Con motivo del centenario del debut del encaste Albaserrada en Madrid se han programado pares martes, miércoles y jueves a modo de homenaje tres corridas consecutivas con los hierros que hoy en día representan este encaste: José Escolar, Victorino Martín y Adolfo Martín. La primera de ellas, la de Escolar, se ha lidiado hoy con una buena acogida por parte de un público que ha llenado en algo más de tres cuartos los tendidos venteños. mañana con Victorino será algo más, seguro, y pasado mañana, con los Adolfos más el aliciente y el morbo de ver nada más y nada menos que a Roca Rey frente a ellos, capricho del bombo, el lleno de "no hay billetes" está asegurado.
Lo que está muy claro es que con estos toros sobre el ruedo lo que está asegurada es la tensión, quizás más que la emoción, aunque si por emoción también entendemos estar más de dos horas con el corazón en un puño y el cuerpo contraído por los constantes sobresaltos, desde luego que la ha habido. De la corrida de hoy de José Escolar se pueden decir muchas cosas, pero lo único que no encaja es el aburrimiento. Imposible aburrirse, porque estos toros no dejan un segundo de respiro ni permiten la mínima distracción. Seis toros de desiguales hechuras pero todos con el sello de la casa, todos eran reconocibles como albaserradas, cualquiera que viera una foto de ellos no duda en encuadrarlos en su encaste. Por tanto, una corrida entipada en mi opinión, aunque en escalera, con un cuarto que para mi ha sido el más imponente de la corrida, cornidelantero y engatillado, un quinto que a mi no me ha gustado por lo desproporcionado y lo exagerado de pitones, una auténtica brutalidad las dos velas que portaba, en nada acordes a su caja y cara y un tercero serio y astifino pero protestado por un sector por cierta falta de culata, un tanto escurrido por detrás. Pero en líneas generales ha sido una corrida muy seria, con presencia, abierta de cara como suele ser este encaste, engatillada, enseñando las puntas y muy astifina. En cuanto a comportamiento también creo que han sido muy reconocibles, fieras, auténticas alimañas, con ese socio fino y esa mirada con la que están constantemente calibrando al matador, esperando el mínimo fallo, la mínima duda, para reponer, rebañar y buscar por detrás de las telas. Una corrida con el recorrido habitual en los de Escolar, escaso, andarines, haciendo hilo con los capotes y la muleta, que exigían perder pasos para poder colocarse, incómodos, que no ha humillado mucho que se diga y que ha tendido a soltar la cara, exigentes y complicados, a los que había que lidiar mucho y bien para someter, y luego ya se verá si se puede torear. Una corrida que en general creo que ha cumplido con creces en el caballo, unos con más codicia y metiendo más la cara abajo, con más entrega que otros, con el cuarto y quinto protagonizando dos vibrantes tercios de varas en los que Victoriano García "El Legionario" y Juan Manuel Sangüesa han picado arriba delantero, sin rectificar y midiendo el castigo a la perfección a dos toros que se arrancaban en largo y con buen tranco. Y también una corrida en la que los subalternos nos han brindado momentos de gran toreo, como Iván García en la brega del tercero, magistral, una brega que apunto como posible premio al final de feria, o como los pares de banderillas de Iván Garcia y Fernando Sánchez al sexto, con máxima exposición, andando saliendo del embroque con torería tras dejar los palos reunidos de manera espectacular, los pares de Raúl Ruiz y también Fernando Sánchez al tercero, con esa manera particular y bellísima, además de pura, que tiene Fernando de colocar los garapullos, o el sensacional tercio de banderillas al quinto a cargo de Iván Aguilera y Pedro Cebadera, así como los dos magníficos pares de César del Puerto al cuarto. Así que no creo que la corrida haya defraudado a nadie por su comportamiento y el juego que ha dado, la gente que ha ido conocía de sobra este encaste así como lo que se iban encontrar los tres matadores de la tarde de hoy, y eso se ha notado hoy en Las Ventas donde se ha respetado y se ha reconocido el valor, la entrega, el compromiso y la sinceridad de la terna como hacía tiempo que no veía. Nunca es tarde, pero a ver si esta actitud se mantiene siempre, no solo días como hoy.
