sábado, 13 de mayo de 2017
2ª de San Isidro: Magníficas hechuras y gran Morenito de Aranda
Otra tarde de incertidumbre climatológica, quien más quien menos mirando a los negros nubarrones que rodeaban la plaza de toros y que amenazaban con soltar su carga de agua en cualquier momento, como han estado haciendo durante toda la jornada. Insisto en lo que tantas veces he dicho, de toda la vida la primera parte de San Isidro ha venido pasada por agua, unos años más y otros menos, pero la lluvia ha marcado de siempre las primeras tardes, aunque ahora se empeñen en hacernos creer que se está calentando todo y nos vamos a convertir en desierto y que el clima está cambiando. ¡Y una leche!, la vida sigue igual, como la canción de Julio Iglesias, no me cansaré de repetirlo.
A pesar de lo desapacible de la tarde casi tres cuartos de plaza se han llenado para ver a Eugenio de Mora, Morenito de Aranda y Román frente a toros de El Ventorrillo, procedencia Juan Pedro Domecq Solís. Seis toros magníficamente presentados, variados de hechuras pero todos serios por delante, ofensivos, astifinos, terminados en puntas, algunos de bellísima lámina, el quinto me ha parecido un animal de una belleza extraordinaria, y otros algo más bastos a mi juicio, como primero y sexto, y que en cuanto a comportamiento también han tenido un denominador común, la mansedumbre, a excepción del muy buen quinto y el segundo, más noble y manejable.
Morenito de Aranda se ha llevado el mejor lote con diferencia. El segundo, suelto de carnes, muy serio, abierto de pitones, astifino, se mueve en el capote sin demasiada fijeza y empuja con cierta codicia en el caballo que monta Héctor Piña. No perdona Román su turno de quites y nos deja uno por gaoneras ceñidas, una saltillera y una larga por alto de mucho gusto. No se deja pisar terreno Morenito de Aranda y replica por verónicas templadas, sobre todo una lentísima acompañando el viaje con la cintura y una media de remate de cartel, con muchísima clase y sabor. Magnífico, sensacional el tercio de banderillas protagonizado por Roberto Martín "Jarocho" y Pascual Mellinas, con rectitud, ganando la cara del toro, cuadrando y colocando limpiamente los palos para salir del encuentro con torería. Ambos banderilleros han recibido una atronadora ovación a la que han respondido desmonterándose. Si algo ha demostrado Morenito de Aranda en la tarde de hoy es tener la mente clara y la cabeza despejada, dejando sensación de madurez y de torero centrado y hecho. A este segundo, noble pero con escasez de energías, lo ha toreado despacio, con temple, relajado, dándole la distancia, la altura y las pausas necesarias para sacar el máximo provecho a la calidad de sus embestidas. Han destacado dos redondos templadísimos bajando la mano y alargando el viaje rematados con uno de pecho largo, de pitón a rabo, que ha hecho escuchar los primeros olés de la tarde. Por el izquierdo se quedaba más corto y cabeceaba tocando la muleta y desluciendo algo los naturales que Morenito le ha dado presentándole el pecho, cruzado, perfectamente colocado, demostrando además de capacidad lidiadora una entrega y disposición fuera de toda duda. A pesar de fallar con la espada la sensación que ha dejado el de Aranda en este toro es la de un toreo en plenitud, un torero al que conocemos muy bien en Madrid, querido y respetado en esta plaza. Sensación corroborada y acentuada ante el quinto, un torazo, un precioso negro salpicado de extraordinaria hechuras, proporcionado, muy serio, dos auténticas velas, astifino, un toro cuajado que ha metido bien la cara en el capote de Morenito que lo torea templado por verónicas de mucho gusto. Tanto como el que ha mostrado llevando al toro al caballo de Francisco José Quinta para dejarlo perfectamente colocado en largo con un recorte torerísimo. El de Ventorrillo se arranca con brío y empuja en el peto metiendo los riñones. Tampoco perdona Román su quite, esta vez por tafalleras ceñidas y revolera de remate. Y al igual que en El Segundo el tercio d banderillas resulta vibrante y espectacular, extraordinarios los pares colocados por José Manuel Zamorano y Pascual Mellinas de poder a poder, en la misma cara del toro, reuniendo los palos y saliendo con torería máxima. De nuevo tienen que responder desmonterados la atronadora ovación del público los toreros de plata de la cuadrilla de Morenito que hoy han estado a gran altura tanto con los garapullos como en la brega, extraordinarios, ¡ole los toreros buenos!. Como comentaba antes, Morenito de Aranda ha demostrado alcanzar una madurez tremenda y tener las ideas muy claras, además de ser inteligente, listo y ver a la perfección las cualidades del Ventorrillo. Brinda al público e inicia la faena sin probaturas, en los medios, dándole mucha distancia, citando en largo para que el toro se arranque. Responde Cetrero, que así se llama este quinto, con un galope alegre, con tranco y buen ritmo hacia la muleta que le presenta el burgalés. Series en redondo templadas, ligadas y bajas que arrancan los olés de los tendidos, rematando con los de pecho largos, extraordinarios. Toro con movilidad y emoción, que repite y trasnsmite, al que Morenito ha sabido administrar perfectamente en cuanto a distancia, altura, tiempos y pausas en series cortas, medidas, dándole su tiempo para respirar, recuperarse y volver a citarle en largo y que responda con brío y alegría arrancándose hacia la muleta del burgalés. Lo olés han sonado con fuerza por primera vez en la feria, no era para menos, ante las emocionantes embestidas del animal, que no era fácil y había que saber sujetarlo como lo ha hecho Aranda con un toreo ligado, dejándole la muleta puesta, en la cara, tapándole la salida y cualquier intención de huir y rematando las series con trincherillas de enorme sabor y pases de pecho de mucha calidad. Por le pitón izquierdo se queda más corto, protesta, cabecea y engancha la muleta de Morenito, desluciendo los naturales que una vez más se los da sin esconder nada, citando de frente, cruzándose, algo que en Madrid gusta y se valora mucho. De nuevo ha demostrado su madurez e inteligencia volviendo inmeditamente a tomar la muleta con la diestra y finalizar la faena con una serie final templada, ligada, con la mano baja que despierta de nuevo los olés como antesala de los adornos finales por bajo con mucho gusto y torería. Un pinchazo y una casi entera en muy buen sitio que liquida al de Ventorrillo han sido argumentos suficientes para que afloraran los pañuelos en los tendidos. No sabría decir si eran mayoría o no, ni idea, a mi me ha parecido que estaba la cosa ahí-ahí, desde luego no he apreciado mayoría clara, pero el palco lo ha estimado así y ha concedido la oreja que, dicho sea de paso, me parece muy bien que la haya cortado Morenito de Aranda como reconocimiento global a su magnífica actuación ante sus dos toros.
