que tiene por una o dos escenas, o por un diálogo, o por las sombras o el juego de luces, mil matices que solo ellos aprecian, eso por no hablar de las típicas francesas en blanco y negro muy profundas y de "autor", vamos, difíciles de digerir, que van a verlas cuatro y la familia del director o alguno de los actores. Esas para los cinéfilos más puristas son el verdadero cine, el de "autor", y puede que tengan razón, y deben seguir existiendo, pero aburren al más pintado, al menos a los que buscamos algo que nos emocione y nos haga salir del cine con una sonrisa y ganas de volver. Si queremos que la gente vuelva a llenar las salas de cine hay que darles atractivo, y ese atractivo lo tienen las figuras, en este caso las del séptimo arte, aquellas a las que los más cinéfilos minusvaloran y consideran que no actúan con pureza e integridad, comerciales les llaman. Y al público que va ver esa pelis ni les cuento, ¡no tenemos ni idea!. Pues más o menos algo así pasa en el toreo, que Las Ventas se llenan en San Isidro porque hay nombres y toros con atractivo mientras otros días muy "interesantes" y "para aficionados" va media plaza. Corridas como las que hemos visto esta semana son necesarias, mucho, pero a lo mejor fuera del ciclo más importante del mundo, que en mi opinión debería ser más corto y rematado en sus carteles, posiblemente con 15 ò 18 festejos suficiente, pero con gancho. Luego saldrán como salgan, pero la selección creo que beneficiaría a San Isidro y a la Fiesta en general. Y el resultado casi siempre es el mismo, que los mayores triunfos vienen en las tardes de figuras y con ganaderías de conocido prestigio, guste o no. Llevamos cuatro días en los que hemos visto a Miura, Saltillo, José Escolar, ayer Rehuelga y Pallarés, tardes en los que le denominador común ha sido la falta de clase, toros que lo único que hacen es reponer y soltar la cara, peligro, miedo diría yo, salvo uno de cada tarde que tenía algo y al que se le pudieron sacar algunos muletazos y alguna tanda en el mejor de los casos con emoción de verdad, no contención de la respiración, corazones encogidos y rebrincos de pánico al ver auténticas alimañas intoreables más propias del circo romano, siempre lo he dicho, que de lo que al menos yo entiendo por torear.
Ayer algo similar, toros que reponían, a la defensiva, otros sin fondo ni reservas para llegar en condiciones al ultimo tercio, soltando la cara, que se movían algunos pero a oleadas, arreones, no embestidas, de los que podemos tan solo decir que Iván Vicente sacó algún natural largo y con hondura en el primero, que Javier Cortés estuvo firme y valiente con un segundo que no reponía y nada más, dispuesto y con entrega en el quinto, violento, a la defensiva, soltando hachazos hasta resultar cogido, corneado en el muslo y posible fractura de muñeca, a pesar de cual lo mató no sé cómo en una lección de pundonor y vergüenza torera abandonando el ruedo por su propio pie, mientras Javier Jiménez se las vio con uno de Rehuelga, el tercero, con fijeza en el caballo pero totalmente falto de fuerzas y deslucido en la muleta, tan solo algún natural suelto, y un sexto que salvo 624 Kg d carne no tuvo nada más. Solo el quinto de la tarde tuvo interés, calidad y emoción, con entrega y fijeza en el caballo tomando tres varas, humillación en la muleta con un inicio de faena extraordinario, el cambio de mano fue antológico, y un pitón izquierdo magnífico del que surgieron los ,mejore lances, naturales hondos y con recorrido. Pobre bagaje en general ayer y estos cuatro días, tres toros salvables de 18 lidiados, 19 si contamos al sobrero, es realmente poco sobre todo si se supone que la verdad, la pureza, la esencia y la bravura reside en estas ganaderías. Solo en los alcurrucenes de Beneficencia destacaron cuatro, sin hablar de las dos tardes de Cuvillo, o una de las de Victoriano del Río. El próximo San Isidro, ¿qué corridas elegirá la gente y cuales quedarán sin renovar en el abono?. Si ustedes van un viernes por la noche al cine, ¿qué eligen?, ¿la última superproducción de Hollywood, la comedia romántica candidata a un Oscar, una bélica como Dunkerke o una que no entiendas ni de coña, oscurita a poder ser y con diálogos tan profundos que te dejan con la boca abierta pero no de emoción sino pensando en que eres bobo y no te enteras de nada?. Y el cine, como los toros, seguirá existiendo solo si la gente va a las plazas. Lo demás es quere convertirse en una minoría encerrada en un grupúsculo que cada vez irá a menos hasta desaparecer, y lo último es que desaparezca la Fiesta. El reclamo tiene nombres: Ponce, Morante, Manzanares, Juli, Perera, Talavante, Ferrera, Cayetano, Ureña, etc, que alternen con el segundo y tercer nivel del escalafón para confeccionar carteles atractivos junto a ganaderías con nombre y de diversos encastes, que las hay, y que al menos permitan el lucimiento, el arte, la belleza, más allá del puro peligro.
