sábado, 15 de junio de 2019

31ª de San Isidro...y última


Así es, ayer viernes echó el telón este maratoniano San Isidro 2019, un mes exacto, de 14 a 14, con lo bien que hubiera resultado si este final se hubiera fijado para el pasado domingo 2 de junio dejando el anterior fin de semana y este para las tres corridas extraordinarias, que para eso son extraordinarias, para que luzcan, por sí solas, sin necesidad de encastrarlas en medio de un abono que ha ido perdiendo fuelle hasta llegar agotado a la meta. Exactamente igual que un maratón, empiezas bien, con ganas, pasan los primeros kilómetros y aguantas repechos y tramos complicados, llegas al medio maratón y te empieza a tocar las narices los cambios de ritmo, pero los aguantas mal que bien. pero, ¡ay amigo!, a partir del kilómetro treinta, en el último tercio de carrera, pasa en todos, llega el muro, el famoso muro, que dicen que es psicológico pero que en Madrid en Madrid es real. Volver de la Casa de Campo hasta acabar en el Retiro clásicamente y los dos últimos años en el Paseo del Prado porque a la alcaldesa que por fin hoy va a desaparecer del mapa le salió de sus mismísimo, es una tortura y se hace eterno, llegada agotado, se lo juro, que he corrido unos pocos. San Isidro ha sido eso, un maratón con su muro que ha sido la última semana, incluso podría largarlo dos o tres días más, salvando la corrida de Beneficencia que nos dio un respiro en medio de lo deslucido y poco atractivo de lo que hemos visto, por no decir aburrido, calificativo que oido emplear cuando hablo de toros porque me parece de largo el peor de todos. El aburrimiento es el peor enemigo de la Fiesta, y eso se ha visto en estos últimos nueve o diez días. Solo hace falta atender a la asistencia. Salvo la Beneficencia todas la tardes por debajo de los dos tercios de plaza, dos que no llegaron ni a media entrada y un par de ellas más con algo más de media, muy pobre. Espero que sirva dereflexión para el futuro porque creo que mi impresión y mi opinión es compartida por muchos aficionados y abonados, al menos hablando entre los muchos que conozco así es.
La de ayer no pude verla en la plaza y la vi por televisión,  por una serie de circunstancias que fueron llegando en los últimos días y que enredaron la situación de tal manera que me hicieron tener que variar diferentes planes que tenía para la tarde y noche de ayer, modificando unos o cancelando otros. Entre esas variaciones estuvieron los toros, para desgracia mía, algo que siento doblemente primero porque aunque me dijeran que esto iba dura una semana más seguiría yendo cada tarde, así es esta bendita afición, y segundo porque a quienes les cedí mis abonos no pudieron disfrutar de una gran tarde de toros, aunque estoy seguro que lo pasaron muy bien por la magnífica compañía. Sí, fue una tarde que siguió la tónica de estos días, tónica a palo seco, sin nada de ginebra para alegrarse un poco, una corrida de Fuente Ymbro deslucida y sin fondo, descastada y falta de raza, con muy escasos montes de emoción y muy pocas posibilidades de lucimiento para Jesús Martínez Barrios "Morenito de Aranda", Pepe Moral y José Garrido. Seis toros muy serios, esos sí, incluso me atrevería decir que algunos exagerados, tremendamente ofensivos y muy astifinos, desiguales de hechuras un tanto bastos, alguno con más romana que otra cosa. Una corrida que, como ha ocurrido a lo largo de las 27 corridas de a pie del abono - 24 de toros y tres novilladas - no se empleó en el capote, algo que no tiene explicación lógica, que de 162 toros lidiados, sobreros al margen, se puedan contar con los dedos de una mano los que nos han brindado un saludo capotero lucido y emocionante. Tarde tras tarde me habrán leído lo mismo, quizás hasta cansarles, toros que salen con las manos por delante, la cara alta y que no se entregan en el capote. A bote pronto solo recuerdo el saludo de Ginés Marín a un toro de Garcigrande, a David de Miranda con los juampedros el día de su confirmación de alternativa y al novillero Francisco de Manuel con un utrero de La Quinta. Lo demás han sido habas contadas en el capote, muy alejados de esas verónicas apasionantes con las que otros años nos han deleitado nombres como Morante, Manzanares, Ponce o Cayetano, ausentes este año, y los presentes, sensacionales capoteros como Juli, Ginés, Ferrera, Castella o el mismo Morenito de Aranda ayer, no han podido brillar por las escasa condiciones de ls toros en el primer tercio. No se cual será la causa, pero es llamativo que el porcentaje de toreo de capa con emoción y sentimiento haya sido tan ridículo, reducido prácticamente a lo testimonial. Es cierto que ha habido quites muy buenos, casi siempre por gaoneras o saltilleras, algunos más  por chicuelinas y también ha sido testimonial el quite por excelencia, por verónicas, que tan solo lo recuerdo de Juli, Ginés Marín y uno ayer de Morenito de Aranda. Todos los lances de capa son bellísimos, sin duda, pero a dónde te lleva una verónica templada, mecida, acompasada, eso no tiene igual. Morante, ¡cuanto te he echado de menos!. Para seguir con lo que tantos días también ha habido que repetir, una corrida que tampoco se ha empleado en varas, sin empujar abajo ni meter los riñones, dejándose pegar en la mayoría de los puyazos.
