Lunes de resaca tras una jornada de domingo que a muchos en Madrid nos tuvo en vela y en vilo en la noche electoral de ayer en la que el mundo del toro se jugaba lo suyo. De haber salido ganador el Frente Popular en las elecciones autonómicas -elecciones que detesto porque estos Reinos de Taifas que son los gobiernos autonómicos son el mayor cáncer de España y mi sueño es que desparezcan todas esta absurdas autonomías- no sé cual sería el futuro de los toros en Madrid. Bueno, ni el de los toros ni ninguno, porque con los comunistas en el poder solo se puede esperar una cosa, miseria, de todo tipo, económica, moral y social, además de la política de exterminio que siempre les ha caracterizado. Pero no fue así y lo que llaman la coalición de centro-derecha dio la vuelta al resultado como Sergio ramos dio la vuelta a la historia Del Real Madrid co aquel gol de Lisboa en el minuto 93. Luego llegaron tres años de bonanza y gloria, de éxitos que ojalá se repitan en nuestra región, que es como yo entiendo a mi España, un país constituido por regiones y provincias, nada de "países". La falta de descanso por las altas horas a las que se conocieron los resultados que dieron el vuelco electoral han debido hacer que muchos abonados - recordemos que las novilladas son obligadas en el abono y no se puede renunciar a ellas- hayan decidido no venir hoy a Las Ventas para ver la segunda de las novilladas programadas. Muy pobre el aspecto de los tendidos, media plaza por los pelos para ver a los santacolomas de La Quinta, me parece realmente poco.
Una novillada en la que a excepción del sexto todos estaban ya cerca de cumplir los cuatro años, en octubre ya los habrían cumplido dejando su condición de utreros para pasar a ser toros. Seis novillos que a mi me han parecido extraordinarios de presentación, todos en tipo, Santa Coloma de pitón a rabo, serios y astifinos, de buenas hechuras, proporcionados, sin exageraciones ni excesos, que en líneas generales y excepto el cuarto que no ha valido para nada han tenido movilidad, nobleza y cierta clase no exenta de exigencia y complicaciones, como corresponde a este encaste, y que a mi modo de entender ha contado con varios de serias opciones no sé si para triunfar y salir catapultado de Madrid, pero sí para hacer algo importante porque se han movido, han tenido transmisión aunque les haya faltado un punto de humillación y entrega, así como de duración, y que llevándolos más templados y tratando de someterlos por bajo creo que hubieran lucido más. Basta decir que segundo, tercero, quinto y sexto han sido ovacionados en el arrastre, aunque también, para ser sinceros, la plaza hoy ha tomado partido claramente a favor de los novillos, dejando pasar algunas cosas que otros días no se dejan pasar. A lo mejor lo que pedían era primero poderles y luego torear, como quizás también hubieran lucido más si se hubieran picado bien porque ¡qué mal se ha picado esta tarde!. Y eso que primero, segundo, quinto y sexto se han arrancado en largo al caballo, han peleado, unos con más entrega que otros, y han empujado con codicia.Siempre lo repetimos, el tercio de varas no está por capricho, tiene una vital importancia para que el toro llegue en las mejores condiciones a la muleta, pero hoy en día es más un trámite que cumplir que algo básico para la lidia. Por el contrario, una tarde más hemos disfrutado con excepciones tercios de banderillas, ejecutados con torería y verdad, espectaculares pares a cargo de Miguel Martín y Álvaro López "Azuquita" en el primero, Lipi y Víctor Pérez en el segundo, Iván García y Fernando Sánchez en el tercero y Juan Carlos Rey y de nuevo Fernando Sánchez con el sexto. Lo he comentado varias veces y vuelvo a hacerlo porque creo que los buenos toreros de plata merecen su reconocimiento y su mención; vivimos un momento de oro en este escalafón, la pléyade de nombres es a cual mejor y cada tarde es rarísimo no ver una magnífica brega o pares de banderillas de auténtico lujo.
Una terna compuesta por el sevillano Ángel Jiménez, el mexicano André Lagravére "El Galo" y el madrileño Francisco de Manuel que ha sido el que me ha dejado más sensaciones de torero hecho, con más aplomo y empaque que sus compañeros. Me ha encantado su toreo de capote, los lances de saludo a su lote han sido extraordinarios, templados, acompasados, meciendo al toro, acompañando el viaje con la cintura, verónicas cargadas de gusto, despacio, una la sexto ha detenido el tiempo, una maravilla, como las medias de remate, especialmente la que ha abrochado el saludo capotero al sexto, una media de cartel, desmayada, mirando al tendido, gloria pura, toreo eterno. Tampoco ha renunciado a sus quites, uno a la verónica bellísimo al segundo que por el pitón derecho hacía el avión a las mil maravillas y otro también por verónicas al quinto, muy templadas, rematado por otra media desmayada para quitar el sentido. Con la muleta le he visto muy firme y seguro, con la cabeza despejada y la mente clara. Muy buen toreo en redondo, derechazo stemplados, largos, con profundidad, bajando la mano, para rematar con buenos de pecho. Clase y mando en su toreo, pero también entrega y valor, porque tanto tercero como sexto se han apagado antes de lo deseado y han comenzado a defender, especialmente por el pitón izquierdo ambos casos, cortos de recorrido, quedándose debajo, sin completar el viaje, para revolverse con peligro y desarrollando sentidos, con la exigencia propia de este encaste. Muy seguro y dispuesto Francisco de Manuel ante los parones y las miradas de unos novillos que sabían lo que se dejaban detrás. Las dos ovaciones con saludos desde el tercio creo que reflejan perfectamente la grata sensación que el madrileño me ha dejado en la tarde de hoy.
