lunes, 4 de junio de 2018

27ª de San Isidro: Miura, más o menos lo esperado


Parece mentira, el tiempo vuela, atrás queda aquel 8 de mayo, un mes largo de toros que parecía interminable y que mañana entra en su última semana. Una semana que es la llamado torista, la de las ganaderías "duras", una semana que se repite año tras año y que, salvo contadísimas excepciones es, como gritan los del 7 tantas tardes excepto esta semana, ¡un petardo!. La única diferencia con respecto a otros años es que la mítica Miura no cierra el ciclo Sini que s esa programado en este domingo como cabeza de puente del desembarco de estos hierros "duros" en los que, sinceramente, tengo poca confianza. Nunca la he tenido posiblemente porque años tras año lo que veo son alimañas inlidiables cuando no mansos o toros sin ninguna clase, con peligro sí, que no pasan , se revuelven y lo único que hacen es soltar tornillazos, a los que no hay manera  de meter mano de ninguna manera, a los que la única opción es lidiar por bajo, machetear y matar salvo, repito, contadas excepciones como el segundo de hoy. Pero el tiempo dirá y ojalá me equivoque y veamos una semana final cargada de toros que embistan y triunfos de los toreros.
Para esta agradable tarde de domingo, la verdad es que era un delicia estar hoy en los toros, cielo azul, temperatura perfecta, típica de esa primavera maravillosa de Madrid que tanto echábamos de menos, una corrida de Miura que ha tenido tan solo un toro salvable, el segundo, y quizás otro más con opciones, el tercero. Lo demás, pues lo esperado, toros que soltaban la cara, que se revolvían y buscaban, sin clase, con peligro pero poco más. tampoco es que puede decirse que ha sido de esas corridas de miura imponentes de presencia. Posiblemente el sexto haya sido el más imponente, para mi gusto un torazo, veleto, muy serio, con trapío. Una corrida abierta de cara, algo habitual en este encaste, con ese hocico característico de los miuras, reconocibles, astifina, como corresponde a cualquier ganadería que viene a Madrid, es lo mínimo que se pide, altos y largos, también habitual en este hierro mítico, pero vareada en su conjunto, con falta de remate por detrás y un quinto muy justito, muy estrechito de sienes, lavado de cara y con una caja algo más que justa, un toro con aspecto anovillado. Una corrida que empezaba con protestas del 7, armados de pancartas en las que pedían echar a la empresa en una y en otra trapío, seriedad y eliminar el triunfalismo. A ver, trapío ha habido en muchas tardes, la verdad. Otra cosa es su juego. A ver, seriedad también, en los toros, tarde tras tarde se ha visto seriedad, otra cosa es su juego, y en los toreros, se ha visto mucho compromiso, entrega y unas cuantas faenas cargadas de arte. Y triunfalismo, no sé donde: A ver, si se refieren a lo de Castella, eso no es triunfalismo, eso e tener un par de huevos que pocos tienen. Si se refieren a Talavante, eso es tener clase y calidad como torero, torear de verdad y matar por derecho. Si se refieren a Cayetano, no me extraña que les moleste, además le puso en su sitio. Si se refieren a Juli, a Ponce, a Manzanares, a Ferrera, a López Simón, y a los que han cortado un trofeo, sinceramente no les entiendo donde está el triunfalismo, poca discusión ha habido aunque claro, ya sabemos que la gran mayoría de la plaza somos unos ignorantes y que solo ellos guardan la razón y la verdad, una centena de sabios que no ven más allá de lo que en cada momento quieran imponer. Lo de hoy ha sido, la verdad, un pco ridículo. Dos pancartas, media docena del 7 sosteniéndolas, unos 20 ó 30 aplaudiendo y otros tantos más del 6 siguiéndoles del juego. De verdad, no en sentido figurado, una centena como mucho, mientras el resto de espectadores, hasta completar las 24.000 localidades de Las Ventas, como el que oye llover, totalmente ajenos al numerito que hoy tocaba para intentar darse notoriedad. Se han visto solos, ni puñetero caso se les ha hecho, patéticos. Si no les gusta, ¿para qué van?.