Con todo esto no es difícil imaginar lo que ha pasado en la muleta. Exacto, poco, muy poco.  Iba la corrida por el segundo y me llegó un WhatsApp de un buen amigo que decía, textualmente: Maestro, vaya tostón!!!. Y era el segundo de la tarde. No se equivocó, como suele ser, pocos conozco más acertados en los pronósticos taurinos, mezcla de saber y experiencia. 
Morenito de Aranda lidió un primero que manseó en el caballo y mantuvo su condición de manso en la muleta, aunque mostró algunos apuntes de nobleza y fijeza, pero sin entregarse. Buena disposición del burgalés que tan solo pudo sacar algunos muletazos de buen trazo, un par de trincherillas marca de la casa, preciosas y muy toreras, y nada más. Con el cuarto tan solo pudo dejarnos como muestra una media verónica de cartel en el saludo porque el fuenteymbro no se dejó más. Un toro que tuvo movilidad y mejor inicio que final de muletazo. Entraba bien en las series por el pitón derecho, tomaba un par de redondos con buen son pero al tercer muletazo se desentendía y soltaba la cara. Faena con intermitencias, a la que le faltó ritmo para tomar vuelo y en la que de nuevo nos dejó algunos detalles de su torería en otras trincherillas repletas de aromas toreros y un pase de desdén maravilloso. Poca suerte la del burgalés en este San Isidro, prácticamente inédito en sus dos tardes con lotes de pocas opciones.
Pepe Moral no tuvo su tarde. No es que sus toros fueran buenos, pero el quinto creo que fue el que tuvo más opciones, sin duda el mejor de la corrida, toro con movilidad apuntada elle quite por chicuelinas de Garrido y en las primeras arrancadas a los estatuarios del sevillano por largas cambiadas en el centro del anillo. Una veces el viento que una tarde más volvió a azotar con fuerza en Madrid, otras la falta de acople, el caso es que sus dos faenas fueron a menos. Incómodo vi a Moral ayer, sin acabar de encontrar la distancia ni el ritmo que pedían sus toros. repito, no es que fueran muy allá, pero sí que tuvieron nobleza, fijeza y cierto recorrido. Las dos primeras tandas por el pitón derecho al segundo tuvieron su profundidad y ligazón, por el izquierdo no pasaba, soltaba la cara y neta las telas y a partir de ahí la faena fue a menos, con el toro a media altura y el sevillano sin encontrar el sitio. Algo parecido ocurrió en el quinto, con movilidad, buen son y humillación en el inicio de faena. Trasteo sin ritmo y de nuevo con el sevillano incómodo, quizás encimando a un toro que creo que pedía algo más distancia y aire. Faltó acople y la faena quedo en un quiero y no puedo ante el toro que más posibilidades dio. 
El extremeño José Garrido volvió a dejar una muy buena impresión en Madrid, refrendando el. momento que atraviesa y su capacidad para poder a los toros. Al tercero pienso que lo entendió de maravilla, un toro nada fácil y exigente, que seguía la muleta con celo sin irse de los vuelos, obligándole a perder uno o dos pasitos en cada muletazo para poder colocarse. Enorme el tesón y la capacidad técnica de Garrido que acabó sometiendo al fuenteymbro en una tanda en redondo portentosa, poderosa y profunda, ligando por bajo, con enorme calidad. Fue lo mejor de una faena de mérito que se emborronó con un bajonazo que, en honor a la verdad, se debió a que el toro perdió una mano en le embroque y provocó la mala colocación de la espada. Las imágenes a cámara lenta de Canal Toros son una maravilla para apreciar esos detalles que en la plaza es casi imposible ver. El sexto de Fuente Ymbro fue devuelto por su evidente falta de fuerzas y en su lugar saltó un sobrero de Conde de Mayalde que conocía los corrales de Las Ventas como si hubiera nacido allí. Tengo por costumbre guardar los programas de mano y las hojitas anexas con las cuadrillas y los toros de cada tarde, me retomado la molestia de repasarlas  y Joyero, este sobrero de Conde de Mayalde, aparece las tardes del 20, 22, 23, 24 y 30 de mayo anunciado como sobrero en dichas hojitas. Hay otro también con el que estamos intimando los aficionados, Cordobán, de Valdefresno, un bicho de 652 Kg que lleva apareciendo como sobrero en los programas ni sé los días. El día que salga, espero que no sea ni hoy ni mañana, habrá que darle una ovación a la paciencia y el aguante en los corrales, va a ser casi como de la familia. Así salió Joyero, haciendo extraños y cosas raras, lo propio de un toro corraleado, frenándose, amagando,  muy feo. Arrancó con brío y algunas esperanzas la faena de muleta, se dejó sacar naturales con temple y cierta hondura pero duró poco, comenzó a soltar la cara y reponer, claramente a menos y cada vez con más brusquedad. No fue la tarde de Garrido con la espada y abandonó la plaza como sus dos compañeros de terna, en silencio, pues ese fue el resultado de la corrida, seis silencios seis.
Esperemos que tras el duro maratón isidril la Cultura de hoy y la Prensa de mañana nos sirvan para recuperar el cuerpo y sobre todo la cabeza, porque si ha faltado algo para agotarnos aún más ha sido el ambiente tan crispado y enrarecido que ha habido durante casi toda la feria, curiosamente rebajado en esta última semana que ha sido sin duda la peor, pero que contaba con nombres que gozan de bula para los agitadores, esa es la cuestión. Salvo Beneficencia, claro. La coherencia y congruencia, ya saben.

Antonio Vallejo

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