lunes, 23 de mayo de 2016
16ª de abono: Paco Ureña, la verdad, la pureza, el toreo
Lección de verdad, de pureza, de responsabilidad, de profesionalidad, de valor, de arte, en definitiva, de torero de raza y casta, la que ha dado esta tarde en Las Ventas el murciano Paco Ureña. Se le esperaba con enorme interés tras su extraordinaria actuación del pasado miércoles 11 de Mayo, tarde en la que cortó una oreja de enorme valor a un toro de El Torero y en la que dejó la impronta de su toreo poderoso, clásico, templado, con la verdad y la pureza por delante. Regresaba a Madrid con las secuelas de la cogida de hace tan solo 11 días, plazo en el que ha hecho todo cuanto ha estado en su mano para estar hoy en Las Ventas. De hecho creo que mañana iba a ser operado de aquella cogida, y es que estos superhombres que son los toreros están fabricados de otra pasta. Volvía a Madrid sin estar en plenitud de facultades físicas, lección d pundonor y compromiso, para enfrentarse a cinco toros de Las Ramblas y uno de Buenavista, todos de procedencia Domecq Díez, bien presentados, serios, con nobleza en general y cierta movilidad, compartiendo cartel con Manuel Jesús "El Cid" y Fortes. Buena entrada, casi lleno, en una ventosa pero agradable de temperatura tarde de domingo primaveral madrileño.
El segundo de la tarde, "Taquillero", 514 Kg, abierto de pitones, de buenas hechuras, serio. Lo recibe Ureña con buenas verónicas, con mucho gusto, coreadas con olés, rematadas con dos medias excelentes, con aroma belmontino. Primera ovación fuerte para el lorqueño, la disposición de la plaza parece evidente. Cumple en el caballo, aunque el castigo es muy medido. Quite de Fortes por chicuelinas templadas y ceñidas, palmas para el malagueño. Brillante tercio de banderillas: Curro Vivas y Álvaro López "Azuquita" ejecutan la suerte con facilidad, llegando a la cara del toro, reuniendo y clavando con pureza, muy bien ambos, se aplaude su labor. El lío estaba por llegar en la muleta de Ureña. Me entero con posterioridad que ha brindado este toro al novillero peruano fallecido hace unos días, detalle de sensibilidad. Inicia la faena por estatuarios en terrenos del 5 para encadenar una serie con la izquierda enorme, naturales templados y profundos, con el toro desplazándose y metiendo la cara, la mano baja, con emoción, llegando a los tendidos que responden con olés y una sonora ovación. La conexión del toreo con el público es total, y eso se consigue cuando se torea de verdad, como lo ha hecho Ureña esta tarde. Se cambia la muleta a la diestra. Por ese pitón van a surgir muletazos de un valor supremo. Series en redondo templadas, ligadas, con la mano baja, largas, el torero relajado, con mucho gusto, sin quitarle la muleta de la cara al de Las Ramblas, que va de dulce. Remata con un pase de desdén de muchos quilates que pone en pie a la plaza. Sigue toreando por este pitón derecho, la faena rompe definitivamente, ¡qué toreo, puro temple!, los redondos son tremendos, y los pases de pecho para rematar las series, sobre todo los dos últimos, ligados, de cartel, un lujo. Mide perfectamente la faena, no alarga en exceso, tanto por aprovechar las condiciones del toro como por la fatiga que lleva encima al no estar aún plenamente recuperado de la cogida de once días atrás. Se tira con todo a matar, desafiando a todas las leyes del espacio se mete entre los pitones y resulta volteado con la pala del pitón sin ser herido, pero recibe un palizón que le deja magullado y muy dolorido, se le nota en la pierna izquierda, cojea claramente, pero le da igual, sabe que lo que ha hecho es de triunfo gordo. El toro se resiste a doblar y tiene que utilizar el estoque de cruceta. Dos descabellos destierran una oreja que era segura, una lástima. Tremenda ovación para Ureña al que se le pide la vuelta al ruedo, pero hace gestos de reservarla para su segundo toro.
Este segundo de su lote, "Testarudo", 519 Kg, muy serio, abierto de pitones, buenas hechuras, va a recibirlo Ureña a porta gayola, un auténtico titán, ya que minutos antes había salido de la enfermería. Duda el de Las ramblas, se para y va hacia el torero, que lo único que puede hacer es defenderse con su capote de la acometida para salir ileso del trance. Se incorpora para dejarnos en la memoria uno preciosos delantales a pies juntos, bellísimos, rematados con una media de no menos belleza. Gran ovación para el murciano, al que se ve físicamente muy tocado. Derriba al caballo en el primer encuentro, más por inercia que por empuje, puesto que en cuanto nota el acero sale huyendo. Lo mismo en el segundo, sale rebotado del peto al sentir la puya, no se deja pegar, va con la cara arriba, protestón. Aseado tercio de banderillas a cargo de Víctor Hugo "Pirri" y "Azuquita", correctos los tres pares. Brinda al público. Toro complicado en la muleta, embestida rebrincada, siempre con la cara arriba, defendiéndose, pero tiene movilidad y pasa. Para vencer esta adversidad hay dos remedios, templar y bajar la mano. Y eso ha hecho Ureña, con enorme verdad, porque no es fácil aguantar los derrotes del de Las Ramblas, tanto que en uno de los primeros muletazos le intenta coger. No se asusta lo más mínimo el lorqueño, se planta desafiante frente al astado tomando la muleta con la mano izquierda. Por ahí va también rebrincado, le baja la mano y saca dos naturales soberbios, templados, hondos, profundos, de olé, como los que se oyen en la plaza, secos, sentidos. En otro natural el toro hace por él y prende feamente a Ureña, que no parece haber sido corneado pero que se lleva otra paliza de órdago. Se repone, su figura es escalofriante, magullado, dolorido, un auténtico gladiador frente a una fiera, ¡y le da el pecho desafiando al miedo y al riesgo!, sacando unos derechazos a pies juntos enroscando al toro, pasándoselo por la cadera, de inmenso valor. Importante Ureña esta tarde tanto por entrega, como por valor, como por arte, porque esta última serie lo ha tenido todo, un compendio de toreo. Pincha a la primera y mata de estoconazo arriba volcándose sobre el morrillo, resultando casi cogido de nuevo, sale trastabillado del trance, se le ve exhausto. Los pañuelos inundan los tendidos, no hay discusión posible, oreja de ley, oreja de muchísimo valor para este torero murciano que ha conquistado Las Ventas, que se la ha ganado a base de entrega, de pundonor, de valor, de verdad y de pureza, un TORERO de pies a cabeza. La vuelta al ruedo, tremendamente dolorido pero siendo la persona más feliz del mundo ha sido apoteósica, de las que se recuerdan pocas, igual que la gran ovación que se ha llevado cuando se retiraba por el callejón camino de la enfermería. Cada tendido por el que pasaba se ponía en pie para rendirse ante este titán, este gladiador y este artista que ha sido Paco Ureña hoy en Las Ventas. ¡Olé, maestro!. Por cierto, gran ovación al de Las Ramblas en el arrastre, un muy buen toro
Poca historia tiene la actuación de Manuel Jesús "El Cid" en la tarde de hoy. Discreto ante sus dos enemigos, un tanto desconfiado en su primero, un toro complicado, manso, que recortaba el viaje y mide mucho. Lo ha intentado por ambos pitones, incluso con la izquierda ha sacado algún natural de cierto peso, pero en general su faena ha resultado anodina, carente de emoción, sin llegar a conectar con los tendidos. Reconozco que El Cid es uno de esos toreros del que escucho mucho y veo poco, que me parece está sobrevalorado, porque al menos en Madrid, en tantas y tantas tardes como ha venido en los últimos años, solo recuerdo un par de actuaciones destacables, pobre balance para quien quiere ser figura y tiene veintitantos toros para cuajar. Afortunadamente ha matado con brevedad, lo que se agradece. El