Han pasado 24 horas de la magnífica tarde de toros que vimos y vivimos ayer en Las Ventas. Tiempo más que suficiente para reposar emociones y sentimientos, así como juicios y conclusiones. Me he tomado la molestia de leer crónicas de la corrida de ayer hasta en 14 medios distintos, prensa generalista y prensa especializada en toros y portales taurinos. Por fortuna, aunque como es lógico hay matices, en todos se habla de una gran tarde de toros, se destaca la presencia y presentación de los toros, su buen juego, sus buenas condiciones y la disposición , valentía y buen toreo (sensacional en la mayoría de los medios) de los tres espadas. Pues bien, debemos estar todos equivocados, porque hay una veintena de ejemplares que acampan por el tendido 7 que opinan lo contrario. Por supuesto, en su enorme, inmensa, infinita sabiduría basada en el integrismo más rancio y el fudamentalismo más detestable, han pitado y montado su particular numerito en la tarde de ayer. Protestan la presentación, el resto opinamos que ha sido impecable. Protestan a los toreros, el resto les hemos visto torear de manera excepcional. Ha sido Finito de Córdoba el que, con enorme elegancia y una torería fuera de serie, les ha puesto en su sitio. Ha bastado que ante uno de sus improperios, de sus habituales salidas de tono, el barcelonés le splantara cara, se dirigiera hacia ese tendido con la mirada y con una exquisitez tremenda les invitara a tomar los trastos de torear y probar el cansino y repetitivo "miau" que decían y comprobar que ellos saben torear mejor que nadie, ya que gritaban algo así como "¡qué asco!". A partir de ahí se les han bajado los humos y no han conseguido engañar a otros espectadores de sus aledaños que otras tardes se ven engullidos por su prepotencia. Ha habido una reacción unánime, gracias a Dios. Y con ese sencillo gesto ha dejado a los "sabios" intransigentes, a los integristas-fundamentalistas en el mayor de los ridículos. Resultan aburridos, repetitivos y hasta patéticos con sus descalificaciones y protestas de costumbre. Cansinos a más no poder estos del grupúsculo reventador, ignorantes en el fondo, como tantas veces he dicho, malos aficionados en realidad, que solo quieren imponer su minoritario criterio a la inmnesa mayoría, y que muchas veces disfrutan con el fallo de algunos toreros cuyos nombres sabemos de memoria porque los tienen en su punto de mira, para así alimentar sus enfermas mentes fóbicas. Ir así a la plaza es, para mi, de pésimo aficionado, no me cansaré de repetirlo.
Ayer por la tarde un sencillo gesto les descubrió, les dejó las vergüenzas al aire y les puso en evidencia, haciendo el mayor de los ridículos que jamás se hayan visto en el coso venteño. Si no saben disfrutar de la Fiesta, si no saben apreciar lo bueno, si son tan sabios que no soportan la ignorancia de la gran mayoría, ¡que se vayan y no vuelvan nunca a Las Ventas!. Nos tienen hasta los mismísimos.
Antonio Vallejo
domingo, 31 de mayo de 2015
sábado, 30 de mayo de 2015
Vigésiomosegunda de San Isidro, primera parte: ¡La tarde soñada!
Impresionante, maravillosa, extraordinaria, espectacular, magnífica, grandiosa, triunfal, importante y no sé cuantos calificativos más podría estar aplicando a la tarde que hemos vivido en Las Ventas. La conjunción perfecta entre toros, toreros y afición. Al margen de todo se han quedado 20, los integristas-fundamantalistas de siempre, que han tenido su merecido. Pero eso será comentario aparte, hablemos de lo que ha pasado en el ruedo, que dejará a la corrida de este 29 de mayo grabada en la memoria de los aficionados. Ayer decía, sobre la corrida de Victoriano del Río, que el peor comentario que podíamos hacer sobre una corrida de toros es que no haya pasado nada. Hoy ha sido todo lo contrario, joy ha habido de todo. Toros de magníficas hechuras e impecable presentación, de muy buen juego, bravos y nobles. Arte a raudales, valor, temple, improvisación, clase y toreo de gran dimensión por parte de los tres matadores. Tercios de varas según mandan las normas y muy buenos pares de banderillas, con los toreros de plata reivindicando su importancia en la lidia. Lo dicho, la tarde soñada por cualquier aficionado, en la que toros, toreros y afición han llegado a una fusión y un entendimiento perfecto.
LLeno en los tendidos en una tarde que amenazaba tormenta y que media hora antes descargaba una preocupantes gotas de un cielo que venía peligrosamente gris y cerrado. Pero hasta eso ha pasado de largo, se ve que en el cielo sabían lo que iba a suceder y querían verlo desde allí, por los claros que se han ido abriendo. Seis toros de Juan Pedro Domecq, de preciosas hechuras, todos en tipo, serios, bien armados, perfectamente rematados por delante, armónicos, impactante la estampa del sexto, un jabonero espectacular que ha ido devuelto por invalido, saliendo en su lugar un sobrero de Toros de Parladé correcto de presentación. Si exceptuamos el cuarto, todos han dado juego y han aportado cualidades válidas para la lidia. Nobles y bravos todos, alguno con más o menos fuerza, pero bueno o muy bueno su comportamiento en todos los tercios. ¡Olé por el ganadero!, magnífica corrida la que ha traído a Madrid, para mi la más completa hasta el momento.
Se anunciaba la terna compuesta por Finito de Córdoba, Alejandro Talavante y Daniel Luque. Los tres han tenido una actuación rebosante de arte y torería, salpicada de valor y valentía, que no es lo mismo. Valor ante el toro y valentía para plantarse frente a los integristas de todos los días con una elegancia y una torería inmensa, como ha hecho Finito en su primero. Tarde importantísima para los tres, de la que salen catapultados Talavante y Luque. Faenas de orejas en ambos casos, lastimadas por el fallo a espadas. De no haber sido así estaríamos hablando de algo histórico, dos Puertas Grandes seguro y un mínimo de cuatro orejas.
Abría plaza "Delineante", entipado, muy serio, recto de pitones, abierto de cuerna. Algunas protestas no se a qué. Verónicas de saludo de Finito con gusto. Blandea algo y pierde las manos. Se le cuida en el caballo de Jesús Vicente, midiendo el castigo. Sale algo justo de fuerzas. Quite de Talavante por tafallera y gaoneras, sin demasiada brilantez, pero con corrección. Banderillas colocadas con oficio y limpieza a cargo de Álvaro Oliver y Jaime Padilla. Muletazos de tanteo del de Sabadell por bajo, impregnados de su clase, con mucha torería, sacando al toro a terrenos de fuera con mucha facilidad, donde le pega un redondo y un cambio de mano de mucho gusto. Torea en redondo Finito, con temple, ligando los muletazos, sin un solo enganchón, el toro embiste con nobleza aunque le falta un puntito de fuerza para romper y emocionar. Pero Finito está muy bien, toreando con facilidad y suavidad, bajándole la mano. Protestas y falta de respeto de alguno de los 20 indeseables que campan por el 7, grita algo así como "¡qué asco de toro y de toreo!" y "¡qué emoción!". El maestro se aparta de la cara del toro, se vuelve hacia ese tendido y mirando a la cara, sin esconderse entre la masa anónima, invita al cobarde miserable gritón a bajar y ponerse delante de ese toro, a ver qué opinaba. Torería y elegancia al por mayor para callar definitivamente a los malos aficionados. ¡Olé Finito!, que cunda el ejemplo. Remata la faena con trincheras y trincherazos por bajo muy aplaudidos, con gran clase, coreados con olés. Mata de entera traserita y dos descabellos, recibiendo una merecida ovación respondida con saludo, como corresponde, con la protesta del rebaño integrista.
El segundo del lote de Finito, "Historiador", un señor toro de 578 Kg, algo más alto de caja que sus hermanos, muy serio, astifino, buenas hechuras y bien rematado, ha sido el menos lucido de la corrida. Con Un punto de manso apuntado desde salida, con tendencia a rehuir los capotes y a irse hacia la puerta de chiqueros. No da opción al lucimiento con el capote. Lo entiende muy bien Finito y hace lo que hay que hacer en estos casos, bregar, llevar al toro metido en el capote, encelarlo, poderle en una palabra, ganándose una gran ovación. Muy bien, maestro. Flojo tercio de varas, se le castiga poco, prácticamente señalados los puyazos. De nuevo con oficio y bien ejecutados los pares de banderillas de Álvaro Oliver y Jaime Padilla. No hay duda de la clase de Finito, nos la deja patente con los primeros muletazos suaves, ligados, llevando al toro embebido en la muleta,ante un toro soso, con poca emoción. En uno de los lances le arrolla con las patas traseras, susto sin consecuencias. Por encima del toro siempre el de Sabadell, fácil y dispuesto, sin esconderse, llevando al toro bien toreado, en función de sus condiciones, pocas a decir verdad para el lucimiento, pero todo lo que ha hecho el torrero lo ha hecho bien y con torería. Mata de pinchazo, entera trasera y dos golpes de verduguillo. Silencio para despedirse, en tarde más que digna en la que nos ha dejado su clase y elegancia de siempre.
