miércoles, 29 de mayo de 2024

Alejandro Chicharro al natural, dimensión e importancia

Penúltima semana de San Isidro que arranca con una novillada de Guadaira como aperitivo previo a lo que se nos viene para el miércoles, jueves y viernes. Calma antes de la tempestad, de la avalancha de público atraído por las figuras que asomaran los próximos días. Hoy se podía llegar sin agobios, la entrada al tendido estaba despejada, tranquilidad para acomodarse, sin los tapones habituales de los grandes días, y eso que ha habido una buena entrada, algo más de 18.000 espectadores según la cifra oficial, eso significa tres cuartos de entrada, algo que no está nada mal para una novillada de martes tras el día de descanso y antes de los carteles de claveles.
Anunciados cinco de Guadaira con uno de Torrehandilla, el quinto, para remendar, que al final ha quedado empate a tres ya que tanto el segundo como el cuarto han tenido que ser devueltos a los corrales por su invalidez, saltando en su lugar dos sobreros de Torrehandilla. Una novillada despegada del suelo en general, solo el segundo bis, bajo, de seriedad imponente y para mi el más bonito de lámina ha roto la norma, desigual de hechuras, desde uno grandón y alto, el  primero como  hasta otro bastante justo de remate el tercero para Madrid, pero con seriedad suficiente por delante teniendo en cuenta que era una novillada, que parece que se exigen toros más que novillos. Y en cuanto al juego ha estado presidida por la falta de raza, poco poder y empuje, blandeando ostensiblemente, dos devueltos, con muy poca movilidad, el quinto un marmolillo, escaso recorrido y con muy poca entrega. Cierto que ha salido un primero noble y manejable pero sin emoción y que tercero y sexto han tenido cierto fondo de clase y ambos han roto por el pitón izquierdo, más gracias al excelente planteamiento de Alejandro Chicharro que a sus condiciones, pero en general han prestado mínimas opciones para el triunfo, sosos y deslucidos, sin transmisión.
Un nombre ha destacado y ha salido muy reforzado de la novillada de hoy, Alejandro Chicharro, madrileño de Miraflores de la Sierra, que hacía el paseíllo junto al francés de Nimes Lalo de María y el gaditano de Algeciras Pepe Luis Cirugeda. Venía el madrileño avalado por su Puerta Grande el pasado 1 de mayo y hoy ha estado a punto de repetir hazaña. Se lo ha impedido un rácano presidente  que inexplicablemente y en contra del reglamento le ha negado una oreja pedida por clara mayoría en el tercero y la espada en el sexto, cuando las faenas conducían directas a trofeos. Avisaba en el segundo bis que hoy venía a Las ventas a por todas con un quite por chicuelinas y una larga cordobesa de remate repleto de gusto y clase. Luego vino la muleta, palabras mayores. Dos faenas del mismo corte cimentadas sobre un toreo al natural portentoso en las que demostrado inteligencia, capacidad y mucha entrega. Primeros compases al tercero en la muleta por alto, estatuarios, el de Guadaira lleva la cara alta y se da cuenta el madrileño que por ahí no debe ir la cosa, echa la tela al suelo y empieza a someterlo por bajo con clase. En ese tanteo ve las cualidades del pitón izquierdo y con una colocación perfecta, dominando la distancia y la altura, con un temple exquisito, ha trenzado series de naturales con hondura, llevándolo en los vuelos, con largura, ligadas en el sitio, transmisión y emoción, enroscándoselo, empaque, toreo de muchos quilates que ha rematado con sensacionales de pecho de bellísima factura. también por el derecho ha dibujado una gran serie en redondo bajando mucho la mano, encajado, ligando con sumo gusto para abrochar con un pase que comenzó como un circular que sin solución de continuidad acabó en otro magnífico de pecho que levantó a toda la plaza en una fuerte ovación. Personalmente me hubiera gustado que hubiera rubricado su extraordinaria faena por bajo, creo que el novillo lo admitía e incluso lo pedía, pero le disculpo todo y más por sus ansias novilleriles el final por manoletinas, muy ajustadas y vibrantes, que tuvieron enorme valor y emoción, sí, pero es que el toreo por bajo.... ¡te cruje el alma!. Un pinchazo arriba y una entera fulminante entrando por derecho pasaportan al de Guadaira. Petición mayoritaria y una vez más el del palco pasándose el reglamento por el forro. A ver si a Víctor Oliver Rodríguez alguien le explica claro que la primera oreja la da el público y que su opinión vale menos que un grano de arena en un desierto. Eso sí, la vuelta al ruedo no se la puede quitar nadie y tiene el mismo, o más valor si cabe, que un apéndice. También por estatuarios ligados a remates por bajo llenos de sabor el prólogo de faena al que cerraba plaza para acto seguido bordar el toreo al natural a partir de una colocación perfecta y un temple extraordinario, incluso superando al anterior. Ligando en el sitio, firme, poderoso, mano baja, dominador, trazo largo, gusto exquisito, perdiendo el paso necesario para garantizar de nuevo la colocación y el ritmo, continuidad y cadencia, transmisión, toreo caro, demostrando de nuevo una seguridad enorme, manejando las distancias y la altura con una capacidad asombrosa para sus veinte años. Sensación de torero hecho y con una claridad de mente preparado para dar el salto que, aunque la espada le haya jugado una mala pasada creo que con su concepto del toreo profundo, su entrega y sus capacidades nos ha dejado con sensaciones de Puerta Grande. Una tarde de enorme dimensión e importancia la de Chicharro, y todo al natural, lo que aún le engrandece más.
Muy pocas opciones, como ya apunté antes, han tenido Lalo de María y Pepe Luis Cirugeda. Con el noblote pero soso y de escasas fuerzas primero el francés tan solo ha podido dejar detalles sueltos de lo que puede ser, poniéndole la muleta, el novillo pasa, lo lleva bien, aseado, con pulcritud y buena técnica pero sin llegar a conectar, aunque le puso ganas en el inicio de faena con ambas rodillas en tierra y unos buenos derechazos con recorrido más algún derechazo y natural con cierta  enjundia pero el conjunto, como dije, no llegó a tomar vuelo. Con el sobrero que hizo cuarto bis poco pudo hacer más allá de ponerse e intentarlo. Novillo sin entrega, la cara alta, protestando, quedándose a medio recorrido, muy descompuesto, sin ritmo ni continuidad, muletazos sueltos sin más argumento, no daba para más. Por su parte Cirugeda se encontró con un marmolillo en el quinto que de salida a arrastre no hizo nada, anclado al suelo, ni una vez ha pasado en la muleta y lo mejor que ha hecho el gaditano ha sido no pensárselo dos veces, abreviar, tomar el camino de en medio y matar a las primeras de cambio. Dicho esto haya que destacar el antológico tercio de banderillas a cargo de David Adalid y Rafi Goria en este novillo, haciéndolo todo, ganado la cara con el animal esperando, exponiendo entre los pitones, para colocar los pares con una maestría fuera de serie. Enormes los dos, igual que estuvo otro torero de plata en el tercero, Juan Carlos Rey, sensacional, los tres tuvieron que desmonterarse esta tarde. Tuvo que lidiar el gaditano otro sobrero como segundo bis que no tuvo nada, a la defensiva, soltando arreones, quedándose debajo, absolutamente imposible. Digno y voluntarioso Pepe Luis pero nada más. Tanto a él como a Lalo creo que aún les queda camino por recorrer y espero que sea con mejores novillos que los de hoy, muy malos, sin paños calientes.

Antonio Vallejo



 

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