Podía haber sido la noticia del siglo, como decía García, la bomba informativa del toreo. Podía haber sido un impulso brutal para la Fiesta, tan necesitada de ello. Podía haber significado mucho y, sin embargo, se ha quedado en un simple anuncio para una tarde de verano. Muchos, por no decir todos los aficionados, deseamos que el maestro de Galapagar vuelva a los ruedos, porque a muchos, por no decir a todos, nos atrapó en su capote y su muleta hace poco más de una década, nos cautivó con su toreo y nos llenó de emoción en cada lance haciéndonos sentir algo supranormal, sensaciones imposibles de describir y que nunca creo que olvidemos. Aquel toreo suyo, su colocación, los terrenos que pisaba, la forma de ejecutar los muletazos, todo en él arrebataba. No creo que me equivoque si digo que estaba llamado a cambiar la historia del toreo, a crear una auténtica revolución y llevar la tauromaquia mucho más allá de los ruedos. Su figura sobrepasaba los muros de las plazas de toros, sus gestas abrían telediarios y copaban las portadas de periódicos y revistas, era un auténtico fenómeno de masas que arrastraba tras su estela a los aficionados y a quienes no lo eran, pero que se veían atraídos por su leyenda y, por qué no decirlo también, su enigmática personalidad. En definitiva, un hombre llamado a ser figura de época y a dominar el toreo. Esas eran la expectativas, pero una suma de factores, sin duda la grave cornada sufrida en Aguascalientes allá por 2010 hizo mucha mella en su particular carácter y pudo ser clave para la decisión que tomó, le llevaron a abandonar los ruedos. Desde entonces siempre se ha esperado como agua de mayo su regreso. Un regreso que nunca se ha producido, porque, dicho con todo mi respeto, lo que ha hecho en estos últimos años no es volver a los ruedos. Anunciar con cuentagotas sus estelares apariciones y con el misterio y suspense con que lo ha hecho entre 2014 y 2016 es más propio del show-business que de una algo tan serio como es el toreo. Ahora anuncio que voy torear seis tardes, os digo una y las demás ya os diré cuando y donde, que no quiero que os vengáis arriba. Y otro año decido que son tres, ya os enteraréis a su debido tiempo que día, en que plaza, con que toros y con quien comparto cartel a su debido tiempo para que vayáis corriendo a la taquilla. y este año, de momento, os anuncio que el 29 de junio voy a torear en Algeciras, pero no os digo, de momento, que hierro elijo y quienes van a completar la terna, ¿para qué queréis saberlo?, ¿qué más os da?, yo soy el único al que queréis ver, haced lo que os digo y vuestros deseos serán satisfechos. Puede parecer una exgeración, pero sinceramente lo veo así. Volver a los ruedos es otra cosa. Volver a los ruedos es comprometerse con la Fiesta, es entregarse a los aficionados, es planificar una temporada que puede ser de 10, 20 ó 30 festejos, los que él decida -no tienen por qué ser más o menos si uno no quiere- es ir a plazas de primera, de segunda y de tercera, ante todo tipo de aficiones y a poder ser con variedad de hierros y encastes. Las figuras al menos así lo hacen, suelen estar presentes en la grandes ferias y en las no tan grandes y aunque menos de lo que nos gustaría -sería de incrédulo negar que eligen los hierros- lidian diferentes encastes. Eso es lo que le reclamo a José Tomás, que vuelva, pero en serio. No me vale el anuncio de Algeciras, plaza de segunda, muy respetable, con una afición también muy respetable y con todo el derecho del mundo a ver torear al madrileño. Pero el mismo derecho tenemos e igual de respetables somos el resto de las aficiones. Al hilo de esto, creo que debo hacer una puntualización. No me parece mal que toree en Algeciras, y no me parecería nada mal que anunciara una temporada planificada en plazas como Alicante, Salamanca, Albacete, Logroño, Valladolid, Olivenza, Toledo, San Sebastián, Santander, Arnedo, amén de las del sur de Francia, junto a otras muchas plazas de segunda y tercera que organizan ferias y festejos de mucha importancia y seriedad y a las que no faltan las figuras, sin necesidad de anunciarse en Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Valencia, Málaga, Zaragoza o Nimes, por nombrar las ferias digamos "gordas" del año taurino. Aunque no hay duda que el deseo de todo aficionado sería volver a verle en las plazas más importantes y exigentes de nuestra geografía, repito que no me parecería nada mal una temporada diseñada en esas plazas porque creo que ese sí sería un bombazo, el balón de oxígeno que tanto necesita la Fiesta para romper barreras. Pero por desgracia no tiene pinta de que los tiros vayan a ir por ahí.