Antonio Vallejo
Ayer algo similar, toros que reponían, a la defensiva, otros sin fondo ni reservas para llegar en condiciones al ultimo tercio, soltando la cara, que se movían algunos pero a oleadas, arreones, no embestidas, de los que podemos tan solo decir que Iván Vicente sacó algún natural largo y con hondura en el primero, que Javier Cortés estuvo firme y valiente con un segundo que no reponía y nada más, dispuesto y con entrega en el quinto, violento, a la defensiva, soltando hachazos hasta resultar cogido, corneado en el muslo y posible fractura de muñeca, a pesar de cual lo mató no sé cómo en una lección de pundonor y vergüenza torera abandonando el ruedo por su propio pie, mientras Javier Jiménez se las vio con uno de Rehuelga, el tercero, con fijeza en el caballo pero totalmente falto de fuerzas y deslucido en la muleta, tan solo algún natural suelto, y un sexto que salvo 624 Kg d carne no tuvo nada más. Solo el quinto de la tarde tuvo interés, calidad y emoción, con entrega y fijeza en el caballo tomando tres varas, humillación en la muleta con un inicio de faena extraordinario, el cambio de mano fue antológico, y un pitón izquierdo magnífico del que surgieron los ,mejore lances, naturales hondos y con recorrido. Pobre bagaje en general ayer y estos cuatro días, tres toros salvables de 18 lidiados, 19 si contamos al sobrero, es realmente poco sobre todo si se supone que la verdad, la pureza, la esencia y la bravura reside en estas ganaderías. Solo en los alcurrucenes de Beneficencia destacaron cuatro, sin hablar de las dos tardes de Cuvillo, o una de las de Victoriano del Río. El próximo San Isidro, ¿qué corridas elegirá la gente y cuales quedarán sin renovar en el abono?. Si ustedes van un viernes por la noche al cine, ¿qué eligen?, ¿la última superproducción de Hollywood, la comedia romántica candidata a un Oscar, una bélica como Dunkerke o una que no entiendas ni de coña, oscurita a poder ser y con diálogos tan profundos que te dejan con la boca abierta pero no de emoción sino pensando en que eres bobo y no te enteras de nada?. Y el cine, como los toros, seguirá existiendo solo si la gente va a las plazas. Lo demás es quere convertirse en una minoría encerrada en un grupúsculo que cada vez irá a menos hasta desaparecer, y lo último es que desaparezca la Fiesta. El reclamo tiene nombres: Ponce, Morante, Manzanares, Juli, Perera, Talavante, Ferrera, Cayetano, Ureña, etc, que alternen con el segundo y tercer nivel del escalafón para confeccionar carteles atractivos junto a ganaderías con nombre y de diversos encastes, que las hay, y que al menos permitan el lucimiento, el arte, la belleza, más allá del puro peligro.
Antonio Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario