miércoles, 15 de mayo de 2019

Desangelado inicio de San Isidro


El calendario ha querido que este año el "Abril" sevillano y el San Isidro madrileño se sucedan sin solución de continuidad, sin acabar de reposar el toreo de La Maestranza ya tenemos los primeros toros saltando a la arena de Las Ventas. Han sido los sanatacolomas de La Quinta los que han tenido el honor de abrir este ciclo isidril 2019 en una corrida que para mi gusto ha venido muy cargada de kilos, con tres toros como el primero (588 Kg),  segundo (¡621 kg!) y sexto (¡¡¡637 Kg !!!) muy grandes y con un exceso de volumen que no han podido mover, mientras que  los de menos romana, tercero y quinto, algo el cuarto, han sido, para mi, los de mejores hechuras y más trapío de la corrida, más en el tipo santacolomeño, muy serios y desafiantes, asomando las puntas, siendo, curiosamente, los que han aportado los momentos de más emoción de una tarde que ha hecho cumplir las sospechas que muchos tenemos sobre lo que va a ser el tono general de asistencia este año. Media plaza en el arranque de San Isidro me parece un balance muy pobre, pero por mucho santacoloma que se anuncie para los aficionados de poco sirve si en el cartel los nombres que aparecen son los de Rubén Pinar, Javier Cortés y Thomas Dufau, con poco tirón para el gran público. A las pruebas me remito, la imagen sirve por mil palabras, vean y juzguen el aspecto de los tendidos de sol, y muy parecido era el del 1 el 2 de sombra, con el 7, 8 y 9 como los más poblados. Repito lo que dije en su día cuando se presentó oficialmente este San Isidro, que 34 tardes son demasiadas, que es imposible llenarlas con carteles de tirón, que me parecería más lógico y sensato un ciclo de 15 ó 18 corridas, de 14 a 31 de mayo, por ejemplo, con todas las figuras y un elenco ganadero elegido para la que se considera mejor plaza del mundo. Pero las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran y con este sanisidro tendremos que lidiar durante algo más de un mes. 
Como si de un anuncio de lo que iba a ser la corrida saltó el que inauguró la feria, Malastardes, vaya nombrecito, mal augurio. Y es que la tarde no fue buena, aunque tuvo sus matices y momentos de interés, emoción y calidad, pero le faltó ritmo y continuidad, una línea plana rota puntualmente por detalles de emoción y transmisión. Basta decir que el único momento de verdadera emoción, con los tendidos en pie y una tronadora ovación ha sido en el tercio de varas del quinto a cargo de Juan Francisco Peña quien ha agarrado tres puyazos arriba y delanteros sin rectificar a un toro que se vino en largo, con galope alegre y buen tranco, que derribó aparatosamente en el primer puyazo, que recibió un segundo  que ya apunto como candidato a premio al final de la feria por ejecución y medida perfecta del castigo y que fue una tercera vez al peto aunque esta vez le costara bastante más y hubiera que colocarlo en suerte a menos distancia que los dos puyazos anteriores. Esos fueron los momentos más intensos de la tarde, a los que se unió José Antonio Prestel al hacer un quite magistral y lleno de torería cuando ese quinto toro, remiso a entrar por tercera vez al caballo hizo amago de irse hacia el que guardaba puerta. 
Rubén Pinar tuvo en su primero, un toro grandón, con muchos kilos, serio y abierto de cara, pocas opciones con el capote. Echaba las manos por delante y adolecía de escaso recorrido. Bien el albaceteño echando el capote abajo para llevárselo a los medios con clase y torería andándole hacia atrás. Sin empujar en el caballo y blandeando a la salida pasó por banderillas sin pena ni gloria, resolviendo la papeleta con oficio Morenito de Arles y Manuel Martínez. No se empleó en la muleta, llegó justo de aliento por los muchos kilos y aunque apuntaba cierta nobleza no terminaba de pasar, sin recorrido, la cara a media altura. Pulcro y técnico Pinar, poniéndole la muleta por ambos pitones, tratando de conducir la sosa y deslucida embestida del de La Quinta, voluntarioso y seguro, pero quizás prolongando en exceso una faena que no llevaba a nada. El cuarto fue otro de los grandotes de la corrida, aunque menos atacado de kilos que los mastodontes que antes referí, 552 Kg, que tampoco está mal. Distraido y sin fijeza de salida, se frena en los capotes, se queda debajo, sin pasar. Lo saca de nuevo a los medios andándole hacia atrás, con gusto y torería, buena lidia del albaceteño. Un toro que no se emplea en varas y que en banderillas pasó sin más. Doblones iniciales de Pinar con gusto que el santacoloma tomó bien para romper a embestir en dos tandas por el pitón derecho templadas, reunidas, ligadas por bajo, llevándolo muy toreado, sin quitarle muleta para taparle la salida y la tendencia del toro a irse al final del muletazo. Mucho sabor tuvo también un cambio de mano soberbio, pero fueron detalles y destellos porque por el pitón izquierdo no pasaba, tan solo un natural aislado con hondura levantó un ole. Al bolero a la diestra el toro fue a menos y la faena también. Cerró la faena con manoletinas previas a una entera arriba al segundo intento que le valieron palmas de reconocimiento y división de opiniones al salir a recibirlas al tercio, algo que sinceramente no entiendo. Si te aplauden, ¿por qué no responder a esos aplausos?. Me parece, entre otras cosas, una cuestión de educación. Pero en Las Ventas ya sabemos que hay un grupito que decide lo que se debe hacer y no hacer según sus caprichos. En fin, cosas de Madrid.
