lunes, 27 de mayo de 2024

Ni fu ni fa


 Corrida mixta la de este tercer domingo isidril, de rejones y a pie en el mismo paquete (los cursis de ahora dirían pack), un 2 x 1 de un supermercado, o dos festejos en uno para un optimista. No sé si ya se habrán dado cuenta que no me gusta esta mezcla, no acabo de entender el por qué y el para qué ni lo que aporta a cada uno. Por cierto, que ya hemos visto esto alguna otra vez en años pasados, una o dos que recuerde, y el resultado, si la memoria no me falla, no fue precisamente para salir soñando. Es solo cuestión de gusto y una opinión, me parece algo artificial e innecesario puesto que el toreo a caballo y el de a pie tienen su espacio, su público y su importancia y con estos experimentos creo que ambos salen perjudicados. Pero bueno, es lo que se anunciaba para este domingo y está claro que interesaba porque la plaza, un día más, se ha vuelto a llenar para ver a Diego Ventura, Cayetano y Ginés Marín con dos toros de El Capea para el rejoneador y cuatro de Montalvo para la lidia a pie. Como decía al inicio alguien podría hablar de dos festejos en uno, pero creo que sería más acertado hablar de  un minifestejo y un festejo reducido en el mismo día, cada uno por su lado, nada que ver uno y otro, dos mundos paralelos que no pueden tocarse, tan respetable e importantes uno y otro, ni más ni menos. No sé si esta percepción la ha tenido el público que ha llenado los tendidos porque la sensación que me ha dado la tarde es de letargo, la gente adormecida, sin acabar de centrase en una cosa o la otra, quizás incluso con cierto grado de confusión con tanto vaivén, ahora caballos, ahora a pie, otra vez caballos, ¿este qué toro es?, ¡pero si lleva los cuernos "cortaos"! que ha dicho alguno una o dos filas por encima mío con grandes dotes de captar los detalles en el primero. Es lo que tienen estos experimento, muy pocos de los abonados habituales, por algo será, pero mucho interés por parte de espectadores poco habituados a ver toros. Por lo menos no ha habido otra confirmación de alternativa, ya hubiera sido la repanocha. Así que contar lo de hoy croe que debe hacerse separando uno y otro toreo, me parece lo más oportuno. 
Diego Ventura es casi sinónimo de triunfo, y hoy de nuevo lo ha rozado. Los dos toros de El Capea han sido fácilmente reconocibles por su morfología, Murubes típicos, hondos, cuajados, cortos, sin demasiado cuello. Con movilidad los dos, noble y con fijeza el primero pero al que le faltaba un punto de empuje para transmitir más, con emoción y muy buen tranco el que hacía cuarto, que llegó mucho a los tendidos. Algo más fallón de lo habitual Ventura en su primero, un rejón de castigo y una banderilla larga que no encontaron toro, pero al final montando y toreando con mucha técnica y exposición. La cuadra del portugués es una maravilla, un preciosidad de caballos que ofrecen la grupa y el lomo una muleta y que pisan unos terrenos arriesgadísimos en las cercanías de los pitones. Ha habido un detalle con Guadalquivir en el saludo al primero que me ha dejado impactado, un movimiento que ha hecho que parecía talmente una trincherilla. Fabuloso ha hecho las delicias de los aficionados con el toreo a dos pistas, el toro cosido al lomo, dos vueltas completas al anillo para después montar a Bronce - ¡que maravilla de caballo! - en los dos toros para colocar banderillas largas de manera espectacular. Es increíble este caballo, como baila delante del toro, en el cuarto ha sido algo mágico, girando alrrededor del toro, enfrentándole la cara para atraerlo, una locura, quebrando en la misma cara y en un palmo de terreno, embroque muy ceñido y una colocación de las banderillas portentosa. Es  Velázquez el elegido para recibir al cuarto y colocar dos rejones de castigo precisos en otra lección de doma y Nómada con el que empieza a calentar a la plaza con un toreo arriegadísimo, por dentro, quiebros imposibles saliendo entre los pitones y las tablas con una facilidad increíble, parecía que no había sitio para pasar pero pasó, alucinante, además de unos adornos, cabriolas y giros 360º sobre su eje inverosímiles. Ya encendida la mecha de la emoción fue Lío el que montó el idem con una pureza y exposición tremendas, llegando hasta la cara del toro, quebrando en el último segundo, elegancia y efectividad de la mano, espectacular, la plaza en pie, más aún con Bronce y su superlativa calidad, un ballet alrededor del toro, algo único, llegando al éxtasis cuando le quita la cabezada y coloca un par a dos manos antológico con la plaza en pie completamente entregada. A la hora de colocar banderillas cortas, rosas y matar ha montado a Gudiana, otro espectacular caballo con el que dejó un rejón de muerte arriba en el primero con el que tardó mucho en doblar el toro enfriando la posible petición de oreja y que en el cuarto, cuando las dos orejas se olían, creo que se precipitó un poco, quizás le faltó una gota de paciencia y las esperanzas de triunfo se esfumaron, más no se esfumará de la memoria la sensacional faena al cuarto, para enmarcar, propia de un maestro de época como Diego Ventura. 
