jueves, 7 de abril de 2016

Feria de Abril: ¡Arranca Sevilla!


Llega Abril, luz de primavera, cielo azul y olor a azahar. Y hablar de Abril, hablar de olor a azahar es, ¡como no!,  hablar de Sevilla, de su feria y de toros. Tras el primer puerto de primera categoría de la temporada, la feria de Fallas valenciana, comienza el ascenso al primero de los fuera de categoría, el Abril sevillano, que enlazará con el otro "hors catègorie" (que dicen los franceses allá por el mes de julio en su Tour), el Mayo madrileño de San Isidro, quedando para Agosto el que, a  mi juicio, es el tercero de los de categoría especial de la temporada española, las Corrida Generales de Bilbao. Por el camino escollos de primera y segunda (Pamplona, Málaga, Córdoba, Alicante…) que jalonarán el trayecto de esta temporada tan especial que ya lleva recorridos un par de meses y que debe apuntar alto. 
Como digo, Abril es sevillano. Es en estas dos semanas donde se concentra la máxima expectación en La Maestranza sevillana. Por su albero desfilarán las máximas figuras y de sus corrales saltarán toros de las que se presuponen las ganaderías más selectas. Ante tal anuncio, ¿quién se resiste?. Pues de momento casi medía plaza, porque tanto ayer miércoles como el martes tan solo se cubrió algo más de la  mitad del aforo. Una lástima. Me imagino que hoy jueves, para el mano a mano entre Castella y López Simón con toros de El Pilar, mañana viernes  con los de Victoriano del Río para Morante, Juli y Perera, y el sábado Ponce, Manzanares y Roca Rey frente a reses de Juan Pedro Domecq, la cosa cambiará y el cartel de "no hay billetes" hará su aparición en la feria, como también supongo que la próxima semana, con el Real de la Feria a tope, el jamoncito y la manzanilla haciendo las delicias de cuantos tengan la suerte de vivir esas preciosas mañanas de feria y esas noches de cante y baile, la afición sevillana poblará los tendidos maestrantes en su totalidad. Sevilla es, durante estas dos semanas, el gran escaparate al  mundo de nuestra Fiesta, la que debe mostrar la grandeza del toreo, una oportunidad de oro, como su Torre a orillas del Guadalquivir. 
Y de momento, en dos festejos celebrados, el balance es, al menos esperanzador. El martes se lidió un encierro de Torrestrella, desiguales de hechuras, con calidad tercero y quinto,manejable el sexto, con mucho peligro el cuarto y sin fondo los dos primeros para los diestros Miguel Angel Delgado, Pepe Moral y Javier Jiménez, cortando estos dos últimos una oreja al quinto y sexto, quedando en el aire aroma de buen toreo, de ese que Moral ya nos dejó la pasada temporada y que espero repita en este año, porque condiciones, gusto y torería tiene el sevillano. Ayer miércoles se lidió un encierro de Las Ramblas realmente desigual, con toros de muy diferentes hechuras y tamaño. Tercero y cuarto, sobre todo este último, de enorme tamaño, auténticos bueyes carentes de motor, junto con otros más en tipo, destacando, a mi entender, el sexto por hechuras, siendo también, junto al quinto, los únicos que dieron opciones de lucimiento a El Cid y Joselito Adame, que junto a Miguel Abellán formaban la terna. Primera parte de la corrida plana, con cuatro toros faltos de raza, casta y fondo, sosos, sosos, sosos hasta decir basta ante los que los tres matadores estuvieron plenos de disposición y ganas, con pulcritud y buen hacer en sus manos, pero ante unos animales que no desarrollaban ni el mínimo de emoción poco pudieron hacer. Mención especial voy a hacer al  momento de madurez que vive el madrileños Abellán, quien ya lleva varias temporadas disfrutando y haciéndonos disfrutar con su toreo. Se le nota, su expresión, la manera de ponerse delante de la cara del toro, su confianza, su saber y su técnica, una auténtica delicia verle torear, incluso con marmolillos como el cuarto de ayer, un toro de 600 Kg, enorme, de aspecto equino, destartalado, descoordinado, de embestida brusca y rebrincada, vamos, un compendio de lo que no queremos ver ni en cuanto a presentación ni en cuanto a comportamiento. Una vez más se confunden kilos con trapío, tamaño con presencia, y no debe ser así. Quinto y sexto, como ya he comentado, fueron los únicos que permitieron a Jesús Manuel "El Cid" y a Joselito Adame cierto lucimiento. Bien el sevillano en el quinto, con temple, ligazón y hondura en sus muletazos, curiosamente mejor con su mano diestra que al natural. Si hubiera matado a la primera estoy seguro que hubiera cortado un apéndice al de Las Ramblas, pero un pinchazo hondo y descabello no fueron suficientes para que el entendido público sevillano pidiera la oreja con fuerza. Eso sí, dio una merecida e importante vuelta al ruedo que le tuvo que saber a gloria. El mexicano Joselito Adame ya no es una sorpresa. La pasada campaña dejó patente su clase y durante la temporada americana ha cosechado sonoros triunfos en La México. Vuelve a España arreando fuerte, con ese estilo tan peculiar suyo, citando de frente, pasándose al toro por la barriga, alarde de valor, pero no sólo de eso, gusto y torería a raudales en cada lance. De todo ello nos dejó muestras ayer sobre el albero de la Real Maestranza. Quieto, con las zapatillas clavadas al suelo, recetó al bonito y manejable sexto ocho ayudados por alto sin inmutarse ni enmendarse, seguido de un toreo en redondo cuajado de temple y hondura, bajando la mano a un animal que se desplazaba y humillaba con clase. El molinete y los trincherazos finales dejaron en la afición sevillana (y en los que vimos la corrida a través de Canal Plus Toros) un sabor a toreo del bueno, un regusto como el de los vinos  buenos, con un final en boca largo y agradable. Lástima que el espadazo recibiendo cayera contrario y atravesado, haciendo guardia, porque de no haber caido  defectuoso, hubiera cortado una oreja. Vuelta al ruedo de peso para el mexicano, a quien no hay que perderse esta temporada.
Como comentaba al principio de esta entrada, la afición debe responder a partir de hoy. Lo que se anuncia en la Real Maestranza es de lujo, no entendería que no se reseñara lleno tras lleno en estos 10 días de toros que nos quedan. Desde luego, si por  mi fuera y estuviera en mis posibilidades, no faltaría a la cita. Pero como la obligaciones diarias son las que son, me conformaré con ver la feria a través de la televisión. Algo es algo.

Antonio Vallejo

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