miércoles, 31 de mayo de 2023
El trampantojo
lunes, 29 de mayo de 2023
Entre la sangre y la emoción que rozó la gloria
La historia se repite, otra tarde más invernal e infernal en lo climatológico. No había hecho más que aparecer el primero de Adolfo Martín cuando un cielo que hasta ese momento era amenazante se cerró como si quisiera engullirnos y de sus entrañas comenzó a caer agua como si no hubiera un mañana. Y así hasta el que se corrió quinto, un diluvio que poco a poco iba deteriorando el estado del ruedo haciéndonos dudar incluso de la posibilidad de poder finalizar la corrida. Agua mares, charcos, algunos casi lagunas, y un barrizal que pronto, muy pronto se tiñó de sangre. Corría el tercero, un cárdeno con mucho ímpetu de salida, viniéndose por dentro y la cara alta en el capote de José Garrido, con malas intenciones, apretando, obligándole a tomar el olivo y salvar el pellejo. Comportamiento más de manso que otra cosa en el caballo y en banderillas, la cara alta, nula clase, a pesar de lo cual José Chacón colocó dos pares de antología, haciéndolo todo, asumiendo riesgo, cuadrando en la misma cara del albaserrada desafiante que esperaba, de poder a poder, la barriga casi en el hocico, pares para enmarcar y enseñar al mundo entero lo que es la pureza y la verdad en este Arte. Poco quería en la muleta el canalla, escarbando, mirando, midiendo, calculando, un manso peligroso. Directamente se fue recto, desentendido del engaño, buscando el cuerpo de Garrido. Lo arrolló, levantó y empitonó de muy fea manera, en el suelo se enceló con el cuerpo del extremeño, hecho un ovillo, tratando de defenderse de la brutalidad de la fiera hambrienta de carne. Segundos eternos, angustiosos, dramáticos hasta que los capotes consiguieron apartar al animal. Retirado por su cuadrilla a la enfermería y operado allí mismo de una seria cornada en el muslo izquierdo, que pudo ser mucho peor. Encogidos y sin capacidad de reacción nos quedamos a la espera que Fernando Robleño se quitara de en medio con inmediatez y eficacia al manso. Esta es la cara amarga del toreo pero la que refleja lo que realmente es, una lucha de igual a igual, sin trampa ni cartón, en la que se hiere y se puede morir de verdad. Yo creo que eso merece el respeto que tantas veces no se les tiene a los toreros por parte de algunos, los del miau. Pero ayer no tocaba, y motivos hubo. Por poner un ejemplo el quinto, largo y algo falto de remate, se le protestó levemente por presencia y en varas por posible invalidez, pero no hubo miaus. Curioso. Quizás si no hubiera llevado el hierro y la divisa de ayer y hubiera sido otro, o si le hubiera correspondido a laguna figura... ¡Viva el criterio!.