El primero de Rafael Rubio "Rafaelilo" se frenaba en el capote, las manos por delante, sin recorrido, nada de nada. No se emplea en el caballo, cabecea, fea pelea, echa la cara arriba en banderillas, espera y no se desplaza. Bien, con oficio, salvando las dificultades, José Mora y Pascual Mellinas. En la muleta más de lo mismo, toro imposible, sin recorrido, parado, siempre con la cara alta, no pasa ni por uno ni por toro pitón, nada de nada. Lo intenta Rafaelillo, voluntarioso, pero no hay nada de nada. Macheteo por bajo, que es lo único que se le puede hacer y entrar a matar. En el embroque es cogido desgarrándole la taleguilla a la altura de la ingle, ¡Dios mío si le cornea en esa región tan peligrosa del triángulo de Scarpa, el triángulo de la muerte con la femoral por ahí!. Atravesada que hace guardia y atasco con el estoque de cruceta. Al quinto lo recibe el murciano con un farol de rodillas al hilo de las tablas del 10. Tres puyazos ha tomado este miura, tres puyazos largos en los que se le ha castigado y en los que se ha dejado pegar. Sale con movilidad y se desplaza con cierta alegría a pesar del castigo, incluso en banderillas aunque sin entregarse, sin clase alguna. Inicia la faena el  murciano por bajo, doblándose, con temple, ganado terreno para llevarse al toro a los terrenos de afuera. Poco ha tenido este quinto, muy poco o nada, a la defensiva, corto de recorrido por ambos pitones, revolviéndose, malas intenciones, con la cara alta, soltando arreones, peligro, mucho,  que creo que algunos no han visto porque si no no me cuadran los reproches cuando Rafaelillo ha lidiado a la la antigua, con los pies, macheteando por bajo, lo único que se podía hacer y que personalmente le aplaudo. 
El sevillano Pepe Moral ha tenido una oreja de peso al alcance de la mano en el segundo, un toro que de salida se frena en el capote pero que humilla cuando finalmente lo toma en los lances de recibo. No se emplea en el caballo, se deja pegar sin más, se le mide el castigo. Apunta buenas condiciones en banderillas, se desplaza, tiene fijeza y mete bien la cara, con nobleza, buenos los pares de Juan Sierra y Manuel Pérez Valcárcel. Inicia el trasteo doblándose por bajo, con torería, suave, sometiendo al toro. El miura se desplaza bien, humilla y repite, tiene clase y nobleza. Las primeras series en redondo tienen empaque, templadas, la mano baja, alargando el viaje, series ligadas con calidad, levanta los olés, buena la colocación del de Los Palacios, perdiéndole un pasito en cada lance para quedarse perfectamente colocado e hilvanar el siguiente. Por el pitón izquierdo también se acopla, toreo encajado, naturales con hondura, bajando la mano, cosiendo uno a otro para sumar ligazón, muy bien. A media faena decae un poco el tono al apagarse el miura pero Moral recupera el nivel en un final de faena templadísimo, más cerrado hace los adentros con redondos lentos, alguno eterno, muy largo, llevando al miura muy metido en la muleta. Lástima del atasco con los aceros porque tenía la oreja en su mano, un trofeo que me hubiera parecido justo y merecido, para nada triunfalista. El quinto ya hemos comentado que no tenía presencia para Madrid a lo que se han unido sus nulas condiciones. Deslucido en el capote, lo lidia bien Moral, es lo único a lo que se presta, no se emplea en el caballo y en banderillas tiene movilidad pero corta el viaje va descompuesto, sin apuntar clase ni calidad. En la muleta fue imposible, lo intentó ahormar por bajo en los muletazos de tanteo, por bajo, intentando someter su embestida. Pero el miura no tiene fondo alguno, sin recorrido, mira,  mide, se frena, si pasa se acuesta por ambos pitones, embestida descompuesta, suelta arreones, auténticos hachazos, una auténtica joya, absolutamente imposible. Como Rafaelillo en su lote tan solo sirve para machetea por bajo y quitárselo de en medio cuanto antes, porque tan solo llevaba peligro y riesgo.