Una terna compuesta por tres madrileños, Fernando Robleño, Gómez del Pilar y Ángel Sánchez que en ningún momento han perdido la cara a la corrida. Se podrá discutir si ha estado mejor o peor en el toreo d etapa, o si los muletazos han sido más o menos profundos, pero lo que no se puede discutir es como se han puesto y cuanto han expuesto. Ante fieras, alimañas que se revolvían buscando con ahínco donde herir, se han plantado delante, poniéndoles la muleta en la cara, tratando de someterlos por bajo, con enorme tesón y un par bien puesto, aguantando miradas, los viajes por dentro, coladas y tornillazos con la cara arriba. Cuando han podido soltar las manos a la verónica lo han hecho, como Robleño en el saludo capotero al cuarto, verónicas genuflexas, poderosas y cargadas de gusto a un toro con movilidad y repetición, rematadas con una media también genuflexo de auténtico cartel, arrebujadito en el capote, una auténtica delicia, toreo barroco que enamora. Otras veces, como Gómez del Pilar, yéndose a recibir a su lote a porta gayola, hay que tenerlos my en sus sitio para aguantar eso, y los tres han sabido lidiar a toros que de salida han apretado hacia dentro y a los que han lidiado echando el capote abajo, llevándoselos con poder y torería hacia las afueras, andándoles hacia atrás, lidia sobre los pies, a la antigua, como quieran llamarlo, pero lidia, que era lo que precisaban. Y en la muleta más de lo mismo, han tragado lo indecible, siempre con la muleta adelantada, sinceros, llegando incluso a ligar series en redondo de mucho mérito. Así, por ejemplo, Robleño ha cuajado con el cuarto, el de mayor nobleza y clase del encierro, una faena que para mi era digna de una oreja. Una faena en la que nos ha dejado redondos de enorme profundidad, ligadas por bajo, especialmente las últimas al abrigo de las tablas del cuarto, terrenos en los que ha buscado el refugio del desagradable viento que hoy también ha azotado las muletas de los tres. Series en redondo de mucha intensidad, toreo reunido y de mucha emoción, llegando a torear muy despacio, como en dos redondos ya al final del trasteo que han durado una eternidad, jugándose el pellejo al natural, por donde le toro cortaba una barbaridad, pero que al final lo ha metido en los vuelos y ha dibujado un serie de naturales con hondura y mano baja realmente maravillosa que ha rematado como lo ha hecho en todas las series, con pases de pecho largos, echándose todo el toro por el costado. La estocada hundida hasta la yema valía por sí sola una oreja, pero la petición o ha debido ser insuficiente o muy justa a juicio del palco, y después de los numeritos de pancartas de estos días a ver quién es el guapo que saca el pañuelo blanco a no ser que la mayoría, como decía aquella escena de la película Pretty Woman, sea irreverente o realmente escandalosa. la vuelta al ruedo de Robleño me ha sabido a oreja y creo que él debe sentirse muy satisfecho por lo sensacional que ha estado con este toro, porque con el primero bastante ha tenido con salir indemne, un toro que reponía y rebañaba, buscando los tobillos, que se iba por dentro con violencia, imposible a todas luces, ante el que he estado valiente y firme, siempre intentándolo por bajo hasta que no ha quedado más remedio que machetearlo por bajo y quitárselo de en medio. Igual que Gómez del Pilar, que se ha batido como un gladiador ante el segundo, toro parado y reservón, sin recorrido, reponiendo y soltando la cara en cada pase. Trata de llevarlo toreado, muy sincero, sin guardarse ni reservar nada, siempre intentando llevarlo por bajo, incluso al final ha sacado un par de redondos absolutamente mágicos, templadísimos, muy lentos, la mano baja, enormes. Sumamente valeroso, entregado, firme y capaz frente a ese segundo. El quinto ha sido exigente y con mucha mala leche. Entraba bien en la muleta, metía la cara, pero a mitad de recorrido el muy cabrón se volvía y buscaba con desesperación donde herir. Una alimaña con mucho sentido desarrollado, que miraba y medía, que se acostaba por ambos pitones sabedor de lo que dejaba atrás y que en cada muletazo soltaba la cara con fiereza. Integro, firme y valiente Gómez del Pilar que al final sacó algunos redondos templados y bajos de muchísimo mérito. Además lo mató por derecho de casi entera y descabello poniendo fin a una más que digna actuación. En la misma línea y siguiendo los mismos registros ha estado Ángel Sánchez con el tercero, un toro que tragaba los dos primeros muletazos en redondo, metía la cara y pasaba, pero al tercero decía que nanay, que no se dejaba someter y se revolvía con peligro, buscando detrás de los vuelos. Así por ambos pitones, y Sánchez (Ángel, no el otro impresentable sectario) tragando la fiereza del albaserrada. Enorme mérito aguantar al toro y tratar de llevarlo toreado por bajo, llegando a cuajar al final del trasteo una serie de naturales de inmenso valor, con empaque y uno de pecho para rematarlo de gran clase y belleza, y una última de derechazos mágica bajando la mano y ligando con gusto. Mata de una casi entera en todo lo ato que hace que el de Escolar ruede sin puntilla como una pelota. El sexto también ha resultado deslucido, aunque tenía movilidad y su mejor cualidad ha sido la repetición, pero iba justo d fuerzas y en cuanto le obligaba se venía abajo. Cuando lo ha llevado a media altura ha trenzado redondos con temple y calidad, pero la falta de profundidad ha restado emoción al conjunto. Y daba igual un pitón que otro, su comportamiento ha sido muy similar, condicionado por las escasa fuerzas y el maldito viento. Mucha más entrega en Ángel Sánchez que en el toro, que se colaba a la mínima duda del joven matador. Posiblemente era un animal que pedía mando y poder, pero cuando ha tratado de obligarle no aguantaba.
Ya sabemos como se las gasta este encaste, o les puedes y les enseñas quien manda a base de hacer muy bien todo, o se te suben a las barbas y a ver quien es el guapo que les mete mano después. Hoy han salido como lo que son, lo esperado, no han sorprendido, han cumplido con su fama, fieras, alimañas, pero enfrente han tenido a tres hombres madrileños que han interpretado un épico canto al valor.
Antonio Vallejo
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