miércoles, 6 de julio de 2016

1ª de San Fermín: Luis David Adame, madera de figura


Se esperaba con ganas la apertura de los sanfermines. Novillada de lujo, utreros de El Parralejo, joven ganadería onubense formada a partir de reses de procedencia Jandilla y Fuente Ymbro, ambos hierros de origen Domecq Solís, que tan solo cuenta con siete años de antigüedad pero que se ha encaramado por méritos propios a lo más alto del escalafón ganadero convirtiéndose en uno de los hierros más reclamados para estos festejos de novillos. Tengo entendido que la próxima temporada tiene previsto dar el salto al escalafón superior y lidiar corridas de toros. Desde luego, si salen como nos tiene acostumbrados con los utreros va a sumar muchos triunfos y en plazas de renombre. Esta tarde no ha sido una excepción en la novillada anunciada para abrir los sanfermines 2016. Seria, extraordinaria de presencia y magnífica de presentación, muy bonita de hechuras, seis utreros entipados, con buen juego en general, nobles, encastados y con clase, sensacionales primero, tercero y quinto, manejables segundo y cuarto y tan solo el sexto deslucido. En el cartel el novillero de la tierra Javier Marín, pleno de ganas y disposición, toreando despacio y con mucho gusto con la izquierda para cortar una oreja al cuarto tras perder otra en el primero al fallar con la espada, el francés Andy Younes que también perdió los trofeos al marrar  con los aceros, y el mexicano Luis David Adame, a quien se esperaba con ansiedad, quien está generando un revuelo y una expectación máxima, sobre todo tras su paso por Madrid, breve por la tremenda cogida sufrida el pasado 16 de mayo ante un novillo de El Montecillo que le atravesó la pierna pero que dejó grandes esperanzas. Y no ha defraudado el mexicano, tres orejas de mucho peso las que ha cortado, pero lo mejor es la sensación de torero hecho que ha dejado sobre el coso pamplonés. Mucha madera de torero, pero de los buenos, de los que van para figura, la que se adivina en el de Aguascalientes. 
Y si sensacional ha sido la novillada y sensacionales los tres novilleros, no menos sensacional ha sido la respuesta del público que ha cubierto en más de tres cuartos, casi lleno, los tendidos de la plaza del Paseo de Hemingway, presentando un extraordinario aspecto. Un público, por cierto, que en nada se ha parecido a lo que a partir de mañana veremos en los tendidos. Un público serio, atento a cada detalle de la lidia, respetuoso, en las antípodas del bullicio y la algarabía típica de esta plaza durante las corridas San Fermín. ¡Olé por la afición pamplonesa!, qué importante es ver los asientos ocupados en este tipo de festejos que suponen el futuro y la continuidad de la Fiesta. Nunca debemos olvidar que si no se fomentan las novilladas, si estos jóvenes  no tienen oportunidad de torear y triunfar, se cortan las alas a quienes en unos años deben ser los encargados de atraer a los aficionados a las plazas de toros, quienes deben tomar el relevo generacional de las figuras actuales para mantener viva la Fiesta de los toros. Tardes como la de hoy en Pamplona hacen afición y nos permiten seguir soñando en la grandeza  del toreo.

Repleto de ilusión, ganas, entrega y disposición se ha presentado el navarro Javier Marín, aunque con las carencias y defectos lógicos de un novillero que tampoco es de los que más toree en el escalafón. Muestra de ello han sido los cuatro faroles de rodillas consecutivos con los que ha saludado de capa al primero de la tarde, levantando los ánimos de los aficionados. Olés al toreo de Marín, que se repiten en el quite por chicuelinas y tafalleras de Luis David Adame, que tampoco quiere dejar pasar ni una oportunidad de lucirse. Brindis al público para iniciar la faena de muleta en el mismo centro del ruedo con cambiados por la espalda ceñidos, de mucho riesgo. El novillo es bueno, se arranca a con prontitud y va largo, metiendo la cara con clase y permitiendo al navarro torear con suavidad y temple, redondos y naturales de excelente trazo, profundos, con la mano baja, por ambos pitones, con mucho gusto. Una pena el fallo con la espada que le ha privado de una oreja en este novillo. Una vuelta al ruedo que le ha sabido a gloria ha sido el premio a su buena labor. 
Recibe al cuarto de la misma manera, con un farol de rodillas para ligar una serie de verónicas a pies juntos de buena factura. Este cuarto es un utrero más alto de cruz, al que le cuesta humillar más que a sus hermanos y que en los primeros compases de la faena embiste rebrincado y con cierta brusquedad. Poco a poco, con paciencia y mando, a base de temple y colocación va dominando la embestida de el de El Parralejo, adelantando la muleta, bajándole la mano, para embarcar al novillo en los vuelos de las telas. Faena de ganas y entrega del navarro, de mucho valor, no exenta de clase y torería, culminada con una estocada entera atravesada volcándose sobre el  morrillo que pasaporta al novillo y que vale una oreja de peso y de ley para Javier Marín. Grata impresión y magnífica sensación la que ha dejado el navarro en su paso por San Fermín, nombre a tener en cuenta.

Llegaba el francés Andy Younes precedido por su triunfo el pasado mes de marzo  en la Feria de Fallas al abrir la puerta grande de la plaza valenciana con la necesidad de demostrar que no fue fruto de la casualidad. Precioso, bellísima lámina la del musculado y proporcionado jabonero que se corre en tercer lugar. Lo recibe el de Arles a la verónica, con mucho gusto en el manejo del capote. Aprovecha Javier Marín su correspondiente turno de quites para hacer uno por gaoneras ceñidísimas que son respondidas por fuertes olés de los tendidos. Inicia Younes la faena de muleta directamente con la mano izquierda, decidido, naturales sin probaturas, templados, suaves, ante un novillo con clase y bravura, que mete la cara bien y humilla, pronto y repetidor, de viaje largo, vamos, una perita en dulce. Torea muy bien el francés, magnífico su concepto del toreo, buenas series por ambos pitones echando la muleta por delante, sin quitarla de la cara del utrero, buen sentido del temple el de este joven novillero francés. Técnica y clase demostrada, a lo que suma el valor cuando el novillo se va quedando sin fuerzas y  no duda en acortar las distancias y pisar los terrenos que marca el de El Parralejo en un alarde de entrega, exprimiendo las cualidades del novillo. Otra vez más en esta tarde se esfuma la oreja por el mal manejo de los aceros, una lástima, pero la suerte suprema es la que manda y dicta sentencia. Tiempo tendrá para mejorar su destreza a la hora de matar, algo que a buen seguro le hará cortar muchas orejas. Ante el sexto pocas o ninguna opción de triunfo ha tenido Younes. Animal muy abierto de pitones, el más deslucido y de peor juego de la novillada. No se entrega en el capote, en el caballo se deja pegar sin emplearse, durmiéndose en el peto. Brinda el de Arles al público, pero ha sido prácticamente imposible sacar algo de este animal. No humilla, embiste de forma brusca, siempre la cara arriba, pegando tornillazos, con viaje corto. Lo intenta el novillero por ambos pitones, más entrega y disposición no se le puede pedir, pero no hay nada que sacar del utrero. También falla con la espada y todo queda en silencio como despedida del galo en su paso por San Fermín, pero ha demostrado su saber y que lo de Valencia no fue pura casualidad.

Como ya he comentado anteriormente, la expectación y el alboroto generado por el mexicano Luis David Adame es tremendo. Hacía tiempo que un novillero no generaba un estado de euforia en la afición como el de Aguascalientes está haciendo. Tan solo hace una año, fue en mayo de 2015, que debutó con picadores en Badajoz, pero viéndole andar delante de los novillos y viéndole su facilidad ante estos, da más impresión de estar a punto de tomar la alternativa que la de ser un bisoño en esto del toreo.  Recibe a su primero con una larga cambiada de rodillas a la que liga una serie de verónicas rematadas con con una media y revolera muy aplaudida por los aficionados. Quite de Adame por chicuelinas replicado por  Younes con otro por tafalleras.  Así es como deben venir los novilleros a plazas como Pamplona, con las ganas propias de quien quiere ser figura, en sana competencia y rivalidad en beneficio del arte. Y no está solo Luis David, cuenta con una cuadrilla de lujo en la que se encuentra ese extraordinario subalterno y grandísimo banderillero que es Fernando Sánchez. Tanto en el segundo como en el quinto ha colocado sendos pares de banderillas de inmensa belleza, andando hacia el  novillo con su habitual cadencia, los palos abajo, cuadrando y reuniendo a la perfección, una maravilla. Le ha secundado Miguel Martín en el segundo con dos extraordinarios pares colocados en la cara del novillo, fuertemente ovacionado, como Fernando Sánchez, y como ese magnífico picador que es Oscar Bernal quien ha agarrado dos magníficos puyazos al quinto. De continuar así lo que resta de temporada habrá que seguir a Luis David Adame y su cuadrilla allá donde toree. Brinda el mexicano al hoy serio y respetuoso público pamplonica e inicia su faena de muleta por estatuarios y cambiados por la espalda ceñidísimos sin enmendarse, como si nada. A partir de ahí series templadas, rotundas, con profundidad, la  muleta adelantada, llevando muy toreado al novillo, tapándole la cara en la salida, ligando los muletazos con enorme clase y naturalidad. Sensacional por ambos pitones, repito, dando sensación de torero hecho a pesar de su juventud, con una facilidad pasmosa y una seguridad sorprendente. A todas estas cualidades suma otra más, el valor, no dudando en acortar las distancias y meterse entre los pitones para dar circulares larguísimos cuando el  novillo se apaga. Estocada entera que vale una oreja…y aún le queda el quinto. Magnifico utrero, precioso, bien hecho, serio, armónico, al que recibe Adame con otra larga cambiada de rodillas que enlaza con una serie de capotazos  flexionando la rodilla repletos de gusto y una serie de verónicas a pies juntos relajadísimo para rematar con una media  a manos bajas de exquisito sabor. Tanto como el regusto que ha dejado galleando por chicuelinas para llevar al novillo hacia el caballo que monta Oscar Bernal. Tras los dos magníficos puyazos de Bernal de nuevo la rivalidad en quites, por saltilleras el francés Younes y por lopecinas el mexicano, ¡qué gran espectáculo!. Al igual que en su anterior novillo inicia la faena de muleta anclado en los medios con tres cambiados por la espalda ceñidísimos que ponen el ¡ay! en los tendidos. De nuevo lección de temple y ligazón en las manos y las telas de Adame, citando de lejos, adelantando el engaño, bajando la mano y alargando los muletazos, enormes, con un sentido de la medida excepcional tanto para la duración de las tandas como para administrar las pausas, dando de nuevo una sorprendente lección de madurez. Por ambos pitones lo ha llevado con un gusto y una clase extrema, culminando la obra con una arrucina y bernardinas ceñidas que remata con un ayudado por bajo y uno de pecho de muchos quilates. Solo le resta al mexicano completar su composición con la espada, y no falla. Estocada entera levemente desprendida en la suerte de recibir que le valen dos orejas y la puerta grande de Pamplona abierta de par en par, haciendo aún mayor su leyenda en esta su primera temporada con caballos.

Extraordinario inicio de San Fermín, extraordinario los novillos, extraordinaria la afición pamplonesa que casi ha llenado los tendidos y que ha tenido un comportamiento exquisito, lejano a lo que nos espera a partir del chupinazo, y extraordinarios los tres novilleros, entre los que ha destacado sobremanera el mexicano Luis David Adame, hecho con madera de figura. Esperemos que así sea y se confirmen las expectativas. 

Antonio Vallejo

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