Ya sé que se puede decir que quien quiera verle que vaya. Por supuesto, pero me parece un comportamiento de divo más que de torero. Para mi un torero es algo especial y creo que torero se debe ser dentro y fuera de la plaza, con el compromiso que eso lleva, y con anuncios como este José Tomás, en mi opinión, no está en torero. Se acerca más a una estrella del pop-rock que anuncia un único concierto al que sus fieles acudirán en el día y hora que fije y a partir de ahí no se sabe lo que vendrá, porque los divos son así. Repito, es muy respetable porque siempre he dicho -ahora también lo mantengo- que quien se viste de luces y se pone delante de un toro merece toda mi admiración. Por supuesto que puede hacerlo si hay una empresa que monta el espectáculo, es totalmente lícito, pero para mi modo de entender este Arte y lo que representa dista mucho de lo que debe ser una figura. Y también me parece muy respetable el público que acuda a verlo, ya lo he dicho, faltaría más. No lo critico, simplemente no lo comparto y personalmente me niego a participar de ese montaje en el que José Tomás realmente matará tres toros de Nuñez del Cuvillo en un mano a mano con Miguel Ángel Perera. Sí, así es, piénsenlo bien, en Algeciras matará tres toros, eso es todo lo que escondía el enigma, tres toros, ni uno más y espero y deseo que ni uno menos porque significaría que ha sido herido y eso es lo único que no deseo. Tres toros, tres, no es un regreso a los ruedos. Tres toros, tres, no es una temporada. Tres toros, tres, eso va a ser todo y se acabó. Tres toros, tres... y hasta la próxima, si la hay, según decida, a su antojo. Tres toros, tres, y adiós, dando la espalda a todo el mundo del toro que día a día da la cara en defensa de una Fiesta amenazada, insultada y agredida de manera vil. Tres toros, tres, y me aparto del mundanal ruido, algo que en mi opinión constituye un acto de egocentrismo y de auténtico egoísmo que no puedo aprobar. Tres toros, tres, ante una plaza llena de incondicionales en los que la exigencia va a ser ínfima y la crítica nula, en la que la noticia será que no corte cuatro orejas y dos rabos ante su legión de fans desenfrenados. Tres toros, tres, y gracias por venir. Eso no es volver a los ruedos, dicho con respeto pero con profunda pena.
Por cierto, que esa actuación de José Tomás en mano a mano con Perera del 29 de junio está enmarcada en una magnífica feria de Algeciras en la que la empresa creo que ha tenido que hacer un gran esfuerzo por reunir en la localidad gaditana a esa estelar corrida precedida el día 28 por una de Zalduendo para Morante, Juli y Roca Rey, ¡menudo cartel!, y otra el día 27 para José Garrido, Ginés Marín y Joaquín Galdós en un duelo ganadero con reses de Derramadores, Bohórquez, Torrestrella, Santiago Domecq, El Torero y Torrealta. Una magnífica feria que será seguida por otras muchas en las que veremos a todos esos matadores excepto a uno, del que no se sabrá nada más hasta que decida sombra un nuevo enigma y deshoje la margarita para anunciar a bombo y platillo otra actuación más que nadie sabe donde ni cuando será.
Puede gustar o no mi opinión, cada uno de ustedes tendrán su opinión, a muchos le parecerá una barbaridad lo que digo y algunos es posible que estén de acuerdo con mis argumentos, pero en mi manera de entender y apreciar esta afición que llevo dentro desde muy niño este anuncio de José Tomás no es lo que necesita el toreo en estos tiempos. Repito, es más un acto de egoísmo propio de un divo que de una auténtica figura del toreo.
Antonio Vallejo
Ya sé que se puede decir que quien quiera verle que vaya. Por supuesto, pero me parece un comportamiento de divo más que de torero. Para mi un torero es algo especial y creo que torero se debe ser dentro y fuera de la plaza, con el compromiso que eso lleva, y con anuncios como este José Tomás, en mi opinión, no está en torero. Se acerca más a una estrella del pop-rock que anuncia un único concierto al que sus fieles acudirán en el día y hora que fije y a partir de ahí no se sabe lo que vendrá, porque los divos son así. Repito, es muy respetable porque siempre he dicho -ahora también lo mantengo- que quien se viste de luces y se pone delante de un toro merece toda mi admiración. Por supuesto que puede hacerlo si hay una empresa que monta el espectáculo, es totalmente lícito, pero para mi modo de entender este Arte y lo que representa dista mucho de lo que debe ser una figura. Y también me parece muy respetable el público que acuda a verlo, ya lo he dicho, faltaría más. No lo critico, simplemente no lo comparto y personalmente me niego a participar de ese montaje en el que José Tomás realmente matará tres toros de Nuñez del Cuvillo en un mano a mano con Miguel Ángel Perera. Sí, así es, piénsenlo bien, en Algeciras matará tres toros, eso es todo lo que escondía el enigma, tres toros, ni uno más y espero y deseo que ni uno menos porque significaría que ha sido herido y eso es lo único que no deseo. Tres toros, tres, no es un regreso a los ruedos. Tres toros, tres, no es una temporada. Tres toros, tres, eso va a ser todo y se acabó. Tres toros, tres... y hasta la próxima, si la hay, según decida, a su antojo. Tres toros, tres, y adiós, dando la espalda a todo el mundo del toro que día a día da la cara en defensa de una Fiesta amenazada, insultada y agredida de manera vil. Tres toros, tres, y me aparto del mundanal ruido, algo que en mi opinión constituye un acto de egocentrismo y de auténtico egoísmo que no puedo aprobar. Tres toros, tres, ante una plaza llena de incondicionales en los que la exigencia va a ser ínfima y la crítica nula, en la que la noticia será que no corte cuatro orejas y dos rabos ante su legión de fans desenfrenados. Tres toros, tres, y gracias por venir. Eso no es volver a los ruedos, dicho con respeto pero con profunda pena.
Por cierto, que esa actuación de José Tomás en mano a mano con Perera del 29 de junio está enmarcada en una magnífica feria de Algeciras en la que la empresa creo que ha tenido que hacer un gran esfuerzo por reunir en la localidad gaditana a esa estelar corrida precedida el día 28 por una de Zalduendo para Morante, Juli y Roca Rey, ¡menudo cartel!, y otra el día 27 para José Garrido, Ginés Marín y Joaquín Galdós en un duelo ganadero con reses de Derramadores, Bohórquez, Torrestrella, Santiago Domecq, El Torero y Torrealta. Una magnífica feria que será seguida por otras muchas en las que veremos a todos esos matadores excepto a uno, del que no se sabrá nada más hasta que decida sombra un nuevo enigma y deshoje la margarita para anunciar a bombo y platillo otra actuación más que nadie sabe donde ni cuando será.
Puede gustar o no mi opinión, cada uno de ustedes tendrán su opinión, a muchos le parecerá una barbaridad lo que digo y algunos es posible que estén de acuerdo con mis argumentos, pero en mi manera de entender y apreciar esta afición que llevo dentro desde muy niño este anuncio de José Tomás no es lo que necesita el toreo en estos tiempos. Repito, es más un acto de egoísmo propio de un divo que de una auténtica figura del toreo.
Antonio Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario