miércoles, 27 de mayo de 2015

Decimonovena de San Isidro: No fue a buen Puerto


Se anunciaban para esta tarde seis toros de El Puerto de San Lorenzo, los Atanasio-Lisardos de Lorenzo Fraile, tan esperados cada año en Madrid. Lejano queda el San Isidro 2010, en el que fue elegida como ganadería triunfadora de aquel ciclo, con una sensacional corrida. La de  hoy, al igual que la de aquel año, también ha estado bien presentada, en tipo, con las hechuras propias de este encaste, toros altos de agujas, serios, bien desarrollados sin ser aparatosos, aleonados, con no mucho morrillo. No podemos, desafortunadamente, decir lo mismo del juego que han prestado para la lidia. Deslucidos, rajados y mansos, sobre todo mansos, en especial tercero, cuarto y quinto. 

Terna atractiva para una tarde con la plaza por fin por encima de los tres cuartos de entrada sin que fuera una corrida de campanillas. ¡Hay que ver!, lo que no hace mucho era algo excepcional hoy se ha convertido en un hábito. Y lo malo es que empieza a no llamarnos la atención ver tantos claros en los tendidos. Componían la terna Antonio Ferrera, diestro que ha demostrado sobradamente su pericia ante este tipo de encastes, Miguel Abellán, del que poco podemos añadir a lo dicho y a lo que ha demostrado durante tantas temporadas y en este San Isidro, y el sevillano Daniel Luque, torero que está cogiendo vuelo y cuya evolución, aparte de su sensacional manejo del capote, es meteórica.

El primero, "Pitinesco", de 555 Kg, entipado, alto de agujas, con las hechuras propias de este encaste, veleto, bien de presentación, da pronto muestras de blandura y escasez de fuerzas. Poco lucido en el capote de Antonio Ferrera. Malo el comportamiento en varas, sin emplearse, recibiendo un primer puyazo en el que pierde las manos y un segundo en el que  Dionisio Grilo se limita a señalar. Toma las banderillas el balear, norma de la casa. Con un derroche de facultades físicas extraordinario, coloca los palitroques con la facilidad habitual, si bien me da la impresión de jugar con cierta ventaja y clavar a toro pasado. El del Puerto ha demostrado en la muleta lo que había apuntado en los primeros tercios. Nobleza en su embestida, pero muy poquita gasolina. Inicia Ferrera su faena por bajo, con gusto, llevando al toro hacia fuera, para iniciar el toreo en redondo. Mete la cara el animal, sí, de acuerdo, pero lo hace sin emoción, sin picante, se deja pero no aprieta. Así es difícil entusiasmar al personal. Pases que no llegan a los tendidos, sobre todo en el toreo al natural, fuera de sitio, al hilo, falto de ritmo. Entera desprendida y un descabello terminan con el toro. Silencio para Ferrera.

El segundo, "Buscapan", es otro Atanasio puro, alto, serio, rematado en puntas hacia arriba. Desarma a Miguel Abellán en los primeros lances con el capote. Protestas en el tercio de varas por la colocación tanto del Atanasio, entre las dos rayas, como del caballo de Tito Sandoval, que gana terreno hacia esas mismas rayas. No muy afortunados los dos puyazos de este magnífico picador, a quien no hemos visto brillar como en él suele ser costumbre. Daniel Luque es un magnífico, un sensacional, un extraordinario capotero. No me olvidaré nunca de aquella tarde del 2 de junio de 201, entonces se llamaba a la última semana Feria del Aniversario, ante un toro de Nuñez del Cuvillo en el que Morante y Luque protagonizaron un tercio de quites con réplicas y contrarréplicas por parte de ambos que parecía que nunca iba a acabar. Impresionante cómo vibró toda la plaza en ese sano pique con el capote, rivalidad como la de otras épocas, que terminó con ambos toreros abrazándose en el centro del ruedo en medio de una tremenda ovación con la plaza entera en pie. Hoy nos ha regalado un quite en este segundo toro que me ha llevado hasta aquel día. Chicuelinas ceñidas y bajas, rematadas con un personalísimo pase soltando la mano derecha del capote desmayando la izquierda cuando el toro pasa. Una exquisitez. En banderillas se luce Jose Antonio Prestel con un buen segundo par. El del Puerto tiene movilidad, aprieta y se le cuela al de Usera, pero su falta de clase le hizo que no llegara a entregarse en la muleta de Abellán. Está el madrileño seguro, se le ve con mucha facilidad ante los toros. Es cierto que ha citado al hilo del pitón, pero no es menos cierto que ha conseguido sacar redondos y naturales de mérito fruto de su técnica y disposición. Lo mejor, posiblemente, los naturales finales a pies juntos, cruzado, dando el pecho,en los que el toro ha hecho el avión. En su debe, que quizás haya alargado demasiado su faena. Estocada entera fulminante que le sirve para escuchar una merecida ovación a la que responde con saludos desde el tercio. Protestan algunos, los de siempre a decir verdad. Hoy hemos sabido que no se puede responder a la ovación. ¡Cuanto aprendemos de estos sabios!. Palmas para el toro en el arrastre.

