Había una canción de Radio Futura cuyo estribillo decía "hace falta valor, hace falta valor, ven a la escuela de calor" y que le viene como anillo al dedo a la corrida de Dolores Aguirre lidiada esta tarde en Las Ventas. Calor no hacía, la verdad, pero hacía falta mucho, pero que mucho valor, para estar frente a los seis de Dolores y no descomponerse. Segunda de las corridas llamadas duras, encastes toristas, en este caso Atanasio Fernández y Conde de la Corte, una ganadería afamada, con mucho nombre y que es de las que da miedo por el comportamiento de sus toros. Seis toros con buena presencia, muy serios, astifinos, la mayoría terminados en puntas hacia arriba, abiertos de cara, variadas hechuras pero creo que todos en tipo a lo que es este hierro, buena presentación por tanto, aunque, como siempre pasa, algunos de los toros me gustaran más que otros por sus hechuras. Igual que han sido reconocibles por hechuras también se puede decir que lo han sido por comportamiento, complicados, peligrosos, inciertos e indefinidos, cambiantes según los tercios, parece una cosa y deriva a otra, parece que nada y rompe en la muleta, ante los que la terna formada por Rafaelillo, Alberto Lamelas y Gómez del Pilar ha tenido que estar en estado de máxima alerta toda la tarde, firmes, sin dudar un segundo y muy metidos en la lidia, algo fundamental en tardes como la de hoy, dejándose de florituras para poder y someter a estos animales, algunos auténticas alimañas. Además del peligro y la incertidumbre de su comportamiento, otra de las cualidades que marca a este hierro es que dura poco y hay que aprovechar el fondo que tengan porque si no se te va. ¿Cómo sé todas estas cosas? Desde luego no porque conozca a fondo esta ganadería y este encaste, sino porque esta tarde he vuelto a tener el privilegio de compartir la tarde con el maestro José Miguel Pérez Prudencio "Joselillo", quien sí que sabe mucho de este hierro y otros similares de los denominados duros, ante los que se ha puesto muchas tardes y conoce a la perfección lo que se siente, se pasa y se padece ante estos bichos. No en vano él ha matado las dos últimas ocasiones que Dolores Aguirre lidió en Madrid, los años 2008 y 2010 según me ha comentado, vamos, que sabe de lo que habla. Siempre que he tenido la gran suerte de ver toros junto a él he aprendido mucho, es una delicia escuchar sus comentarios y comprobar cómo ve lo que pasa y lo que va a pasar, fruto del conocimiento y la experiencia de alguien que se ha jugado la vida con estos encastes. Una vez más, gracias maestro.
Así he sido consciente de la gran dificultad y el enorme peligro que han desarrollado los dos toros que han correspondido a Rafaelillo, otro que tiene muchas horas de vuelo frente a estas ganaderías duras, enfrentándose dos auténticas alimañas que lo único que buscaban era herir, revolviéndose, girando la cara a velocidad de vértigo para buscar los muslos, el cuerpo o la cara del torero, pagando arreones y tornillazos a diestro y siniestro. Lo que ha tragado, lo que ha aguantado el murciano no está en los escritos, tanto que el cuarto de milagro no le ha hecho un destrozo en el muslo al rebañarle la taleguilla en uno de sus múltiples intentos por hacer sangre. Ha estado firme, valiente, decidido, lidiando, que es lo que había que hacer, por bajo, para dominar la brusquedad del de Dolores Aguirre, con técnica y oficio. Personalmente no le puedo poner ni un pero, para mi ha estado jugándosela de verdad haciendo un esfuerzo tremendo, algo que, como me ha contado Joselillo, supone un desgaste físico y mental superlativo. Me apena que no se le haya reconocido el mérito de su toreo sobre las piernas, a la antigua, de mucho valor, ante su lote, creo que ha estado por encima de sus toros y ha dado una lección de entrega, pundonor y verdad.
