Otra más de "no hay billetes", así empezaba ayer, ¿no?. Hoy toca lo mismo, se repite el lleno en los tendidos, es la norma de este San Isidro 2024. Y al igual que ayer, y no sé cuantos días más han sido, otra confirmación de alternativa, la del chiclanero Christian Parejo. También parece la norma de esta San Isidro, y todavía queda otra más el próximo jueves 30, la feria de las confirmaciones. Y como también está siendo la norma, un solo toro que se puede salvar dentro de un encierro completamente deslucido y con mínimas opciones para el lucimiento y nulas para el triunfo. Esto también es una confirmación, pero no de alternativa, sino del fracaso.
Y si he empezado como ayer también conviene seguir igual que ayer, con el desconcierto, hoy en el apartado ganadero, concretamente en cuanto a la presentación. Si lo de ayer era una escalera lo de hoya ha sido un laberinto de hechuras y de tipos en la que ha habido de todo, algo que si nos paramos a pensar un rato tampoco debe sorprendernos, porque la Ventana del Puerto actualmente es de procedencia Jandilla, Es decir, Domecq, pero viene de lo mismo que Puerto de San Lorenzo, segundo hierro de Lorenzo Fraile, procedencia Atanasio-Lisardo, que remendaba la corrida con el cuarto de la tarde, por si faltaba algo. Es decir, hablar de tipos hoy es para nota, unos eran atanasios, otros han tirado a lisardos, en alguno había de todo un poco, otro más a Domecq. En general con volumen y kilos y muy ofensivos por delante, pero difíciles de definir en cuanto a hechuras. Quizás el que más me haya gustado en ese aspecto haya sido el primero, curiosamente el único salvable de la corrida. Un castaño de bellísima estampa y enorme seriedad con el que ha confirmado Christian Parejo y que ha tenido movilidad y nobleza, además de un punto de bravura mientras ha durado, que ha sido poco, tres tandas y poco más en la muleta. Pero si lo comparamos con sus cinco hermanos ha sido una maravilla ya que no han tenido ni bravura, ni raza, ni casta, ni fuerzas, ni nada, deslucidos, alguno en ese indefinido y etéreo grupo de los toros "manejables", esos que pasan sin decir nada, sin entregarse lo mínimo y que, por no tener, no tienen la mala leche de otros que rebañan y buscan herir con saña.
Si partimos de esto, ¿que se puede esperar?. Pues solo lo que ha sido esta tarde, un fracaso. Y no será porque la terna no ha estado a la altura. Christian Escribano ha mostrado buen manejo del capote en el de su confirmación, a pies juntos en el saludo, mucho gusto en los lances, ganando terreno, chicuelinas en los medios y un remate lleno de aromas, así como las tafalleras rematadas con una buena media para replicar a Castella en quites. Y con la muleta ha dejado buenas sensaciones, firme y con buenos conceptos, siempre buscando la colocación, adelantar la muleta y correr la mano por bajo, con sentido del temple y clase en su toreo. Han sido tres series en redondo las que ha aguantado el primero, reunidas, ligadas, profundidad y ritmo, encajado, pasándoselo muy cerca, con emoción y transmisión, con unos de pecho muy buenos, largos, a la hombrera contraria, y muy lentos. Poco permitía por el izquierdo y se acabó la gasolina, pero ha intentado sacar lo máximo sin renunciar a hacer las cosas bien, pero el conjunto se ha venido abajo por las ausentes condiciones del animal. Con el sexto, una mole de 575 Kg sin entrega alguna, la cara por la nubes, brusco en el embroque y violento en el remate, derrotes secos, igual de firme, seguro y comprometido. Era un bicho para pocas alegrías, pese a eso ha seguido buscando hacer las cosas bien ha aguantado arreones y tornillazos, ha tragado cuando se le vencía por uno y otro pitón, ha expuesto sin inmutarse, muy tranquilo, y le ponía la muleta para intentar llevarlo por bajo y someterle, pero no había manera, no humillaba, se quedaba debajo y punteaba las telas con aspereza. Lo ha pasaportado con rectitud y enorme habilidad al segundo intento, algo realmente complicado contemplando la escena, el toro más alto que él y perfectamente podía haber 1 metro de pitón a pitón, mucha verdad en la suerte suprema que refrenda la buena imagen que ha dejado en Las Ventas.