André Lagrevére, toreo mexicano aunque no lo parezca, apodado El Galo por ser hijo de franceses emigrados al país azteca, me ha dejado una sensación distinta a la del madrileño. Voluntad y entrega a raudales, pero creo que aún le falta por mejorar. En mi opinión ha tenido en el segundo un muy buen novillo, un novillo con mucha movilidad y transmisión, aunque sus embestidas no siempre fueron por abajo, humillaba en unas y en otras soltaba la cara, pero tenía fondo de raza, y bravura. Un novillo exigente y que a mi entender exigía mando y firmeza, como el quinto, otro con bastante que torear y que, precisamente por esa exigencia, han destapado las carencias del mexicano, lógicas por otro lado en su condición de novillero. Quizás haya estado un tanto acelerado el mexicano, queriendo demostrar mucho, quizás el comienzo de faena al segundo, genuflexo, alargando el recorrido por bajo, templado, haya sido lo más notable del trasteo. Me ha parecido que en los dos novillos de su lote le ha costado encontrar el sitio y la distancia que pedían los de La Quinta, que le ha faltado serenidad para pararse y plantar la muleta en la cara, un tanto acelerado y embarullado, con bastantes toques a las telas, como queriendo hacer mucho en poco tiempo, cuando el toreo, como realmente nos lleva al cielo de la emoción es cuando se ejecuta despacio. Y si el novillo, como ha sido ese segundo, tiene movilidad e incluso cierta violencia en su embestida, se puede aprovechar esa inercia para conseguir dibujar muletazos de trazo largo que van cargados de transmisión. Pero repito como tantas veces he dicho, es muy fácil verlo desde el tendido, ahí abajo el mundo cambia y las ansias de agradar y mostrar todo lo que llevan dentro estos jóvenes cargados de ilusión pueden volvérseles en contra. Pero voluntad y entrega no le puedo negar, aunque le haya faltado más acierto, como refleja el tercio de banderillas que ha protagonizado él mismo con el quinto, más entrega que acierto. Tiempo tendrá de serenar el ánimo y templar el toreo.
El sevillano Ángel Jiménez, por su parte, ha dejado muestras y detalles de su concepto clásico del toreo, impregnado de aromas al azahar de su tierra. Ha toreado con gusto y temple al primero, un novillo noble y que humillaba pero al que le faltaba un punto de chispa para llegar al tendido. Redondos suaves, templados, con gusto, pero con poca emoción al no poder bajar la mano, naturales bien ejecutados, limpios, alargando el viaje, pero sin la emoción suficiente por la sosería del de La Quinta. Una pena porque ese novillo con un poquito más de empuje creo que le hubiera permitido mostrar ese toreo profundo que tan solo ha podido apuntar. Con el cuarto, el peor del encierro, nada ha podido hacer más que intentar lo imposible. Toro sin fijeza, con marcada querencia, que no se ha entregado en ningún tercio, descompuesto en su embestida, parado, sin recorrido, sin emoción alguna a pesar de los intentos del novillero por sacar algo por uno u otro pitón. Sucesión de pases sin ligazón, trasteo sin argumento, sin ritmo alguno ante un toro sin fondo alguno y que ha acabado rajado. Donde no hay no se puede sacar, por más voluntad que haya puesto el sevillano.
Por lo menos hoy hemos podido disfrutar de esta interesante novillada de la Quinta, y mañana de otra corrida de toros, y pasado otra, y otra, y otra.... así hasta el 16 de junio. Y luego llegarán los domingos de julio, agosto y septiembre, y después la Feria de Otoño, y acabará la temporada, y vendrá la de 2020, y volverá otro San Isidro, no sé si con bombo o sin él, pero vendrá porque, gracias a Dios, Madrid no va estar regida por los comunistas que entre otras muchas ruinas de todo tipo nos querían imponer la prohibición de ver toros, porque sí, porque odian a España y todo lo que les suene a español, y los toros los son, y mucho. Por lo menos lo poco que hemos dormido la pasada noche lo hemos hecho tranquilos porque los toros no van a peligrar en nuestra ciudad ni nuestra región... o eso espero.
Antonio Vallejo
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