El valenciano Román lidió un tercero, cárdeno claro, serio, con cara de miura pero algo desproporcionado, vareado y algo escurrido por detrás. Sale como un tiro, un auténtico misil que hace blanco en el burladero del 6, un topetazo monumental que hace temblar a Las Ventas y que se repite segundos después con otro impacto contra el burladero del 1. Estas arrancadas y la violencia de los remates despiertan a la plaza que aplaude con una atronadora ovación la movilidad del toro. Aprieta hacia dentro en el capote de Román, repite y muestra fijeza, se acuesta por el izquierdo y el valenciano lo saca hacia fuera lidiándolo por bajo con torería. El toro transmite emoción en sus arrancadas al caballo, mete la cara abajo y empuja  con codicia, buena pelea y mejores los dos puyazos de Pedro Iturralde, bien agarrados, delanteros, perfectamente medidos en el castigo. La ovación que le acompaña mientras se retira por el callejón premia el magnífico tercio de este gran varilarguero. Como el tercio de banderillas protagonizado por Raúl Martí  y "El Sirio", pares con emoción y valor, asumiendo riesgo, llegando a la cara de un toro al que le cuesta  humillar, de poder a poder. Toro con muchas complicaciones en la muleta, un toro que soltaba la cara, nada de humillación, sin entregarse, en uno de los tornillos le pone un pitón en la mejilla, el miura repone, mira y mide, embiste descompuesto, pasa rebrincado, violento. Firme y valiente Román, lo intenta pero todo es en vano. Desde arriba es fácil decirlo, hay que estar ahí abajo y verse frente a los pitones de un toro, pero quizás un inicio de faena tratando de someterle por bajo, "enseñándole" a tomar la muleta, obligándole, que el toro se sienta podido, hubiera cambiado el devenir del trasteo, es posible, como también es posible que no hubiera surtido ningún efecto y que ni por esas hubiera humillado, algo que vistas las condiciones del animal no era descabellado suponer.  Nunca lo sabremos. El sexto era un bicho imponente , un torazo, alto, grande, muy serio, abierto de cara, con una mirada de las que asusta. Salta con limpieza las tablas en terrenos del 7, lo intenta de nuevo en otros terrenos, sale con pies, mucha movilidad, se fija en el capote de Román que le receta un ramillete de verónicas con emoción, ganando terreno. Se arranca con fuerza al caballo de Santiago Morales "Chocolate" que agarra dos buenos puyazos delanteros y recibe una sonora ovación por ello. En banderillas corta y aprieta hacia dentro, especialmente por el pitón izquierdo. Muy bueno el tercer par de "El Sirio" y extraordinaria la brega de César Fernández con este miura, de aplaudir la labor de los de plata una tarde más. Inicia la faena tras brindar al público doblándose por bajo, con suavidad en estos primeros lances de tanteo. Por el pitón derecho toma bien la muleta d inicio pero a medio pase corta el viaje y suelta la cara. Cuando le pone la muleta muy en la cara y lo lleva muy tapadito responde mejor y así sala una serie en redondo algo más templada y ligada. Por el pitón izquierdo es muy complicado, bronco, brusco, sin recorrido, soltando la cara, hachazo va, hachazo viene, Román firme, valiente, aguanta, traga, lo intenta, le pone la muleta, imposible del todo. Vuelve al derecho por donde parecía tener algo más de claridad, le vuelve a poner la muleta pero no hay tu tía, se defiende a tornillazos. Enorme el valor, la disposición y la firmeza del valenciano que aguanta y traga una barbaridad para logra sacar una serie de mucho mérito en redondo, exponiendo para poder ligar tres o cuatro muletazos a este toro duro y áspero ante el que ha estado muy por encima. Mata de una entera caída que pasaporta al último de una corrida de Miura que no creo que pase a la historia. Más o menos lo esperado.

Antonio Vallejo

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