Precisamente ese tan protestado que se corrió quinto y correspondió a Robleño por la alteración del orden de lidia tras el percance de Garrido fue el único que salvó la tarde, porque hay que reseñar el pobre y deslucido juego del resto de hermanos, y no digo del sobrero de Pallarés que sustituyó al que cerraba plaza. Se comportó de salida como suelen hacer los de este encaste, metido en el capote, sin salirse, revolviéndose y apretando. Sensacional la lidia del madrileño echando el capote abajo, andándole hacia atrás, sometiéndole, y el de Adolfo parece meter bien la cara y humillar. En el caballo tampoco es que se empleara con bravura, como toda la corrida, más se dejó pegar que otra cosa, pero en banderillas Fernado Sánchez le hizo sacar lo que llevaba dentro mostrando en un par de auténtica antología, andando hacia la cara, parsimonia, marcando los pasos, casi un baile, gustándose, las manos bajas, desafiando al toro, hasta las cercanías, "ven aqui´" le dijo, y el albaserrada se arrancó, Fernando le ganó la cara cuadró, levantó los palos y los dejó reunidos, apoteosis, abandonando el embroque con chulería, andando, como si ná. Ovación atronadora con la plaza en pie. A ver que jurado tiene valor de dar solo un triunfador en el apartado de mejor par de la feria. Y ese toro protestado de salida y tras el tercio de varas, incluidos pañuelos verdes al viento, rompió por un pitón izquierdo sensacional por el que directamente, sin probaturas, se puso a torear Robleño. ¡Y cómo toreó!, gloria pura al natural, relajado, incluso abandonado por momentos, echando la muleta alante, embarcado la embestida con temple máximo, profundidad en su toreo, ligazón enroscada en dos tandas majestuosas, de enorme poder y una calidad descomunal, ¡así se torea!, dos tandas rematadas por sendos pase de desdén de infinita belleza y torería, la plaza en pie, los olés retumbando como pocas veces se escuchan, ¡que emoción!. Por el otro pitón va un poco a menos, una primera tanda en redondo de mucha profundidad, ligada con la mano baja, también abandono, pasándoselo por la bragueta, de nuevo los olés. Pero ahí cambió el toro, algunos toques a la muleta y un desarme al bajar mucho la mano y empezó a cortar el viaje, reponer y revolverse, con riesgo, obligando a Robleño a perder paso entre muletazo y muletazo para poder colocarse y tratar de ligar, con menos ritmo pero con emoción. También esta vez se respetó que al salir de alguno de los pases quedara algo fuera, que tuviera que rectificar al perder un paso, que es lo normal y lo que había que hacer, pero es que hay otros días y con otros nombres que la que montan....¡Viva de nuevo el criterio!. El epílogo de faena puso en ebullición a la plaza, si es que lo dejó de estar en algún momento a pesar de esa pequeña falta de continuidad. Una serie rotunda al natural, no podía ser de otra forma, rematada con un cambio de mano celestial y la sensación que todo se enfilaba hacia la Puerta Grande, hacia la gloria. Pinchazo, entera insuficiente y descabello desvanecieron las opciones, pero la vuelta al ruedo con su cuadrilla fue más que apoteósica, un delirio colectivo. Luego hubo otra vuelta al ruedo más, para mi gusto una propina exagerada, casualmente pedida por los que más protestaron al toro, y que son los mismos que otras tardes montan la mundial cuando algunos matadores amagan con darla. ¡Y que viva el criterio!. De matar a la primera, quien sabe lo que hubiera caído de trofeos, dos orejas creo que seguras y, para mi, merecidísimas, pero seguro que alguno se hubiera animado a más. También a mucha altura había estado con el que abrió plaza, un toro con poco celo al que lidió andándole hacia atrás para sacarlo a los medios y que tampoco es que mostrara demasiado recorrido. Dormido en el peto, sin emplearse y dos muy buenos pares de André revuelta le condujeron a la muleta donde mostró os mismos defecto, aunque sacó cierta clase y nobleza que aprovechó el madrileño para dibujar muletazos sueltos de mucha hondura en una faena en la que siempre tuvo que estar pendiente de los tobillos ya que el toro se quedaba debajo, se revolvía y buscaba, sabedor de lo que dejaba atrás. Firme y sin dudas Robleño, perdiendo pasos, la muleta adelantada para llevarlo muy metido, bajando la mano, con mando culminando con una tanda al natural de mucha calidad rematada con una de pecho tras aguantar un parón y unas miradas interminables. No fue su tarde con la espada y se quedó en una ovación. Pero lo que ayer demostró Robleño es mu fácil de resumir: TORERO. Así, con mayúsculas.
Román tuvo que apechugar con su lote y de añadido con uno más por la cogida de José Garrido. Difícil, imposible diría yo triunfar con lo que tuvo enfrente. Par colmo vio como el que cerraba plaza, tras salir como un trolebús con la cara por las nubes y desarmarle en el capote, se iba directo a las tablas y saltaba al callejón sembrando el pánico. Tal fue la costalada que se pegó en su acrobacia que quedó más que resentido, inválido, y fue devuelto a los corrales. En su lugar un sobrero de Pallarés que tuvo un comportamiento idéntico al de su presentación, horrible. Agarrado al piso, un marmolillo al que no le pudo robar ni medio pase. tampoco es que los dos de Adolfo que le correspondía por sorteo fueran mucho mejores y si se puede decir algo de Román es que todo lo poco que pudo hacer lo hizo bien. Les plantó cara, les puso la muleta en la cara, trató de tirar de ellos con temple, midiendo la altura y bajando la mano cuando se pudo, pero no pasaban, escaso o nulo recorrido, sin clase ni entrega. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Inevitable recurrir al tópico.
Bien va a venir el descanso de hoy para secarnos y quitarnos la humedad que ayer se me quedó metida en el cuerpo, como me quedó el dolor por la sangre de Garrido y la emoción que rozó la gloria con Robleño, las dos caras de la moneda que se tira al aire en cada toro de cada tarde. Así es el toreo.
Antonio Vallejo
domingo, 28 de mayo de 2023
Las peores expectativas, salvo el agua
sábado, 27 de mayo de 2023
En medio de la tempestad
viernes, 26 de mayo de 2023
Desagradable e insoportable
jueves, 25 de mayo de 2023
De valor e injusticia
miércoles, 24 de mayo de 2023
Pasados por agua
lunes, 22 de mayo de 2023
Valor, disposición, compromiso, entrega y muchos sustos
sábado, 20 de mayo de 2023
Castella desnuda al 7, el club de los reventadores muertos
viernes, 19 de mayo de 2023
Un ayer incompleto
Soñar el toreo no escrito
jueves, 18 de mayo de 2023
Demasiado en contra
Se presentaba bonita la tarde, soleada, luminosa, una vez más con una entrada extraordinaria en Las Ventas, 2/3 de entrada o quizás un poquito más, para ver la primera de las novilladas programadas en este San Isidro, algo que en temporadas precedentes hubiera sido un notición, porque estábamos acostumbrado en años anteriores que si se acercaba a media plaza de entrada hubiera sido mucho, pero en esta de 2023, con llenos y casi llenos a diario, hasta nos parece poco.
Un encierro de Los Maños, procedencia Santa Coloma, hierro con gran cartel en esta plaza, precedido de buenas actuaciones y ejemplares de nota, un hierro de los considerados duros, uno de los preferidos por ese sector torista de la afición, lo que ya sabemos qué significa, que quien se ponga delante de esos novillos no lo va a tener fácil, que todo va a ser y se va mirar y medir a favor del animal, en resumen, con mucho en contra en los tendidos.
Buenas de hechuras y con presencia, cuarto y quinto podrían pasar por toros en muchas plazas, notable novillada en ese aspecto la que ha traído a Madrid D. Jose Luis Marcuello, bien elegida en el campo, seria y con trapío, algunos muy aplaudidos de salida. Ni un reproche para mi gusto. Pero no se puede decir lo mismo del comportamiento, para nada me ha parecido lo esperado. Sabemos que los novillos y toros de este encaste suelen ser complicados y exigentes, que piden una lidia por bajo, que hay que poderles, que buscan los tobillos y reponen con peligro, que miden y saben lo que dejan, que a la mínima te buscan y muchas veces encuentran. Pero lo hacen por bravos, enrazados o encastados, y cuando se les somete incluso sacan fondo de clase y humillan con calidad en faenas de mucha emoción, lo que no ha ocurrido hoy. Una corrida sin raza ni casta, que ha tenido complicaciones y peligro pero precisamente por esa falta de fondo y también de fuerzas. A un hierro de este tipo se le pide mucho en el caballo, pues ni eso. Cierto que se han arrancado de lejos al caballo, pero la pelea en el peto ha dejado mucho que desear, sin emplearse, sin empujar abajo y con los riñones, decepcionante en general, alguno ha protagonizado algún puyazo bueno, como el segundo en la segunda vara, pero en mi opinión no ha lucido como se esperaba y deseaba en este tercio. Ha tenido movilidad, pues sí, pero se ha movido de aquella manera, creo que más por inercia, y sin humillar, con varios distraídos, sin demasiada fijeza, incluso uno mostrando señales de tirar a manso. Una corrida que en general ha esperado y cortado en banderillas - sensacional Curro Javier, por cierto - y que ha ido a menos en la muleta. Si exceptuamos el primero, más enclasado y que ha tenido cuatro tandas buenas que habría que haber aprovechado más, los demás han estado más a la defensiva por su falta de raza y fuerza, con la cara alta, reponiendo y buscando, sin humillar ni entregarse. Más cosas en contra.
