Hay un término muy utilizado por un sector de la afición que es el torismo, autoproclamándose ese sector como torista. Según dicen se definen como los defensores del toro, los que van a la plaza a ver "el toro", y ellos, solo ellos, saben que hierros tiene "el toro" y de que ganaderías provienen. Y cuando San Isidro llega esta altura de feria van en romería a ver las corridas "toristas", las duras que dicen, en las supuestamente se ve "el toro". El resto de las tardes al parecer no salen toros, y los demás no vamos a ver al toro en la plaza, según ellos. Lo malo es que pasa un año, y otro, y otro, y otro.... y el resultado casi siempre acaba siendo el mismo, naufragio absoluto con toros que son alimañas intratables, unos auténticos cabrones sin clase ni lucimiento alguno. ¿Les gusta el peligro, el miedo y la sangre? Para eso estaba el circo romano, y creo que hamos evolucionado un poco. Yo me quedo con el temple, la quietud y el arte como esencias de la emoción, lo que me lleva a que, puestos a poner calificativos me permita "inventar" el término torerismo, y llamar a sus fieles toreristas, como aquellos que, sabiendo de sobra que el centro de la Fiesta es el toro bravo, van a la plaza a ver como un hombre, el torero, se enfrenta a él, le domina, y de ahí surge emoción y belleza, en definitiva, el arte de la Tauromaquia, imposible de entender si falta uno u otro de esos dos personajes principales, de igual a igual, ni uno más que el otro, en perfecta comunión. Eso es lo que me lleva a ir a la plaza.
Quizás por ese motivo sea que esta tarde no he ido a Las Ventas. Cuando llega la hora de renovar los abonos hay opción de renunciar a tres corridas de toros, un alivio. Siempre voy a cumplir ese trámite con mi amigo y compañero de abono Raúl y, nos conocemos tan bien, que ya no hace falta hablar para saber que corridas son las que vamos a renunciar. Sí, lo han adivinado, la hoy era la primera. Y es que no es por dárnoslas de entendidos, pero teníamos más que fundadas sospechas de que la cosa saliera como ha salido. Luego resulta que él ha recibido una invitación a una barrera y, lógicamente, ha ido a la plaza, yo la he visto por Telemadrid, y gracias a su gentileza publico la foto de portada que me ha enviado y que resume a la perfección lo que ha sido la tarde. Una corrida que se anunciaba "torista" en la que los toros han sido una absoluta decepción, por ser educado, y lo poco que ha tenido emoción y verdad ha sido gracias a la actitud comprometida, firme y valiente de los tres hombres de esa imagen que han hecho que la corrida acabara siendo "torerista". Cosas veredes...
¿Los toros? Seis de Dolores Aguirre, serios, abriendo la cara, desiguales de hechuras y presentación y, como ya he apuntado, una decepción total en cuanto a juego, cero clase, mínima o nula entrega, ¿humillar?, ¿que es eso?, casi ni asomo en toda la tarde, justos de fuerzas, a la defensiva, las caras altas, por las nubes y con un tono general de mansedumbre, es decir, ¡el torismo!. Eso sí, hoy no he oído el grito ese de los sabios,"¡vaya mierda de ganadería!", que varias tardes hemos soportado y que hoy pegaba, la verdad. Ese calificativo me hubiera venido bien y me parece más acorde a la realidad cuando, unas líneas antes, hablaba de decepción, por ser educado. ¿Los toreros? El madrileño Fernando Robleño, veterano y respetado matador, forjado en mil batallas como la de hoy, tres Puertas Grandes en Madrid, una como novillero, dos ya doctorado, que ha recogido desde el tercio una cariñosa y merecida ovación tras romperse el paseíllo, el salmantino Damián Castaño, firme y con mando, y el colombiano Juan de Castilla, comprometido y valiente que ha matado al sexto con una cornada de 15 cm en la zona baja de la espalda y una herida inciso-contusa en el pene tras ser cogido en su primer toro, siendo intervenido en la misma enfermería de la plaza por ese ángel de la guarda de los toreros que es el Dr. D. Máximo García Padrós. Esos tres han puesto la bravura, la raza y la clase en esta tarde "torista".
