¿Cuántas veces hemos oído o leído referencias a los colores de los vestidos de torerar? ¿Verde, marino, oliva, tabaco, obispo, esperanza, purísima, nazareno, grosella, corinto, amapola.... entremezclado con oro, plata o azabache?. Quién más o quien menos se ha preguntado alguna vez el por qué de esas denominaciones, cuál es su origen y, sobre todo, qué color es cada uno. A los aficionados nos gusta muchas veces divagar en el tendido sobre el vestido de uno u otro matador o subalterno, qué tono lleva y, sobre todo, cuál nos gusta más o menos. Siempre se ha dicho que para ser buen torero lo primero de todo es ir bien vestido a la plaza. No hay duda que para gustos están los colores, nunca mejor dicho, pero, ¿sabemos cuáles son los colores de los vestidos que vemos cada tarde?.
Este libro que traigo hasta aquí nos va a sacar de dudas de manera sencilla, didáctica y muy amena. Preciosa obra editada por Ediciones Bellaterra con texto de Paco Delgado y unas maravillosas ilustraciones de ese mago de la fotografía que es Juan Pelegrín. Sólo admirar las fotografías de Pelegrín es motivo más que sobrado para adquirir este libro. Son realmente espectaculares y ningún aficionado puede perdérselas. A esta belleza gráfica hay que sumar el texto de Paco Delgado. Desde el origen del vestido de torear (o traje de luces, que de ambas maneras se puede llamar), pasando por los tejidos y materiales empleados en si diseño y confección, hasta una encantadora exposición sobre el origen de los distintos colores utilizados por los sastres y el por qué de esa denominación. De esta forma sabremos diferenciar la amplia gama de azules, verdes, rosas, rojos.... y así tener un motivo más para disfrutar de una tarde de toros comentando con los amigos o vecinos de tendido las características de cada vestido.
Por cierto, solo como anécdota y, quizás, manía personal. Ya he dicho que me gusta ver a los toreros bien vestidos en tardes de gran responsabilidad como son las de San Isidro. No hay cosa que más me moleste que ver a dos matadores con el mismo color de vestido. Parece mentira que, viviendo como vivimos en la era de la comunicación, de las redes sociales, whatasapp y tanta dependencia de la tecnología, los mozos de espadas no retomen una costumbre tan antigua como el toreo. Toda la vida el mozo de espadas de tal o cual torero llamaba al hotel de los otros alternantes esa tarde para preguntar qué color de vestido era el elegido ese día y así evitar coincidir. Entiendo que un novillero que toma la alternativa, o un torero que en la temporada torea 1 ó 2 tardes, pueda disponer de poca variedad de vestidos, ¡pero las figuras!. Y no es raro verles coincidir más de una tarde con el mismo vestido. En fin, que no hay que olvidar que nuestra Fiesta tiene unos orígenes y unos rituales que no debemos olvidar. A lo mejor a más de un mozo de espadas le vendría bien echar una ojeada a esta obra que hoy comento.
A los aficionados, de verdad, no dejéis de adquirir esta maravilla de publicación, merece mucho la pena.
Antonio Vallejo
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