El tercero, "Malvarrosa", de 539 kg, es algo más corto, pero muy en tipo. Serio y bien armado. Lo recibe Daniel Luque meciéndolo en su capote con unas suavísimas verónicas, todo delicadeza y arte, que despiertan los primeros olés, rematando con una media de cartel. Pura escuela sevillana, en la línea de ese maestro, del poseedor del duende, Morante de la Puebla. En el caballo da claros signos de manso. Suelto, con querencia a chiqueros, sin emplearse, teniendo que picarlo Juan Francisco Peña, que guardaba puerta. Malos augurios de cara a la muleta. Manso de solemnidad en la muleta, huyendo al segundo lance de cada serie, sin fijes, buscando las tablas y chiqueros. Hay que ponerle la tela muy en la cara, llevarlo tapado durante todo el recorrido, sin quitársela. Así ha conseguido el de Gerena sacar una serie de redondos de mayor valor. Con el toro rajado, aculado en tablas, tira la espada Luque y da una serie de redondos finales sentidos, con la muleta plana, al lado de la puerta de toriles. En esos terrenos tiene que matar porque el animal no sale de ahí. Complicada labor para el sevillano, que pincha una y ora vez, no sé cuantas porque he perdido la cuenta. Al final decide tomar el descabello a la vista de como iba la cosa y liquida a esta manso de El Puerto con un golpe de verduguillo. Silencio a su actuación y pitos al toro en el arrastre.

El cuarto, "Cartuchero",de buenas hechuras, también en tipo, más abrochado y acapachado de cuernas, saletambién suelto, sin fijeza, con querencia a chiqueros, otro que mansea. Toma una vara del picador que guarda puerta antes de arrancarse con prontitud al caballo que monta Mario Herrero, que pica trasero y bajo en el primer encuentro y se limita a señalar en la segunda puya, con la consiguiente protesta del público. Toma las banderillas Ferrera, fiel a su costumbre y coloca un segundo par, esta vez sí, de poder a poder, cuadrando frente a la cara del toro, con la punta de los pitones rozando la chaquetilla, asomándose al balcón, como suele decirse. El tercer par lo coloca al quiebro junto a la atablas del 10, a toro pasado claramente. Faena deslucida ante un toro con el que en ningún momento ha podido acoplarse ni le ha encontrado la distancia adecuada, quizás porque no la tenía. Embestida sin clase, echando la cara arriba, defendiéndose, echando la cara arriba, cortando el viaje, a lo que hay que sumar sus pocas fuerzas. ¡Una joya para el balear!. Falta de disposición y empeño por hacer cosas e intentar hacerlas bien no se le puede negar, pero no ha tenido enemigo. Pases sin una pizca de emoción ante los que gran parte del público pedíamos abreviar. Pinchazo y estocada trasera fulminante para acabar con otro manso. Silencio para Ferrera y pitos de nuevo para el toro en el arrastre.

El quinto, "Langostero", de 621 Kg, es un bicho alto de caja, seriamente rematado por delante, de muy buenas hechuras, bien presentado. Le corresponde su lidia a Miguel Abellán, su último toro en San Isidro. Suelto de salida, sin fijeza, otro que mansea. Ni una opción le da al madrileño para lucirse con el capote. Pelea de manso en varas, doliéndose, saliendo suelto en cuanto siente la puya, sin emplearse lo más mínimo. Además, por si le faltaba algo a este dechado de virtudes, falto de fuerzas. Con estas cualidades no extraña que en banderillas haya resultado todo muy deslucido, con el Atanasio buscando la puerta de toriles. Faena a media altura la que tiene que plantear Abellán, sin obligarle para que no pierda las manos, de bajo tono general a pesar de la voluntad de Miguel. Macheteo por bajo junto a chiqueros y estocada entera que precisa de un certero descabello para finiquitar al del Puerto. Silencio para el madrileño, que hoy nos ha sorprendido al no llevar su tradicional vestido blanco y oro, sino uno realmente bonito verde y oro, simple anécdota, y pitos también en el arrastre de este quinto.

El último del encierro, "Burganoso",de 602 Kg, es un animal de preciosas hechuras, muy serio, con dos velas como pitones, pero que pierde la manso estrepitosamente nada más hacer acto de presencia en la arena. Maestría una vez más de Florito, que en poco más de un minuto ha despejado el ruedo. Sale en su lugar un sobrero de José Luis Pereda, protestado de salida por su falta de presencia, pero que tiene dos pitones finos, finos, serio animal. Le espera Luque con el capote a la altura del 1,va hacia él "Cateto", que así se llamaba y se frena en seco a uno o dos metros del matador sevillano. Ambos se quedan estáticos, sin inmutares, mirándose fijamente uno a otro, como retándose. Preciosa estampa. Pocas facultades en varas, mejor en banderillas con dos fantásticos pares de Antonio Chacón, obligado a desmonterarse y responder a la ovación. Brinda al público y en el lugar en que cae la montera cita al de Pereda que se viene de largo. Ha sido, sin duda, el que mejor juego ha dado en la muleta. Ha metido la cara con nobleza, y lo ha entendido bien Luque por ambos pitones. Buen toreo en redondo y al natural, algunos de muy bella factura, ligados y con temple. A medida que avanza la faena pierde gas el toro, que se defiende y engancha en alguna ocasión la muleta del de Gerena. Tanda final en redondo, acortando las distancias, con adornos por bajos de mucho gusto que calientan a los tendidos. Mata de entera fulminante. Hay petición insuficiente, por lo que da una merecida vuelta al ruedo.

¡Y mañana!, ya huele a Romero en Madrid, ya siento un pellizco en el estómago, ya se percibe al duende. Será una noche para soñar con la magia torera de Jose Antonio Morante. Pero eso será mañana, llevaré mi ramita de romero en el ojal y veré de nuevo detenerse el tiempo en el capote del de La Puebla del Río.

Antonio Vallejo

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