Menudo lote el de Robleño, un auténtico despojo. El primero frío de salida, abanto, nula fijeza, nula entrega y, por si era poco, apuntando querencia. Cero absoluto en el capote, cero en el caballo, espera en banderillas, colabora lo mínimo, calamocheando, y en la muleta sin entrega, cara a media altura condiconado por su falta de fuerzas, con cierta nobleza, gracias al buen trato que le ha dado el madrileño, cuidándole la altura, algún derechazo y natural suelto ha tenido algo de profundidad, pero la ligazón era imposible por la poca fijeza del astado y la emoción ausente por su sosería. Ha tratado Robleño de tocar todas la teclas pero aquello no iba por ninguna parte. Y ese ha sido el bueno, el cuarto aún peor, con los mismos defectos pero aumentados, con más brusquedad y desarrollando sentido, muy palpable en banderillas, esperando midiendo y cortando, directo a por Curro Javier, jugándosela con verdad en el magnífico tercer par, y Víctor Hugo Saugar "Pirri", que han resuelto la papeleta con un oficio pasmoso. Para la muleta un despojo, va a arreones, que no es embestir, rebrincado, la cara por las nubes, no pasa, se revuelve, mide y busca, mucho sentido, muy malas intenciones, intenta ponerle la muleta pero se va directo al cuerpo es imposible. Lo único que se podía hacer es lo que ha hecho Robleño, doblarse, macheteo por bajo y a matar, perfecto a mi entender. De verdad, lo que no me entra en la cabeza son los silbidos a Robleño, no sé que demonios querían que hiciera con lo que tenía delante, el sol y el calor que hoy apretaba en algunos tendidos ha debido fundir lo que tuvieran de sustancia gris. Sin comentarios.
Damián Castaño pudo al menos parar y encelar algo al segundo en el capote, por abajo y andándole hacia atrás. Al menos algo de fijeza y repetición. Empuja algo en el caballo pero la pelea dista mucho de la bravura, más por inercia, saliendo justito de fuerzas, perdiendo las manos. Comprometido quite de Juan de Castilla por gaoneras muy ajustadas cargadas de riesgo que ahí empezó a mostrar a lo que venía. Tardo en la muleta, tiene cierta nobleza y algo de clase pero le falta motor, quiere pero no le da, en cuanto le obliga claudica. Excelente el trato de Castaño, a favor del toro, dándole respiro, concediéndole la altura, pero no pasa, escaso recorrido, se queda debajo, le cuesta un mundo, y cuando pasa es con sosería, deslucido, a media altura, traga uno o dos, al tercero no va o pierde las manos, faena sin ritmo y sin transmisión a pesar del tesón y buen hacer del salmantino. El quinto, un precioso melocotón veleto desafiante, hace por meter la cara en el embroque de capote pero no remata el lance, las manos por delante. En varas hace sonar el estribo con un solo pitón y sale huidizo, marcando querencia y sin querer saber nada de otro puyazo, que finalmente toma sin emplearse, igual que en banderillas, Juan Sierra lo hace todo, portentoso. Aguanta el salmantino los primeros arreones a media altura en la muleta y con paciencia, a base de enseñarle la muleta, taparle la salida y bajar la mano logra componer un par de tandas profundas por el derecho, ligazón y temple, mucho mérito. El toro se siente podido y comienza a afligirse, más corto, se queda a medio camino, suelta la cara con peligro sordo, luego le puede robar dos pero al tercero protesta y se va, algunos muletazos con empaque, incluso en los últimos compases varios con desmayo, preciosos pero ha faltado ritmo y continuidad por la falta de empuje y entrega del de Dolores Aguirre. Disposición y firmeza de Castaño, mando y capacidad, poderoso, tirando siempre del todo para robarle los muletazos y alargar el recorrido escaso que tenía, aguantando además todo lo que rebañaba el toro, impasible. Fuerte y merecida ovación como despedida.