Salta el segundo de la tarde, primero del lote de Talavante, "Embestido". No podía haber elegido mejor nombre el ganadero, he hecho gala de él. Preciosa estampa la del Juampedro, muy serio, astifino, rematado en puntas hacia arriba. Brioso de salida, se desplaza por ambos pitones con clase. Desarma a Talavante. Sensacional tercio de varas el protagonizado por Manuel Cid, con dos varas bien colocadas, frenando bien la embestida del toro, que mete los riñones con clase y empuja con celo el peto del caballo. Sensacional también Juan José Trujillo con dos extraordinarios pares de banderillas, asomándose al balcón, cuadrando en la cara, clavando y reuniendo a la perfección, obligado a saludar montera en mano ante la gran ovación del público. ¡Qué gran torero de plata Trujillo!. Brinda al público. Toma la muleta con la izquierda. Magnífica serie de naturales ligados, bajos, rematada con un molinete y el obligado de pecho. Decidido, firme el extremeño. Sigue al natural, traga sin inmutares dos coladas del Juampedro, está enorme, la plaza estalla en aplausos. Baja un poco el nivel con la derecha, algo menos franca la embestida, pero lo somete y deja una buena tanda en redondo. Vuelve a la mano izquierda,ante un toro que se va apagando, que corta el viaje, pero con mando y temple lo mete en la muleta y finaliza con unos adornos por bajo muy toreros que gustan mucho. Tiene la oreja en su mano. ¡Lástima la espada!. Mata mal, cuatro pinchazos antes de colocar una entera. Ovación respondida desde el burladero por Talavante.
El segundo del de Badajoz, "Ballenito", es otro gran ejemplar en cuanto a presencia y presentación. Muy bonito de hechuras, entipado, con dos pitones que asustan. Precioso saludo con saltilleras, mucha torería posteriormente en la conducción con el capote a una mano al caballo que monta Miguel Angel Muñoz, quien coloca dos buena varas, tomadas con clase por el toro. Buena ejecución del tercio de banderillas, haciendo las cosas bien, con torería, Valentín Luján y Julio López. Se planta de rodillas ante el Juampedro, exigente animal, se le cuela pero está valentísimo el extremeño, saliendo de un apuro con una arrucina espectacular que pone en pie a la plaza. Torea en redondo, jugándose los muslos, pasándoselo a milímetros de la taleguilla. Está inmenso Talavante, sereno, seguro, llevando templada la embestida de "Ballenito", que aprieta. Bravo animal. En una de esas el toro se frena ante Talavante. Con un elegante cambio ante la situación cambia al pitón izquierdo y conduce la embestida del Domecq. ¡Olé por sus.... y su torería!, aunque a tres o cuatro no les gusta, inexplicable. Sigue tragando el de Badajoz por el izquierdo, algo más corto el viaje del toro. naturales con empaque, ligados, enlazados con un circular. Toreo vertical por ambos pitones, emocionando el maestro, disfrutando delante de la cara del toro, rematando la faena con unas manoletinas ceñidísimas mirando al tendido, con un cambio por la esplada y un cambio de mano final que hacen estallar a la plaza en olé y aplausos. Como en su primero, tiene la oreja en su mano, pero otra vez falla con la espada. La oreja y la Puerta Grande más que segura de haber estado acertado a la hora de matar se van al limbo. Tremenda ovación para despedir a Alejandro Talavante, que tiene un precioso detale de agradecimiento recogiendo un puñado de arena de Las Ventas, besándolo y llevándoselo al corazón en señal de agradecimiento a este público que sabe entregarse como ninguno ante le valor y el arte. Da una merecida vuelta al ruedo, a mi juicio, tanto por lo hecho esta tarde como su anterior actuación, en la que cortó una oreja. Faenas de gran relevancia que lanzan como un cohete al extremeño para lo que resta de temporada.
La evolución de Daniel Luque, apuntada ya la pasada temporada es hoy en día un hecho irrefutable. Desde que confirmó alternativa en junio de 2008 hemos sabido de sus grandes cualidades como capoteo. Hemos visto altibajos en su carrera, que desde hace un par de temporadas ha seguido una tendencia ascendente hasta llegar a la tarde de hoy, en la que se ha mostrado como un torero completo que conjuga valor y capacidad artística impregnada de ese sabor sevillano que deja en cada lance. Importantísima tarde la del de Gerena en Las Ventas. No creo que nos equivoquemos mucho si decimos que hay un antes y un después en la carrera de Luque tras su actuación venteña. Pleno de facultades, pleno de valor, pleno de técnica, con una madurez y una claridad de ideas de figura del toreo.
Recibe al tercero de la tarde, "Destajoso", precioso de hechuras, serio, armónico, suelto de salida, con dos verónicas impregnadas de su sello, lentas y largas, acompañando el viaje. Lleva al toro al caballo que monta Juan Francisco Peña con un gusto exquisito, puro placer visual las dos medias de cartel con las que deja al Juampedro perfectamente colocado para tomar dos varas bien señaladas, medidas en el castigo. Magnífico resulta el tercio de banderillas. Se gustan los hermanos Neiro, los dos "Algabeños", en sus respectivos pares, perfecta reunión, saliendo con enorme torería de la cara del toro. Responden desmonterados la enorme ovación del público, no podía ser menos. Brinda al público lo que será una auténtica obra de arte. Inicio por estatuarios junto a las rayas del 5, se cuela el toro en la segunda pasada y arrolla a Luque que durante unos segundos angustiosos está a merced del de Domecq, entre los pitones, luego en el suelo, saliendo milagrosamente sin una solos cornada tras el tremendo revolcón. No lo podemos creer, temíamos algo grave por lo fea de la cogida. Se repone el matador y, como si nada hubiera pasado, torea en redondo de manera extraordinaria. Templado, largo, corriendo baja la mano, con hondura, cadencia, toreo de muchos quilates con un toro que humilla, que mete la cara con clase y nobleza, que repite y repite al engaño. Gran ovación, se calientan los tendidos, se huele algo grande. Por el izquierdo continúa su lección, toreo al natural de mucha altura, firme, sereno, templado a pesar de que el Juampedro avisa por ese pitón. La plaza está entregada al sevillano, que termina con una pase de desprecio y unas luquesinas exquisitas, reventando la tarde, con los tendidos enfervorizados. coloca un estoconazo atravesado que hace guardia, probablemente por que se ha hinchado de toro, porque se ha volcado sobre el animal con enorme decisión. Dos descabellos y dobla el de Juan Pedro, despedido, al igual que segundo y quinto, con una gran ovación en el arrastre. Oreja de ley para Luque.
Le queda el sexto a Daniel para redondear la tarde. Lástima la invalidez de "Atrevido" en su mano derecha, porque su presencia era impactante, como su nombre. Un jabonero bellísimo con dos velas por pitones. Sale en su lugar "Mensajero", de Toros de Parladé, correcto de presentación. No apunta buenas maneras, se defiende, corta el viaje. Lo fija Luque en su capote como hay que hacerlo, bregando, lidiando, ¡que bonita es la brega cuando se hace bien!, para rematar con una bellísima media verónica muy torera. El Parladé protagoniza un vibrante tercio de varas, arrancándose de lejos, metiendo los riñones con clase y codicia. Dos magníficos puyazos los que coloca "Carioca", despedido con una cerrada ovación. Otro espectacular tercio de banderillas en este toro. Antonio Chacón ha colocado dos pares de premio, gustándose, dejándose ver, arrancando, cuadrando en la cara, de poder a poder, clavando y reuniendo a la perfección, saliendo airoso del encuentro , andando hacia atrás, sin perder la cara al toro. ¡Pura torería de este gran subalterno!. Como es lógico, saluda montera en mano la tremenda ovación que recibe. Brinda Luque a Alejandro Talavante, precios detalle que deja bien claro la madera de la que están hechos estos hombres. El Parladé se arranca largo, va con brío a la a muleta que le ofrece el de Gerena. Lo para y lo templa, como mandan los cánones del toreo, dejándonos un toreo en redondo sensacional, de lujo, todo en los medios. Hasta tres tandas por el pitón derecho a cual mejor, rematando con un cambio de mano inmenso. Está relajadísimo Luque, alcanzando una enorme dimensión en su toreo. Más complicado por el pitón izquierdo, pero le puede el sevillano en una serie corta en la que nos ha enseñado los defectos y los ha superado, a pesar de las absurdas protestas del grupúsculo fundamentalista, ¿qué demonios quieren que haga?. Ha bordado el toreo, todo en los medios, de verdad, sin ventajas...¡y protestan!. Increíble. Sabe Luque que tiene la Puerta Grande en su mano. Tan de verdad está que perfila prácticamente en el centro del anillo. Podía buscar terrenos más abrigados, donde el toro le ayude más y le presente menos complicaciones. Pero quiere el todo o nada, demostrar que ha venido a por todas, sobre todo cuando un impresentable grita "¡está sin torear!". Un pinchazo al primer encuentro se lleva la oreja al limbo, tremenda desolación en los tendidos. Vuelve a cuadrar al toro en los medios y esta vez sí coloca una estocada entera que fulmina al Parladé. Gran tarde de Luque lastimada por el mal manejo de los aceros, una pena. Pero su toreo quedará en la retina de todos.
Al salir de la plaza, pasadas las nueve y media de la noche, la sensación era de inmensa felicidad por lo que habíamos visto. Buenos toros para buenos toreros; lo que decía en el título, la tarde soñada..... menos para 20 ó 30. Pero eso es otro capítulo.
Antonio Vallejo
jueves, 28 de mayo de 2015
Vigésiomprimera da San Isidro: De resaca
Volvíamos a Las Ventas comentando en los corrillos previos la enorme faena de Sebastián Castella a "Jabatillo" apenas 24 horas antes. Emocionados aún recordando la borrachera de toreo que se dio monsieur Castella y la borrachera de toreo con la que nos acostamos ayer. Y claro, ya se sabe, cuando uno se excede, al día siguiente no rinde. Es lo que tiene el estado resacoso a nuestra edad.
