No había acabado de asomar por la puerta de toriles el que abría plaza cuando las protestas surgieron con una intensidad desorbitada. Apenas había posado sus cuartos traseros en la arena venteña y la bronca era monumental desde el 7, descontentos con su presencia. Luego fue un marmolillo que no se movía, un toro absolutamente imposible que no valía para nada, pero ni una sola vez perdió las manos. Y las protestas siguieron, y subieron de tono, quizás se me ocurre que porque era el primero de Morante. Pues que quieren que les diga, que me ha parecido una pasada, un exceso premeditado, el primero de otros más de una tarde que creo confirma las sospechas que ayer les comentaba. Y digo esto porque desde el 7 se desplegaba una pancarta en la que se denunciaba el aumento de precios y la rebaja del toro en la plaza de Madrid, y eso no se improvisa. Ojo, que no digo que no tengan razón, es más, estoy de acuerdo, pero pienso que ese no era el momento y la manera. Se puede protestar el trapío de un toro, pero ese no es motivo suficiente para liar la que han liado. ¡Cuantas veces hemos visto toros pitados de salida que han tenido grandes condiciones y han sido aplaudidos en el arrastre!. Lo dije ayer y me reafirmo, tengo la impresión que nos espera una feria cargada de polémica y de tenso ambiente, especialmente cuando algunas figuras comparezcan y, que casualidad, esa figura hoy era Morante, uno de sus objetivos favoritos.
Como también me ha parecido un exceso de generosidad la oreja para Rufo en el tercero, también protestado de salida por falta de remate por detrás aunque iba muy seriamente armado. Un toro con movilidad y recorrido que no lució en especial en los primeros tercios, tan solo empujó algo en la primera vara, se durmió en el peto en la segunda y en banderillas solo se empleó en un gran par de Fernando Sánchez, pero que llegó a la muleta con esas condiciones intactas, algo que aprovechó Rufo en el vibrante inicio de faena con ambas rodillas en tierra lleno de poder y mando. Muletazos largos sobre la diestra con la mano muy baja, profundos, el toro humilla y repite, con buen tranco. Pero lo que parecía poder ser no llegó a ser tanto por la discontinuidad y la falta de ritmo de la faena. Tandas en las que alternaban muletazos con profundidad seguidos de otro más por fuera - se le recriminó repetidamente la colocación - que no llegaban a redondear el conjunto, algo deshilvanado, y que tuvo su mejor expresión por el pitón izquierdo con un par de tandas de mucha calidad y hondura, sobre todo un natural de órdago que duró una eternidad, lo mejor del conjunto. Cierto es que también el viento puso su granito de arena para poner más difíciles las cosas, otro exceso de la tarde, esta vez climatológico, pero creo que ese toro tenía más opciones y posibilidades de haberle dado quizás otro trato, posiblemente más distancia en el cite para aprovechar su movilidad y más pausas para recuperarse. Una entera desprendida y una oreja que me ha parecido pedida por ligera mayoría, ante lo que el presidente hizo lo debido, cumplió el reglamento y la concedió. Pero eso no quita para que, a mi modo de entender, haya habido un exceso de generosidad del público, y pienso que una vuelta al ruedo hubiera sido un justo reconocimiento a su faena. Amigos y aficionados del tendido la han calificado de barata, es otra forma de expresarse, el caso es que Rufo la paseó entre palmas de unos y sonoros pitos de otros. Y al final lo que se veía venir, nueva bronca no solo del 7 con gritos de "fuera del palco". Poco o nada tuvo el sexto, un toro sin transmisión en el que la faena se diluyó en pases y más pases sin orden ni sentido, todo muy mecánico, sin emoción alguna ante una plaza fría que solo esperaba que no alargara, matara pronto y pudiéramos recoger y marchar a casa en un anochecer desapacible por el frío viento.
