miércoles, 12 de junio de 2019

29ª de San Isidro: Me cuesta mucho entenderlo


Una corrida de toros puede generar cantidad de sensaciones y sentimientos en quien la ve. Puede emocionar, puede asustar, también puede desilusionar e incluso aburrir, que es lo peor que puede decirse cuando uno sale de la plaza. Pero hoy he descubierto que una corrida de toros también puede dejarme inmerso en una mar de dudas y llevarme a la conclusión de que ni entiendo ni debo querer entender.
Una cosa que no acabo de entender es lo del torismo. Hoy se supone que era una corrida de las llamadas "toristas", también conocidas como "duras", y que como casi siempre ha tenido muchas más sombras que luces. De verdad, no entiendo lo del torismo ni entiendo que es ser torista, porque toristas somos todos los aficionados, porque nos gusta el toro bravo, porque consideramos que el toro es le centro de la fiesta y sin él no hay nada, ese es el verdadero torismo. Pero no, lo que llaman torismo es, como dicen mis hijas, postureo, es elegir unos hierros determinados y despreciar otros, es admitir todo en los protegidos y criticar todo en los apestados, y no hace falta que dé nombres. Es también tragar con lo que salga de toriles porque lleva una divisa de las que a un sector le gusta, como  el sexto de hoy, un tonel de 656 Kg, sin cuello, con una cara que se perdía en la inmensidad de la caja, estrecho de sienes, al que han ovacionado de salida por sus ¿hechuras?. Y es aplaudir en el arrastre a un toro como el cuarto, con poco recorrido, sin entrega, con la cara alta, soltando arreones, reponiendo, gazapón, sin clase alguna, ante el que Robleño ha estado francamente bien, perdiéndole los pasos necesarios, poniéndole la muleta y llevando conducida la descompuesta embestida del de Valdellán tirando de técnica y recursos de veterano, de torero hecho y maduro, tapando muchos de los defectos del toro y haciéndolo menos malo de lo que era, sacando redondos y naturales de mucho mérito, tirando de un toro complicado y correoso, agresivo y con un peligro que muchos no han visto o no han querido ver sumidos en una indiferencia absoluta hacia el torero, posicionándose a favor del toro pasara lo que pasara. ¿Eso lo llaman torismo?. El toro es fundamental, pero que nunca olviden que si no hay un torero que exponga su vida para crear arte ese animal no tiene sentido y la Fiesta menos. 
Tampoco entiendo mucho de lo que ha pasado en los tercios de varas, confundiendo la prontitud, la movilidad de una arrancada y la inercia  de muchos kilos en movimiento con la pelea de bravo en el peto. ¿Un ejemplo?, el sexto, que se ha arrancado en largo y ha pegado un topetazo al caballo solo por la inercia de sus 656 kg, pero que luego, no lo olvidemos, ha empujado con un solo pitón y en paralelo al peto en el primer puyazo, quedando el segundo, también arrancándose en largo, poco más que señalado arriba, sin castigarle y con el mastodonte de Valdellán sin empujar en exceso. La mejor pelea en varas la ha protagonizado el mejor toro de la corrida, el tercero, que sí ha colocado la cara abajo, que ha metido los riñones y se ha empleado en el peto, ese sí, pero los demás han cumplido sin que hayan sido precisamente la quintaesencia de la bravura. Vamos, el primero y segundo han sido testimoniales en el caballo, visto y no visto, el cuarto ha entrado bien, ha empujado de inicio y luego se ha dejado pegar mientras el quinto también se arrancó en largo, con buen son pero que a la hora de la verdad ha cumplido aunque sin acabar de emplearse abajo. Pero por momentos parecía que estábamos asistiendo al súmmum del tercio de varas, que no había mundo más allá de unas arrancadas en largo. 
Tampoco entiendo las constantes críticas y reproches a Iván Vicente durante sus faenas. Se las ha visto con un segundo alto y destartalado, feo de hechuras, justito de presencia a mi modo de ver pero que no ha tenido la mínima crítica y que para colmo no ha tenido ni un pase, sin clase, soltando la cara, arreones y tornillazos, sin recorrido. Lo que no entiendo es qué han visto algunos que se han puesto de parte del toro y hasta le han aplaudido en el arrastre. En fin, que debo ser duro de entendederas. Com tampoco entiendo la ovación desaforada al quinto, un toro que siempre mostró fijeza a tablas, desde el capote, al que el madrileño le sacó las dos o tres tandas buenas que tuvo, las primeras, derechazos con temple y largura, bien ligados, aunque tampoco se puede decir que humillara y se entregara, o que tuviera mucha clase, no, iba a media altura y pronto comenzó a cortar el recorrido y soltar la cara. De nuevo el sector torista tomó parte por el toro y despreció todo cuanto Iván Vicente hacía. Difícil de entender para mi.
El mejor toro de la corrida le ha caído en suerte al también madrileño Cristian Escribano. El tercero, el de menos peso de la corrida y aparentemente el más terciadito, aunque yo creo que realmente era el que más en tipo Santa Coloma estaba, porque salvo que me equivoque estos toros nunca se han distinguido ni por su carga de kilos ni por unos pitones exagerados, más bien tendente a cornicorto pero vueltos y muy afilados, como era este. Humilló y repitió en las verónicas templadas de Escribano, con tiro, ganando pasos. Como ya he comentado buena fue su pelea en el primer puyazo, con bravura, más medido el segundo y en banderillas mostró movilidad y fijeza, cualidades que conservó en la muleta, especialmente en las tres primeras tandas por el pitón derecho, acoplado, llevando la muleta adelantada, tirando del toro, redondos con largura, ligados con poderío, bajando la mano, series rotundas rematadas con magníficos de pecho. Hubo mucha emoción en esas tandas de derechazos. Bajó el nivel por el pitón izquierdo, seguía con movilidad pero no humilló igual, faltó el ritmo de las tandas anteriores aunque algunos naturales tuvieron hondura y calidad, pero el toro ya iba a menos. Volvió al derecho tratando de tirar del Valdellán para exprimir sus últimas embestidas, más disposición no se le pudo pedir. malogró todo lo hecho con la espada, una lástima porque estoy convencido que se le hubiera pedido la oreja. Hubo una ovación importante para el toro, lo que entiendo y comparto, pero lo que para nada entiendo es la petición de vuelta al ruedo para ese toro, hubiera sido perder el norte y dejarse llevar por un delirio torista y menos aún entiendo la desproporcionada pitada el getafense, supongo que por matar mal, olvidándose de su capote y su muleta. Vamos a ver, Cristian Escribano mató en 2018 cuatro corridas y este año era su primer paseíllo. Creo que hay que tener respeto y comprender que para matar bien hay que entrenarlo mucho y el mejor entrenamiento es torear y estoquear, y si no tiene oportunidades no puede torear, y si no torea no mata, y así podríamos estar  dándole vueltas hasta el juicio final. Pero como hoy tocaba torismo y ponerse solo a favor del toro, ¡qué más da lo que hiciera  Escribano!. Total, lo que hoy importaba eran las arrancadas al caballo.
Me cuesta mucho entenderlo. 

Antonio Vallejo


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