Casi lleno en la plaza, con algunos claros en gradas y andanadas del sol, al reclamo de una ganadería de prestigio, la de Victoriano del Río, procedencia Juan Pedro Domecq, y tres toreros de cierto nombre, Diego Urdiales, David Fandila "Fandi" e Iván Fandiño. A priori había motivos para pensar en una tarde en la que pasarían cosas, en la que incluso podría seguir aumentando el casillero de trofeos, que, si mis cuentas no fallan, va ya por 25 entre toreros de a pie y a caballo. Pero todo se ha venido abajo en una tarde calurosa, propia de estas fechas, en la que creo que hemos sufrido la resaca de la borrachera de ayer.
Poco, muy poco, se puede rescatar de lo que hoy hemos, iba a decir visto, más bien padecido, en Las Ventas. Ha sido una tarde plana, sosa, incluso aburrida, lo peor que podemos decir. Toros de buena presentación, alguno asustaban por veletos y astifinos, ¡vaya velas!, aunque algo desiguales. Por ejemplo, un tercero con una cornamenta exagerada y desproporcionada, a mi modo de ver, para la caja que portaba. Para mi gusto, toros cuajados, serios, de muy buenas hechuras, muy armados, el primero (muy abierto de pitones), cuarto y sexto. Pobre juego en general, aunque podemos salvar de la quema y destacar algo del segundo, el de mejores cualidades en la muleta, tercero, noble y manejable, y los complicado quinto y sexto, a los que creo se les podía haber sacado más. Pero, aunque parezca lo contrario contado así, han dado pocas posibilidades para el lucimiento de los tres espadas.
Tampoco se puede decir que Urdiales, Fandi y Fandiño hayan tenido su mejor tarde. Es cierto que el material con el que se han topado no es el que todo torero desea pero, francamente, creo que les ha faltado algo, no creo que falta de ganas, voluntad o disposición, pero no les he visto con chispa, incapaces de entender y acoplarse a lo que los toros de hoy requerían, sin ser precisamente una maravilla. Atropellados a veces, sin dominar las embestidas de los de Victoriano, sin sitio. Parecían tan resacosos como estábamos nosotros. Poco a poco nos han ido sumiendo en el aburrimiento, por la poca, escasa, mínima emoción de sus faenas. Algún lance suelto con el capote, pero puro espejismo, porque ninguno de los tres alternantes han lucido en el toreo de capa.
Mal, muy mal en general el tercio de varas durante toda la tarde. Picadores realizando la suerte fuera de sus terrenos, puyazos traseros, mal colocados y rectificados, unos muy largos y con mucho castigo y otros solo señalados, "puyitas" podríamos llamarlas, con el lógico enfado del público. Tan solo destacar las palmas a Víctor Hugo "Pirri" picando bien al primero de Urdiales, una vara aplaudida por frenar bien al toro que se arrancaba de largo al caballo de Diego Vicente en el segundo de la tarde, primero de Fandi, y una pelea en el caballo de Manuel José Bernal con más fijeza del sexto, segundo de Fandiño. Si de un mínimo de doce puyazos posibles destaco tres siendo generoso, podemos hacernos una idea de lo que ha sido el tercio de varas.
Tampoco es que el tercio de banderillas haya sido la alegría del siglo. Fandi ha tirado de su repertorio y sus portentosas aptitudes físicas para colocar seis pares de los que salvo quizás el primero de su primer toro, más de poder a poder, cuadrando más en la cara y reuniendo bien. Los demás con ventaja, a toro pasado, sumados a los habituales de la moviola y el violín. Como cada tarde que viene a Madrid, parte del público se rompe a aplaudir y otra silba al granadino. Disparidad de criterios, Fandi tiene su público y es muy respetable, pero particularmente busco más cosas que una exhibición atlética. Sí que se ha lucido en sus pares Miguel Martín en el sexto y Pedro Lara y Jesús Arruga, respondiendo montera en mano a la ovación, en el tercero de la tarde, es decir, la cuadrilla de Iván Fandiño. El resto de pares, digamos que aseados, sin excesiva brillantez, con oficio, correctos, sin más.
Y nos queda el capítulo de las faenas de muleta. A mi modo de ver todas cortadas por el mismo patrón. Muchos pases, gran cantidad pero limitada calidad de los muletazos. Faenas planas, sin emoción, pases y más pases, en la mayoría de los casos toreando al hilo del pitón, fuera de sitio, sin acoplarse a la embestida de los animales, que si bien era bronca, cabeceando echando la cara arriba, cortando el viaje, sin celo en la muleta en líneas generales, sí que segundo y tercero han mostrado cualidades de prontitud y manejabilidad en la muleta que creo no han sido bien aprovechadas por Fandi y Fandiño. Igual que quinto y sexto, bruscos pero a los que creo que buscando un poco mejor la distancia y dando un pasito más se les podía haber sacado algo más de partido. Tono discreto el de las seis faenas, un tanto vulgar, anodino, de esos días en los que decimos eso tan triste en los toros como es "no ha pasado nada". Lo peor en este aspecto se lo ha llevado Fandi, que ha tirado por la calle de en medio en el quinto, al que no ha querido ni ver, con la consiguiente pitada, rayando en bronca. Como la tarde iba como iba, la suerte suprema sólo nos ha dejado una buena estocada de Fandiño al tercero de la tarde, al que ha enviado junto a "Jabatillo" con una entera en el sitio. Lo demás, si entraban enteras eran defectuosas por tendidas o traseras, precisando del descabello, mal manejado en general, y si no, pinchazos y casi medias poco efectivas.
Por tanto, aunque seguro que nadie iba con esa intención, se ha convertido en una tarde de resaca tras la de ayer. Espero que mañana recuperemos el ánimo, la lucidez y todos, toros, toreros y aficionados, vayamos a las siete de la tarde en condiciones para disfrutar de una gran corrida de toros. Que así sea.
Antonio Vallejo
Vigésima de San Isidro: Castella, de Madrid al cielo... por cuarta vez
Cuatro veces son ya las que el francés Sebastián Castella ha cruzado la Puerta Grande de Madrid a hombros. Cuatro tardes en las que ha sentido lo que es volar a la gloria, hacia el cielo, al cielo del toreo, el de Madrid, como el dicho popular. He tenido oportunidad de ver sus cuatro Puertas Grandes, y debo decir que esta es la que más me ha emocionado, con la que más he vibrado, en la que he visto un Castella en plenitud, valiente y artista en un mismo pase, sereno, firme, gustándose y gustando a todos. Hacía tiempo que no veía a Las Ventas sentir el toreo de la manera que nos ha hecho sentir hoy el francés en su faena al toro "Jabatillo", un sensacional, extraordinario, fuera de serie, toro de Alcurrucén, premiado con una merecida vuelta al ruedo, firme candidato a toro de la feria, en dura pugna con "Agitador", el de Fuente Ymbro lidiado por Paco Ureña el pasado 9 de mayo en la segunda de abono. "Jabatillo" saltaba al ruedo en tercer lugar. Bonitas hechuras, muy serio, con dos leños por pitones, astifino. Sale a buscarlo Castella, lo fija con el capote y torea por verónicas de grandísima factura, lentas, acompañadas con el cuerpo, intercaladas con chicuelinas, rematando con una media con las manos bajas, de olé. Y así ha sido, olés profundos para el capote de Sebastián. Entra al caballo que monta Jose Doblado con brío, coloca un primer puyazo trasero y un segundo bien señalado, castigando poco al Alcurrucén. A la salida del primer encuentro lo prueba Castella con más verónicas de altura y otra media con un regusto torero de aúpa. Entra Morante al quite, no quiere quedarse atrás, y nos deja en la retina dos verónicas lentas, eternas, con el reloj de la plaza parado, no quería que pasaran jamás. Colocan buenos pares de banderillas Jose Chacón y Ricardo Izquierdo, con mérito, ante un toro que aprieta y no les pone fácil la labor de colocar los garapullos. Ovacionados ambos subalternos. Brinda al público, lo ve claro. El inicio de faena del de Beziers responde a su estilo, lo que tantas tardes le hemos visto hacer, con las zapatillas clavadas en la boca de riego, citando de largo, con el toro al galope hacia él, pasándoselo por la espalda dos veces. Pero esta vez siguen a esos dos pases una borrachera de muletazos seguidos, ligados, hilvanados, con un ritmo y una cadencia extraordinaria, templados, por el derecho, por el izquierdo, trincheras, pase del desdén, molinete... No sé cuantos, ocho o diez seguidos casi seguro. Pone a la plaza en pie. El toro va como un tiro, mete la cara con una clase y una nobleza fuera de serie, por ambos pitones, no se cansa de embestir al engaño, de menos a más, viniéndose arriba el toro y el torero. He perdido la cuenta de cuantas series ha dado por cada pitón, ¡me da igual!. cada una es aún mejor que la anterior. Si pega unos redondos hondos y profundos, continúa con un toreo al natural de muchos, muchísimos quilates. Toda la faena con un temple extraordinario, bajando la mano, llevando larga la embestida del toro, una obra de arte. No había visto jamás a un Castella tan pleno, tan poderoso, tan artista, tan seguro, tan relajado, tan entregado, disfrutando, emocionando y transmitiendo. Y Las Ventas ha respondido. Y cuando esta plaza, exigente pero justa, se entrega, es única. Bueno, ha habido un imbécil (no puedo calificarle de otra manera), uno solo, que no ha tenido mejor ocurrencia que gritar desde un tendido, en mitad de la faena, "Castella, a ver si toreas de verdad". Sin comentarios. Quedaba rematar la obra de arte con la espada. Estoconazo hasta la bola, un poco defectuoso, es posible, si sacamos la regla. Pero lo que hoy hemos visto es arte y el arte no se puede medir, solo se puede sentir, y nos ha hecho sentir el toreo de verdad, el más puro. Por eso me parece que las dos orejas han sido justas, justísimas, y merecidas, merecidísimas. Lo mismo digo de la vuelta al ruedo de "Jabatillo", un toro de bandera.
Le quedaba a Castella la lidia del sexto, "Flautista", precioso de capa, abierto de pitones, serio, veleto y astifino. Pero sus cualidades no son las de su hermano. Distraido y sin fijeza, carente de clase y casta, justo de fuerzas, ha permitido poco juego en el capote, más bien nada, con un deslucido tercio de varas, mal picado, trasero. En la misma línea su comportamiento en banderillas, muy deslucido. Con estos antecedentes, la faena de muleta ha seguido, como se veía venir, a menos. Inicio con recuerdos de otras épocas, sentado en el estribo del 7, por bajo, pero el animal no aguanta, se cae. Pases sueltos sin continuidad, cara arriba, enganchones constantes, se cae si le obliga algo. No hay opción alguna para el triunfador de la tarde y, muy posiblemente, de la feria. Mata de entera caída, recibiendo silencio antes de ser llevado en hombros camino de la calle Alcalá donde le esperaba la gloria del toreo.
Abría plaza Morante de la Puebla, no hay que decir más. Es un torero fuera de catálogo, único, con un estilo propio, ese que te envuelve y enamora sin poder explicarlo, que solo se entiende viendo al maestro. Los días que torea se siente algo distinto en el ambiente. Reconozco mi predilección por Jose Antonio Morante, ni me importa que se me incluya entre los que llaman morantistas. No me falta m ramita de romero ni algo verde en mi indumentaria cada vez que le veo torear. Y nunca me defrauda, porque siempre deja algo, aunque sea una gota, pero esa gota lleva siempre la esencia del mejor toreo. Hoy ha tenido que negociar con dos animales que no han servido nada. El primero de su lote, "Alcotán" es un toro precioso, puro Núñez. Ensabanado de capa, magníficas hechuras, cuajado, serio, astifino, ¡menuda estampa!. Magníficas verónicas de saludo en el capote mágico de Morante, meciendo la toro, lentas, largas, bajas. Sí, de acuerdo, en una le ha enganchado el capote, ¡y qué!. Entra con fuerza al caballo que monta Aurelio Cruz, derribándolo aparatosamente. Dos buenos pares de Antonio Jiménez "El Lili", cuadrando bien , en la cara y colocando reunidos los palos. Inexplicable, pero nadie responde, ni un solo aplauso. El toro va justito de fuerzas, lo lleva muy suave el sevillano en los primeros compases, cuidándolo mucho. Toro noblote pero sin humillar, lo que unido a su blandura, le obliga a Morante a plantear una faena sin obligar en demasía al Alcurrucén, ya que en cuanto lo hace se derrumba. Con su elegancia habitual realiza una faena pulcra, con paciencia, para llegar a sacar muletazos buenos con ese sello que marca el toreo del maestro, con aromas a torero antiguo. Pienso, dejando a un lado mi afinidad por el de la Puebla, que ha estado bien, decidido y voluntarioso, haciendo al toro lo que se le podía y debía hacer acorde a sus condiciones, echando la cara arriba, cortando el viaje, defendiéndose, sin humillar. Mide de forma magistral la duración de la faena. Si el toro se ha agotado es absurdo prolongar artificiosamente, no tiene valor ni sentido y, al menos yo, agradezco cuando un torero sabe cuando hay que acabar y no entrar en el tedio. Mata de entera con una facilidad pasmosa. Silencio a su labor en este primero.
El cuarto, "Barberito", es el segundo de Morante en este San Isidro, y el último, puesto que no tenemos la fortuna de poder volver a verle en Madrid en este ciclo, una lástima. Otro precioso Alcurrucén, veleto y ensillado. Verónicas marca de la casa, coreadas con olés. El toro se va suelto, no tiene fijeza ni nada. Apunta poco en varas, mal picado, en terrenos que no se debe, los del 10. Deslucido también en banderillas, con un desorden monumental a la hora de entrar a colocar los pares. Mucho empeño ha puesto el maestro para intentar sacar algo de este toro sin fuerzas, sin clase ni raza alguna. Tremenda disposición de Morante, pero cualquier intento de hacer algo lucido acaba con el astado por los suelos. Abrevia Morante, lo cual es de agradecer, repito. No entiendo como algunos le pitan es decisión. Otros días pitan porque el torero s empeña en seguir dando muletazos a toros que no transmiten nada. Y curiosamente son los mismos, ¡viva la coherencia!. Mata a la primera con gran facilidad. Silencio con algunos pitos que, sinceramente, me parecen incomprensibles. ¿Qué quieren que haga?, ¿subirse al toro, como Jesulín?. En fin, menuda tropa.
Mal lote el que ha correspondido a Julian López "El Juli". Protestado de salida el segundo, "Peleón", el de menos presencia de toda la corrida. Justo de fuerzas, echa las manitas por delante, deslucido y falto de clase. Empuja con cierto celo en el peto, mete algo los riñones, especialmente en la primera vara. Quite por chicuelinas ceñidas de Juli replicado por otro de igual suerte a cargo de Castella. Pares de banderillas traseros, mal ejecutados y colocados, sin brillantez. Se lleva Juli el toro a los medios para plantar cara al de Alcurrucén. Con la gran técnica y el mando que tiene Julián logra algunos pases meritorios, tapando, incluso, más defectos del toro. Empiezan a gritar aquello de "miau" los que tampoco soportan a Julián, que son los mismos que no soportan a Manzanares, ni a Morante, ni a Ponce, ni a....¡qué casualidad!. Entre constantes y continuas protestas, un paciente y seguro Juli intenta sacar algo del corto y deslucido viaje del animal. Mas voluntad imposible, pero si no hay de donde sacar es misión imposible. Mata de pinchazo y entera trasera, recibiendo silencio a su labor y pitos al toro en el arrastre.
Como una fotocopia del segundo es "Limonero", de buenas hechuras. Suelto y distraido de salida. Se emplea algo más en el caballo, empujando con algo más de codicia, mejor en el segundo puyazo. Lo prueba Juli con unas buenas verónicas, parece que va a más. Aprovecha su turno Castella para un quite por gaoneras rematado por una revolera, aplaudido. Brinda al público. Inicio de faena con estatuarios. Repite el toro pero sin mucha clase, sin meter bien la cara, más bronco, echando la carita arriba, escaso recorrido, cortando el viaje. No le puede obligar Juli ya que pierde las manos a la mínima. Voluntad a raudales de Julián, que llega a meterse entre los pitones sin ser valorado en ningún momento. Es en estas circunstancias, en las que está más que claro que no se puede sacar nada de un toro de estas características, cuando pido brevedad al matador. Le agradezco enormemente que nos ahorre minutos de aburrimiento que no llevan a nada, salvo a poner al público aún más a la contra. Mata de trasera contraria efectiva. Silencio para el madrileño, a quien aún le queda otra tarde en la de Beneficencia. Espero tenga mejor suerte con sus toros.
Esto es lo que ha dado de sí esta tarde de máxima expectación, con lleno de "no hay billetes", tarde de lujo, de claveles, de campanillas, como queramos llamarla. Seis de Alcurrucén serios, de buenas hechuras, pobres de juego a excepción del tercero, "Jabatillo", un extraordinario ejemplar que ha caido en manos de un extraordinario torero, Sebastián Castella, con el resultado lógico de esa ecuación: Dos orejas y Puerta Grande, la cuarta, del francés. Son los nombres de la tarde y quizás de la feria.
Antonio Vallejo
miércoles, 27 de mayo de 2015
Currismo y Morantismo
En el año 2000 publicaba el genial Antonio Burgos este libro, que es algo más que una biografía. Es una filosofía ya no del toreo, sino de vida, de comportamiento y estilo. El maestro de Camas, para muchos el más grande que hayamos visto, va desgranado al autor su vida, su manera de entender los toros, su manera de concebir el arte de torear, anécdotas, curiosidades y un sinfín de cosas más, aliñado con el carácter y el peculiar humor tanto del personaje como el que aporta el autor. Es un libro que he releído en varias ocasiones, que no me cansa nunca y que tiene un significado muy especial en mi vida. Fue el libro que me llevé en mi viaje de novios, aquel agosto de 2000 en que me casé. ¡No sé si el vuelo de París a Singapur lo hubiera aguantado igual sin su lectura!. Imaginen, por tanto, el cariño que le tengo.
Los que nos declaramos curristas tenemos en la figura del Faraón de Camas la esencia del toreo eterno. Si figura pasará, eso es inevitable, su arte no. Pero tenemos, gracias a Dios, un sucesor en esa manera tan especial de concebir el toreo en la figura del no menos genial Morante de la Puebla. Torero con duende, de los que te genera ese pellizco inexplicable para quien no siente este arte de esta manera, capaz de enamorar, pero nunca de defraudarnos. Currismo y Morantismo de la mano, aroma de romero en Las Ventas al menos una tarde, peregrinación en espera del éxtasis con una verónica, un natural o un trincherazo, olés sentidos, profundos, de los que nacen del alma. ¿Exagerado?. Jamás. El sentimiento no se exagera, es natural. Y si alguien duda de ello no tiene más que asomarse a las páginas de esta maravilla de libro. Le aseguro que una vez concluida su lectura no sólo comprenderá esta manera de entender y sentir el toreo, a buen seguro engrosará nuestras filas.
Como siempre, a partir de las siete de la tarde, en Las Ventas, aparecerá el duende.
Antonio Vallejo
Decimonovena de San Isidro: No fue a buen Puerto
Se anunciaban para esta tarde seis toros de El Puerto de San Lorenzo, los Atanasio-Lisardos de Lorenzo Fraile, tan esperados cada año en Madrid. Lejano queda el San Isidro 2010, en el que fue elegida como ganadería triunfadora de aquel ciclo, con una sensacional corrida. La de hoy, al igual que la de aquel año, también ha estado bien presentada, en tipo, con las hechuras propias de este encaste, toros altos de agujas, serios, bien desarrollados sin ser aparatosos, aleonados, con no mucho morrillo. No podemos, desafortunadamente, decir lo mismo del juego que han prestado para la lidia. Deslucidos, rajados y mansos, sobre todo mansos, en especial tercero, cuarto y quinto.
Terna atractiva para una tarde con la plaza por fin por encima de los tres cuartos de entrada sin que fuera una corrida de campanillas. ¡Hay que ver!, lo que no hace mucho era algo excepcional hoy se ha convertido en un hábito. Y lo malo es que empieza a no llamarnos la atención ver tantos claros en los tendidos. Componían la terna Antonio Ferrera, diestro que ha demostrado sobradamente su pericia ante este tipo de encastes, Miguel Abellán, del que poco podemos añadir a lo dicho y a lo que ha demostrado durante tantas temporadas y en este San Isidro, y el sevillano Daniel Luque, torero que está cogiendo vuelo y cuya evolución, aparte de su sensacional manejo del capote, es meteórica.
El primero, "Pitinesco", de 555 Kg, entipado, alto de agujas, con las hechuras propias de este encaste, veleto, bien de presentación, da pronto muestras de blandura y escasez de fuerzas. Poco lucido en el capote de Antonio Ferrera. Malo el comportamiento en varas, sin emplearse, recibiendo un primer puyazo en el que pierde las manos y un segundo en el que Dionisio Grilo se limita a señalar. Toma las banderillas el balear, norma de la casa. Con un derroche de facultades físicas extraordinario, coloca los palitroques con la facilidad habitual, si bien me da la impresión de jugar con cierta ventaja y clavar a toro pasado. El del Puerto ha demostrado en la muleta lo que había apuntado en los primeros tercios. Nobleza en su embestida, pero muy poquita gasolina. Inicia Ferrera su faena por bajo, con gusto, llevando al toro hacia fuera, para iniciar el toreo en redondo. Mete la cara el animal, sí, de acuerdo, pero lo hace sin emoción, sin picante, se deja pero no aprieta. Así es difícil entusiasmar al personal. Pases que no llegan a los tendidos, sobre todo en el toreo al natural, fuera de sitio, al hilo, falto de ritmo. Entera desprendida y un descabello terminan con el toro. Silencio para Ferrera.
El segundo, "Buscapan", es otro Atanasio puro, alto, serio, rematado en puntas hacia arriba. Desarma a Miguel Abellán en los primeros lances con el capote. Protestas en el tercio de varas por la colocación tanto del Atanasio, entre las dos rayas, como del caballo de Tito Sandoval, que gana terreno hacia esas mismas rayas. No muy afortunados los dos puyazos de este magnífico picador, a quien no hemos visto brillar como en él suele ser costumbre. Daniel Luque es un magnífico, un sensacional, un extraordinario capotero. No me olvidaré nunca de aquella tarde del 2 de junio de 201, entonces se llamaba a la última semana Feria del Aniversario, ante un toro de Nuñez del Cuvillo en el que Morante y Luque protagonizaron un tercio de quites con réplicas y contrarréplicas por parte de ambos que parecía que nunca iba a acabar. Impresionante cómo vibró toda la plaza en ese sano pique con el capote, rivalidad como la de otras épocas, que terminó con ambos toreros abrazándose en el centro del ruedo en medio de una tremenda ovación con la plaza entera en pie. Hoy nos ha regalado un quite en este segundo toro que me ha llevado hasta aquel día. Chicuelinas ceñidas y bajas, rematadas con un personalísimo pase soltando la mano derecha del capote desmayando la izquierda cuando el toro pasa. Una exquisitez. En banderillas se luce Jose Antonio Prestel con un buen segundo par. El del Puerto tiene movilidad, aprieta y se le cuela al de Usera, pero su falta de clase le hizo que no llegara a entregarse en la muleta de Abellán. Está el madrileño seguro, se le ve con mucha facilidad ante los toros. Es cierto que ha citado al hilo del pitón, pero no es menos cierto que ha conseguido sacar redondos y naturales de mérito fruto de su técnica y disposición. Lo mejor, posiblemente, los naturales finales a pies juntos, cruzado, dando el pecho,en los que el toro ha hecho el avión. En su debe, que quizás haya alargado demasiado su faena. Estocada entera fulminante que le sirve para escuchar una merecida ovación a la que responde con saludos desde el tercio. Protestan algunos, los de siempre a decir verdad. Hoy hemos sabido que no se puede responder a la ovación. ¡Cuanto aprendemos de estos sabios!. Palmas para el toro en el arrastre.
El tercero, "Malvarrosa", de 539 kg, es algo más corto, pero muy en tipo. Serio y bien armado. Lo recibe Daniel Luque meciéndolo en su capote con unas suavísimas verónicas, todo delicadeza y arte, que despiertan los primeros olés, rematando con una media de cartel. Pura escuela sevillana, en la línea de ese maestro, del poseedor del duende, Morante de la Puebla. En el caballo da claros signos de manso. Suelto, con querencia a chiqueros, sin emplearse, teniendo que picarlo Juan Francisco Peña, que guardaba puerta. Malos augurios de cara a la muleta. Manso de solemnidad en la muleta, huyendo al segundo lance de cada serie, sin fijes, buscando las tablas y chiqueros. Hay que ponerle la tela muy en la cara, llevarlo tapado durante todo el recorrido, sin quitársela. Así ha conseguido el de Gerena sacar una serie de redondos de mayor valor. Con el toro rajado, aculado en tablas, tira la espada Luque y da una serie de redondos finales sentidos, con la muleta plana, al lado de la puerta de toriles. En esos terrenos tiene que matar porque el animal no sale de ahí. Complicada labor para el sevillano, que pincha una y ora vez, no sé cuantas porque he perdido la cuenta. Al final decide tomar el descabello a la vista de como iba la cosa y liquida a esta manso de El Puerto con un golpe de verduguillo. Silencio a su actuación y pitos al toro en el arrastre.
El cuarto, "Cartuchero",de buenas hechuras, también en tipo, más abrochado y acapachado de cuernas, saletambién suelto, sin fijeza, con querencia a chiqueros, otro que mansea. Toma una vara del picador que guarda puerta antes de arrancarse con prontitud al caballo que monta Mario Herrero, que pica trasero y bajo en el primer encuentro y se limita a señalar en la segunda puya, con la consiguiente protesta del público. Toma las banderillas Ferrera, fiel a su costumbre y coloca un segundo par, esta vez sí, de poder a poder, cuadrando frente a la cara del toro, con la punta de los pitones rozando la chaquetilla, asomándose al balcón, como suele decirse. El tercer par lo coloca al quiebro junto a la atablas del 10, a toro pasado claramente. Faena deslucida ante un toro con el que en ningún momento ha podido acoplarse ni le ha encontrado la distancia adecuada, quizás porque no la tenía. Embestida sin clase, echando la cara arriba, defendiéndose, echando la cara arriba, cortando el viaje, a lo que hay que sumar sus pocas fuerzas. ¡Una joya para el balear!. Falta de disposición y empeño por hacer cosas e intentar hacerlas bien no se le puede negar, pero no ha tenido enemigo. Pases sin una pizca de emoción ante los que gran parte del público pedíamos abreviar. Pinchazo y estocada trasera fulminante para acabar con otro manso. Silencio para Ferrera y pitos de nuevo para el toro en el arrastre.
El quinto, "Langostero", de 621 Kg, es un bicho alto de caja, seriamente rematado por delante, de muy buenas hechuras, bien presentado. Le corresponde su lidia a Miguel Abellán, su último toro en San Isidro. Suelto de salida, sin fijeza, otro que mansea. Ni una opción le da al madrileño para lucirse con el capote. Pelea de manso en varas, doliéndose, saliendo suelto en cuanto siente la puya, sin emplearse lo más mínimo. Además, por si le faltaba algo a este dechado de virtudes, falto de fuerzas. Con estas cualidades no extraña que en banderillas haya resultado todo muy deslucido, con el Atanasio buscando la puerta de toriles. Faena a media altura la que tiene que plantear Abellán, sin obligarle para que no pierda las manos, de bajo tono general a pesar de la voluntad de Miguel. Macheteo por bajo junto a chiqueros y estocada entera que precisa de un certero descabello para finiquitar al del Puerto. Silencio para el madrileño, que hoy nos ha sorprendido al no llevar su tradicional vestido blanco y oro, sino uno realmente bonito verde y oro, simple anécdota, y pitos también en el arrastre de este quinto.
El último del encierro, "Burganoso",de 602 Kg, es un animal de preciosas hechuras, muy serio, con dos velas como pitones, pero que pierde la manso estrepitosamente nada más hacer acto de presencia en la arena. Maestría una vez más de Florito, que en poco más de un minuto ha despejado el ruedo. Sale en su lugar un sobrero de José Luis Pereda, protestado de salida por su falta de presencia, pero que tiene dos pitones finos, finos, serio animal. Le espera Luque con el capote a la altura del 1,va hacia él "Cateto", que así se llamaba y se frena en seco a uno o dos metros del matador sevillano. Ambos se quedan estáticos, sin inmutares, mirándose fijamente uno a otro, como retándose. Preciosa estampa. Pocas facultades en varas, mejor en banderillas con dos fantásticos pares de Antonio Chacón, obligado a desmonterarse y responder a la ovación. Brinda al público y en el lugar en que cae la montera cita al de Pereda que se viene de largo. Ha sido, sin duda, el que mejor juego ha dado en la muleta. Ha metido la cara con nobleza, y lo ha entendido bien Luque por ambos pitones. Buen toreo en redondo y al natural, algunos de muy bella factura, ligados y con temple. A medida que avanza la faena pierde gas el toro, que se defiende y engancha en alguna ocasión la muleta del de Gerena. Tanda final en redondo, acortando las distancias, con adornos por bajos de mucho gusto que calientan a los tendidos. Mata de entera fulminante. Hay petición insuficiente, por lo que da una merecida vuelta al ruedo.
¡Y mañana!, ya huele a Romero en Madrid, ya siento un pellizco en el estómago, ya se percibe al duende. Será una noche para soñar con la magia torera de Jose Antonio Morante. Pero eso será mañana, llevaré mi ramita de romero en el ojal y veré de nuevo detenerse el tiempo en el capote del de La Puebla del Río.
Antonio Vallejo
martes, 26 de mayo de 2015
Decimooctava de San Isidro: Espada, coraje y valor
Segunda de las novilladas programadas en este San Isidro. De nuevo mucho cemento en los tendidos en una tarde perfecta en lo climatológico, buena temperatura y sin noticias del desagradable viento que durante la pasada se presentó tarde tras tarde para incordiar a los toreros y destemplar a los tendidos.
De los novillos anunciados de El Montecillo, origen Juan Pedro Domecq, sólo cuatro han pasado el reconocimiento. Los otros dos, lidiados en segundo y sexto lugar, pertenecían a la ganadería de Dolores Rufino Martín, procedencia Núñez. Seis ejemplares bien presentados, serios en general, destaca el cuarto, un novillo colorado de 530 Kg de bellísima estampa, con hechuras de toro más que de novillo. En general han tenido un pobre comportamiento, deslucido, con un punto de mansedumbre y escasos de casta, con movilidad y más genio que clase el quinto y sexto, con brusquedad en su embestida y tendencia a echar la cara arriba. Ante estos novillos se presentaban por primera vez en Las Ventas dos novilleros, el alemán Martín Escudero y el peruano Joaquín Galdós, completando la terna el fuenlabreño Francisco José Espada. Sí, han leído bien, el alemán David Tischbiereck Martín, Martín Escudero en los carteles. Nacido en Attendorn, muy pronto se trasladó a vivir a Galapagar, porque, curiosidades del destino, resulta ser sobrino-nieto de Victorino Martín y sobrino de Adolfo Martín. De ahí le viene la afición.
Me encantaría haber podido escribir de las capacidades artísticas de Escudero y Galdós, de su disposición, su valor, su manejo de las telas y los aceros. Pero todo lo previsto se lo ha llevado el viento. Bueno, mejor dicho, se lo han llevado dos novillos, “Cuartelero” y “ Perzosa”. Suele decirse que el hombre propone, Dios dispone….sale el toro y lo descompone. Así ha ocurrido esta tarde, cuando el primero de la tarde ha volteado a Martín Escudero mientras toreaba al natural en su faena de muleta y el tercero ha hecho lo mismo con Galdós en los primeros lances de saludo con el capote. Ambos novilleros han sido trasladados a un centro hospitalario con traumatismo craneoencefálico, sin que, afortunadamente, resultaran corneados, algo milagroso tras ver la aparatosidad de los percances. Poco o nada podemos decir de ambos debutantes en Las Ventas. Galdós ha quedado inédito puesto que solo ha podido recetar las primeras verónicas antes de ser llevado por los aires por el novillo, siendo llevado a la enfermería completamente inconsciente. Algo más nos ha dejado Martín Escudero, ante un novillo alto de agujas, muy serio, bizco del derecho, que muestra poca fijeza en el capote y que se va suelto. Mal en el caballo, sin emplearse, cabecea haciendo sonar el estribo. Ya apunta detalles de mansedumbre, agudizados al irse hacia la puerta de toriles tras recibir el segundo puyazo. Banderillas sin excesiva brillantez a cargo de Jesús Romero y Víctor Pérez. Faena de muleta a media altura, con el novillo echando la cara arriba, con embestida bronca e incómoda, pese a lo cual muestra el alemán firmeza y decisión. Por el derecho parece que va mejor, por el izquierdo se cuela y en la primera tanda de naturales voltea a Escudero de fea manera. Cae al suelo y es zarandeado a merced del novillo. De nuevo angustia en los tendidos porque la cogida parece seria. Es trasladado a la enfermería, quedándose Francisco José Espada encargado de estoquear al novillo, que recibe pitos en el arrastre.
Por tanto, la novillada programada se ha quedado en una encerrona de Espada, quien ha tenido que matar los seis ejemplares. Nada fácil el reto que se le ponía por delante, ante el que ha demostrado, a mi juicio, madurez, capacidad para mandar y someter a unos novillos nada fáciles, de embestida bronca, faltos de casta y clase, desacompasados y con un punto de mansedumbre, como ya he dicho anteriormente. Sobre todo el cuarto, un precioso novillo, más toro que otra cosa, al que le ha cortado una oreja, pero que ha buscado saltar las tablas en cuatro ocasiones, hasta que al final ha conseguido colarse en el callejón. Bien con el manejo del capote en los lances de saludo a la verónica, llevándose a los novillos hacia fuera, ganándoles terreno, como debe hacerse. Mal comportamiento en el caballo el segundo, tercero y cuarto, sin emplearse, comportamiento de manso, haciendo sonar el estribo, saliendo sueltos del encuentro con el picador. Mejor juego en varas quinto y sexto, empujando con más fijeza y codicia, metiendo los riñones mejor que sus hermanos. En banderillas destacar los pares colocados por Antoñares y Víctor Pérez, de la cuadrilla de Martín Escudero, al cuarto, obligados a desmonterarse y responder a la ovación, los dos sensacionales pares de “Pirri” y Raúl Adrada, de la cuadrilla de Galdós, al tercero y sexto respectivamente. Tras estoquear al primero de la tarde, no presentía Espada que iba a tener que hacerse cargo de cinco faenas de muleta. El esfuerzo ha sido grande, y así se le ha reconocido con una sonora ovación antes de salir el sexto y último de la tarde. Merecida ovación porque, para mi gusto, ha estado Francisco José Espada decidido, voluntarioso, con muchas ganas de triunfar y valiente en todas sus faenas. Además ha estado artista en cuanto los novillos le han dado la mínima oportunidad. Nos ha dejado un toreo bien ejecutado, con la mano baja, con temple y ligazón. Torero inicio de faena al cuarto, doblándose por bajo para someter la embestida del Montecillo y someterlo, ganándole un paso en cada muletazo, para llevárselo a los medios. Con los defectos lógicos de quien es novillero y de quien aún tiene cosas que pulir y aprender, pero ha realizado faenas con un buen concepto, bien ligadas, tirando de los novillos cuando había que hacerlo, corriendo la mano baja por redondos, recetando naturales templados, adornándose con unos cambios de mano de extraordinaria belleza y utilizando pases por la espalda y algunos circulares como recurso hábil cuando el novillo se paraba y no permitía la ligazón. ¿Qué más se puede pedir a un novillero que ha puesto todo esta tarde?. Quizás el manejo de los aceros haya sido una rémora para conseguir algún trofeo más. Entera y tres descabellos en el segundo, pinchazo y bajonazo horrible en le tercero, pinchazo y casi entera en el cuarto, que le ha supuesto una oreja, entera caída al quinto tras una faena de mérito y clase con petición mayoritaria y que el presidente, de forma antirreglamentaria, ha desoído y entera caída y atravesada al sexto, buen novillo, al que ha realizado una faena con emoción y calidad en la que ha perdido otro trofeo por el mal manejo de la espada.
El balance final de la actuación de Francisco José Espada puede resumirse en ovación en le segundo, tercero y sexto, oreja en el cuarto y vuelta al ruedo tras petición mayoritaria en el quinto.
Una cosa, señor Presidente. Supongo que usted conoce el reglamento y lo que dice al respecto de la concesión de orejas. La primera, señor Trinidad López-Pastor, la concede el público con los pañuelos. Si hay mayoría hay que darla, le guste o no, esté o no de acuerdo. No voy a juzgar si era justa o no la oreja pedida en el quinto. Pero si sé que la petición era mayoritaria, incluso más que en el cuarto. Por tanto, se ha pasado el reglamento por el forro, algo muy grave en su cargo. ¿Por qué?. Ni idea. Pero a un novillero que ha dado la cara ante seis novillos, como ha hecho Espada esta tarde, que ha toreado bien, muy bien a veces, no se le puede negar una oreja que ha pedido el público, aunque suponga abrir la Puerta Grande y a usted le parezca que puede hacer menos importante a la plaza de Las Ventas. Por tanto, la bronca que se ha ganado en el quinto, me parece más que justificada. Nos quejamos que los novilleros no tienen eco en la afición. Si se les trata así no me extraña. Un triunfo, una Puerta Grande de un novillero en Las Ventas es un trampolín para el resto, como antaño.
Antonio Vallejo
Decimoquinta de San Isidro: MANZANARES, vino, toreó y venció
Decían en la Antigua Roma, en referencia a Julio César tras la victoria en la batalla de Zela, aquello de "vini, vidi, vinci". Pues precisamente eso es, muchos siglos después, tras otra batalla, esta vez no en la Antigua Roma ni sobre la arena de su Coliseo, sino en la arena de Las Ventas, lo que esta tarde ha hecho Jose Mari Manzanares: Vino, toreó y venció. Vino a su única e incomprensible tarde, lo repito una vez más con muchísima pena, anunciado en este San Isidro. Toreó, ¡vaya si toreó!, a sus dos oponentes de manera impecable, con ese regusto que tiene y que le viene de sangre, con temple, con cadencia, con ese estilo y esa torería innata que porta. Y venció, ¡vaya que si venció!. Primero al viento, maldito viento otra tarde más, y van ya.... Pero sobre todo venció a los intransigentes, a los que no soportaron ni pudieron con su padre, el gran maestro Jose María Dols Abellán, a los que van a la plaza con una única idea en la cabeza: Reventar, sea como sea y haga lo que haga, la faena de Manzanares. Yo no sé si intransigencia es la palabra adecuada. Quizás sea mejor ignorancia. Porque de ignorante y de poco y mal aficionado (desde esta tarde ya no pueden ser considerados aficionados a la Fiesta) ha sido su vociferante y tremendamente maleducada actuación. Y si no es por ignorancia es aún peor. Entonces tienen un problema serio, que debiera llevarles de sentarse sobre el cemento de Las Ventas a sentarse en el diván del psiquiatra para tratarles de sus preocupantes fobias o para colocarles una camisa de fuerza, porque están de atar. Y si no es eso, aún peor me lo ponen. Debe ser que alguno viene a los toros bajo efectos de altas dosis de alcohol o bajo los efectos de sustancias alucinógenas, cosa que dudo mucho y que considero casi imposible, o así lo espero y deseo. Porque si no, es imposible entender que se comportara como lo han hecho. De sobra sabemos que son este rebaño de "sabios", 20 ó 30, no en sentido figurado, en sentido real, tarde tras tarde se pueden contar y son siempre los mismos, los únicos que en el planeta Tierra saben de toros y los únicos que en el planeta Tierra pueden decidir quién tiene bula y a quien hay que machacar en Las Ventas. Un rebaño que ocupa localidades del 7 y algún ejemplar aislado en tendidos aledaños. ¡Que se vayan ya!. Me queda el consuelo de saber que desde el cielo, Manzanares padre ha visto y sentido orgullo de lo que su hijo ha hecho en su única tarde anunciado en este San Isidro.
Digamos que la corrida de El Pilar, Juan Pedro Domecq como procedencia, ha sido correcta de presentación, algo desigual en pesos y armaduras, pero bien en líneas generales. Mala, sin embargo, en cuanto a juego y comportamiento, con muy poca fuerza, nobles sí, pero faltos de casta, si exceptuamos al quinto, "Miralto", segundo del lote de Manzanares y al que ha cortado la única oreja de la tarde. En el cartel, Juan José Padilla, Jose Mari Manzanares y Miuguel Angel Perera. Por tanto, lleno a reventar y cartel de "no hay billetes" colgado en las taquillas. Muchas, muchísimas caras conocidas, del mundo del toro, de la política, medios de comunicación, artisteo, famoseo... Vamos, lo de siempre en estas tardes de claveles.
Los toros que han correspondido a Padilla y Perera han tenido el mismo denominador común; la falta de fuerzas y de casta. Serio, bonito y muy bien armado el primero, "Portillo", estrechitos de sienes y defensas tercero y cuarto, "Mira-Bajo" y "Guajiro", con algo menos de cara. Sueltos, sin fijeza desde la salida. Si exceptuamos la primeras verónicas de Juan José Padilla a "Portillo", los primeros tercios han pasado sin pena ni gloria, sin posibilidad alguna de lucirse con el capote, sin un solo quite, con tercios de varas desordenados, mal ejecutados y en los que se les ha pegado muy poco en el caballo ante la alarmante falta de fuerzas de los toros. Tampoco han valido en banderillas. Baste señalar un detalle. Padilla solo ha colocado los garapullos a su primer toro, sin demasiada brillantez, con ventaja en los dos primeros pares, un poco a toro pasado, al violín el tercero, más efectista que efectivo, dejando a su cuadrilla la misión de poner banderillas a su segundo toro, algo inhabitual en el de Jerez. Las faenas de muleta han sido casi idénticas en los cuatro. Ante toros sin una gota de energía poco o nada han tenido que hacer ambos matadores. No se les puede reprochar falta de disposición. Han intentado sacar lo que buenamente se podía, pero no había materia prima. Faenas deslucidas, con algún pase aislado de cierta calidad, ayudado por la nobleza de los animales, pero carentes de emoción, con nula transmisión. Imposible bajar mínimamente la mano porque se derrumbaban los de El Pilar. Perera ha demostrado, en el tercero, su capacidad de mando, su poderío, su facilidad y su técnica ante los toros. Se ha justificado, ha probado a "Mira-bajo" por ambos pitones, pero el animal no iba ni para atrás. Quizás haya alargado demasiado su faena con muletazos sueltos, con poco sentido, de nula emoción, aunque limpios. Pobre balance final para el gaditano, pitos y silencio, y el extremeño, silencio y silencio. Como diría una gran amiga y grandísima aficionada que no ha podido estar esta tarde junto a nosotros en su localidad por otros compromisos ineludibles, refiriéndose a los lotes de ambos toreros, una juanpedrada en toda regla.
Resta por comentar la labor de Jose María Manzanares. Aunque lo fundamental está ya comentado y más que claro, merece la pena intentar recordar lo que el maestro nos ha dejado hoy en la memoria a los que sí somos aficionados y no venimos con mala leche a la plaza, sino que venimos a disfrutar de la Fiesta. Si hablamos en términos numéricos, de los 24.800 espectadores que tiene Las Ventas como aforo, 23.970 venimos a disfrutar. 20 ò 30 han venido con al predisposición a reventar la faena de Jose Mari, pasara lo que pasara. Es lo que tiene que pagar en herencia. A su padre lo maltrataron igual, pero el tiempo es justo y puso a cada uno en sus sito, con el rebaño rendido a los pies del maestro. Vestido el alicantino de negro y azabache, como toda la temporada, luto riguroso en señal de respeto por la muerte de su padre, tiene un porte, una elegancia, una figura y una torería innata. Cada uno de sus movimientos derrocha clase. Su primer toro, "Burriño", es devuelto a los corrales por inválido. Magistral Florito una vez más dirigiendo a la manada de mansos, pasmoso. Sale en su lugar el primer sobrero, "Lancito", de Charro de Llen (ni idea de qué es, sinceramente, lo buscaré). Toma el capote de Manzanares y le pega 3 verónicas de escándalo, acompañando con el cuerpo y la cadera el viaje del animal, acompasando el lance. ¡Cuanta belleza hay en el capote del alicantino!. Tampoco va sobrado de fuerzas, si bien toma una vara con fijeza, empujando y metiendo los riñones. Sale suelto y en el segundo encuentro derriba al varilarguero. Poco lucido tercio de varas y poco vistoso el de banderillas, de trámite. Inicia la faena Manzanares en terrenos del 1, casi imposible por el viento, que agita su muleta como una bandera. Le pitan, debe ser porque también tiene la culpa de que sople el viento, digo yo. Busca los terrenos del 5 donde están los papelillos que marcan los más propicios, donde el viento molesta menos. Pero no se abriga en las tablas, no quiere esa ventaja, saca al toro fuera de la segunda raya y allí le planta cara, ¡con un par!. A pesar del viento le mete en la muleta y le da dos derechazos largos, muy buenos, rematados con un pase por bajo y uno de pecho sensacionales, con gran clase. Pero a los reventadores no les vale. Como Manzanares está sometiendo y llevándolo muy bien, para lo que es el toro, parado y de embestida poco clara, hay que protestar, armar ruido, y si eso no vale, pasar al escándalo. Gracias a Dios el resto responde y calla a la ridícula minoría. Para regocijo y tranquilidad del 7 pincha y coloca un bajonazo. Con eso tienen suficiente, ahora se callan, no protestan, han salvado los muebles, de momento, por el fallo a espadas. Silencio en este toro. El quinto, "Miralto", es el mejor de la corrida. Bonitas hechuras, serio, bien armado. De nuevo torea a la verónica con ese estilo tan suyo, con ese acompañamiento del cuerpo y cadera, con mucho arte, rematadas por una revolera preciosa. Gran ovación de la mayoría, primeras protestas de los reventaderos, se empiezan a poner neviosos. No se emplea el de El Pilar en el caballo de Jose Antonio Barroso. Muy bueno, sin embargo, el tercio de banderillas, con Curro Javier y Luis Blázquez desmonterados respondiendo así a la tremenda ovación. Más nervios en la minoría intransigente, pitan algunos también que saluden los dos banderilleros. El toro no es fácil, tiene genio, más que clase. Se cuela por ambos pitones, avisa, sabe lo que hay tras la muleta. Pero a Manzanares le da igual. Tampoco quiere irse a buscar las tablas, torea en terrenos de fuera, con gran riesgo pero sumando con ello altas dosis de emoción. Faena perfectamente estructurada, con series cortas, como suele hacer, midiendo perfectamente los tiempos y las distancias para citar al toro. Ya los nervios de los "sabios" ignorantes se han convertido en histeria, ya no protestan, chillan ante los redondos y naturales que está dando el maestro, con cadencia, con mando y temple. Elegante a más no poder. Pero los olés son atronadores, tapan los gritos y chillidos del grupúsculo del 7, afortunadamente. Para remate mata de un estoconazo marca de la casa, posible candidato a premio a la mejor estocada de la feria. Oreja muy fuertemente pedida, oreja de mérito, ante un toro, ya he dicho que complicado, y frente al viento, sin taparse.
No han podido soportarlo los malos aficionados, el espectáculo ha sido de vergüenza, seres indignos para la plaza de Madrid. Confunden pureza con intransigencia, confunden intransigencia con conocimiento, demuestran, en el fondo, supina ignorancia, demuestran que se mueven por filias y fobias y que de aficionados tienen lo que yo de monje tibetano, nada de nada. Jose María Manzanares les ha sacado hoy los colores. No está lejano el tiempo que también tengan que rendirse a sus pies, como con su padre.
Antonio Vallejo
Decimocuarta de San Isidro: Sebastián Castella y Lenguadito
Ayer hablaba de tres notas que definían la corrida de la Prensa. Hoy solo hay un calificativo que poner a la corrida de Nuñez del Cuvillo: Decepcionante. Han sido "Lenguadito", un sensacional sobrero de El Torero, magistralmente toreado por Sebastián Castella, los nombres propios de la tarde, los que la han rescatado de un abismo al que se dirigía sin remedio. Ha traído Nuñez del Cuvillo una corrida correctamente presentada, con cinco toros de hechuras en tipo a lo que es esta ganadería, baja de cuerpo, sin mucha caja, amplia y abierta por delante, y uno, el cuarto, alto, desgarbado, con la cornamenta apuntando bajo, feote, fuera de la morfología habitual de este hierro, cruce de sangres Núñez, Osborne y Domecq. Pero los seis han exhibido una alarmante falta de fuerzas, blandos, blandos, blandos, perdiendo las manos a las primeras de cambio, en cuanto se le obligara lo más mínimo. Parece mentira la deriva de este hierro, a la baja desde hace unas temporadas. La que era allá por 2005 la elegida por las figuras, sinónimo de triunfo seguro,sufre hoy en día un seria crisis. Lo cierto es que muchas veces nos hemos preguntado de dónde sacaban tantos toros para lidiar tantísimas tardes. Lo dicho, decepcionante Nuñez, o mejor dicho, petardo, sin contemplaciones.
Se devolvía a los corrales al quinto de la tarde porque la invalidez del toro era escandalosa. Magistral una vez más la labor del maestro Florito, en poco más de 2 minutos el Cuvillo había vuelto por donde había salido. Saltaba en su lugar el anunciado como primer sobrero, "Lenguadito", nombre que habrá que tener en cuenta de cara a los premios finales de los distintos jurados. Un toro protestado de salida por escasa presencia por los habituales. Demuestra movilidad, fijeza, bravura, clase y casta desde los primeros capotazos a la verónica de Sebastian Castella, ganando terreno, de dentro a fuera, ganando un paso en cada lance. Cumple en varas y recibe un buen par de banderillas de parte de Isaac Mesa. El lío se va a formar en la muleta del francés. Toda la faena en los medios, a pesar del viento que otra tarde más ha hecho acto de presencia. Desde los primeros pases, muy de Castella, con esa quietud y verticalidad pasmosa, en el centro del anillo, sobre la boca de riego, como si nada, sin inmutarse al pasar el toro rozándole la espalda con los pitones, enganchando una serie de pases en los que ha encadenado un molinete y una trinchera de extraordinaria belleza, arrancando una sonora ovación del público. A partir de ahí le ha ido cogiendo la distancia al animal, le ha enseñado la muleta, le ha toreado con la mano baja, con ligazón, con ritmo, con temple. Toreo de muchos quilates por ambos pitones, en los medios, con muletazos largos y limpios, perfectamente colocado tanto al citar para iniciar la serie como a la salida del muletazo para enlazar el siguiente. Si buenos ha sido su toreo por el derecho, no menos lo ha sido al natural, todo ello en un concepto clásico y ortodoxo, lejos de arrimones y exhibiciones entre los pitones. Y es que cuando se torea de verdad, lo demás sobra y la belleza es máxima. Se le veía relajado, disfrutando de lo que hacía. El toro no paraba de embestir, repite, repite y repite, el torero no paraba de dar pases, cada uno mejor que el anterior, y el público no paraba de vibrar y aplaudir. Por una vez todos los astros se han conjuntado, como suele decirse. Impresionante Castella, extraordinario "Lenguadito". Lástima que la espada haya caído un tanto trasera y desprendida porque, aunque ha sido fulminante, quizás haya pesado en que el premio se quedara "solo" en una oreja, merecidísima y de mucho peso por otra parte. Ojo a "Lenguadito" como firme candidato al toro de la feria, que ha recibido un grandísima ovación en el arrastre (incluidos los que le han pitado de salida).
El cuarto de la tarde ha sido quizás el único Cuvillo que podemos salvar de la quema. Un toro feote a mi gusto, un tanto alto, destartalado, abrochado y algo bajo de cuerna. No va muy sobrado de fuerzas pero se emplea en varas, empuja y mete los riñones con clase en el peto del caballo que monta Oscar Bernal. ¡Qué bien ha picado!. A la primera, sin tener que rectificar, aguantando perfectamente el choque del toro, sujetándolo, sin taparle la salida, midiendo de manera excepcional el castigo. Ojo a este tercio de varas y a Oscar Bernal también como candidatos a premio al mejor puyazo. Aprieta el toro en banderillas y pone en más de un aprieto a "El Víctor" y Juan Carlos Tirado. Brinda el riojano al maestro inmortal, al genio del toreo, al arte hecho torero, Curro Romero. Faena de muleta meritoria a un toro con movilidad y prontitud, pero que no se ha entregado en la muleta y que presentaba complicaciones, al que había mucho que hacer y torear. Firme Urdiales, trazando un par de series en redondo de mucha calidad coreadas con olés y aplaudidas con entusiasmo. Por el pitón izquierdo la embestida no era tan clara, más protestón y menos recorrido. Naturales sueltos, algunos de bellísima factura, sobre todo dos de frente a pies juntos, y una trincherilla antológica. Quizás alargara un tanto la faena lo que, junto a un a estocada defectuosa y cuatro descabellos, le haya quitado cualquier opción de oreja. Fuerte ovación al riojano y aplausos al toro en el arrastre. Personalmente, no me ha gustado la vuelta al ruedo que se ha cobrado, pienso que ha sido un tanto excesiva. Si ayer reclamaba que se recuperara la importancia de la vuelta al ruedo en Madrid, lo de hoy me parece que no hace ningún favor a la causa.
Del resto de al corrida poca historia que contar. Los dos primeros, salvo que uno se llamaba "Vinatreo" y el otro "Oropéndolo", han sido idénticos. Blandos hasta decir basta, con poquísimas condiciones que permitieran el mínimo lucimiento. Desde salida los capotes arriba, por lo que, con el viento que soplaba, parecían banderas ondeando más que telas de torear. A la mínima que se le bajara la mano, el toro se derrumbaba. Escaso juego en varas y banderillas, con puyazos que ni lo han sido, casi una farsa de tercio, señalando y levantando la vara para no castigar las escasísimas fuerzas de los Cuvillos. Banderillas que no se han clavado, se han "depositado" sobre el lomo para no hacer más daño. Lo dicho, casi una farsa de tercios por la inutilidad de los toros. La faena de muleta de Urdiales en el primero y de Castella en el segundo han sido dos fotocopias ante toros que no aguantaban más que pases a media altura, a veces ni eso, o a la altura de la estratosfera, puesto que el mínimo intento, ¡qué digo, amago!, de bajar la mano acababa con el astado por los suelos. Faenas sin nada que hacer, sosas, carentes de todo. No merecen dedicarles más espacio. El tercero, primero del lote de Alejandro Talavante ha sido un toro noble, con cierta clase, pero sin un gramo de fuerza, como todos sus hermanos. Lucidos los lances de recibo a la verónica del extremeño, muy aplaudidos. Mal, muy mal el tercio de varas a cargo de Manuel Cid, mal colocado, mal ejecutado, rectificando y no mejorando con ello. Más que justificada la bronca que recibe al retirarse por el callejón. Destaco dos muy buenos pares de banderillas de Juan José Trujillo, ovacionados y que, en mi opinión y de manera incomprensible, no han acabado con el magnífico subalterno desmonterado. Inicio de faena con estatuarios ligados a una trinchera, trincherilla y un obligado de pecho. Palmas. El Cuvillo tiene clase, pero hay que medir mucho el muletazo para que no se venga abajo. Mejor por el derecho que por el izquierdo, pero con poca continuidad, mezclando buenos redondos y naturales con otros menos limpios, con enganchones a la muleta. Poco a poco el toro se apaga y acaba rajándose. Mal con la espada. Hasta cinco veces ha tenido que entrar a matar hasta que el Cuvillo ha doblado. El sexto, segundo de Talavante, no ha tenido historia. Blando hasta decir basta, sin un átomo de energías, sin clase ni casta. Con estas cualidades es fácil resumir la faena. Nada de nada, de principio a fin. Se le ha abroncado a Talavante por machetear por bajo a "Arrojado" en cuanto ha visto que no había donde sacar ni un muletazo. No se lo reprocho, es más, lo agradezco. Cuando se ve a kilómetros que un toro no tiene ni un cuarto de pase, prefiero que se envíe al animal al otro barrio con la mayor rapidez posible. Si hay algo que no me gusta es ver pases, medios pases o amagos de pases que no llevan a ningún sitio, salvo al tedio general. Para colmo de males, tres pinchazos y descabello. Silencio en ambos para despedir al extremeño.
Decepción, por tanto, en esta tarde de "no hay billetes", en una de las corridas denominadas de claveles, antesala de lo que nos espera mañana, uno de los platos fuertes del ciclo: Padilla, Manzanares y Perera ante toros de El Pilar. Habrá que ir pronto para evitar el atasco propio de estos días a la entrada de los tendidos, donde los no habituales están más pendientes de buscar caras conocidas o de ver si les localiza alguien, que de acceder con agilidad a sus localidades para de esa forma no entorpecer el acceso y no molestar a los que ya estamos sentados en la nuestra. Pero eso será mañana.
Antonio Vallejo
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