Y si faltaba algo más en esta tarde no podíamos olvidar al viento que no nos ha abandonado ni una sola tarde y que hoy ha azotado con fuerza las telas de Diego García, Christian Parejo y Mario Navas que sustituía al inicialmente acartelado Marcos Linares. Con lo dicho anteriormente sobre el juego y comportamiento de los novillos fácil es imaginar lo que han pasado estos jóvenes novilleros que venían a Madrid llenos de ilusión y se han encontrado con todo en contra, demasiado. Lo han pasado mal, Parejo y Navas han salido por los aires, pero tras el tremendo susto y el brutal revolcón se han repuesto y ha dado la cara. Valor, ganas y disposición han demostrado de sobra, que es lo primero que se les pide al llegar a Madrid. Luego viene lo demás, se les ven las carencias y las debilidades, y también las virtudes, como el buen manejo y el gusto con el capote que han apuntado, así como que saben torear y tienen eso que llamamos los taurinos "algo". Por poner un ejemplo y que a lo mejor viene influenciado por la bisoñez y las ganas de triunfar, creo que no ha sido acertado iniciar la faena al segundo, viendo como llevaba la cara arriba y el viento que le dejaba descubierto siendo volteado Parejo ha vuelto a la cara y ha llegado a trazar unos naturales de mérito con profundidad, igual que Navas que ha prologado la faena con bonitos doblones por bajo con cierta largura y nos ha dejado también buenos detalles al natural, lo mismo que ha hecho García en el cuarto, flexionando la rodilla de inicio para llevar al novillo por bajo y en largo y algunos derechazos más acoplado y colocado, con profundidad, al buen primero. Después es cierto que les ha faltado ese saber que da la experiencia para plantear las faenas como creo que debe hacerse a este tipo de novillos que no humillan y se defienden y que en manso más expertas no digo que hubiera sido una buena corrida, pero seguro que daba algo más, sobre todo ese primero. A lo mejor hay que ponerles la muleta en la cara echarla abajo para dominar la embestida antes de perfilarse para torear en redondo o al natural, quizás haya que perderles pasos y así poder colocarse para ligar los muletazos en vez de buscar que pasen y repitan, quizás sea bueno plantear un toreo sobre los pies a la antigua antes que la quietud, quizás, quizás, quizás... Tantas y tantas cosas tan fáciles de decir sentado en un tendido sin tener ni idea de lo que se siente allí abajo, en el ruedo de la primera plaza del mundo, enfrente de novillos como los de hoy, tan deslucidos. Por eso tampoco les pongo reproche, entiendo que están en formación, que les queda mucho por aprender y pulir, aunque también se dice, y no les falta razón, que a Madrid hay que venir aprendido.
Esta es la cruda realidad del toreo y por tardes como la de hoy deben pasar si quieren llegar a ser figuras. Un camino muy difícil en el que, como ha sido esta tarde decepcionante, se van a encontrar demasiado en contra.
Antonio Vallejo