sábado, 18 de mayo de 2024

La emoción del poder y la verdad

Señoras y señores, el toreo es algo que hay que vivir y el que no quiera entenderlo que no lo haga, allá él, pero que nos deje  sentir la emoción inmensa que es capaz de generar. Esta tarde de Las Ventas ha sido eso, emoción, infinita, de principio a fin, de pitón a rabo, todo un conjunto de sentimientos desbordados gracias la suma de valores tan en desuso hoy en día como la verdad, la pureza, la entrega y el valor. Desde que Miguel Ángel Perera se fue a recibir a porta gayola al que abría plaza hasta que Ginés Marín ha pasaportado al que la cerraba todo ha sido un caudal de emociones incontenidas que han alcanzado por momentos el estado de éxtasis. Por cierto, hoy ocupaba una localidad de barrera del 1 Alberto Nuñez Feijoo, quien allá por 2011 era presidente del gobierno regional de Galicia. No lo sabía pero lo he leído por casualidad y no sé si recordará lo que hizo usted, el que ahora se supone que es líder de la oposición, o eso dicen, por aquel entonces, pero me he tomado la molestia de buscarlo para comprobarlo  y lo he encontrado. Resulta que el periódico El Mundo publica una noticia el día 23 de diciembre de ese año cuyo titular es el siguiente: "Galicia prohibirá el acceso de menores de 12 años a espectáculos taurinos". ¿Y saben con quién votó y alcanzó él y su PP gallego dicho acuerdo? Pues nada menos que con el Partido Socialista de Galicia y el BNG. ¡olé sus...!, lo mejor de cada casa. Lo que hoy ha visto y sentido en esa barrera, sobre todo cuando le ha brindado Perera un toro, ¿realmente cree que perjudica o trastorna a un niño?, ¿realmente quiere  vetar o prohibir  la posibilidad de que los niños españoles puedan vivir y sentir una tradición cultural ancestral tan nuestra?, ¿realmente quiere hurtarles de aprender de los valores supremos del toreo, valor, sacrificio, respeto, entrega, superación, etc?, ¿realmente quiere robar a los padres la libertad de que  sus hijos aprendan desde muy pequeños a amar y respetar al toro bravo y a nuestra Fiesta como he enseñado yo a mis hijas, hoy grandes aficionadas?, ¿realmente estaría dispuesto a aliarse con enemigos del toreo como Urtasun y Puente y propugnar una aberración como la de aquel 2011, pero en toda España, a cambio de un puñado de votos por hacerse el progre?. Piense, medite y, por favor, vuelva a ver repetida esta corrida en OneToro Tv, así se dará cuenta de lo grande que es el toreo y lo que representa. Nosotros vamos a seguir en esta trinchera, defendiendo lo nuestro, con el valor del toreo, ¿lo tendrá usted?
Una corrida  de La Quinta extraordinaria de presentación y muy seria a excepción del sexto, totalmente fuera de tipo, alto y destartalado, pero los otros cinco santacolomas de verdad, magníficas hechuras, preciosa láminas, que además, a excepción de tercero y sexto, deslucidos, han tenido comportamientos variados pero todos con enorme transmisión y emoción, cada uno a su manera, destacando por encima de todos el bravo, encastado, y terriblemente exigente quinto. Si hay una cosa clara es que esta corrida no dejado a nadie indiferente y que se ha vivido con una intensidad que hace tiempo no recordaba. 
Sólo ver como Miguel Ángel Perera tomaba el capote y se dirigía con paso firme a porta gayola a recibir al primero era toda una declaración de intenciones de todo cuanto estaba por venir con la  larga  aguantando el parón con la que recibió al santacoloma y que puso el alma en vilo. Un toro con movilidad y repetición en el capote, con ese comportamiento propio de su encaste, metido en los vuelos, reponiendo que empujó en el caballlo y cumplió en banderillas, esta vez con Jesús Díaz "El Fini" y Vicente Herrera completando un notable tercio. Inicio de faena con muletazos de tanteo buscando la distancia, la altura y el acople, toreando a su favor en ese inicio hasta emerger la figura de Perera de mando y poder. Han sido dos tandas por el derecho donde ha sometido al toro, poniéndole la muleta en la cara, llevándole muy tapado, temple divino, ni un toque a la muleta, la mano muy baja, arrastrando las telas, ligazón en el sitio, perfectamente colocado, series compactas y reunidas de enorme rotundidad, firmeza absoluta de Perera, y además con mucha belleza, ciñéndose la embestida, rematando con sensacionales de pecho. Y el toro que repetía con fijeza, el hocico por la arena, humillando, sometido por  el mando del extremeño. Tanto ha sido el poder que el animal  dijo basta y se  rajó, pero no Perera, que se lo llevó con inteligencia al abrigo de las tablas del 4 para componer un par de tandas de naturales tapándole la huida de gran hondura, ligados muy por bajo, maravilloso. Lástima que la espada le jugara una mala pasada porque parecía que la primera oreja caería de haber matado certeramente. Gusto y sabor han tenido las verónicas a pies juntos de saludo al cuarto, otro precioso santacoloma, de imponente trapío, que desde salida anunciaba su peligro, sin salirse de lo vuelos, viniéndose por dentro, sobre todo por el pitón izquierdo, comportamiento que mantuvo en la muleta. Se vencía, reponía y hacía hilo, complicado y de mucho riesgo por el sentido que desarrolló ante el que Perera se plantó valiente, hundió las zapatillas en la arena, le puso la muleta y compuso series en redondo y al natural de enorme mérito y valor aguantando las intenciones del animal por hacer presa, se colaba y buscaba rebañando. Firmeza y mando una vez más, poderoso, ligando los muletazos casi sin rectificar, por bajo, ligazón mágica, encajado y ceñido, dimensión de lo que es, una gran figura del toreo. Enorme la transmisión, los tendidos rendidos, y más enorme aún la emoción, los olés rotundos, la plaza en pie. Se tira con todo a matar y deja una casi entera que hace doblar al toro convirtiendo los tendidos en un mar de pañuelos. Petición claramente mayoritaria que, no tengo ni idea el motivo, algunos dicen que la estocada estaba algo trasera, no fue atendida por el del palco, el único que esta tarde sobraba. De verdad, es de miserable negar lo que era, una oreja de ley. Pero afortunadamente lo que nos ha dejado Perera vale mucho más que un apéndice cortado, el toreo es sentimiento y emoción, eso lo ha desbordado el extremeño.
Es lo mismo que ha ocurrido en el quinto, un bellísimo toro con hechuras para enamorar y una seriedad de impresión y mucha movilidad de salida al que Emilio de Justo recibió con una larga cambiada emocionantísima y al que lidió de una manera espectacular, llevándole a los medios andándole hacia atrás, con el capote abajo, llevando cosida la embestida, máxima expresión de capacidad torera y belleza, todo unido, como el recorte con el que lo dejó colocado para entrar al caballo. ¡Menudo tercio de varas el de Germán González!, toreando con la cabalgadura, citando en largo, el santacoloma que se arranca con galope trepidante, hunde la cara en el peto y empuja con celo y codicia y Germán agarra dos puyazos majestuosos que le sirven una atronadora ovación al retirarse por el callejón. ¡Cuanta belleza reside en este tercio cuando se ejecuta con tanta verdad y pureza!. También se sumó a la fiesta de la emoción Morenito de Arlés con dos buenos pares respondiendo a otra muy fuerte ovación. Bravo y encastado toro, muy exigente, ante el que de Justo se la jugó con máxima verdad, bailando siempre en la línea entre la vida y la muerte. Complicado, se venía por dentro y sabía perfectamente lo que había detrás de la muleta y se dejaba atrás, no daba respiro, iba y venía, se volvía y medía, buscaba. Enorme Emilio, plantado en la cara, firmeza y valor, bajándole la mano para tratar de someter las embestidas y arreones, muletazos de enorme mérito con el toro avisando. Tanto fue que en uno de esos le enganchó y volteó de manera muy fea, estuvo a merced del toro hecho un ovillo entre los puñales que eran los pitones, angustioso, pero una vez más gracias a Dios y el ángel de la guarda que envía a los toreros todo quedó en un susto tremendo. Repuesto de Justo volvió aún más firme y aún más envalentonado para meter a Las Ventas en un estado de auténtico éxtasis con el toreo por el pitón izquierdo, más verdad imposible, tragando lo indecible, aguantando las coladas del toro, la muleta alante, dibujando naturales poderosos, hondos, ligados, pura magia, como los que trazó con mano firme dándole el pecho, o el molinete garboso y torero con el que salió airoso de una de los muchos apuros en los que el toro le puso, o el trincherazo con el abrochó esta sensacional faena que iba para dos orejas. Silencio sepulcral cuando en los mismos medios se cuadra para matar, instante sobrecogedor, les juro que jamás recuerdo ese silencio en Madrid, ha sido algo inenarrable. La espada se llevó al traste esa Puerta Grande que ya se veía abierta, pero nada se podrá llevar de nuestra memoria la emoción tan intensa que hemos vivido en este quinto. Antes ya había presentado credenciales de Justo con el que hizo segundo. Las verónicas de saludo fueron sensacionales, acompasadas, sedosas, ganado terrenos para rematar con una media de cartel, tanto como el quite por chicuelinas ajustadas a manos bajas a la salida del caballo, de una belleza superlativa. Magnífico fue este tercio de varas a cargo de Juan Bernal y también emocionate el de banderillas  con Abraham Neiro "El Algabeño" y Pérez Valcarce colocando los pares con mucha pureza y exposición, sobre todo el tercero, clavando por dentro, mucho riesgo, teniendo que desmonterarse para responder otra atronadora ovación. No cumplió igual el de la Quinta en la muleta, desentendido, echando la cara arriba, sin entregarse, a pesar de lo cual de Justo trató de conducir la embestida con temple, lo intentó con buen trato por ambos pitones pero la faena nunca logró tomar vuelo.
Ginés Marín, por desgracia, ha pasado inadvertido al encontrarse con un lote deslucido que no dio opción alguna, especialmente el sexto, que tuvo una embestida descompuesta acorde a sus destartaladas hechuras. Lo intentó todo el jerezano pero fue imposible, buscó todas las teclas pero su lote desafinaba por todas partes. Lo que no entiendo es que querían algunos que hiciera, especialmente ese que con frecuencia suelta el grito que trae preparado de casa, "se va sin torear", buscando su segundo y medio de gloria. 
En fin, que entre los del palco y algunos notas sueltos...¡que paciencia!. No hubo orejas, y me da igual, no me van a quitar lo sentido, y me quedo con las dos vueltas al ruedo, eso vale más, eso es realmente el toreo, la emoción vivida, la del poder y la verdad.


Antonio Vallejo

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