Hasta aquí el minifestejo de rejones que realmente fue lo más vibrante de la tarde. No puedo decir lo mismo del festejo reducido con cuatro toros de Montalvo, correctos de presentación aunque desiguales de hechuras, muy serios, eso sí, acabados en puntas pero que dieron un juego pobrísimo, con las manos por delante, sin entrega, ausencia de bravura y raza además de una falta fuerzas evidente y alarmante. Muy, muy, muy deslucidos. Si lo resumimos en una sola palabra, malos. Decepción absoluta en medio del letargo que ha llevado a no apreciar ni valorar cosa que han hecho Cayetano y  Ginés Marín de mucho mérito, empezando por la falta de sensibilidad al no reconocer, aunque hubiera sido una mínima ovación, el compromiso de Cayetano por hacer el paseíllo solo 48 horas después de haber recibido el palizón del viernes cuyas secuelas aún soporta, seguro. Cualquiera de nosotros aún estaríamos en la cama sin poder movernos. Quizás si se hubiera llamado de otra manera... Lo digo sin tapujos, ambos han estado muy por encima de sus lotes y han sacado lo poco que tenían y, en el caso de Marín, mucho más de lo que probablemente hubiéramos visto en otras muchas manos, especialmente ante el sexto bis, un sobrero de José Vázquez muy justito de presencia para Madrid que además se comportó como un manso de libro ante el que Ginés estuvo muy, muy, muy firme ante la indiferencia general y la injusta incomprensión de algunos. No humillaba, a la defensiva por su mansedumbre, le concede todas las ventajas, a media altura, enorme temple, conduciendo la embestida con un mimo y una suavidad suprema, poco a poco le baja la mano pero no aguanta, algunos derechazos y naturales desbordan profundidad y hondura, sobre todo en un par de tandas mediada la faena. Todo y más lo ha hecho Marín pero era muy difícil transmitir con un toro de condiciones tan pésimas como es, más aún con unos tendidos desconectados y con ganas de irse a casa. Una pena que no hayan apreciado la capacidad enorme de Ginés Marín, para el aficionado creo que ha sido una faena de mucho mérito y reconocimiento. Desordenado y descompuesto el tercero, se venía por dentro por el pitón derecho, por el izquierdo iba a su bola, desentendido a la salida, se iba por fuera, siempre obligaba a perder pasos impidiendo la ligazón, y encima algunos se lo reprochan. Enorme valor algunos derechazos y naturales que roba a este toro que además de lo dicho careció de entrega y fuerzas, a la defensiva y con la cara por las nubes. Lo dicho, muy por encima el jerezano. El lote de Cayetano igual de malo o incluso peor, nula entrega, sin recorrido, no pasaban, se quedaban debajo revolviéndose y reponiendo, embestidas a arreones. Torero de raza que no se arrugó pese al mal estado físico con el que estoy seguro ha toreado esta tarde dominical pero que no le ha hecho renunciar a presentar batalla a sus enemigos, incluido hoy el viento que ha molestado bastante en algunos pasajes de la corrida. Muy digno Cayetano que ha estado con mucha dignidad ante la evidente imposibilidad. Se ha puesto y les ha puesto la muleta, ha tratado de dibujar series por ambos pitones pero las nulas condiciones de los de Montalvo evaporaban cualquier atisbo de lucimiento, Igual que Marín, por encima de su lote.
Otra tarde siguiendo la norma que hablábamos ayer, seis toros, hoy en batiburrillo, de los que solo se salva uno y un poco otro, los dos de rejones, así como Diego Ventura en maestro y la buena labor de Cayetano y Marín ante el naufragio. Mañana hay descanso, que viene bien. Volveremos el martes con ánimos renovados a la novillada que abre una semana interesante de corridas de toros y la última de rejones, completas, cada una en lo suyo, sin mezcolanzas ni artificios, nada de experimentos mixtos que al final acaban como ha acabado el de hoy, ni fu ni fa. 

Antonio Vallejo

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