Pocas, poquísimas opciones las que ha tenido Eugenio de Mora con su lote. El primero echa las manos por delante desde salida, la cara siempre arriba, no humilla y se va suelto. No luce en los primeros tercios, casi no se le pega en el caballo y en banderillas espera y no colabora lo más mínimo. Inicia el Toledano la faena con ambas rodillas en tierra cerrado en terrenos del 9, se cuela por el lado derecho. Siempre con la cara alta, soltando gañafones, revolviéndose y con tendencia a irse tablas, desentendiéndose de la pelea. Dispuesto y con ganas Eugenio de Mora pero no da para más este toro al que ha resultado complicadísimo matarle, que echaba la cara arriba, soltando arreones y haciendo hilo con el matador a la salida del encuentro con la espada. También malas condiciones ha mostrado el cuarto, un manso imposible que se aculaba en tablas y que no quería saber nada de la muleta del Toledano ante el que Mora no ha tenido ninguna opción.
Si hay algo que destaca de la actuación del valenciano Román en esta tres ha sido su disposición y entrega, intentando hacerlo todo bien, como ha demostrado en su turno de quites y en la muleta, colocándose y poniendo la muleta a sus dos oponentes con encomiable actitud. El tercero, muy ofensivo por delante, terminado en puntas que señalaban al cielo, dos auténticos puñales ha marcado querencia desde el principio. Intenta lucirse Román a la verónica pero el de Ventorrillo echa las manos por delante, deslucido y con tendencia a irse. Esa mansedumbre que apunta se agiganta en el caballo que monta Álvaro Rodríguez, se duele, huye despavorido y rehusa cualquier pelea. Manso de libro, en la muleta no mejora, se defiende, cabecea y busca, no tiene recorrido alguno y resulta imposible para el lucimiento. Voluntad a raudales del valenciano que intenta una y otra vez presentarle la muleta pero el toro responde protestando, soltando la cara para enganchar la tela y hacer que los muletazos no salgan limpios. Quizás aquí he echado de menos una faena a la antigua, echándole la muleta abajo, doblándose con el toro para tratar de someterlo. Lo mejor ha sido el espadazo fulminante con el que ha liquidado a este tercero. El sexto ha sido, a mi gusto, el de peores hechuras de la corrida, basto, grandote, alto y largo, menos rematado que sus hermanos. Mal comportamiento desde su salida, deslucido en los primeros tercios, con marcada querencia, buscando las tablas y refugiándose en terrenos de toriles. No se emplea en el caballo y sale suelto. Román inicia la faena por estatuarios y una trincherilla con gusto para rematar con un buen pase de pecho. Pero es un espejismo a pesar de la decisión del valenciano que va a buscarle a los terrenos de tablas en los que el de Ventorrillo busca refugio. No se ha cansado de intentarlo Román, tanto que en una de sus huidas el toro arrolla y lanza por los aires al matador, sin consecuencias aparentes. Se repone y envalentona para ponerse de nuevo frente a la cara del toro, enrabietado, pero el toro rehusa a la batalla y ya se sabe, dos no pelean si uno no quiere. Voluntarioso y entregado Román toda la tarde, por encima de su lote, demostrando que quiero y que, si le sale un toro que embista al menos algo, puede. Ya lo demostró en Valencia y en este San Isidro aún nos queda otra oportunidad para comprobarlo.
Segunda de San Isidro que nos ha traído la primera oreja para Morenito de Aranda quien ha cuajado una buena tarde y que nos ha dejado con un gran sabor de boca con su toreo maduro, reposado, templado e inteligente, que ha dejado inédito a Eugenio de Mora y que nos ha mostrado a un Román que viene dispuesto a comerse el mundo y a ponerse delante de lo que le echen aunque valga para poco, como ha ocurrido con los toros de El Ventorrillo, magníficos de hechuras, sensacionales de presentación, todo fachada pero poco fondo y mucha mansedumbre. Al menos no nos hemos mojado, algo es algo, antes de que salga el sol, como la canción de Nacha Pop.
Antonio Vallejo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario