miércoles, 9 de mayo de 2018

1ª de San Isidro: Novillada sin opciones


Por fin llegó el día D, el señalado, el más esperado, el que marca el inicio del ciclo más importante del año taurino en la primera plaza del mundo. Por fin arrancaba esta tarde un nuevo San Isidro, el más largo de la historia, 34 festejos si consideramos que los de Beneficencia y Prensa, aunque oficialmente fuera del abono, oficiosamente todos los consideramos parte del abono. Así que a partir de hoy, cuando numere los festejos d cada día lo haré por orden cronológico de primero a trigésimo cuarto con independencia que sea o no de abono. San Isidro empieza hoy y acaba el 10 de junio y a ningún abonado creo que se le ocurra renunciar a renovar esos del festejos extras.
Y si hablo del inicio esperado tengo también que hablar de un inicio  que no era el soñado. Una novillada de Guadaira para el ecuatoriano David Garzón, y los madrileños Carlos Ochoa y Ángel Téllez se anunciaba como primer plato de este menú de degustación que Plaza 1 ha preparado para este largo mes de toros. Largo es de por sí y más largo se puede hacer este menú, hasta hacerse indigesto, si salen muchas tardes como la de hoy, deslucida, gris y triste, como estaba el cielo madrileño que no se ha privado de descargar unas gotas de lluvia sobre Las Ventas, cumpliendo con esa tradición que dice que el inicio de cada San Isidro suele venir pasado por agua, con perdón para los del cambio climático, pero lleva siendo así toda la vida. Una plaza de Las Ventas que ha registrado, para mi sorpresa, agradable sorpresa, una buena entrada, unos dos tercios de plaza, lo que indica que hay ganas de ver toros y que nuestra Fiesta vuelve a ir hacia arriba tras estos años de depresión. Al menos así lo hemos comentado en el tendido, que para ser novillada la primera corrida del ciclo había más aficionados de lo esperado o lo visto en ediciones pasadas.
Una novillada de Guadaira, procedencia Jandilla, encaste Domecq Díez, seria en general, desigual de hechuras, con tres ejemplares, segundo, quinto y sexto con trapío y que pasarían por toros en la mayoría de plazas de segunda, un primero alto y más feo de hechuras y un tercero un poco vareado, que ha resultado decepcionante en cuanto al juego, deslucida en general, sosa, varios a la defensiva, un sexto rajado desde los primeros compases, justa de fuerzas y que no ha llegado a los tendidos por falta de transmisión, a excepción del segundo, noble, con clase, que ha humillado, sobre todo por el pitón izquierdo, que metía bien la cara pero que para mi gusto adolecía de algo más de empuje y chispa para llegar a emocionar algo más y que ha sido aplaudido en el arrastre. Nos quejamos de la falta de novilleros que ilusionen, pero si con lo que cuesta salir adelante en ese escalafón encima se les ponen novilladas como la de hoy es muy complicado que salgan adelante por todas las ganas y la entrega que pongan, como a mi modo de ver han hecho esta tarde los tres, por encima de sus lotes.
Eso es lo que le ha ocurrido a David Garzón, con enormes dosis de entrega ante su primero peor al que tan solo ha podido robar algunos muletazos sueltos con cierta clase al utrero, un animal sin recorrido, que se dejaba, pero soso como la comida de régimen, sin emoción alguna. Tampoco se puede decir que haya tenido más suerte con el cuarto, un animal con brío y movilidad, áspero, complicado y exigente, pero sin clase, de embestida rebrincada, soltando la cara, sin entregarse  aún más para un novillero al que se le ha visto poco hecho y que no ha encontrado el sitio ni la distancia para someter al utrero. 
Carlos Ochoa ha contado con el mejor novillo del encierro, el segundo, noble y con clase, que se dejaba, iniciando la faena con doblones por bajo cargados de torería, templado, alargando el viaje. Se ha visto a un Ochoa firme, seguro, bien plantado, poniéndole la muleta en la cara, conduciendo la embestida con temple y suavidad, bajando la mano, sobre todo por el pitón izquierdo, con algunos naturales de hondura con el novillo humillando una barbaridad, arrastrando el hocico por la  arena. Pero repito, para mi gusto le ha faltado un punto de chispa, creo que llevaba las fuerzas justas y al conjunto, si bien ha sido pulcro y con detalles de clase y torería le ha faltado algo más de emoción. Ante el quinto nada de nada, imposible, un novillo sin recorrido, defendiéndose, soltando la cara. Tan solo ganas y disposición, arriesgando al meterse entre los pitones del novillo vistas las nulas condiciones del de Guadaira. 
Más o menos igual suerte ha corrido Ángel Téllez con su lote. Sin posibilidades ante el tercero, un novillo sin fuerzas, que de salida ya echaba las manos por delante, que en le caballo ha hecho sonar el estribo como si anunciara los truenos que luego vendrían durante la lidia del cuarto, un novillo que ha perdido las manos varias veces, al que había que llevarlo a media altura en una faena deslucida y sosa por el pitón derecho y que por el izquierdo embestía descompuesto, como descoordinado, rebrincado, revolviéndose. En definitiva, imposible. Y el que cerraba plaza aún peor, midiendo desde salida, sin fijeza y marcando la querencia, que ha pasado por los primeros tercios porque tenía que pasar, sin entregarse, y que, como era esperaba, se ha rajado a las primeras de cambio en la muleta del madrileño. Otro imposible.
Los seis silencios de la tarde resumen a la perfección lo que ha sido esta primera novillada de San Isidro. Un silencio roto tan solo por la ovación al picador Jesús Vicente por un buen puyazo al segundo y por otras dos grandes ovaciones a Andrés Revuelta  al banderillear extraordinariamente también al segundo y a Juan Navazo por sus dos pares al sexto. No ha sido el inicio soñado, pero queda la esperanza de que, con todo los que queda por delante mejore mucho. Esperemos que así sea, porque si no, 34 tardes....

Antonio Vallejo  

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