Sebastián Castella y Daniel Luque se han topado con dos lotes imposibles con los que poco se podía hacer. Y si estas dos figuras no pueden hacer nada...¡como serían los toros!. Dos toreos poderoso, cada uno con sus registros, pero capaces de sacar de donde no hay. Hoy ni eso,¡como habrá sido la cosa!. Toros in raza, sin poder alguno, sin fuerzas, deslucidos. Lo mejor las series al natural de Castella en el segundo, hondura y ligazón, encajado, corriendo bien la mano, metido en los vuelos, y el compromiso en sus dos toros, tratando de buscar la distancia para componer el toreo largo pero no respondían, luego acortando las distancias para llegar a las cercanías y meterse entre los pitones clavado al suelo, pasándoselo por uno y otro lado sin enmendarse, ese toreo marca d la casa en el que se siente como pez en el agua. Y todo esto, como es norma no este años sino todos, entre protestas y reproches a todo cuanto haga por parte del grupito de siempre. Y de Daniel Luque destacar el magnífico trato, la suavidad, el mimo y la finura con que ha cuidado a su lote ante la falta de casta y fuerzas. Al tercero le planteó la faena por bajo, doblones muy toreros cargados de aromas sevillanos para arrancar, pero no daba para más. Deslucido y derrumbándose si le bajaba la mano tuvo que llevarlo a media altura, mucho temple, pero faltó ritmo y transmisión. Más o menos como en el quinto, le concedió la altura, toreó a favor del toro, temple a media altura en las series por el pitón derecho, poco a poco bajando más la mano, surgieron redondos profundos con Luque relajado, con desmayo, la muleta arrastrada, enroscándoselo a la cintura, pero no aguantaba y perdía las manos. Igual que con Castella, contínuas protestas del grupito habitual, que ya sabemos que no perdonan el pecado mortal de Luque, haber salido triunfador del abril sevillano. Y ha sido en este quinto, en el que también los gritos contar el ganadero subían enteros, donde ha llegado el momento coña de la tarde. Un alguien que debía andar por el 8 alto ha gritado lo más alucianante y ridículo que he escuchado jamás, y cuidado que hay amplio repertorio en ese aspecto. Atentos a la frasecita: "Ganadero, te dije que no volvieras". ¡Toma ya!, con un par. Debe haber sido alguien tremendamente importante e influyente en el mundo del toreo o en la empresa de Las Ventas para haber soltado semejante chorrada (perdonen la expresión pero no encuentro otro calificativo). Así está el patio.
Como hoy va de lo que está siendo norma hay que hacer un apartado para lo que también es norma, pero esta vez para bien. Una tarde más han brillado los de plata, tres tercios de banderillas extraordinarios, los tres primeros, un lujazo, de poder a poder, ganando la cara, reuniendo y clavando con pureza y verdad para salir del encuentro andando con torería para recoger posteriormente montera en mano las fuertes ovaciones dedicadas por toda la plaza. Y es que el lenco de nombres que hoy se han reunido en le ruedo venteño ha sido de la máximísima categoría. Nada más y nada menos que José y Antonio Chacón, Rafael Viotti, Julio López, Juan Contreras, Iván García, Jesús Arruga, Miguel Ángel Sánchez y Vicente Herrera. Si es que cuando las cosas se hacen bien, cuando se brega y se parea con maestría, el resultado solo puede ser el que ha sido. ¡Grandes toreros!.
Mañana viene otra de "no hay billetes", espero que sea la única norma que se siga.
Antonio Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario