Si hay algo que ha marcado y ha influido de manera determinante en el desarrollo de la corrida de hoy ha sido el viento, por momentos convertido en vendaval. Mal aliado del toreo cuando aparece, que hoy se ha colado de molesto invitado en la fiesta que había preparada en Las Ventas para celebrar el día de su Santo Patrón, San Isidro. Con el "no hay billetes" colgado en las taquillas, la reventa a pleno rendimiento, la expectación era máxima para ver a Miguel Abellán, Miguel Angel Perera e Iván Fandiño. Los aledaños de la plaza eran un hervidero desde una hora antes de la hora de inicio del festejo, el ir y venir de aficionados por los pasillos de la plaza era incesante, rostros conocidos, famoseo de diverso pelaje, deportistas, mucha, muchísima gente del mundo del toro, nadie se lo quería perder.
Frente a esta terna, toros de Parladé, triunfadora del pasado San Isidro a juicio del jurado de la empresa Taurodelta. Seis toros serios, bien presentados, de buenas hechuras, precioso el primero, bien armados por delante, astifinos, impresionante los dos puñales que luce el sexto, veleto, apuntando al cielo. Nobles en general, de juego irregular, destacando primero, cuarto y sexto en mi opinión. Y también, bajo mi punto de vista, su comportamiento podía haber sido mejor si el viento no hubiera azotado con tanta fuerza y se hubiera podido llevar a los toros hacia los medios. Porque esa ha sido la nota dominante de todas las faenas, que se han tenido que plantear en aquellos terrenos donde el viento molestara menos, al abrigo de las tablas en terrenos del 5 y el 6. ¡Una lástima!.
Miguel Abellán, una vez más, en esta su plaza, de blanco y oro. Torero de raza, de entrega, de valor, de los que no se esconde, de verdad y de calidad, mucha. Desde aquel 20 de mayo de 1999 que confirmó alternativa hasta hoy han pasado 16 años, ¡casi ná!. Tras tantas batallas, triunfos, etapas difíciles, cornadas, dando la cara cada temporada en Madrid, sin tener que demostrar ya nada, después de la grandísima actuación del 30 de mayo del año pasado cortando una oreja a su segundo tras ser corneado y sufrir un traumatismo craneoencefálico en su primer toro, viene hoy y recibe a sus dos oponentes a porta gayola, como si debutara de novillero y tuviera que abrirse paso en este mundo. ¡Olé, torero!. A los dos los recibe de rodillas, con una larga cambiada y toreo a la verónica que encandila al público, sobre todo en el cuarto, al que receta una serie de verónicas a manos bajas bellísimas, con otra larga de remate que arranca una atronadora ovación en los tendidos. Hace muy bien las cosas el madrileño, llevando al caballo a su primero, "Facilón", con unas chicuelinas ceñidísimas con mucho peligro porque el viento mueve el capote de Abellán y lo descubre, con el riesgo que eso entraña. Ambos toros cumplen en varas, entrando de lejos, empujando, metiendo los riñones. Bien Tito Sandoval en el primero y "Jabato" en el cuarto, ovacionado al retirarse por el callejón. Bien también los subalternos. Buen tercio de banderillas al primero, con pares de calidad a cargo de Domingo Siro y José Antonio Prestel. Y destaco hoy un detalle de la brega en el cuarto. Algo tan sencillo como llevar al toro a punta de capote al burladero y fijarlo en terrenos del 6 hasta que los varilargueros estén colocados correctamente, lo han hecho hoy los de plata en el cuarto de la tarde. ¿Por qué lo destaco? Porque, repito, algo aparentemente tan sencillo, es rarísimo de ver, por lo que asistimos día sí y día también a tercios de varas de auténtico caos. Pero Abellán no sólo ha estado bien toda la tarde toreando. El brindis al Dr. García Padrós será uno de esos detalles que quedarán en la memoria de todos. Detalle de torero, de gran persona, hacia el representante del ángel de la guarda en la enfermería de la plaza, cuyas manos han salvado la vida de tantos toreros. Con la muleta se tiene que enfrentar a dos enemigos: El toro y el viento. Inicio de faena al primero junto a las tablas del 6, con estatuarios y muletazos de tanteo aplaudidos. Le cuesta al de Parladé obedecer al toque del madrileño, la embestida es poco clara, pese a lo que, con técnica y mando va metiendo al toro en la muleta. Complicado el pitón izquierdo de "Facilón", pero saca varios naturales sueltos de gran altura, en el sitio, cruzándose, perfectamente colocado, sobre todo la última serie por ese pitón izquierdo, excelsos, con un pase de pecho y uno desmayado mirando al tendido que desata la ovación del respetable. Valiente, seguro, dispuesto, torero, muy torero, así ha estado Abellán en este toro. Silencio sepulcral cuando se perfila para entrar a matar y, ¡zás!, estoconazo hasta la bola. Oreja de ley, en mi opinión, que no debe coincidir con la docena de "sabios" del 7, que han protestado la concesión del trofeo. Aunque creo que hoy, más que en el papel de sabios que nos tiene que adoctrinar, han venido con el traje de reventadores. No entiendo, si no, esta protestas y otras a lo largo de la tarde. El cuarto de la tarde lo brinda al público. Va a por la Puerta Grande. Muletazos iniciales en los que rápidamente se da cuenta que hay que bajar la mano al Parladé para dominar la brusquedad del toro. Y así lo hace en dos buenas tandas en redondo, templadas y ligadas. Ovación y protestas de nuevo de la docena del 7. Sigue por el derecho con una serei de derechazos en la que utiliza un circular por la espalda como recurso ante la descolocación del toro a la salida de uno de los pases. Otra vez protestan los reventadores, pero esta vez son callados por una sonora ovación generalizada, ¡por fin reacciona la plaza frente a los cuatro que quieren imponer sus caprichos!. Por el pitón izquierdo resulta muy deslucido, con enganchones, sin claridad. Baja el nivel de la faena, quizás por ahí se haya escapado la segunda oreja. Mata de pinchazo y entera y recibe palmas al retirarse.
Le ha tocado a Miguel Angel Perera lidiar el peor lote. Sus dos toros salen distraídos, no permiten el toreo de capote, deslucidos. Ambos van, además, justitos de fuerzas. No se emplea el segundo de la tarde, "Triguero", en el caballo, mal picado además. Mejor el quinto, "Histrión", que mete los riñones con más ganas en el peto. Lucido tercio de banderillas al segundo, con dos magníficos pares de Joselito Gutiérrez, obligado a desmonterarse para recoger la ovación del público. En el quinto coloca Juan Sierra un buen tercer par, desquitándose así de la mala colocación en el primer par. Como ya he dicho, el lote de Perera tenía pocas condiciones como para pensar en una buena faena de muleta. Entre eso y el viento la tarde se le ponía cuesta arriba al extremeño. Pero si hay algo que tiene Perera es poder, mando y capacidad de dominar a los toros. Con paciencia, poco a poco, colocando la muleta en la cara del toro, con mucho temple, sin retirársela, va sacando muletazos en redondo, algunos coreados con olés. Pero hay algunos que deben tener cuentas pendientes o no le perdonan algo al de Badajoz. No han parado de protestar lo que fuera. Ora colocación, ora ejecución. Da igual, el caso es molestar y hacerse oír. Creo que ésa era la consigna de la tarde. Hoy le ha tocado a Perera, mañana será quien su capricho designe. ¡Así son los sabios!. En mi opinión, sin ser precisamente una de las mejores tardes del extremeño, ha estado por encima de sus dos oponentes. Mata a su primero de entera caída y a su segundo de enetera defectuosa y 6 descabellos. Recibe tibia ovación en su primero y silencio en su segundo.
Volvía a pisar Fandiño el ruedo de Las Ventas tras su fallida encerrona con seis toros el pasado Domingo de Ramos. Se le ve con ganas. No es posible entender de otra manera que en sus dos toros se vaya a porta gayola. Me llama la atención donde se coloca de rodillas para ejecutar esta suerte, muy lejos de la segunda raya, algo que no suele ser lo habitual. Pero también me llama la atención como se perfila para entrar a matar, con el brazo encogido y la espada apuntando alto, y le he visto matar muy bien. Cada maestrillo tiene su librillo, y el maestro y el que sabe de esto es él, no nosotros. Ambos toros le pasan muy cerca, nos sobresalta, incluso el primero prácticamente le arrolla. El tercero de la tarde sale con muchos bríos, pero carece de fijeza, echa las manos por delante, denota poca fuerza y no parece que derroche clase. Deslucido tercio de varas, mejorando en banderillas, con un buen Miguel Martín, ovacionado. De las condiciones del toro ya hemos hablado, del viento también. No es raro, por tanto, que la faena de muleta no haya sido más que un trasteo voluntarioso por parte de Fandiño, que lo ha intentado de todas las maneras, sin lograr lucimiento con la embestida sosa del toro. Pinchazo y entera para terminar con este mal tercero, de nombre "Fisgador". Silencio para el de Orduña. El sexto es un toro que presenta dos pitones tremendos, afiladísimos, dos puñales que apunta al cielo, veleto. Lo recibe también a porta gayola, igual de lejos, y también nos pone el corazón en un puño. Distraido, sin fijeza en el capote, toma un buen segundo puyazo entrando de largo al caballo que monta Manuel José Bernal. Buenos pares de banderillas de Pedro Lara y Jesús Arruga, buenos de reunión y colocación, ovacionados ambos. Inicia la faena citando en largo al Parladé, que se arranca con ganas. Se lo pasa por la espalda, ceñidísimo, en dos ocasiones. Toma la muleta con la derecha, aplaudida tanda de derechazos ligados, limpios. El toro no es fácil, corta el viaje, hay que colocarle la muleta muy planchada, no quitársela y rematar hacia dentro, pero tiene cosas que hacerle. Poco a poco le va sometiendo en redondo. Aplausos. Cambia a la izquierda, por ahí es más complicado. Naturales sueltos de mérito. Palmas al pundonor del vasco. El toro se apaga. Manoletinas finales en las que se pasa los pitones rozando la taleguilla. En la primera entrada con la espada es prendido por el pitón del toro y cae al suelo donde queda inmóvil. No sabemos si lo hace para esquivar la atención del toro o si realmente ha pasado algo grave. ¡No ganamos para sustos! Son unos segundos otra vez de angustia, no consiguen llevarse la toro y Fandiño sigue tirado en la arena sin moverse absolutamente nada. Viendo la tremenda acida nos temíamos lo peor. Gracias a Dios todo queda en un susto. Se repone el torero y coloca una entera que termina con "Jirivilla". Fuerte ovación y petición insuficiente.
Nunca sabremos si la corrida de hoy hubiera tenido otro comportamiento de no haber sido por el viento, si se hubiera podido sacar a los toros a los medios, terreno más propicio para lucir el toreo. Pero se han encontrado con el viento como enemigo. Bueno, no sólo el viento, también la docena de "revientafaenas" que hoy parece que tenían la consigna de molestar a Abellán y Perera. No puedo entender nada más que de esta manera el hecho de que, mientras toda la plaza aplaude la labor de los toreros, ellos se dediquen a pitar y protestar cualquier cosa que hagan. O eso, o que en Las Ventas estamos 24.988 que no tenemos ni idea y 12 que son los únicos que entienden y cuya misión es adoctrinarnos en sus caprichos.
Mañana tregua, primera de rejones.
Antonio Vallejo
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