Es muy desilusionarte ver lo poco que interesan las novilladas. Hoy ha sido un ejemplo, media entrada en una tarde de mucho calor en la capital, unos tendidos prácticamente vacíos y los demás con muchos parches de cemento entre los aficionados. Y si esto es en Madrid en pleno San Isidro, no quiero ni pensar lo que será en el resto de plazas. Nos quejamos de que no salen novilleros, que son el futuro de la Fiesta, pero a ver qué empresa invierte en festejos que no le den ni para cubrir gastos. Hoy, sin ir más lejos, han hecho el paseíllo tres novilleros que en la pasada temporada torearon 16 tardes en le caso del portugués Juanito, 5 el salmantino Antonio Grande y 8 el mexicano Diego San Román. Escaso bagaje, más si tenemos en cuenta que Grande y San Román debutaron con picadores en septiembre de 2017 y enero de 2018 respectivamente, siendo Juanito el que más recorrido tiene ya que debutó con picadores en marzo de 2016. Toda la vida, cuando un novillero llegaba a Madrid, llevaba a sus espaldas 40 ó 50 novilladas a sus espaldas, si no eran más, pero ahora llegan a Madrid buscando la puerta que les abra el camino hacia la gloria o, al menos, hacia la soñada alternativa. Y, claro, eso se nota. Por un lado tiene su lado bueno, que estos jóvenes vienen a tirar la moneda, a jugársela a cara o cruz, lo que se traduce en unas ganas y una entrega fuera de toda duda. Pero claro, las carencias saltan a la luz cuando salen novillos con complicaciones como los de hoy, o cuando se les echan auténticos toros, algo que este año afortunadamente se está cuidando más y los novillos que se han lidiado en las tres novilladas del ciclo han sido novillos, aunque alguno, por hechuras, pasaría por toro en muchas plazas.
Esta tarde los anunciados eran los de Fuente Ymbro, seis novillos de muy buenas hechuras, serios pero sin exageraciones, en general agradables de cara, pero que en cuanto a juego no han cumplido con lo que se esperaba de ellos. Desrazados, sin entrega, deslucidos, con un punto de mansos, una novillada deslucida que ha dado pocas opciones a una terna que no les ha perdido la cara en ningún momento y que, con las carencias lógicas, ha estado por encima de los novillos, aunque solo sea por exposición y disposición.
Juanito poco pudo hacer con un primero que se frenaba en el capote, sin fijeza, deslucido, que en el caballo peleó sin clase, mucho ruido de estribo, y que en banderillas anduvo muy justo de movilidad. Incio por bajo, rodilla en tierra, llevándolo sometido, poderoso. Al novillo no le gusta y cabecea, protesta a cada muletazo, muy incómodo por el pitón derecho. Por el izquierdo parece ir algo mejor, más acople una tanda de naturales más entonada, lo mejor de la faena porque todo lo demás fue un intento a base de firmeza, técnica, temple y mano baja por parte del portugués para tratar de sacar muletazos al fuenteymbro, algo casi imposible. Unos ayudados por alto y las trincherillas finales fueron detalles del toreo que lleva dentro y que el novillo no le permitió lucir. Mata de una entera trasera suficiente para pasaportar al animal. El cuarto salió con las manos por delante, midiendo y cortando en le capote. Bonito ha sido el galleo por chicuelinas con el que el portugués lo llevó al caballo. El inicio por estatuarios, electrizantes cambiados por la espalda hilvanados a un cambio de manos con gusto y uno bueno de pecho, invitaba a soñar. Buena colocación de Juanito, lo lleva con temple, aguantando la embestida a oleadas del fuenteymbro, intentando llevarlo por bajo, con mucho mérito por las dificultades del novillo. Lo mejor de la faena vino en una tanda de derechazos a mitad de faena con profundidad, largos y ligados por abajo en la que el novillo humilló y se entregó que coronó con un cambio de mano muy torero y uno de pecho sensacional. Luego volvió a medir y soltar la cara, pero siempre se encontró la muleta de Juanito intentando someterle. Encomiable el esfuerzo y las ganas del novillero, clara demostración de ello las bernardas finales, algo atropelladas pero cargadas de pasión e ilusión. Más no se le puede pedir, ha venido a Madrid a por todas y no se ha reservado nada. Además también mata de una entera fulminante que se merece la ovación con saludos que Madrid le tributó.
Antonio Grande hacía su presentación en Madrid con un segundo para mi gusto bellísimo de hechuras, abrochadito de pitones, como me gusta, al que recibió con elegantes verónicas rodilla en tierra en las que el fuenteymbro mostró fijeza. Bonita fue también la rivalidad en quites, aquí nadie quería dejarse comer la tostada. Un quite por gaoneras de San Román fue replicado por Grande con otro por chicuelinas a manos bajas y el compás muy abierto, preciosas, que remató con una media de rodillas arrebujada. Inicia la faena de rodillas, con un farol en el que casi es arrollado por un novillo que se arrancó como un tren. Las dos primeras series por el pitón derecho fuero sensacionales, rotundas, la muleta adelantada, redondos largos y poderosos, tirando del toro, la mano baja, con ligazón, siempre en le sitio, rematados por magníficos pases de pecho. Un cambio de mano en otra serie fue realmente delicioso, como también lo fueron algunos trincherazos y uno de desdén que intercaló con las series de redondos, pero ahí se acabó el novillo. Por el izquierdo fue menso claro, meso recorrido y entrega, con Grande siempre tratando de templar y conducirlo por bajo, pero iba a menos y su buena condición de inicio viró a la defensiva soltando la cara. En cualquier caso, entrega y calidad del salmantino, actitud de novillero, atacando. No anduvo fino con la espada pero la afición recompensó con una ovación sus buenas maneras.El quinto no le permitió lucimiento alguno, suelto de salida, sin entrega en el capote, además de mostrar cierta blandura. Prologa la faena por bajo, poderoso, obligando al novillo, pero este pierde las manos por su falta de fuerzas. Sin recorrido, no pasa, mete bien la cara al inicio del muletazo pero se queda abajo, sin completarlo, suelta la cara con violencia y peligro, aguanta una barbaridad Grande, firme y valiente, bien colocado y tratando de tira del novillo con la muleta puesta en la cara, , voluntarioso hasta la extenuación. No entiendo que se le haya afeado la prolongación de la faena, creo que hay que tener comprensión y sensibilidad hacia estos novilleros que viene con todas la ganas del. mundo y que encima lo hacen bien, como ha sido Antonio Grande esta tarde. El mundo del toreo siempre se ha caracterizado por su generosidad, la afición también debe serlo cuando se merece.
Diego San Román recibió al precioso tercero por verónicas ganado pasos, un novillo que se colaba por el pitón derecho y que no mostraba demasiada fijeza. Muy bien Tito Sandoval en un magnífico tercio agarrado arriba, midiendo el castigo perfectamente. Pero cantó la gallina al primer muletazo, en un estatuario con el mexicano clavado en los medios al que se arrancó el fuenteymbro, que pasó y siguió su camino buscando la huida. Eso fue toda la faena, una constante huida del novillo al salir de cada muletazo, y cuando no lo hace porque San Román le llevaba muy tapado en la muleta, se defendía y soltaba la cara con peligro. No se arrugó el mexicano, para machos ellos, aguantó parones, miradas y derrotes estoicamente. En uno de ellos le prende de la chaquetilla, afortunadamente sin consecuencias. Se repone y vuelve a la cara como si nada, envalentonado, es increíble lo de estos hombres. Toro para machetear por bajo y quitárselo de en medio lo más rápido posible, pero el de Querétaro estaba en Madrid y no podía despreciar esa oportunidad. Bernardinas finales de infarto y un estoconazo volcándose que revienta al novillo son merecedores de una calurosa ovación que responde desde el tercio. El sexto, con hechuras de toro, otro ejemplar de bellísima lámina, sale suelto y desentendido en le capote, no mejora en varas y en banderillas se muestra reservón. Huye de cada muletazo, otro manso, igual que su hermano, a la defensiva, soltando la cara, tronillazos violentos, además se va por dentro, y en unos de esos pases suelta un derrote seco que lanza por los aires a San Román, hasta tres veces lo ha volteado, convertido en un auténtico muñeco de trapo a merced del fuenteymbro. La cogida parecía más de lo que ha sido, afortunadamente solo un tremendo susto, pero tampoco le ha encogido al mexicano, que ha vuelto a la cara y de nuevo le ha puesto la muleta adelantada para tratar de llevar toreado por bajo a un novillo ingobernable. Más valor imposible, mas entrega no se le puede pedir, se la ha jugado a cara de perro tragando lo indecible en un arrimón final lleno de sinceridad, con los pitones en la barriga, y el novillo parado, mirando y midiendo antes de soltar otro derrote. Inmenso mérito y verdad la de Diego San Román, honesto y dispuesto, por lo que la ovación con la que ha sido despedido me parece más que de justicia.
En definitiva, que en la tarde de hoy, la última de las novilladas, solo recordaremos la belleza de los fuenteymvbros y la raza de tres novilleros que, al menos a mi, me han causado una muy grata impresión a pesar de su escaso bagaje hasta la fecha. Ojalá tengan suerte y logren sus sueños.
Antonio Vallejo
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