Javier Cortés recibió al grande e imponente segundo por verónicas, dos de ellas muy templadas y limpias a pesar que el toro reponía y se le fue por dentro un par de veces por el pitón derecho. Empujó en dos puyazos traseros y en banderillas mostró buen ritmo y permitió a Abraham Neiro y Jose Antonio Prestel cuajar un muy buen tercio de banderillas, exponiendo y colocando los palos con verdad. Ya en los primeros muletazos de tanteo doblándose por bajo dejó claro que su pitón bueno era el izquierdo, se acostaba por el derecho y le pegó un susto en estos compases iniciales. Buena fueron las primeras tandas tandas de naturales, acoplado y encajado, la mano baja, ceñidas, templadas, con hondura y lentas, levantando los pocos oles que se han escuchado en esta tarde. Probó de nuevo por el pitón derecho pero los muletazos no fueron limpios, quizás algún redondo suelto tuvo cierta calidad pero sin ligazón ni emoción. Y hasta ahí duró el toro, tampoco se dejó más por el izquierdo, cortó el recorrido y se vino abajo. El quinto ha sido para mi gusto el más bonito de la corrida, preciosa lámina, muy serio, veleto, desafiante, con trapío. Buenas verónicas de saludo del madrileño, el toro se mueve y repite, aunque le falta humillar, pero transmite. En varas ya les he comentado que ha sido un espectáculo y nos ha brindado un tercio que hace mucho que no disfrutábamos con tanta intensidad. Llega a la muleta con los mismos bríos y la movilidad de los primeros tercios, las primera tandas en redondo llegaron cargadas de emoción y transmisión aunque le faltara clase para humillar y que la faena rompiera. Muy firme y enlazado cortés, templando las acometidas a media altura por el pitón derecho, ligando los muletazos con enorme mérito. Por el pitón izquierdo le robó naturales sueltos con temple y hondura, algo nada fácil teniendo en cuenta que a medida que avanzaba la faena el de La Quinta echaba la cara aún más arriba, defendiéndose según se iba agotando, lo que no fue obstáculo para que Cortés siguiera intentando torearlo templado y por bajo, en una labor de valor y esfuerzo encomiable. Se le recriminó la colocación en las últimas tandas de naturales, pero mucho era ya ponerse a esas alturas delante de un bicho que soltaba la cara y presentaba mucho peligro. No se le puede pedir más con lo que tuvo delante.
Thomas Dufau se fue a porta gayola a recibir con una larga cambiada al altivo e imponente tercero, veleto, dos perchas por pitones. Bonito cómo lo colocó en suerte ante el caballo, andándole hacia atrás con el capote barriendo la arena. Se arrancó con alegría al caballo, empujó  con celo  y recibió dos puyazos traseros que creo que no le hicieron ningún bien. Todos los toros hay que picarlos delanteros, pero a este aún más. Sin probaturas arranca la faena con la muleta en la mano derecha, respondió el toro con movilidad en las primeras tandas de derechazos, emoción por las acometidas un tanto bruscas del santacoloma  en los primeros pases hasta ira templando y bajar la mano para acabar componiendo una serie en redondo de mucha calidad, ligada por bajo, con profundidad y recorrido. La siguiente serie sale embarullada, con varios enganchones y el conjunto se viene abajo, sin llegar a encontrar Dufau el sitio ni la distancia para sacar lo que creo que llevaba dentro este toro por ese pitón derecho, porque por el izquierdo resultó imposible, soltando la cara, sabiendo lo que se dejaba atrás en cada pase. No sé si quizás un inicio de faena no tan directo, quizás doblándose para enseñarle a embestir hubiera hecho que la continuidad y el tramo de la faena hubiera sido mayor, quizás era un toro que pedía mando y someterlo para después torera y logra un mayor acople. Puede ser, pero eso es muy fácil decirlo sentado en el tendido, hay que estar ahí abajo y ver de frente esos puñales que lucía este tercero. El sexto no tuvo historia, un toro de 637 Kg que salió parado, ¡a ver qué mueve esa masa!, que se arrancó con fuerza en varas y empujó con codicia pero sin meter la cara abajo y que en la muleta pasaba andando, sin emoción alguna, con el que  el francés solo esbozar algún muletazo suelto de cierta calidad, pero el trasteo careció de interés y quien más quien menos veía que el reloj de Las Ventas marcaba las nueve y cuarto de la noche y solo pensaba en salir cuanto antes camino de casa o a cenar por ahí, que mañana es fiesta en Madrid y hay que aprovechar.

Antonio Vallejo

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