Alberto Lamelas no ha tenido opción alguna ante el deslucido segundo, un toro soso, sin emoción, que más o menos pasaba pero lo hacía sin gracia alguna, lo lleva bien el jienense, con buena técnica pero no dice nada. Lo mejor que ha hecho es pasaportarlo con rapidez. Durante la faena a este segundo me ha dicho el maestro Joselillo una frase que ilustra a la perfección como son estos hombres: "el toreo es emoción, que unas veces la transmitimos con el arte pero que otras se transmite con el peligro, jugándonos la vida". Encierra mucho esa reflexión, el viejo dicho de la puerta grande o la de la enfermería, así son estos hombres a los que tantas veces algunos cómodamente sentados en su tendido se atreven a despreciar. Que bajen un segundo al ruedo y vean de cerca la mirada del toro y sientan sus pitones rozándoles la cintura, a lo mejor ya no volvían a repetir los del miau, por ejemplo. Mejor suerte ha tenido con el buen quinto, que ha metido la cara con más claridad, calidad y nobleza, permitiendo a Lamelas sacar buenas tandas en redondo, templadas y ligadas, por bajo, corriendo bien la mano, alargando el viaje, con remates de pecho largos de enorme sabor y unas manoletinas finales ajustadas que han dejado todo en manos de la espada. Una lástima que al primer encuentro haya visto como una espada enterrada hasta la yema se haya enganchado en su manga y haya salido escupida, entrando a matar por segunda vez para colocar otro estoconazo fulminante. Ovación más que merecida para el jienense en una actuación más que digna, muy firme y valiente, con la mente clara sabiendo lo que tenía que hacerle al toro.
El mejor lote le ha correspondido, sin duda, al madrileño Gómez del Pilar, que ha cortado una oreja de peso al encastado y exigente tercero en una faena que ha brindado a Vicente Yangüez "El Chano", situado cada día nuestro lado y del que también aprendemos muchísimo cada tarde. Muestra de cómo ha venido hoy a Las Ventas las dos porta gayola para recibir a sus toros, que se han parado, han dudado y han hecho interminables los segundos hasta que las largas cambiadas han pasado. Bueno el manejo del capote en las verónicas, templadas, con clase y gusto. La faena se ha basado en el toreo en redondo, templado, bajando la mano y llevando muy toreado al de dolores Aguirre, que tiene movilidad y recorrido. Buenas las series por el pitón derecho, con clase y gusto, algo pero por el izquierdo, por ahí le cuesta más, no pasa igual, pero saca algunos naturales sueltos con hondura. Vuelve al pitón derecho para finalizar el trasteo con redondos lentísimos, a cámara lenta y un pase de pecho de enorme sabor. Mata de entera desprendida y pasea una oreja que algunos protestan, no sé por qué, todo lo ha hecho bien, se va aporta gayola, torea bien de capa y con la muleta ha sacado series con empaque, siempre templadas. ¿Qué más vamos a pedirle?. Lo hemos vuelto a comentar esta tarde, al torero hay que medirle en función del toro que tenga delante, y Gómez del Pilar ha estado realmente bien, demostrando además personalidad al pedir calma a los impacientes que en los primeros compase de la faena ya estaban protestando la colocación, que no cruzara más, casi sin darle tiempo a llegar a la cara del toro. El sexto ha manseado, toro complicado que tenía malas intenciones, que se queda corto y echa la cara arriba en cada muletazo. Firme y templado Gómez del Pilar que llega a sacar una buena serie con la diestra ligada y con la mano baja de mucho mérito, pleno de entrega y disposición, que no redondeó con la espada, una pena, pero su actuación ha dejado una grata impresión.
Segunda entrega de la semana torista que ha seguido la linea habitual de estas corridas, peligro, riesgo, alguna entrada galopando al caballo y poco más, porque cuando se ha podido torear incluso han pitado. Corridas a veces más cercanas al circo romano que a otra cosa, algo que gusta y divierte a un sector, muy respetable, pero para mi el toreo es algo más que riesgo y peligro, es arte y belleza. Más no se le puede pedir a Rafaelillo, Lamelas y Gómez del Pilar que han mostrado su faceta torera y gladiadora: Entrega, firmeza y valor de verdad en su toreo.
Antonio Vallejo
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