cuarto, "Facilón", precioso de hechuras, muy serio. No sé si ha hecho honor a su nombre, pero se ha movido y ha metido la cara con clase en el capote del sevillano, que ha toreado a la verónica, pero un tanto frío, sin calar en los tendidos. galopa al caballo y toma dos varas con cierto empuje. Por cierto, el desorden en la lidia al que hemos asistido en este toro ha sido indigna para esta plaza, y eso es responsabilidad del matador y del director de lidia, ambas figuras encarnadas en El Cid en este toro. Lo que hemos visto ha sido una auténtica capea, mal. Lo contrario que Curro Robles en banderillas, extraordinario, ejecutando la suerte con pureza. Brinda al público. Faena de más a menos, el toro repite, inicia con la derecha y toma la muleta con alegría. Cita al hilo El Cid, voluntarioso y con técnica, incluso algunos muletazos con temple, pero carentes de emoción por la falta de colocación y por no dar ese pasito adelante tan importante en le toreo, sin ritmo. A medida que avanza el trasteo la embestida del animal se vuelve más corta, se defiende y busca. Algunos naturales sueltos, pero falta emoción. No se complica el sevillano y abrevia, matando de entera caída que liquida al de Buenavista. Silencio en ambos es el bagaje para El Cid en esta tarde gris oscura que ha tenido.
El malagueño Fortes hacía hoy su segundo y último paseíllo en este San Isidro. Su primer toro es devuelto a los corrales al perder las manos de forma aparatosa en el caballo y al salir de este. Sale en su lugar un sobrero de Julio de la Puerta bajo, muy serio, acapachado, de muy buenas hechuras. Echa las manos por delante y la cara arriba en el capote, complicado. En el caballo empuja en la primera vara, poco castigo en ambos puyazos, que para variar caen traseros, algo que ya deja de ser noticia en este tercio de varas que, de seguir así, camina con paso acelerado hacia su desaparición como tal. Buenos pares de Martín Blanco, con oficio. Brinda al público. Inicia por estatuarios, un cambiado por la espalda y un trincherazo, ovacionado. Por el pitón derecho torea templado, dos serie en redondo ligadas y bajas, llevando al toro largo, coreadas con olés. Se cambia de pitón. Por el lado izquierdo la embestida no me parece tan clara. Naturales sueltos con menos emoción y algunos enganchones a la tela. A partir de ahí a la faena baja de nivel, el toro corta el recorrido y se defiende, busca, se vuelve exigente. Se pierde emoción y lo que resta de faena se convierte en pases y pases con tesón y ganas por parte del torero ante la indiferencia del público por lo que ocurría en el ruedo. Mata de entera desprendida y escucha silencio.
El sexto es un toro de imponente presencia, cuajado, grande, muy desarrollado de pitones, astifino. Sale distraído, sin fijeza, huyendo de todo. Imposible en el capote, huye de los caballos, no se le pica, tan solo se le señala, todo en medio del desorden más absoluto en la lidia. Muy mal, así no se pueden hacer las cosas en ninguna plaza, y menos aún en Madrid. Este caos se transmite al tercio de banderillas, un auténtico despropósito. La faena de muleta tiene muy poca historia. Toro de corto recorrido, que se defiende, sin clase alguna, ni raza ni casta, no humilla, muletazos a media altura, nula emoción y transmisión. Poco puede hacer Fortes. Mata de pinchazo hondo y descabello poniendo así fin a su paso por este San Isidro. Silencio es el veredicto a su actuación.
Como escribía el pasado 11 de mayo, Paco Ureña ha dado una lección de toreo, de pureza y de verdad. Ha tenido de nuevo la Puerta Grande al alcance de la mano. No creo que falte mucho para verle a hombros camino de la calle de Alcalá. Hoy se ha ganado el corazón de los aficionados y ha conquistado definitivamente Las Ventas. Gran torero, ¡enhorabuena, maestro!
Antonio Vallejo
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