Con movilidad y genio el tercero, repite echando las manos por delante y punteando el capote de Juan de Castilla, hace sonar el estribo y no se emplea en demasía en varas y sale evidenciando sus escasas fuerzas al perder las manos, lo que repite en los poderoso muletazos por bajo con los que inicia la faena. Al colocarse para instrumentar la primera tanda por el derecho hace un extraño y se va directo a por él, con un derrote seco se lo echa a los lomos y le tiene entre los pitones en segundos que parecen una eternidad. Repuesto del trance y sin dudar ni un segundo vuelve a la cara del toro, con un pantalón corto sobre la taleguilla rasgada, valiente y decidido, vuelve a la cara, le pone la muleta y echa la mano abajo para robar los muletazos a un toro que no quiere pasar, tira de él en cada pase, con mucho mando, aguanta las miradas y los arreones al quedarse corto y reponer, para conseguir una tanda de derechazos profundos y ligados de mucho peso. Por el izquierdo igual decisión y firmeza, el toro sabe lo que se deja, no duda ni pierde un paso el colombiano, cada vez va a menos en condiciones el de Dolores Aguirre y a más el peligro, pero le mantiene el pulso. Mucha intensidad ante un toro de nula clase pero que en su condición de manso con peligro ha tenido emoción, la del miedo. Deja una entera algo delantera lo que hace que tarde mucho en doblar. Petición insuficiente pero vuelta al ruedo más que merecida, de mucho valor, como el suyo. Luego supe que llevaba las dos cornadas referidas, y así mató al sexto, tras pasar por la enfermería, increíble, son de otra pasta, son superhombres. Se va a porta gayola, asoma el toro, se para, mira, duda y al final se arranca, una larga cambiada que hizo contener la respiración a todos, a mi en casa y me imagino que en la plaza aún más, allí se ve y se siente la realidad. Algo descompuesto en su embestida le receta unas verónicas con cierta calidad que son lo único reseñable de toda la tarde en el capote, junto al quite que hizo al segundo. Al igual que sus hermanos no ha cumplido en el caballo, empuja por la inercia de sus 669 Kg, no por meter la cara bajo y con los riñones, además que no quería entrar al peto ni de coña, le colocó en largo para calmar las ansias de los toristas pero la realidad era aplastante, no arrancaba, y cuando al final lo hizo ya más cerca tampoco se empleó en el peto. ¡Y la respuesta de los toristas fue pitar al picador porque no agarró a la primera!. Por supuesto le despidieron con otro de sus grito favoritos, ya aburrido por repetitivo, "¡picador, que malo eres!", cuando realmente tenían que haber dicho, ¡toro, que malo eres!. Una tarde más Iván García coloca dos grandísimos pares que dejan a uno boquiabierto, que categoría ante un toro que espraba y cortaba una barbaridad. En la muleta va a arreones, la cara alta, áspero, tirando tornillazos secos, un manso a la defensiva que tiene cero clase, nulas condiciones. Más disposición no se le puede pedir a Juan de Castilla que trató de hacer lo imposible y expuso más de lo que nadie le pudiera pedir. Toro para pegarle cuatro mantazos por bajo y pasaportarlo como sea lo antes posible. Fuerte ovación de reconocimiento a la verdad y el valor del colombiano que ha estado hecho un auténtico tío.
Hace unos días escuché en la radio algo que me hizo gracia y que creo que viene que ni pintado para cerrar esta entrada. Decía que los tres timos más famosos de la historia de la humanidad eran el de la estampita, el tocomocho y los enfados y bravuconadas de García-Page, a los que yo añadiría un cuarto, el torismo y los toristas. Hoy quien ha ganado, y por goleada, ha sido el torerismo, si me permiten el palabro.
Antonio Vallejo
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