Y si un exceso de generosidad me ha parecido esa oreja también podría considerar un exceso las dos que ha cortado Emilio de Justo al quinto, un gran toro, bravo y con enorme calidad, pero en este caso debo incluir matices para intentar explicarme. Lo primero de todo decir que la tarde del extremeño me ha parecido de mucha importancia y de enorme dimensión, con independencia del recuento de trofeos y lo justos o injustos que podamos considerarlos. Toreo de muchos quilates frente a un buen lote, sin duda el mejor de la corrida, pero eso sí, dos toros exigentes que pedía mando y hacer la cosas muy bien. Y eso lo ha hecho Emilio de Justo más que de sobra. El segundo era un toro abierto de cara y muy serio que salió suelto, sin fijeza y que no humilló en los primeros tercios, incluso dejando entrever cierta mansedumbre, pero al que de Justo entendió y sometió a las mil maravillas. Y eso que no sólo tuvo que enfrentarse al toro, también al viento que sopló con fuerza y hacía que la muleta pareciera más una bandera. Faena de inicio arrebatador plano de poder, doblones por bajo para someter la embestida y componer series en redondo con la mano muy baja, tragando los continuos arreones, tapándole la cara, siempre en el sitio para poder ligar, muchísimo valor y mérito puesto que el toro perseguí los engaños con codicia, reponía y se revolvía, de esos que piden el carnet. Más complicado por el izquierdo, se venía por dentro, pero le planta la muleta , le baja la mano y consigue trazar un par de naturales de mucha enjundia para abrochar la importante faena por bajo derrochando torería. Solo la espada le privó de cortar una oreja que no hubiera sido para nada excesiva. El quinto fue un gran toro, imponente presencia, muy serio, de magníficas hechuras y que tuvo mucha calidad, aunque de salida no humillara y echara las manos por delante sin lucir en le capote ni emplearse en varas, aunque se arrancó largo y pronto. Pero en la muleta rompió a embestir y sacó su fondo de bravura. Lo probó por bajo en un par de muletazos flexionando las rodillas que directamente se hilvanaron a una tanda en redondo rotunda, encajado, metiendo los riñones, la mano muy baja, acompasando la embestida, con el toro humillando y repitiendo, una maravilla remata con un pase de pecho antológico, de pitón a rabo. Otra más hubo por ese pitón derecho de la misma factura, profundidad y emoción, ritmo y cadencia, excelsa, los olés sentidos de una plaza entregada. Faena a más por el pitón izquierdo con naturales majestuosos alargando el viaje, todo por bajo, para retomar el toreo en redondo en series de muchos quilates, adornos por bajo de ensueño, trincherazos mayúsculos, toreo rotundo, roto, entregado, cambios de mano de una belleza suprema, auténticos carteles, y un final flexionado lleno de gusto y aromas. Se vuelca a matar y deja una entera desprendida tardando el toro en doblar, tragándose la muerte posiblemente por su condición de bravo. Finalmente dos orejas, Puerta Grande, la primera de este San Isidro y de nuevo polémica, división de opiniones y, ¡cómo no!, más bronca y los gritos de "fuera del palco". Y aquí hay tantas opiniones como aficionados. Sí que creo que atendiendo al criterio de Madrid dos orejas me pueden parecer un tanto excesivo, sobre todo por la colocación de la espada, aunque ya saben lo que pienso de eso, que no voy con escuadra y cartabón, y quizás una sería lo más justo. Pero si a Rufo le habían concedido una y ese es el listón para cortar oreja, la faena de Emilio de Justo me parece claramente merecedora de dos. En mi opinión, una oreja me hubiera parecido lo más lógico, aunque también podemos incluir en la ecuación otra variable rizando el rizo, la de que el palco pueda haber pensado que en el primer toro se le escapó una oreja por la espada y así premiaba toda la tarde....En fin, que todo es posible. Pero lo que sí me parece un exceso muy excesivo ha sido lo de la vuelta al ruedo para el toro, ahí se le ha ido la mano claramente. Aunque haya sido un gran toro con mucha bravura, para eso está la ovación en el arrastre, que la vuelta al ruedo son palabras mayores. Esto sí que me parece que devalúa una plaza.
Solo me queda hablar de Morante, mi Morante, que hoy lo ha tenido todo a la contra y, sinceramente, creo que no se le puede juzgar porque ninguno de sus dos toros ha tenido ni un átomo de opciones de darles ni un pase. Todos sabemos quien es Morante y como es Morante, y si alguno de los que hoy le han montado la mundial no lo saben es porque debía ser la primera vez en su vida que iban a los toros. Lo que afortunadamente nunca va a hacer Morante es un paripé ridículo simulando que da pases para nada, sin ningún sentido. No tiene que justificarse ni ante nada ni ante nadie cuando la imposibilidad es a todas luces manifiesta. ¿que sale con la espada de matar montada? Pues me parece muy bien, así nos ahorra unos minutos tediosos que no llevan a ningún sitio. Pero como decía, todo se le ha puesto en contra, incluida la espada, con un recital de pinchazos y descabellos que han ido aumentando la intensidad de una bronca que me parece, aunque muchos me llamen lo que quieran, un exceso más de esta tarde.
Antonio Vallejo
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