La tarde de ayer viene marcada por la cogida de Jiménez Fortes. Momentos dramáticos, de gran dureza, que nos han dejado sobrecogidos pero que, por lo que leo, no ponen en riesgo la vida del malagueño.
Primera reflexión, por tanto, lo que nuestra Fiesta significa, representa y supone. Aunque muchos no lo quieran ver, la fiesta de los toros es una lucha de poder a poder entre una animal cuya raza e instinto le llevan a luchar y a morir luchando y el hombre, que trata de dominar a ese animal y vencerlo en un combate de igual a igual. Aquellos que tachan a nuestra fiesta de maltrato al toro debía haberse sentado esta tarde en una de las 24.000 localidades de Las Ventas y haber visto lo que allí ha ocurrido. Un hombre herido, al borde de la muerte, por un animal en cuyos genes solo existe el concepto pelea y al que se le da la mejor vida posible para que legue en las mejores condiciones posibles para culminar lo que sabe hacer y lo que lleva en sus genes. Pelear y morir luchando dignamente, mucho más digno que la muerte reservada a muchas especies en mataderos industriales. Y si algún antitaurino tiene dudas sobre la oportunidad de defenderse que tiene el toro bravo, que baje al ruedo y tome un capote o una muleta. Así entenderá lo que es nuestra Fiesta, el valor que damos al toro y el respeto que tenemos por ese gran animal.
Segunda reflexión. El tratamiento de la información taurina de ciertos medios de comunicación. En concreto me refiero a los servicios informativos de TVE, el telediario en concreto. En lo que llevamos de feria ha sido ayer por la noche el primero en el que los toros han aparecido en el telediario. ¿Para qué? Para mostrar la tremenda cogida de Fortes. ¿La faena y la oreja del tercero? Eso les da igual, no quieren que se vea el arte, quieren que se vea sangre. ¡Y estos son los que en campaña pregonaban que iban a defender la Fiesta de los toros!. Lamentable que la televisión de todos los españoles cierre sus puertas a la Fiesta Nacional, todo por puro complejo.
Tercera reflexión. Esta me viene apuntada por mi gran amigo y compañero de tendido Raúl. Viendo cómo el puntillero levanta a un toro que ya había doblado y que estaba muerto, me recuerda con gran acierto a Agapito, tantos años puntillero de la plaza de toros de Madrid. El puntillero era en Madrid, y en cualquier plaza, un elemento indispensable, un profesional que cumplía su labor a la perfección , abreviando y evitando espectáculos como el que relato, levantar de nuevo a un toro que ha doblado, con el consiguiente perjuicio que puede ocasionar al matador para conseguir un hipotético trofeo. Hoy en día se apuntilla como cada uno quiere, y en muchas ocasiones resulta un espectáculo lamentable. Recuperemos,por tanto, la figura del puntillero. Desconocía esta anécdota, pero me cuenta Raúl que hoy en día no sería posible aprender este oficio, ya que antiguamente se mataba a los animales en los mataderos de uno en uno y con la puntilla, adquiriendo gran destreza en este oficio. Actualmente los mataderos industriales machacan, degüellan, a cientos de reses a la vez con una crueldad increíble. ¿donde están los defensores de los animales, los antitaurinos?
Cuarta reflexión, al hilo de los aplausos en el arrastre a varios de los toros de ayer. Toros mansos, sin una gota de fuerza, descastados, protestados de salida y luego aplaudidos en el arrastre. Casualmente ocurre ante toros en los que algunos toreros no han conseguido brillar y no por fallo del diestro, sino por las nulas cualidades del toro. Y lo hacen pensando que aplaudiendo al toro hacen aún más daños al torero. Sinceramente, me parece absurdo, además de demostrar una falta de conocimientos absoluta. A poco que sepan cómo se desarrolla una corrida de toros deben conocer que tras la muerte del toro el público se pronuncia a favor o en contra del torero tras el arrastre del toro. Si no te gusta como ha estado el matador, le pitas, si te gusta le aplaudes o le pides la oreja. Y si te gusta el toro le aplaudes en el arrastre. Incluso puedes aplaudir o pitar al palco, cada pronunciamiento tiene su momento. Pero lo de aplaudir a un toro que no te ha gustado para fastidiar a un torero es de tontos, además de ignorantes. Y eso creo que pasó ayer por la tarde, cuando se aplaudieron toros mansos, sin casta ni fuerza, que minutos antes habían sido protestados con un solo fin, hacer daño a un torero en concreto, Jose Ignacio Uceda Leal . Lo comentamos durante la corrida, incluso teníamos dudas si la Coca-cola que tomábamos llevaba algún tipo de sustancia que nos hiciera ver la realidad distorsionada. Pero creo que no, podemos estar tranquilos, Raúl.
Dejo estas cuatro reflexiones en el aire, para que cada cual opine lo que quiera.
Antonio Vallejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario